miércoles, 12 de octubre de 2011

La muerte de los creadores



En solo ocho días hemos perdido a un poeta y a un escritor. Félix Romeo y Salvador Iborra. A Félix se lo ha llevado la muerte en un infarto de miocardio y a Salvador lo ha arramplado en la punta de una navaja. 

Si a día de hoy es perfectamente posible calcular las pérdidas de la Bolsa de cualquier parte del mundo con milimétrica y apocalíptica exactitud no vamos a ser capaces de calcular con la misma exhaustividad el hueco exacto que ha dejado la desaparición de ambos escritores. Podemos calcularlo en términos simplemente personales (la muerte de Félix Romeo me ha dejado completamente aturdido porque lo conocí un poco y tenemos muchos amigos comunes) pero eso siempre será algo relativo. 

La muerte conlleva siempre un número importante de tragedias pequeñas: la desaparición de una persona, como decía Eastwood en "Sin perdón", es que desaparezca no su pasado si no su futuro. No habrá más artículos de Romeo, ni más poemas de Iborra. Alguien rebuscará entre sus papeles, en su ordenador, entre sus libros pequeños rastros de obras inacabadas pero siempre con la certeza de que estos felices descubrimientos serán finitos y, por otro lado, nos permitirán atisbar eso, ese hueco, dibujar un poco la estructura del vacío que dejan pero poco más. Por encima de eso, claro está, se encuentra el reguero de vidas afectadas por la pérdida de alguien querido y, en el caso de estos dos hombres de letras, de lectores que sin conocerlos de nada habrán disfrutado de su trabajo. 

En medio de estos dos fallecimientos se produjo el del empresario norteamericano Steve Jobs. Jobs ha subido a los altares y pasará a la historia (daño colateral de este histérico mundo de información histérica) como un visionario de poderes infalibles que nos dotó de algunos de los mejores aparatos tecnológicos que hemos podido disfrutar y, claro está, de los Estudios Pixar. No seré yo el que le quite méritos a las actividades de Jobs al que le agradezco el desarrollo de la marca Apple y de haber puesto el dinero para que se creara un personaje como Buzz Lightyear (la creatividad en este caso corría a cargo de otro visionario llamado John Lassetter) pero si me ha sorprendido que la muerte del magnate -o del visionario, o del prócer, o del genio o de lo que ustedes quieran- haya provocado una enorme cantidad de información acerca del dinero que le iba a costar a la economía mundial el hecho de que Jobs (que por otro lado ya estuvo fuera de Apple un tiempo) haya fallecido y, sobre todo, a un montón de exactas predicciones sobre el futuro de la marca que creara (en compañía de otros). 

En general me ha sorprendido la voz de alarma: ¿Nos quedaremos sin un nuevo Ipod? ¿Qué pasará con el nuevo Iphone? ¿Se resentirá la calidad del futuro Ipad? ¿Serán tan buenos los futuros portátiles de Mac?

Es la primera vez que leo a un grupo de consumidores tan apegados a una marca y tan conocedores de la filosofía de la misma, es decir, que han estudiado la personalidad de Jobs y han atisbado sus planes de futuro, que lo consideraban una especie de benefactor (pese al  precio de sus productos) y que temen que otros, unos advenedizos como Gates, se hagan ahora con el control de la compañía de la manzana y su legado. Un legado que, curiosamente, no tiene solo que ver con aparatos para escuchar música, diseñar, escribir o montar películas si no con algo más, con un rollo muy ciencia-ficción que tiene que ver con una tecnología humana aunque solo sea porque es de colores agradables y no parece un cochino mamotreto y, por ende, queda bien en cualquier parte sea el salón, sea la mesa de trabajo. También hay que decir en favor de Jobs y su compañía que consiguen hacer aparatos que funcionan la mar de bien lo que, la verdad, es de agradecer. 

En ocho días nos hemos quedado sin tres creadores: un escritor, un poeta y un empresario. Ya saben, nunca sabremos muy bien que nos hubiera deparado el futuro de los tres porque se han ido antes de tiempo dejándonos esa sensación de que, en realidad, cuando alguien desaparece nada vuelve a la normalidad ni siquiera pasado el tiempo. Siempre queda eso, el agujero ese tan cabrón, el arañazo y la cicatriz, el surco, la certeza de que nada demasiado bueno dura demasiado tiempo.  

martes, 11 de octubre de 2011

Colaborando para Filmbunker


Vuelvo a colaborar con los señores de la página de las películas raras. Los de Filmbunker, esa gentuza de almas hechas de celuloide...

Esta vez le ha tocado a la rareza belga titulada "SM Rechter" (Erik Lamens, 2009) una película basada en un hecho real que, contrariamente a lo que pudiera incluir el campo semántico de esa expresión, no creo que pueda pasarse a las 16.00 horas en ninguna cadena nacional. 

Si quieren ustedes indagar sobre dicha película y sobre los límites del deseo o los dobles sentidos que suele incluir cualquier frase romántica les recomiendo que se pasen por el enlace y luego vean la película o viceversa. 

Pueden encontrar el texto aquí

lunes, 10 de octubre de 2011

"Mamá es boba" en La 2





Hola lectoras, lectores, modernos y modernas de pueblo, residentes en la gran Babilonia, funcionarios, parados y personitas que, en general, han llegado por casualidad o no a este blog: 

Hoy Lunes a las 00:15 la 2 de TVE (la de todos...eso dicen) emitirá "Mamá es Boba" película dirigida por el insigne Santiago Lorenzo y, como ya saben, una de las películas de cabecera de este blog tan mal diseñado. 

Como siempre les estoy hablando de la misma, es imposible comprarla, y la copia que anda por la red es de menor calidad que la emisión que hará mañana la 2 les invito a ustedes a dejar sus quehaceres (sean los que sean, no nos engañemos, un lunes por la noche no se van a ir a una bacanal), dejen de ver porno, repasar a los clásicos, deconstruir una patata cocida o ver una serie americana (que seguramente repondrán en un par de meses) para darse el gustazo de ver una de las mejores películas del cine español (y mundial) de todos los tiempos (estos tan revueltos y los pretéritos) y vean con sus propios ojos lo que es un milagro: que alguien se digne a programar algo espectacularmente bueno. 

No se aseguran grandes efectos especiales, no se aseguran grandes tomas en 3D, no se aseguran cuatro o cinco giros que tengan que ver con un comando yihadista que ha colocado 14 bombas atadas a colegiales solo un rato para disfrutar de una película que, como la Mahou, nunca pierde las cinco estrellas.

Del mismo modo les invito a recomendar esta película entre amigos y familiares por las vías telefónicas, orales y reuniones de tupper-sex que crean convenientes, tirar de las redes sociales o recomendarla por twitter incluyendo el hashtag #mamaesboba en su cuenta de twitter. 

Un lujo.

PD: Por si quisieran ustedes saber otras muchas opiniones laudatorias les dejo aquí una cosa que escribí para la gente de filmbunker sobre la misma película. 

martes, 27 de septiembre de 2011

Extraterrestre (Nacho Vigalondo, 2011)



Julio (Julián Villagrán) se despierta resacoso y despistado en la cama de Julia (Michelle Jenner). Ambos se conocieron, se emborracharon y acabaron en la cama. Se inicia entre ellos ese ballet del absurdo y la vergüenza ajena y propia que sirve como ridículo epílogo de cualquier rollo de una noche.  Cuando, por fin, Julia consigue que Julio enderece sus pasos por la casa se dan cuenta de que algo no funciona: la calle está en silencio, los móviles no funcionan, la tele tampoco…Cuando sacan la cabeza por la ventana descubren que un enorme platillo volante gobierna el cielo de Madrid.



Este es el chocante arranque de “Extraterrestre” la segunda película de Nacho Vigalondo, una matrioshka cinematográfica que encierra una película de género fantástico, una de catástrofes y una comedia romántica con lo que parecen influencias de “El ángel exterminador”, “El último hombre vivo”,  “Independence day”. De hecho, yendo un poco más lejos no pude no acordarme de “La hora incógnita” (1963, Mariano Ozores) una película muy pequeña que trataba sobre lo que le ocurre a los únicos habitantes de un pueblo de La Mancha que no han sido evacuados de la zona sobre la que va a caer una bomba atómica que se les ha desgobernado a los norteamericanos.

“Extraterrestre” parece una película sin pretensiones de principio a fin. Quizás la recorre la evidencia de que, en un país como el nuestro, es complicado atacar el género fantástico sin las capacidades presupuestarias del cine norteamericano (o el de cualquier industria mejor avituallada económicamente) o porque aquí no nos creeríamos que se pudiera producir una invasión alienígena…imagínense.


La invasión o la visita de los hombrecillos verdes sirve a Vigalondo para poner el acento en otras cuestiones que suelen quedarse fuera de las películas de género donde se suelen narrar historias de heroicidad o maldad extremas. Ahí están “La Carretera” o “La niebla” donde se discute largo y tendido sobre estos temas de si el hombre es un lobo para el hombre o si dejaría de serlo en caso de extrema necesidad o hasta donde somos capaces para sobrevivir para demostrarlo. Vigalondo prefiere enhebrar preguntas más sencillas pero que tienen respuestas todavía no contestadas: ¿Hay cabida para la estupidez humana dentro de los escenarios más catastrofistas? ¿No sería normal que a alguien se le fuera la olla? ¿Seguirían teniendo importancia hechos tan banales como el de guardar las formas o el de comportarse como un verdadero mezquino? En definitiva, ¿el hecho de que una situación de emergencia vaya cobrando visos de normalidad no haría que acabáramos por dejar de plantearnos qué ocurre para volver poco a poco a centrarnos en nuestras vidas?

Si el cine de género cuenta siempre con el truco del climax o, mejor, del encadenado de un climax tras otro para hacer que el espectador se pase dando botes durante la proyección lo que, irremediablemente, lleva muchas veces a que la pirueta ya te parezca atroz a la tercera o a la cuarta vez que la has visto, Vigalondo juega, justamente, con lo contrario: te deja sumergirte en  la realidad de los personajes que, viendo que la amenaza no se hace real, acaban por preocuparse de otras cosas.


Si en el aspecto técnico y narrativo “Extraterrestre” funciona a la perfección no estaría mal acordarse del trabajo que hacen los actores protagonistas: Julián Villagrán borda el enésimo papel que borda (es complicado encontrar algo donde este actorazo no esté bien) dando a su personaje el punto exacto de tío normal superado por los acontecimientos y que va sobreviviendo a golpe de nada (algo muy propio de estos tiempos) y Michelle Jenner tiene la misión de ser la única chica de la película y bordar una interpretación que se aleja bastante de los preceptos de la heroína cinematográfica. A su lado Carlos Areces demuestra sus dotes para la comedia metiéndose en la piel de un molestísimo vecino obsesionado y “pagafantas” (un “pagafantas” del mal, por cierto) y Raúl Cimas sorprende por su calidad interpretativa. No deja de ser notable que Cimas sea capaz de interpretar un papel de tipo normal (dentro de un orden, entiendan como “normal” lo que sería normal en un panorama de invasión extraterrestre) regalándonos alguno de los mejores momentos de la película.

El casting de la peli lo cierra Miguel Noguera que hace un pequeñísimo papel que termina por hacernos evidente que, incluso en las peores catástrofes, hay momentos para ser un verdadero idiota, para “apostar muy fuerte” (como diría él) por convertirse en una estrella mediática aunque ahí fuera nos estemos jugando el planeta.

A día de hoy no tengo ni idea de cuando podrán disfrutar de “Extraterrestre”. Solo espero que sea pronto y que acudan a los cines a comprobar que Vigalondo está en forma, que todavía hay razones para pagar una entradita de cine, que todavía hay historias que contar o, por lo menos, que hay puntos de vista diferentes a los que dar un empujón desde la grada y, sobre todo, para disfrutar in situ de una película brillante, divertida y talentosa.  

Por si acaso estén atentos y no se la pierdan, sería una pena. 

miércoles, 10 de agosto de 2011

Orden, desorden, generaciones perdidas



Antes de la II Gerra Mundial los periódicos ingleses alzaban su voz en contra de la juventud y a sus costumbres a la que, sin dudarlo, tacharon como una "generación perdida". Al parecer la música swing y el jazz, la nocturnidad, cierto relajo sexual y la expansión de la cultura del ocio iban a hacer destructiva mella en una muchachada cada vez más interesada por vivir. En cada uno de aquellas columnas, de aquellas diatribas había una indisimulada admiración hacia el trabajo que Hitler y los nazis habían hecho con la juventud propia que, a tenor de lo que rodaba Lenny Reinfhestal, parecía de lo más ordenada, de lo más sana y de lo más simpática. Por qué no, también, de lo más productiva que, al parecer, no era el caso. 

La cosa, como ustedes saben, ya pareció peor cuando Hitler (me pregunto en qué momento semejante señor y semejante régimen pudieron parecer algo inofensivo) decidió que a Alemania le faltaba espacio y pasándose el Tratado de Versalles por el sitio justo por donde pasa el Rhin comenzó una particular gira turística que acabó con unos cuantos regimientos de la Wermacht echando el rato en las cafeterías de Pigalle. 

Aquella Francia ocupada también tenía su propia generación perdida: se llamaban los "zazou". Amantes del swing, del jazz y de todo lo americano en general, los zazou eran la antítesis de lo que el conservador General Petain esperaba de una juventud a la que veía, como sus mayores y como él mismo, colaborando en el esfuerzo de guerra nazi y, claro está, sirviendo a la delación de conflictivos ciudadanos o, peor, los siempre peligrosos judíos. 

Como si aquello de echar una mano a los nazis en la producción de material bélico, el control de las colonias norteafricanas, la deportación de judíos y la aniquilación de la resistencia no le pareció suficiente a Petain muy pronto descubrió en los "zazou" y sus pintas un nuevo peligro que amenazaba al nuevo orden establecido por él mismo (y un poco por los nazis que lo tenían comiendo de la manita) y se empeñó en eliminarlos lanzándoles a las alegres, sanas, ordenadas y violentas Jeunesse Populaire Française  fundadas por Jacques Doriot que se encargaban de estos trabajitos. 

Dice la leyenda, así estaba la gente de perdida por aquel entonces, que muchos "zazous" en plan de broma cosían estrellas de david a sus ropas donde, en lugar de leerse "judío" se podía leer "zazou". Como la cosa no estaba como para hacer humor algunos de ellos terminaron siendo deportados. 

Tanto los "zazous" como los miembros de la "generación perdida" inglesa acabaron engrosando las filas bien de los ejércitos de la Francia Liberada (y aquí un inciso...aplaudamos al General De Gaulle su capacidad para comenzar una especie de ejército sin país en realidad junto a Leclerq y acabar por convertirse en una de las "potencias vencedoras" de la Guerra...algo de lo que no disfrutó Italia, por ejemplo) bien de los pilotos de la RAF que mantuvieron a los nazis fuera de las Islas Británicas y sirvieron para elevar la moral de los ingleses. Uno de ellos dijo: "Nos llamaron la Generación perdida por nuestro pelo largo, nuestra juventud, nuestra indisciplina, nuestra alegría...nosotros la usamos para demostrar que éramos la respuesta a la masa alienada, militarizada y obsesivamente disciplinada que eran los nazis, que siendo como éramos les podíamos vencer".     

Es una historia corta pero creo que resume bastante bien lo que vengo sintiendo de un tiempo a esta parte con tanto discurso sobre la unidad, la fuerza y bla, bla, bla... 

miércoles, 13 de julio de 2011

La disección de lo moderno




Siempre me ha preocupado el hastío público de los más rancios modernos. Hacerse el moderno, por extensión, conlleva una especie de mirada de eterno aburrimiento y de languidez hastiada. Para el moderno todo tiene que estar visto y oído antes, incluso, de que se haga realidad y, por lo tanto, nada de lo visto y oído puede sorprender o gustar demasiado a no ser que, al disfrute de la pieza, se le ligue un comentario como "no se ha quedado viejo todavía" o un "llamadme loco, pero no me canso de...". 

El moderno tiene, por narices que no disfrutar de nada y, a la vez que lo hace, intentar que el disfrute de los demás se vea como algo paleto, algo pasado, algo cutre de persona que no está totalmente en la pomada o que, con cierta estúpida insidia, se dedica a mirar hacia atrás. Hacia atrás, lo que se dice hacia atrás, solo se puede mirar haciendo un ejercicio, pretendidamente cómico y de mucho reír, de postmodernismo básico en el que, al mirar atrás, vemos reflejados lo tontos que éramos antes de aceptar el presente como único plano de existencia. El moderno es un ser anclado en el presente pero vive un poco en el futuro, al igual que las casas de moda sacan sus colecciones de primavera-verano en pleno invierno, el moderno es un oráculo que se proyecta en el futuro y nos devuelve una predicción sobre colores, directores, tejidos, ideologías, razonamientos, tecnología etc. 

Una vez que se ha descubierto que la predicción no es tal si no, simplemente, un reflejo del deseo propio de que todos vistamos de rosa o vayamos a ver cine iraní, de la necesidad de ser especial en alguna materia, de dirigir el presente cercano todo se tiñe de un color a marrón "purrela" que echa para atrás. 

La foto que encabeza este post deja para la posteridad dos formas de entender la literatura, el oficio de escritor y, un poco más allá, dos formas de entender los avatares de la fama: a la izquierda Tom Wolfe escritor de "Ponche de ácido lisérgico" y "La hoguera de las vanidades", salonista de la tradición malvada de Truman Capote, el único tipo capaz de pasearse por los finales de los 60 con esa pinta de dandy, enfebrecido por la búsqueda de la gran novela americana (de la que quedó descalificado por escritores que entendieron mejor el concepto de "posteridad" o de caducidad) y en el otro Kurt Vonnegut, el fiero, el violento alucinado escritor de "matadero cinco" que fue prisionero en la II Guerra Mundial y vivió en primera persona el bombardeo de la ciudad de Dresde por parte de las tropas aliadas.

Wolfe nunca se ha tenido que bajar de ese pedestal playero que es la fama literaria ("playero" en tanto en cuanto es siempre temporal...díganme ustedes si recuerdan algún best-seller de los ochenta o los setenta que ahora sea más reseñable que Stephen King) y puede decir que flipa con "pimp up my ride" -es fan del formato de MTV- o que le cae bien Bush aunque solo sea porque este rebajó los impuestos de todas las fortunas americanas (Michael Moore se hizo eco de dicha rebaja en "Estúpidos hombres blancos" de manera francamente jocosa) o porque siempre está bien hacer un guiño al parecer general de los neoyorquinos apoyando a un tío nacido en Connecticutt pero que habla con un estúpido acento sureño. Hay que epatar y no solo en el vestir que es otra cosa muy moderna. Vonnegut, sin embargo, ha trepado hasta allí para fotografiarse como recién salido de casa, como vestido para escribir "El desayuno de los campeones"...es paradójico que, haciéndose una foto como esta, falleciera en 2007 al caerse en su propio domicilio provocándose una embolia cerebral del mismo modo que tuviera que sobrevivir al bombardeo de sus compatriotas sobre Dresde cuando era prisionero de guerra de los propios nazis...se puede decir que Vonnegut no necesitaba epatar mirando al presente porque toda su obra está lastrada por la maldad vivida en su pasado. 

Dos grandes escritores, ni siquiera en planos diferentes dos grandes escritores a secas, mirando al frente desde un podio de salvavidas ilustrando dos formas de ver la vida, dos filosofías cortadas por bisturí pero sólidamente incómodas por diferentes razones, desasosegantes, que miran friamente al ser humano y sus reacciones ya sean competentes abogados o desesperados soldados en una guerra que se resiste a ser ganada, a desaparecer. Dos formas de entender el presente y lo contemporáneo, ambos fueron modernos en diferentes momentos, rabiosamente modernos, desde perspectivas diferentes, desde puntos de vista antagónicos: uno negándose a vivir nada más que donde pudieran pisar sus zapatos bicolores y otro arrastrando consigo la maldad en estado puro como única forma de seguir sobreviviendo y de explicar lo que estaba pasando. Es una foto fantástica para entendernos, a lo mejor, a nosotros mismos.   

Nota del Insustancial: la foto está sacada de aquí que es una de las razones por las que se inventó tumblr. 

viernes, 24 de junio de 2011

"Man of the year" (2006, Barry Levinson)


Uno saca muchas conclusiones viendo esta película de 2006:

1. las mejores películas de Robin Williams no acaban de estrenarse en salas comerciales en nuestro país.
2. Barry Levinson es un competentísimo director que ha vuelto a la senda de la muy interesante "Cortina de humo" con esta peli. 
3. "Toys" la dirigió, en realidad, su gemelo malo. 
4. Parece mentira que una película de 2006 esté, de pronto, tan vigente. 
5. Alguien ha fusilado muchos chistes y los ha colado en sus monólogos descaradamente. 
6. Un dato real: Robin Williams y Agustín Jiménez inventaron un mismo chiste casi a la vez. 

Tom Dobbs (Robin Williams) es un cómico que presenta un programa al estilo del de Jon Stewart o Bill Maher (yo creo que queda bastante claro que su personaje está influenciado por el trabajo de estos dos cómicos) que, un buen día, decide hacerle caso a algunos de sus espectadores y presentarse a las elecciones presidenciales americanas. Para ello concurre como "independiente" denostando a los dos partidos mayoritarios (Republicanos y demócratas) con la intención de darle un nuevo aire a las elecciones y presentarse no como un candidato real si no como una especie de apoyo moral para los americanos aprovechando los pocos minutos de gloria de su campaña electoral para lanzar un mensaje sobre la necesidad de renovar las instituciones gubernamentales y darle un nuevo aire a la democracia para que los políticos tengan más en cuenta a los ciudadanos que a las grandes empresas que pagan sus costosas campañas publicitarias electorales y que, a su vez, pagan a grupos de presión para que los congresistas y senadores voten a favor de sus intereses. ¿Les suena todo este barullo? 

Pese a no contar con opciones reales de alcanzar los 270 votos necesarios para convertirse en presidente (270 votos que se reparten entre estados que, a su vez, caen de uno o de otro candidato por medio de un endiablado sistema de votación que ríete tú de la Ley D´Hont) Dobbs quiere seguir en campaña para iniciar una especie de cruzada personal en contra de las tiranías de las grandes corporaciones. 

Mientras tanto, como historia secundaria pero determinante, se nos va contando que una importante empresa ha desarrollado un software con el que se podrá votar eludiendo la papeleta, la urna o el terrible sistema de pinchos y papeletas en forma de mariposa que provocaron los errores de la campaña electoral del año 2000  (Bush-Gore) pero, claro está, una ingeniera llamada Eleanor Green (Laura Linney) descubre que el sistema tiene un fallo que hace que uno de los dos candidatos vaya a ganar aunque sea el más votado. No es que el sistema esté trucado adrede es que, simplemente, tiene un fallo que, la empresa, se niega a solucionar por una sencilla razón: de descubrirse haría que las acciones de la empresa bajaran y, sobre todo, que la venta del software electoral a otros países se paralizara. Deciden dejarlo pasar. ¿Les suena? ¿Saben todas esas personas que abogan por el voto electrónico que, por ejemplo, se le podría encargar este proceso a una de esas enormes corporaciones que podrían sentir, de pronto, la necesidad de no arreglar un sistema informático fallido? A mi la posibilidad me dejó tieso. 

"Man of the year" nos lleva por los derroteros de la política ficción interesándose por detalles que, actualmente, tienen más vigencia que cuando la película se estrenó, sin ruido, hace cinco años. Es una película solvente con dos protagonistas de lujo y dos increibles secundarios: Lewis Black (que aparece frecuentemente en Tonight Show y Real Time) y Christopher Walken bordando el papel de representante de Tom Dobbs. A partir de ahí se defiende un guión que bien podría estar extraído de la experiencia electoral del cómico frances Coluche (que también se presentó a las elecciones de su país y se retiró ante la posibilidad de que la broma fuera más lejos de lo que había previsto)  y que envuelve el realismo, la posibilidad de que los Estados Unidos vuelvan a elegir a otro actor como presidente (Ronald Reagan, ¡la madre de Alá!) y unas cuantas preguntas éticas sobre la actual situación de la democracia y la mala salud de la clase política y empresarial. 

Una película que debería de verse desde la conciencia actual porque, aunque sea una película, aclararía las más básicas dudas de cualquier persona dispuesta a no meter la pata al hablar de política y, sobre todo, la posibilidad de pasar un buen rato. Como dice el amigo Paco Fox, "al final, las comedias americanas siempre acaban fallando en el tercer acto" y es posible que aquí así sea pero, chico, que camino más agradable. 

jueves, 23 de junio de 2011

Trajes a medida.


Se acabó la ACB con un contundente 3-0 a favor del Barcelona el dominador de principio a fin de la competición. El Bilbo Basket fue un digno adversario pero no pudo contener durante mucho a un equipo-rodillo enfurruñado por su derrota, más que justa, en la gran competición europea. El Barça quería irse de vacaciones e irse rápido porque le esperaban, sobre la mesa del despacho, tres despidos (Anderson, Basile y Morris) y la despedida de Ricky Rubio que, dos temporadas después, ha decidido olvidarse de los buenos consejos de Aíto García Reneses y, siendo todavía casi un juvenil, va a militar en los Minnesota Timberwolves. Pese a que este humildísimo aficionado le desea a Rubio lo mejor no deja de recordarle que la NBA es un regalo envenenado donde se estrellan muchos talentos, donde mucha juventud ve parado su desarrollo porque a la liga estadounidense se tiene que acudir con los deberes hechos, siendo ya un deportista que tiene el aprendizaje completado. No creo que sea el caso de Rubio (capaz de lo mejor, de lo peor, del enchufe absoluto o de la desconexión máxima) como tampoco fue, en su momento, el de Sergio Rodríguez que ha visto, no se si definitivamente, detenido su aprendizaje de una forma brutal hasta el punto de que ha vuelto de USA siendo, más o menos, el mismo jugador que era pero, con el handicap, de que ya no se le perdonan sus defectos. 

Hace unos cuantos años el Madrid de Basket que lideraba Sabonis acabó también con la ACB por la vía rápida. De manera contundente, casi sin resistencia. El Madrid había ganado sus dos partidos en casa y se enfrentaba al Barça en su casa. Tercer partido. El Madrid abajo en el marcador y con Sabas en el banquillo mirándose las rodillas. Parecía que el conjunto blanco entregaría la cuchara, que alargaría la serie un partido más, que le daría la razón a los comentaristas futboleros que, año tras año, siguen empeñados en asegurar con media sonrisa que todo está medio pactado para que se llegue a un quinto partido, para que suba la audiencia, la emoción, la venta de entradas...pues no, Sabonis bastante encabronado pidió entrar en pista y en menos de lo que se tarda en decir "Zar de Lituania" enfiló el camino del partido hacia la victoria aplastante. En un gesto completamente chulesco se permitió mirar hacia su banquillo y decirle a su compadre Rimas Kurtinaitis una frase decisiva en lituano: "¡Rimas, nos vamos de vacaciones!". Fin. Eran otros (y gloriosos) tiempos.  

Este año el Madrid también ha terminado su participación en la ACB de manera abrupta. Cayó en semifinales frente al Bilbo Basket demostrando una capacidad más que obscena para parecer un pollo sin cabeza. Capaces de lo mejor y de lo peor el equipo blanco llegó a la final de la Copa del Rey (donde aguantó lo que pudo frente al Barça), llegó a la Final Four europea (donde naufragó estrepitosamente perdiendo incluso el partido de consolación) y, bueno, llegó a las semifinales de la ACB. 

El Power Electronics Valencia ha sido, más o menos, la medida del equipo blanco y ha marcado su tope durante toda la temporada. El equipo valenciano le tomó la medida a los merengues y forzó un quinto partido en la semifinal europea y en las semis de la copa. Se podría decir que ambos equipos han rayado a un nivel parecido en ambas competiciones. Ese era el espejo y ese ha sido el reflejo. 

Lo demás todo un espejismo que comenzó con el enésimo discurso ilusionante de Florentino Pérez que prometió devolver al Real Madrid de Basket a la élite. Para ello no se anduvo con tonterías y fichó al que tildó de "mejor entrenador del mundo": Ettore Messina. Sin entrar en otras valoraciones, ya repetidas hasta la desesperación, Messina fue apoyado en el cargo por Antonio Maceiras (con vitola NBA) y con un presupuesto astronómico de 28 millones de euros. Entró a saco y, sin cortarse un pelo, decidió cortarle el cuello a Raül López y a Hervelle para, un poquito más tarde, hacerle la guerra a Louis Bullock. Los tres jugadores habían sido piezas determinantes del modelo de juego de Joan Plaza, que fue despedido del club por la directiva de Florentino con un sonsonete que nos suena a otros momentos vividos en la Casa Blanca: Plaza no tenía caché para sentarse en el banquillo del Madrid...pese a que, en su primera temporada, había conseguido alzarse con la liga ACB y la ULEB (arrasando, por cierto). 

Recordándonos los momentos de la "era Scariolo" la sección de Basket se ha convertido en un mercadillo de jugadores de toda especie y ha terminado con Messina poniendo su dimisión fulminante perdido en batallas con la plantilla que en poco, o nada, le beneficiaron en ningún momento. Ahí nos dejaron a Lele Molin, su segundo, que quiso continuar la etapa Messina sin Messina con unos paupérrimos resultados. 

Florentino Pérez, y el Real Madrid (nómbrese con la convicción con la que el presidente blanco nombre siempre al club), han despertado de sus "sueños imperiales" (por enésima vez) y azuzados por la crisis y por esa picadora de dinero que parece ser el equipo de fútbol que funciona con la lógica aplastante de que se pueden pagar 10 millones de euros por un jugador llamado Varane (18 años, proveniente del Lens) pero no aportar esa misma cantidad para pagar media temporada de una plantilla entera de baloncesto han dicho "BASTA". Llegó Florentino y mandó parar. Reducción de presupuesto del 18% y una contraseña: perfil bajo. 

No entiendo como un club como el Real Madrid, tan acuciado siempre por hablar de historia, tradición y títulos puede arrastrar a su equipo de baloncesto (el más laureado del mundo, por cierto y donde han militado algunos de los mejores jugadores de la historia) hasta los puestos del 5º al 9º (si hay suertecilla) de la tabla. 

Lo más acojonante de todo es que mientras el Barcelona (o el Caja Laboral o el Powers o el propio Bilbo basket) han terminado la temporada preparando la siguiente el Real Madrid está paralizado administrativamente. Completamente paralizado. El recorte ha llegado antes a los medios que a los interesados y, lo mejor, desde la prensa futbolera (es un insulto llamar a esto prensa deportiva...que me perdonen profesionales como Martín Tello) se ha tildado el fichaje de Pablo Laso como poco menos que "desilusionante". Otra vez la lógica aplastante: Varane puede estar en portada, la selección de basket o de balomnano, jamás de los jamases. 

Con la baja anunciada de Prigioni (el cuarto argentino que fracasa tras Ariel Eslava, Lucas Victoriano y Pepe Sánchez...hay que mirarse eso rápidamente...) y la más que probable de Clay Tucker a Pablo Laso le quedan en plantilla: Rodríguez, Llul, Vidal, Suarez, Mirotic, Tomic, Reyes y Velickovic (lo ha pedido Laso pero hay que negociar una ampliación de contrato a la baja). Tendrá que decidir sobre la continuidad de D´or Fischer y de Begic....dicho así no parece un mal plantel. Sinceramente, parece increíble que Ettore "Mejor entrenador del mundo" Messina no haya sacado algo más a estos jugadores. 

En las catacumbas resuena la posibilidad de elevar al primer equipo a Froehlich, Jodar (¿qué pasa con las lesiones de este muchacho?) o a Arteaga. Todas futuras promesas o ya no tanto. 

Por delante Laso tiene que cerrar el fichaje de Jaycee Carroll y, quizás, sondear a Anderson (no vino el año pasado por cuestión de pasta pero queda libre), buscar otro base y afianzar el perímetro con aleros natos. Mucho trabajo y poco dinero: ¿se buscará en el mercado ACB o iremos a buscar eso que Ferrándiz llamaba "Money in the bank", es decir, jugadores buenos que estén en ligas europeas menores? 

Una incognita, como siempre, una falta de proyecto deportivo como siempre. Con el Madrid de Basket todos los años, este humildísimo baloncestero, dice lo mismo: que vendan el equipo si no lo quieren. Pero lo digo de mentira, la verdad, porque este equipo es como una novia a la que quieres mucho pero discutes mucho con ella y, cuando peor estan las cosas, piensas en las reconciliaciones, en las alegrías que te da de cuando en cuando, en que la quieres y en que nunca podrías querer a otra igual. 

Florentino le ha hecho un traje a medida a la sección, uno barato que no valdría ni para sobornar a un presidente de una autonomía, un traje poco reluciente, una chapuza de traje...sus sueños de dominación global pasan por fracasar, otra vez, en el fútbol pagando contratos millonarios a medianías cuando, ahí fuera, hay un montón de jugadores de basket, verdaderas estrellas, que vendrían por cuatro cuartos y que llenarían dos salas de trofeos. Pero eso, claro, es imposible porque el basket no luce, no da portadas, en AS y en MARCA no se habla de él, se le ningunea en las noticias televisivas...

Hace unos días hablaba de la posibilidad de que se implantara en el equipo de Basket una especie de "doctrina Guardiola" de esa que eleva la cantera a la santidad...un egregio madridista baloncestero lo ha dejado claro: "como empiecen a hablar de valores y a rascarse la cabeza me borro". También lo dice de mentira.

Confiamos en Laso, en que sea el entrenador que sacará lo mejor de la muchachada, que como Plaza nos regale momentazos durante la temporada...cuando gane títulos y enfile el equipo hacia los éxitos alguien caerá en la cuenta de que el Basket vuelve a importar y se sacará de la manga que quiere convertirlo en la primera franquicia NBA en Europa o que quiere traerse a gente que responda a los "cánones de la historia blanca, a sus triunfos, a su leyenda, que lo eleve a la categoría internacional y de prestigio que tiene el equipo". Volverán a fracasar pero, durante un pequeño tiempo, nos volveremos a enamorar perdidamente. Esto es así y no hay vuelta de hoja. La temporada que viene, si Thor quiere, nos vemos todos en la Caja Frígida de las narices...

Nota del Insustancial: Gabinete Caligari canta este amargo pasodoble que cuenta el despertar de los sueños de grandeza, de darse cuenta de que uno no va a recuperar las glorias del pasado. Creo que viene al pelo.


miércoles, 22 de junio de 2011

Ryan Dunn (1977-2011)


Hacer reir es, en cierto modo, el arte de hacerse daño, de rascarse por dentro los temores, de sacar punta a tus bajezas, a tus miedos. Hacer reir tiene una gran parte de impostura pero, también, una enorme parte de sacrificio. Es por eso que los chistes más efectivos siempre salen de uno hacia los demás y que el que escribe o actúa echándole un pulso al público al final acaba metido en un bucle de mal rollo, es por eso que el que quiere hacer reir tiene siempre que parecer un poco enano frente al público. 

La explicación más carnal de todo esto se hizo efectiva en "Jackass", la franquicia de la MTV inventada por Johnny Knoxville (un actor que quería hacerse un hueco y no sabía como), un director "indie" de prestigio llamado Spike Jonze que andaba dándole vueltas a nuevos formatos dentro de la cadena musical en calidad de productor ejecutivo  y a Jeff Tremaine, un artista multidisciplinar al que es casi imposible seguirle la pista. La leyenda dice que el primer vídeo para Jackass, el que usaron para convencer a los ejecutivos de la cadena para producir tenía como protagonista a Knoxville que se disparaba en la cara con un spray antivioladores que lanzaba gas de pimienta. 

"Jackass" en definitiva mezclaba los circos de freaks, con las hazañas espectaculares del motociclista Evel Knievel, el skate y la subcultura mostrenca de las bromas pesadas y bastante peligrosas. Ni siquiera se podría decir que fuera algo irreverente o molesto...no, simplemente era un espectáculo del dolor físico y mental extraña y dolorosamente divertido. De hecho que MTV solo censurara algunos programas por el hecho de que los idiotas que se dedicaban a intentar imitar a los actores de Jackass ya eran legión y sus padres quisieran demandarlos es un claro ejemplo de que, el programa en sí, solo era dañino para los participantes en el mismo. Los hemos visto cascándose la entrepierna, golpeándose contra todo tipo de cosas, haciendo "cámaras ocultas extremas", bailando desnudos, haciendo una serie de strip teases vergonzantes y cosas así de esas que, efectivamente, llevaban a los términos de la vergüenza ajena a unos niveles completamente desconocidos. 

Como fan del formato desde su salida diré que me he cuidado muy mucho de intentar rellenar de contenido intelectual al programa con la esperanza de psicoanalizarlo y, de ese modo, darle sentido al hecho de reconocer que me lo paso muy bien viendo a esa gente haciendo el cabra. Para mi supone el mismo placer infantil y estúpido que aquellas carreras en monopatín cuesta abajo de la infancia que acababan con los piños de alguien sobre el asfalto o una especie de justas medievales que celebrábamos en el barrio en el que los caballos eran sustituidos por las bicicletas y sólo podías defenderte con un palo y una especie de escudo de cartón. En cierto modo el programa más descerebrado de la televisión merece sentarse delante de la tele sin ningún prejuicio. 

Siempre pensé que Steve-O o Bam Marguera serían los primeros en abandonar este valle de lágrimas e instalarse al lado de Thor, Nuestro señor. Mucho más después de que ambos alargaran su vida televisiva en los dos notabilísimos (sobre todo el de Steve-O y Chris Pontius) spin off titulados "Wild Boyz" y "Viva la Bam". Este último tenía como protagonista a Marguera que es un tío que, por razones que se me escapan, me  cae mal porque de entre todos los "Jackass" era él el encargado de ser el que gastaba las peores bromas a los otros y, sobre todo, se "clavaba" bastante con Ryan Dunn, una especie de amigo inseparable que se acomodaba, de cuando en cuando, en el sótano de la casa de la estrella del monopatín. 

A mi Dunn siempre me pareció que se tomaba la vida un poco al estilo de John Bonham, sin darse mucha importancia, bebiendo mucho y llevando una mala vida que te cagas. Barbudo, tripón y siempre desaliñado fue el secundario de lujo de "Jackass" protagonizando el escalofriante sketch-acrobático en el que él y Knoxville conducían un carrito de golf hasta un accidente brutal. Una paradoja pues algo pasado de copas y en un Porsche que iba a 208 kilómetros por hora ha fallecido este muchacho sin dar tiempo a que lo viéramos fracasar (o ganar) de nuevo en otros formatos televisivos que, como bien se decía en 30th Rock, "son tan baratos que nos permiten eliminarlos y hacer el siguiente sin que nadie salga dañado". 

Dunn no necesitó nada más que convertirse en un personaje de sí mismo, es decir, no actuar, no interpretar y no impostar. Solo ser él mismo y mostrarse frente a las cámaras con todos sus defectos y todas sus virtudes. Nada más. Solo diré que, al menos, pese a ser una especie de estrella y don nadie a la vez consiguió pasar por este mundo de estrellas que son don nadies sin necesidad de hacerle daño a terceros lo que, teniendo en cuenta el percal de la tele en España, es mucho decir. Siguiendo la máxima de que el mejor chiste no es ya el que sale de uno, si no uno mismo, Dunn se va de este mundo, como bien decía un comentario en youtube, "haciendo lo que más le gustaba: chocar contra cosas". 

Bendito borrico. 

jueves, 16 de junio de 2011

Revolución, Involución, Movimiento, Proceso...palabras que están en nuestras manos

Necesaria nota del autor: Por el propio texto advierto que este que escribe lo hace para que, del mejor modo, se entiendan sus palabras sin que medie en su intención azuzar ninguna tendencia violenta o posicionarse en las mismas. Las menciones militares no deberán, en ningún caso, de ser tomadas como una postura ideológica a favor de una intervención armada o chifladura semejante y, simplemente, me han parecido necesarias para explicar lo que quiero explicar que creo que queda bastante claro. El que suscribe piensa que los militares y policías donde mejor están es en los cuarteles y comisarías, echando una mano en misiones de paz, haciendo acciones de salvamento y, sobre todo, sirviendo al pueblo soberano. Entiéndase, del mismo modo, que este texto no pretende ser una crítica frontal ni a personas, ni a instituciones, ni a plataformas si no una llamada de atención sobre la necesidad de hacer de todo lo acontecido en estos días una alternativa real que, en mi puta cabeza, pasa por eliminar todo aquello que es accesorio. Si, después de esto, no has entendido nada es mejor que te dediques a otra cosa y no sigas leyendo. Gracias a todos, avisados lectores. 



Por varias razones el proceso democrático alumbrado en Portugal con la conocida como "Revolución de los claveles" me parece mucho más interesante que la Transición democrática española.

El 24 de abril de 1974, a las 22:55 de la noche, suena en la onda de "Emissores Asociados do Lisboa" la canción "E depois de adeus" de Paulo Carvalho. A esa misma hora los mandos medios encargados del traslado de una nueva remesa de tropas a los conflictos bélicos de las colonias de Angola y Mozambique detienen dicho traslado y mantienen a las tropas acuarteladas hasta nueva orden. Un poco más tarde, y a través de Radio Renascença comienza a sonar la popularísima "Grandola, Vila Morena", que es la segunda señal pactada por los  militares que forman el Movemento das Forças Armadas (una organización ilegal de militares que representan a diferentes ideologías de izquierdas) para dirigir a las tropas no hacia su destino de ultramar si no hacia las ciudades más importantes de Portugal que son tomadas en cuestión de minutos sin que nadie sospeche que se está gestando un golpe de estado. Es normal, Portugal vive en ese momento bajo la dictadura de Marcelo Caetano que ha heredado desde 1968 el cargo del que fue depuesto el General António de Oliveira Salazar, y el control de ejército y servicio secreto (la terrorífica PIDE) es algo a lo que se han acostumbrado para su desgracia los ciudadanos del país.

Mientras una columna de tanques e infantería viaja hasta el centro de Lisboa para obligar a Caetano a renunciar al cargo los Capitanes de Abril discuten con los mandos que no se han adherido al golpe de estado y que pertenecen a Marina y Aviación. La posibilidad de que los barcos de guerra zarpen del puerto lisboeta para bombardear desde el Atlántico las posiciones tomadas por los rebeldes que temen, además, un enfrentamiento cuerpo a cuerpo con la Infantería de Marina que desembocaría en un grave derramamiento de sangre.

Antes de las 14:00 horas del 25 de abril el ejército sublevado ha alcanzado la unión de los tres ejercitos portugueses y, a través del Capitán Salgueiro Maia, Caetano recibe un ultimatum: si a las 16:00 no ha abandonado su puesto tomará el palacio a la fuerza. Sabiendo que la Guardia Republicana y la PIDE es insuficiente para combatir a los sublevados Caetano pide rendirse pero ante un alto mando militar. A las pocas horas acude a su despacho el General Antonio de Spinola curiosamente depuesto por el propio Caetano con el que había mantenido varios enfrentamientos públicos y privados. Esa misma tarde el gobierno en pleno, con su presidente al frente, es puesto de camino a Brasil donde viviría en el exilio hasta su muerte en  1980.

La imagen icónica que nos ha dejado la conocida "Revolución de los claveles" es la de los civiles decorando las bocanas de las armas de los militares con claveles rojos. Una imagen tan potente que asustó al régimen de Franco hasta tal punto que, en un primer instante, se urdiera desde El Pardo la posibilidad de iniciar una operación militar contra Portugal para que, de forma preventiva, las ansias democráticas de los españoles no fueran a desbordarse o que dentro del propio ejército (existía la casi desconocida Unión Militar democrática que era muy parecida al portugués MFA) no se produjeran movimientos contra el régimen.

Pese a que el golpe de estado fue pacífico se registraron cuatro muertos en diversos enfrentamientos con miembros de la PIDE, la policía secreta del régimen, y el ejército tuvo que sofocar varios intentos de linchamiento contra ciudadanos que habían trabajado como informantes a diversos niveles de dicho cuerpo policial.

El golpe militar se tradujo en lo que es conocido como Proceso Revolucionario En Curso (PREC), un proceso político y social que tenía como objetivo la regeneración de las instituciones portuguesas y la creación de garantías para un estado democrático al estilo europeo. Se puso en libertad a Mario Soares y a Alvaro Cunhal, detenidos por el régimen salazarista, y se inició la entrega de las colonias portuguesas en diferentes lugares de África para evitar un derramamiento de sangre mayor (el servicio militar obligatorio hacía que casi el 95% de los efectivos militares tuvieran que servir en lo que ahora son países como Guinea-Bissau, Angola o Mozambique). Además de eso el camino a la democracia estuvo empedrado por cinco gobiernos provisionales, el anuncio de que Portugal había decidido abrazar el socialismo, una tensión que auguraba una guerra civil larga y cruenta azuzada por dos golpes de Estado. La situación se normalizó con otro golpe militar "blando" dado el 25 de noviembre de 1975 que fue apoyado por los partidos más significativos y que acabaron con la instauración de una nueva constitución en 1976 y la celebración de elecciones.

Por desconocimiento, infantilismo, estupidez o maldad (coja cada uno lo que le toque) se viene instalando en el discurso cada vez más desdibujado y naïf de todo lo acaecido tras la concentración del 15 de Mayo en Madrid una cierta reafirmación en la idea de que se está viviendo en nuestro país una REVOLUCIÓN. Desgraciadamente para nosotros el campo semántico de una palabra tan atractiva (tanto que forma parte de un alto porcentaje de campañas publicitarias y diversas creaciones artísticas de toda índole y signo) está plagado de términos no tan atractivos como "enfrentamiento", "violencia", "derrocamiento"...en su esencia una REVOLUCIÓN es un cambio drástico y traumático de lo conocido que da paso a otro estado de las cosas. Si puede ser, y por mantener el significado de la propia palabra, de la manera más rápida posible. Tras las revoluciones se abren, como en el caso de Portugal, procesos de discusión donde se analiza a la propia revolución y, claro está, lo que está ha generado. Es decir, muchísimo trabajo, pero sobre todo la convicción de que poco o nada de lo que conocíamos como la sociedad en la que vivimos va a quedar en pie. La REVOLUCIÓN es un cambio profundo que, por su naturaleza, no puede contar con la adhesión de todo el mundo. Es más, muchos de los que no se adhieren a ella, suelen pasar de gobernantes a presos políticos o viceversa como fue el caso de Mario Soares en el vecino Portugal.

La REVOLUCIÓN por drástica, profunda y traumática necesita, como ya digo, de que un nucleo duro de una sociedad diga "basta" y salga a la calle a protestar pero no solo a protestar; también a enfrentarse abiertamente con lo que se conoce como orden establecido que, de algún modo y aunque solo sea por no perder su posición dominante, responderá con todas las armas disponibles a su alcance. Lo que es un poco torpe pensar es que los que mandan vayan a entregar el poder a un grupo de personas por una especie de epifanía, por una especie de alumbramiento, de despertar espiritual que, en plan milagro, les haga caer la venda de los ojos para reconocerse en toda su torpeza o maldad (o ambas). No. No lo hacen.

Fíjense ustedes en ese casi depuesto dictador portugués Marcelo Caetano que ya, con todo perdido, con los fusiles apuntándole a la cabeza tuvo todavía arrestos y desvergüenza de negarse a entregar el poder a un simple capitán para solicitar que fuera un General el que viniera a coger su forzada renuncia o, como él mismo afirmo, para que "el poder no caiga en las calles". Es decir, ni acorralado, ni vencido por las circunstancias, ni rodeado por un grupo de militares y civiles quiso Caetano caer en ese gesto vil de entregarle directamente la vara de mando a unos cuantos desarrapados y quiso hacerlo frente a un general. Qué gesto más chulesco para alguien que, en ese momento, bien podría haber sido fusilado al estilo de Ceaucescu si es que la calma de nuestros vecinos no se viera derrotada ni en los casos en los que tiene una ametralladora en la mano.

¿Es lo que existe a día de hoy en nuestro país una REVOLUCIÓN? No lo es, en tanto en cuanto el metro sigue funcionando, las tiendas abriendo a su hora y la gente acudiendo a su trabajo (o a la oficina del INEM más cercana...para nuestra desgracia).

Entiendo una REVOLUCIÓN como un proceso que se traga todo lo que ocurre a su alrededor y no como algo que se pega a la chepa de lo ya existente.

La necedad de que existe la posibilidad de crear REVOLUCIONes pacíficas es un mito. Como ya escribí por ahí arriba ni siquiera una revolución tan calmada como la portuguesa pudo evitar que en menos de 24 horas murieran 4 personas y, claro está, tampoco evitar los brotes de violencia posteriores al 25 de abril.

Lo que me convence de las aspiraciones más que burguesas de todo este asunto, me refiero siempre al discurso general, es la necesidad de convencer a la gente de que estamos interesados en un cambio pero en un cambio pequeño, casi imperceptible, en una especie de reajuste de las condiciones que traerá una sociedad calcada a la actual pero solamente un poco mejor. Es esa necesidad mínima lo que, en cierto modo, me inquieta y lo que me hace augurar que, a cambio de muy poco, y si hubiera cabeza dentro de nuestra clase política tocando algunos pocos botones todo esto se desactivaría por completo. ¿Han escuchado a Esperanza Aguirre hablar a favor de las listas abiertas? Es normal, como decía mi amigo Fran hoy mismo, "Inglaterra, que es un país muy conservador, tiene listas abiertas y tampoco parece la gran cosa". Tiene razón, la idea, otra vez "buenista", de que las listas abiertas permiten a los parlamentarios votar "en conciencia" desoyendo a las secretarías generales de sus partidos es, simplemente, una falacia. En Estados Unidos ese voto libre y en conciencia que se esperaba se ha convertido en un mercadeo de lobbys y, en Inglaterra, la presencia de grupos de presión y de jefes de grupo parlamentarios que se dedican a retorcerle el pescuezo a los parlamentarios díscolos o que disienten de la voz del Partido suelen dar unos buenos resultados. Solo así se explicaría la casi unanimidad del Partido Laborista en el envío de tropas a Iraq. Por poner un ejemplo claro. ¿Alguien piensa que aquellos diputados votaron "en conciencia" o que llevaban la voz de su distrito al Parlamento o, quizás, lo hicieron presionados por un compañero de partido que les recordó que, a lo mejor, sus votantes recibirían menos dinero en obras públicas si no hacía lo que le indicaban.

Quizás sería el momento de hablar de otras cosas pero de no nombrar la palabra REVOLUCIÓN más de la cuenta si es que, de verdad, se intenta sumar a más y más gente en la lista de reivindicaciones interminables que, por cuestiones absurdas como esas asambleas donde la minoría puede vetar cualquier cosa y que son bastante sensibles a la presencia de reventadores profesionales (por ejemplo gente de los propios partidos) o chiflados de toda índole (no me quiero ni imaginar lo que un tío de ciertas asociaciones de amantes de los OVNIS y las conspiraciones puede liar), no han llegado a ninguna parte.

Mientras el proceso se eterniza en una batalla encarnizada por la NADA más absoluta camina el asunto ya hacia los páramos de lo completamente ignoto y desconocido, es más, a costa de no querer ser reivindicado ni pintado de ningún color más de un espabilado está corriendo a hacer caja de la manera más descarada como puede leerse en este atropellado artículo del siempre atropellado Quico Alsedo. Aquí

Yo me quedo con este final que nos regala Enrique Dans:  


"España firmó una transición modélica hace 35 años y la gente dejó aparcadas sus diferencias. Ahora que la sociedad ya no es unidireccional, podemos llegar a un nuevo consenso, una segunda transición. Debemos fijarnos en aquella"

Es decir, que un "agitador" (así dice Alsedo que es Dans) no se le ocurre una mejor fórmula para reconducir la situación actual abriendo una "segunda transición" que sea tan "modélica" como la primera. ¿Puede hablarse de una Transición modélica? Quiero decir, en términos que no hagan que un politólogo se le parta la caja de reírse. Solo puedo decir que Enrique Dans, un hombre bastante alejado de la imagen de revolucionario pero que, sin duda, ha sabido capitalizar parte del éxito de esta protesta-movimiento para iniciar una carrera política dentro de un conocido partido político (UPyD), opta por una solución tan sencilla como una nueva Transición. Ajá. Touché. Ya están las cartas encima de la mesa. ¿Se puede hablar de regeneración cuando alguien quiere devolvernos a la segunda mitad de los 70? ¿Eran las condiciones en las que se produjo esa Transición las mismas que las actuales? ¿Por qué alguien que quiere cambiar las cosas y que se ha convertido en un abierto crítico de la clase política querría, con la que está cayendo, hacer tantas señales de quererse embarcar en la misma? ¿No tienen ustedes la sensación de que Enrique Dans es una persona que le está haciendo señales desesperadas a un taxi en una calle para que pare y pueda montarse?

Dejemos a Dans que está muy entretenido montándose su nuevo y flamante chiringuito, su propio asalto a los Palacios de Invierno, miren como toma carrerilla mientras en nuestras cabezas suena la banda sonora de "Carros de Fuego". Yo digo alto y claro: No nos representan y este aún menos.

Entiendo que, entre todas las voces, y por pura agonía lo que se postula como una REVOLUCIÓN comienza a convertirse pues en un proceso absurdo en el que se reivindica, como en "El Gatopardo" que "si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie". Raro.

Eso por un lado. En el otro lado de la cuerda existe el convencimiento de que esto es una batalla entre el BIEN y el MAL. Es por eso que adherido a las reivindicaciones propias haya crecido la rémora del lenguaje espiritual-religioso-newage tan molesto que se centra en eso que se ha dado en llamar como "despertar conciencias". Corren por las calles los paralelismos entre "Matrix" y lo que está ocurriendo. La ultraderecha americana conspiranoica ya ha utilizado esos mismos términos tan atractivos de las conciencias dormidas para hablar de sus maguferías y, como por arte de magia, estas aparecen en los discursos sobre el 15M de una manera tácita y sin que a nadie se le mueva una pestaña al escuchar semejantes barbaridades. Por no ponerme pesado con la dialéctica diré que eso de "despertar conciencias" es de una profunda vaguería intelectual aunque solo sea porque emite el deseo de que la gente, toda a la vez y a la misma hora, abra los ojos y caiga en la cuenta de que las cosas tienen que ser más buenas y más justas. Es decir, se acude al deseo de que ocurra una especie de milagro, una epifanía civil colectiva en la que la gente, sin necesidad de leer o informarse, dirima de manera perfecta sobre lo justo o injusto. ¡TACHAN! ¡TODOS SALVADOS! ¡TODOS BUENOS! Como decía Neo: ¡YA SE KUNG-FU!


Pues no. Creo que es por eso por lo que en las asambleas se ha instaurado la necesidad de que todas las reivindicaciones sean tomadas en cuenta sólamente si se vota de forma unánime, si todo el mundo está de acuerdo. Pues no. No todo el mundo puede estar de acuerdo y eso es sano.

Caigamos en la forma en la que el Subcomandante Marcos (por poner un ejemplo cercano) contaba sobre la manera en la que los Zapatistas aterrizaron en Chiapas. Marcos aludía a una forma responsable e irresponsable de hacer las cosas. La irresponsable era, cláramente, más fácil. Solo tenía que aunar el dolor de aquellas personas y armarlas hasta los dientes sin explicarles nada más. La responsable, la que el zapatismo eligió, fue la de la formación política.

Entiendo que, para convencer a la gente de algo, se necesita INFORMAR a la gente de las cosas. INFORMAR a la gente bien sobre las cosas. Ser un pesado y explicarles todo el rollo económico en el que se metieron en su momento, explicarles los porqués de la situación actual y, más que eso, enseñarles que muchos de los males heredados por nuestras instituciones tienen que ver con que fueron, directamente y por mucho punto idílico que le ponga Mr. Dans, directamente construidas sobre las bases podridas del Franquismo. Heredamos una policía y un ejército que dio un golpe de Estado (y varias intentonas) y, claro está, nuestros primeros dirigentes (UCD) venían directamente de los cuadros intermedios del antiguo régimen.   No es un proceso rápido, no es un proceso agradable, es un proceso que requiere trabajo, esfuerzo y, sobre todo, paciencia. No es el caso. Sí vale, lo dijo Jim Morrison "We want the world and we want it now" pero, la verdad, no se tomó La Bastilla porque toda Francia cayera en la cuenta de que el rey era malo y nada más.

Es decir, a lo que voy, los cambios profundos requieren una implicación real y profunda. Requieren esfuerzo, trabajo y, claro está, que a la gente se le informe claramente de las consecuencias que pueden tener sus acciones. Si le pedimos a nuestros políticos que se bajen del caballo, que se acerquen a la gente, que no tomen sus decisiones a la gornú, es necesario que, la gente que sueña con estos cambios, que se implica directamente en un proceso de esta índole no se le cuente la milonga de que todo es cuestión de desear las cosas muy fuertes, de que se produzca el milagro de la revelación democrática y, sobre todo, de que todo esto conlleva, o podría conllevar, sangre, sudor y lágrimas. Es decir: que el poder se defenderá y se podrán producir hechos mucho más graves y cruentos que los que hemos visto en Barcelona, Madrid o Valencia.

Sigo pensando que es una completa y absurda inanidad lanzar a la gente a demostraciones de pacifismo azuzadas por consignas sobre moral y espiritualidad y no añadir un "pero por si acaso, llévate un casco y un pañuelo para la boca para defenderte de gases lacrimógenos y porras y, por si acaso, ten en cuenta que es posible que te detengan aunque no estés haciendo nada y pases unas cuantas horas o un par de días detenido en una comisaría". No se trata de "no asustar" si no de regalar la misma honestidad informativa que exigimos a los gobernantes. Es posible que la fuerza moral esté en la calle pero, amigos y amigas, las porras y las defensas de plástico, los botes de humo y las bocachas que lanzan pelotas de caucho las llevan otros y esos no juegan en nuestro equipo.

Repasando el eje de la algarada callejera llegamos, claro está, a la inserción icónica de "V de Vendetta", esa adaptación cinematográfica del cómic de Alan Moore, que tan mal entendida está siendo. Lo es por una sencilla razón: V y Evey luchan solitos contra el sistema dictatorial dirigido por Adam Sutler. Mientras tanto, los ciudadanos se mantienen encerrados en sus casas mirando el espectáculo, disfrutando del nuevo héroe que les está poniendo la salvación en bandeja sin que tengan que intervenir mucho excepto cuando la batalla parece ya completamente ganada y, por fin, el mutante tras la máscara va a volar el Parlamento Inglés. La romántica imagen de que la REVOLUCIÓN o, si quieren, el cambio puede hacerse de forma tranquila está latente en la producción de Hollywood en la que solo vemos morir a una niña con gafas. Ya ven. Todo el entramado político y militar de una dictadura se tambalea con la simple aparición de un tío vestido de opereta que solo quiere salvar el alma de la pobre Evey que se niega a tomar partido en todo el asunto hasta que las cosas se ponen realmente feas. ¿Se han dado cuenta que todos los fans del film pasan de puntillas por el hecho de que Evey es tratada bastante mal para perder sus miedos y se centran en los atentados de V? ¿No será intencionado el hecho de olvidarnos del dolor para centrarnos en la imagen que, al fondo, representa el triunfo de todo lo que creemos justo y, encima, sin mover un dedo?

Creo, de verdad, que es necesario informarse más antes de aludir a dos películas ("Matrix" y "V de Vendetta") como todo argumentario. Y hablo, claro está, de la generalidad del asunto y, en ningún caso, de lo que entiendo son reivindicaciones completamente justas, claras y cargadas de buenas razones solo que estas, que son las que yo creo necesarias, se han visto completamente rodeadas de un cúmulo de rémoras dialécticas que en nada benefician al fin último del asunto.

Si no queremos que todo esto se venga a pique, si no queremos que todo esto no sirva para nada, sentémonos por una única vez a organizarnos bien, a dirigir nuestros esfuerzos a actuaciones concretas, a entender nuestro entorno y la sociedad de la información en la que vivimos, a utilizar términos adecuadamente, a buscar interlocutores válidos y, en definitiva, a jugar la necesaria baza de ganarle al poder en su propio terreno.

No quisiera largarme sin decir que es erróneo pensar que vivimos en un estado NO DEMOCRÁTICO. La prueba de ello es que, en estos días, muchos cargos elegidos directamente en las urnas están tomando posesión como ya saben ustedes y que, salvo en sonrojantes ocasiones, el tongo electoral se encuentra bajo mínimos. Líbremente muchos ciudadanos han expresado su opinión en las urnas (de manera equivocada o no, eso solo lo podremos saber cuando se haya consumido la legislatura) y han elevado a sus políticos preferidos para que gobiernes Comunidades Autónomas y ayuntamientos. Esto es así. Vivimos en una democracia donde el sistema de elección funciona bien, otra cosa es que sustente instituciones o cargos que no nos gustan o que pensamos que hay que cambiar con toda lógica aunque solo sea porque lo que hemos heredado ni siquiera lo elegimos nosotros. La idea, como ya digo, es que de aquí a la celebración de unas elecciones generales seamos capaces de articularnos en algo que pueda cambiar las cosas de manera REAL. Olvídemonos de lo accesorio, depuremos el discurso, limpiemos de broza el camino, apartemos todo lo viejo, todo lo que no vale y recordemos que estamos preparados para tomar la rienda. Eso es lo importante. Nadie ha dicho, o eso creo, que se PUEDE GOBERNAR SIN MORAL PERO NUNCA JAMÁS SIN VOTOS. Si ustedes, si yo, si nosotros, no ejercemos nuestro derecho a votar, no nos implicamos, no nos movemos en una dirección clara, si no nos expresamos contundentemente sobre las cosas que nos afectan directamente el grito de "no nos representan" se traduce en una única verdad: quieras o no te representan de facto, quieras o no tienen la sartén por el mango, tanto si les votas como si no van a gobernar porque habrá otros que los votarán. Es muy sencillo de entender: LA DEMOCRACIA ES REAL SI SON REALES LAS ALTERNATIVAS. ESTÁ EN NUESTRA MANO. PERO CONLLEVA UN VERDADERO ESFUERZO Y NO TODO EL MUNDO ESTARÁ DE ACUERDO.

Por retomar el comienzo de este artículo me gustaría resaltar las palabras del Capitán Salgueiro Maia, héroe de la "Revolución de los claveles", palabras dirigidas a la tropa de la Escuela Práctica de Caballería de Santarem de donde salió la columna de tanques que tomó Lisboa:


"Señores míos, como todos saben, hay diversas modalidades de Estado. Los estados sociales, los corporativos y el estado al que hemos llegado. Así, en esta noche solemne, vamos a acabar con el estado al que hemos llegado. De forma que, quien quiera venir conmigo, vamos para Lisboa y acabemos con esto. Quien sea voluntario, que salga y forme. Quien no quiera salir, se queda aquí".

Está en nuestra mano. 

viernes, 10 de junio de 2011

Lo de siempre



Cuando se acercan estas fechas ustedes comenzarán a escuchar unas cuantas noticias de la localidad cacereña de Coria. Algunas televisiones informarán de la celebración de sus tradicionales fiestas de San Juan donde se suelta un toro por las calles de su ciudad antigua para algarabía de locales, turistas y curiosos. Las celebraciones levantan muchas pasiones entre apasionados y detractores. Desgraciadamente para los corianos se han extendido muchos bulos sobre sus fiestas y ninguno cariñoso por lo que es complicado que estas tengan buena prensa. Cuando se va acercando el día 23 muchas cadenas, especialmente Telecinco que le saca bastante puntillita a estas cosas, nos regalarán todo tipo de imágenes de estas fiestas y sacarán, como siempre, tajada de estos asuntos tan feos. 

Es una pena que no se hable del importante conjunto histórico artístico de la Capital del Valle del Alagón, de la vecindad de Rafael Sánchez Ferlosio, de su estupenda oferta culinaria o, por ejemplo, de algo mucho más interesante: Coria fue la primera localidad de España que albergó una cadena privada de TV. 



Allá por los años 80 unos cuantos vecinos de la ciudad abrieron Coria TV. El objetivo era ampliar la exigua oferta televisiva de la época (TVE1 y TVE2); mucho más exigua si se tiene en cuenta que por razones tecnológicas que aún se escapan al entendimiento estas dos cadenas no tenían en la zona la suficiente calidad de emisión y, por tanto, los corianos pasaban días sin disfrutar de su ratito delante del aparato catódico. La oferta de la parrilla de Coria TV era francamente buena: informativos, películas (que salían del videoclub de uno de los implicados), programas especiales y, claro está, la retransmisión en directo de las fiestas de San Juan. En directo. Cágate lorito. 

El asunto fue conocido por el resto del país e incluso Fernando García Tola dedicó un "Si yo fuera presidente" (aquel programa tan estupendamente progre) a hacer parodia cariñosa de la cadena que, como mandan los cánones y al no tener licencia, fue suspendida de emisión por el mando de la Guardia Civil existente en aquellos años. Un cierre, por cierto, que tenía todos los ingredientes de lo berlanguiano. Ya ven si, por puro desconocimiento de la región, no se pueden hacer chistes mezclando las palabras "extremeño", "televisión" y "Guardia Civil". 

El caso es que, echando un vistazo a lo existente en la TDT, uno pensaría que Coria TV fue no solo la primera cadena privada de nuestro país si no, más allá de eso, la guía por la que se han regido todas las cadenas de posterior apertura que, pese a tener mucho más presupuesto, no han sido capaces de inventarse nada más allá de lo que se conoce como "televisión que se parece a la radio". 

En estos días inciertos hemos vivido el cierre de VEO7. Es el claro ejemplo de que la fórmula de dirección y producción de las cadenas españolas está en declive, ha entrado en barrena y está dirigida por gente que no sabe de lo que va todo esto. Por si ustedes no lo saben VEO7 era la cadena de TV de Unidad Editorial  que anunció a bombo y platillo una amplia y ambiciosa renovación tras el cese fulminante y sorprendente de Melchor Miralles. Pedro J. Ramírez puso de director de informativos a Ernesto Sáenz de Buruaga y, más tarde, eligió a Eduardo Inda (hasta entonces director del diario Marca del mismo grupo) como jefe de todo aquello. ¿Buruaga? ¿Inda? ¿Renovación? ¿Era aquello una renovación? No lo parecía en tanto en cuanto todo se resumía en un intento de Unidad Editorial por rascarle las bolas al grupo Intereconomía que lidera, con suficiencia, el nicho de espectadores ultraconservadores no solo desde la televisión si no también desde la prensa con "La gaceta" y que, poco a poco, ha ido colocando a profesionales salidos de su seno en periódicos tan dispares como "ABC" (Vocento) o "La Razón" (Planeta) de tal forma que ya es imposible saber qué periódico has comprado si te fijas en los titulares. 

Sáenz de Buruaga entraba en VEO7 para intentar salvar los muebles de la pésima audiencia, un acuerdo con Antena 3 para compartir anunciantes intentaría salvar lo económico y, mientras tanto, desde las mismas entrañas de la cadena se aseguraba a cualquier productora que se acercara por allí a vender un proyecto de que, en contra de lo que se estaba diciendo públicamente, no había ni un duro para comprar nada que no fuera un "éxito asegurado". Es decir, algo salido de productoras afines o, mejor, series de éxito en el pasado para su reemisión. 

De ser este otro país, uno con más cultura audiovisual, seguramente VEO7 debería de haber optado por buscar otro nicho y, sobre todo, por alejarse lo más posible de la estructura de programación de Intereconomía. Ante la decisión de elegir por "El gato al agua", "La vuelta al mundo" o el programa que se emite en "La 10" (que es igualito) es normal que el telespectador medio prefiera elegir al formato original y no a las copias. Y decimos bien si decimos copias porque, en realidad, no hay mucha diferencia en los listados que tiene producción para llamar a los diferentes tertulianos y/o polemistas y/o azuzadores. Ninguna. Da igual que uno vea Telemadrid, VEO7, Telecino, Cuatro o lo que quiera: son siempre los mismos, con muy pocas diferencias. 

¿Vivimos en un país donde no hay gente que sepa gritar en un plató argumentos sacados de la inanición intelectual? Yo creo que, buscando un poco, se conseguiría una lista interminable pero lo cierto es que no parece haber muchas caras nuevas que, por ejemplo, dieran la sensación de ser una verdadera "renovación". Al parecer no hay cantera y, claro, pasa lo que pasa. 

Estructuralmente, seguramente debido a la juventud del medio televisivo privado en nuestro país, se ha optado por dibujar dos líneas estratégicas: 1) programas que parecen radio (tertulias que son baratas) 2) Muchos directivos. 

Ambas medidas se han convertido en un cáncer que se ha cargado la imaginación y la evolución en los contenidos y, por otro lado, se ha cargado la economía ya que unos sueldos altos en dirección por narices repercuten en las cuentas que persiguen producir y desarrollar nuevos formatos. Sin estas cuentas fuertes y saneadas, lo normal, es que se tienda a comprar producción extranjera que sale por un precio buenísimo: "pedoputa" por capítulo.

Si VEO7 ha naufragado no es por la crisis, no es por el momento económico que se vive, no es por la piratería y no es por un presunto monopolio de PRISA (esto se dice mucho todavía sin sonrojo) o la presión  del gobierno socialista (sí, ya ven, que en su casa solo se emiten emisiones de la Televisión soviética y consignas del Partido Comunista Chino y discursos de Kim Il Jong) si no porque la gestión ha sido completamente desastrosa. Enseñar un nuevo formato tiene dos respuestas siempre: 1) es muy caro 2) prefiero comprar a una productora grande. Curiosamente la "productora grande" puede ser un invento/nadería de un ambicioso ex portavoz del gobierno que te llevará a la ruina (pasó, pasó) pero nunca serás tu. 

Las víctimas colaterales han sido 100 trabajadores de VEO7 que se han quedado en la calle y que, por desgracia, no han sentido la solidaridad que, en su momento, se regaló a los que se quedaron en la calle con CNN+ y, en este asunto particular, hablo de una solidaridad que siempre debería darse entre currantes. 

El problema es que el fracaso se volverá a repetir. Seguirán los mismos en los mismos puestos porque, al parecer, no hay una renovación real. Si echamos un vistazo a los fichajes y desfichajes que se hacen en los últimos tiempos entenderán ustedes que Jordi Hurtado y el equipo de "Saber y ganar" sean la única constante en un mercado laboral que se dedica a intercambiar cromos desde hace demasiados años pero que arroja unas cifras ruinosas. 

Aunque lo he dicho alguna vez creo que esa política conservadora ("no hacer nada y que pase el tiempo mientras hacemos lo de siempre") no deja de ser el objetivo cortoplacista de unos cuantos a los que, a día de hoy, les importa un pepino (alemán) que detrás de ellos (cobrados los emolumentos del despido) quede la tierra como si por allí hubiera pasado El Cid, Atila, los Hunos y cuatro o cinco apisonadoras y después no se pueda plantar nada. 

En realidad, y en contra de lo que se diga, la televisión es un buen negocio, lo que ocurre es que es muy sensible a las malas gestiones, a la improvisación y, sobre todo, al corralito. 

Esta misma semana la cadena Intereconomía daba una especie de aviso: necesitaba dinero y lo pedía a sus telespectadores. Saltó la voz de alarma y, claro, todos nos volvimos a preguntar si la cadena conservadora habría sufrido el látigo de alguna conspiración. Al parecer sí: los socialistas (es un ente en el que cabe cualquiera que diga "ustedes no me gustan")  los han querido callar cambiando su frecuencia lo  que, al parecer, ha influido en su audiencia de manera terrible. Pese a que pedían dinero se han enrocado en una extraña posición "no lo necesitamos pese a que lo pedimos". 

¿Razones? Al parecer Intereconomía está haciendo un experimento. Quiere demostrar que puede sobrevivir sin ayudas gubernamentales. Bien, lo que no explican es que el hecho de ser una cadena privada les obliga a ello. Y eso que, evidentemente, sí reciben (como todas las cadenas) un dinerito de forma indirecta. ¿Saben ustedes todos esos anuncios que todos los años paga el Gobierno de España y las comunidades autónomas? Pues necesita cadenas donde emitirlos y, por tanto, paga religiosamente una serie de espacios publicitarios a todas las cadenas por su emisión. Si Intereconomía, de verdad de la buena, quisiera arrojar un buen resultado en esa especie de experimento que reforzaría de forma sana nuestras creencias en el mercado capitalista y económicamente ultraliberal debería, claro está, hacer una declaración pública y negarse a recibir ese dinero de cualquier gobierno autonómico o nacional. Punto. Después centrarse en buscar más publicidad privada, ya saben, como las demás cadenas. El problema es que, este pobre escritor, se ha hartado de escuchar de muchas voces que "no quieren que se les relacione con Intereconomía porque, la verdad, hay miedo a perder clientes y que se dispare un boicoteo".

¿Saben ustedes que Opel ha perdido ventas en Madrid por una campaña que ha sido leída como favorable al F.C. Barcelona? ¿Saben que Zanussi y Parmalat dejaron de esponsorizar al Real Madrid porque sus productos dejaron de venderse en Barcelona? ¿Saben cuanto dinero se ha gastado Eroski en hacer campañas de información para desmentir que estuvieran relacionados, de algún modo, con el pago del Impuesto revolucionario a ETA? ¿Y la marca  FAGOR? 

Pues a Intereconomía le está pasando un poco eso. Sus ventas en publicidad descienden porque el tono de la cadena les parece agresivo. ¿Recomendaría yo a Intereconomía que dejaran su línea editorial? Por salud nacional sí pero nunca me atrevería a decirle a nadie que retoque su línea porque hay presión de los anunciantes. Es la cadena la que elige su línea y lo que quiere ofrecer y, después, tiene que apechugar con que los telespectadores decidan o no verla. No hay vuelta de hoja.

Lo más sorprendente es que, por Internet, ya se sabe que las campañas para pedir dinero suelen resultar fallidas (Mobuzz TV) y, a lo peor, Intereconomía se ha metido en un plan de financiación compartido con algunas cadenas públicas como la PBS norteamericana que, cuando anda corta de dinero, hace maratones para solicitar dinero a los contribuyentes de manera directa. Otra paradoja: luchando contra lo público se absorben sus formas para mantener un discurso neoliberal...como cuando los bancos recibieron sin rechistar el dinero del gobierno, vamos. 

La siguiente pregunta es para nota: ¿Por qué Intereconomía no ha optado por convertirse en un canal de pago? Sería lo mejor y lo más coherente. Sus espectadores colaborarían con el mantenimiento de la cadena abonando todos los meses una cuota por disfrutar de la programación de Intereconomía. Al parecer tampoco es viable por razones que creo he analizado solamente por encima: sus televidentes responden a un perfil poco dado a las modernidades del pago por visión, no tiene un target demasiado específico (hay jóvenes, hay viejos, hay público rural, hay público urbanita...con una sola cosa en común, la tendencia ideológica) y, claro está, en abierto su audiencia en abril fue de 1´6%, un record para la cadena sustentado por el éxito del futbolero "Punto Pelota" que dirige Josep Pedrerol. Una audiencia bajísima en abierto, normalmente, es complicada de atraer a una forma de pago por visión.

Bien pudiera ser que todo esto no fuera más que una de esas campañas arriesgadas de marketing para aunar aún más a la audiencia de Intereconomía, para intentar que los buenos resultados aumenten pero, la verdad, de ser así no tendría más sentido que ahondar aún más en la mala imagen de esta cadena que, basándose en la información, decide falsear sus propios datos para ganar share. 

Si FOX, que es el espejo de Intereconomía, funciona en Estados Unidos es porque mantiene además de unos telediarios y unos programas políticos que hacen que tu córtex cerebral tiemble nervioso es porque, a la vez, mantiene una calidad inmensa en programas de entretenimiento que vende a todo el mundo y que no tienen ideología o, a lo peor, como en el caso de "Padre de Familia" o "Los Simpsons" chocan de manera frontal con lo que parece la ideología central de la cadena. FOX no se mantiene por ser el ariete de la derecha conservadora americana si no por atraer detrás de sí a muchos telespectadores que se acercan a su emisión a ver otras cosas y que bien podrían ser votantes de Obama (de hecho Seth McFarlane, autor de "Padre de Familia" y "Padre made in USA" es un conocido demócrata). Quizás en esa pluralidad, esté el éxito. Por encima de eso no deja de sorprender que, claro está, se quiera uno acercar a las formas de trabajar de una major norteamericana, una multinacional a toda máquina, cuando uno es un grupo editorial (todavía en incierta  expansión). 

Mientras tanto disfrutamos de lo de siempre, de este discurso infame a medias que dice que los medios de comunicación no son rentables pese a que lo son. De esta red de intereses políticos y económicos sustentados por gente incapaz de hacer mover la rueda de los beneficios y, claro está, con un panorama prejuiciado donde cualquier excusa es buena para seguir montado en el burro ande este, galope este, o como dicen los hechos, se muestre al borde de la muerte. De fuera vendrán unos buitres que se lo acabarán repartiendo. Hay días en que uno piensa que, a lo mejor, no lo podrán hacer tan mal como estos.