domingo, 29 de mayo de 2011

¡Viernes Peronistas!

¡Ché, que bueno que viniste! 

El sábado pasado el azar me llevó a conocer a Dario Adanti, conocido dibujante (coautor de "Mis problemas con Amenabar" junto a Jordi Costa...entre otras muchas cosas...pero ese cómic deberían de adquirirlo) que me presentó mi amigacho del alma Eduardo Galán. 

¡Compre Viernes Peronistas! ¡Un imán para las nenas! 

Pocas veces en la vida, o muy pocas, recibe uno eso que se llama "flechazo heterosexual". Es decir, que ni Dario ni yo nos conocíamos de nada pero, de pronto, como a los 20 minutos ya estábamos hablando como dos viejas cotorras en la puerta de una iglesia. El caso es que resultó que ambos tenemos ciertos frikismos comunes. Uno de ellos es el peronismo. Sí, ya se que ustedes dirán que eso es una chorrada enorme, que somos personas sin ningún fondo y que deberíamos de hablar de cosas mucho más profundas pero, de pronto, surgió en la conversación nuestra perversión mutua por ese periodo de la historia de Argentina y por todo lo que trajo, todo lo que implicó y, en general, todas las rarezas que crió: desde Evita a López Rega, pasando por la fundación de Montoneros o la protección de nazis al mismo tiempo que se negociaba amistosamente con la Cuba Castrista (y entonces triunfante). 

¡Y sin que usted se lo pida se pone sus propias gafas de alta tecnología! 
(Bueno, en realidad eso es una trola)

Tan bien fue el asunto que me regaló un ejemplar de "Viernes Peronistas" que es un fanzine desopilante que trata en clave pop el peronismo en general y que, en su primera entrega, da un repaso por algunos de sus personajes más importantes. Por raro, por curioso, por entretenido y, en definitiva, por interesante e informativo cae este Viernes Peronistas en este mierda-blog para que sepan ustedes de su existencia y, en la medida de lo posible, lo adquieran para ustedes y para sus amistades. Por sus páginas pasan terroristas, nazis escondidos, proyectos de bombas atómicas, la vida pública y privada del General Perón y los experimentos con las artes oscuras de López Rega, las diferentes facciones en las que se dividió el propio pensamiento peronista y el sabor extrañamente dulce, esta vez, de la locura de todo un país y de su convulsa historia. 

Entre sus colaboradores están, además del propio Adanti, gente como Mauro Entrialgo, Ata, Nono Cadaver o Marcelo Larraquy que le dan la forma y el sentido a esta rara publicación que es, como un homenaje pop a medio camino entre lo chungo y lo dulce, como esas viñetas que Adanti titulaba "Las ·Extrañas aventuras del Niño Dios", un viaje psicodélico raro por las catacumbas históricas de Argentina y de la Guerra Fría. Un chiflado bofetón, como de esnifar pegamín que te deja KO y que te hace plantearte si lo que has leído es verdad o es pura invención. Nunca, se lo digo en serio, se mezcló también lo real con lo completamente chalado que tiene lo real. Disfruten y no dejen pasar Viernes Peronistas, una publicación del Órgano de Difusión de los Jueves Peronistas. Una pasada.  

Más información aquí.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Antònia Font y el público de Madrid


El grupo mallorquín Antònia Font ha tocado esta noche en el Teatro Lara. Vaya por delante que a mi los conciertos sentado me ponen de los nervios, que se vienen a mi cabeza las imágenes de las modositas primeras fans de The Beatles moviendo alocadamente las piernas, mezcladas con las escenas de las matinés del Circo Price inmortalizadas por el NODO y, claro está, las de los actos culturales de la URSS en la que daba igual que estuvieran viendo al Ballet Nacional o un CSKA-Real Madrid de baloncesto porque aplaudían sentados en sus butacas con el mismo entusiasmo contenido y mecánico. Yo soy más de estar de pie, hacer un poco el cafre y bailotear con este cuerpo lamentable con el que he sido dotado. El asunto de estar sentado, así de primeras, como que me pega más para otras cosas y creo, pero eso solo lo creo yo que soy un poco idiota, que a un grupo como este vale más la pena disfrutarlo de pie. Mi compañero de fatigas, el hombre que me ha invitado a semejante evento cultural ha sido el tuitero @pamplinero al que agradezco desde este rincón que me eligiera entre los cientos de miles de pretendientes que existían para esa butaca en tercera fila desde la que, puedo asegurar, no hemos perdido ripio. @pamplinero decía, en la cenita posterior en ese chino que parece una especie de remedo cañí de los restaurantes de Manhattan Sur sito en la "Plaza de los Luna", que distinguía cierta catarsis en el público que se queda con la imagen de haber asistido a un concierto en el que todo el mundo termina jaleando de pie y aplaudiendo. No es mal punto de vista.

Antònia Font es uno de esos grupos, como Mishima por ejemplo, que pese a la barrera idiomática (cantan en catalán con acento mallorquín que es un acento de lo más curioso) se han hecho un hueco en el panorama "indie" nacional. Como ya saben ustedes el "indie" es una cosa completamente inabarcable y heterogénea porque caben en ese saco desde Chinarro a Nixon, pasando por Los Planetas o Sexy Sadie y acabando en propuestas como Love of Lesbians, Manos de Topo o los mismos Antònia Font. Etiquetar a la banda comandada por Miquel Oliver de "pop" o de "indie" sería olvidar que son un grupo con un registro amplísimo de temas, hasta tal punto que se hace muy dificil encasillarlos en alguna corriente concreta ya que cuentan con canciones como "Batiscafo Katiuscas" (la gran ausente del repertorio de esta noche) o ""Wa yeah" que no se parecen en nada. Incluso en su último disco, lamparetes, parecen como obligados a diluirse en una maraña de  influencias para encontrar su propio estilo. 

Con un repaso por este nuevo y brillante trabajo han comenzado su actuación en Madrid para pasar luego a lo que Pau Debón, con algo de chufla, ha denominado "grandes éxitos". El asunto ha ido de menos a más por razones obvias, los temas de este album son mucho menos conocidas que las que llevan sonando un par de temporadas y, por si fuera poco, las maletas y algunos instrumentos del grupo han desaparecido en Barajas lo que les ha obligado a tomarlos prestados de otro conocido músico "indie" que les ha prestado el material a prisa y corriendo hoy mismo. A este contratiempo se ha unido que el sonido del Lara ha dejado un poco que desear en ese primer instante y ha dejado inservible la segunda guitarra de acompañamiento que, a veces empuña Pau Debón, y que su nivel de micro andara acoplado al de la banda y se produjera el conocido efecto "J de Los Planetas" o "canto al mismo nivel de la banda afinando la voz como si fuera un instrumento más". Algo que, a veces, resulta francamente desesperante. 

Sin embargo, y pese a estos contratiempos, Antònia Font ha salido del atolladero técnico poniéndole empeño y profesionalidad y consiguiendo el crescendo necesario para que la cosa quedara en un tonteo con el desastre, posibilidad que siempre acompaña a cualquier actuación musical. 

Si Mick Jagger se quejaba de forma desesperante de que, siempre que presentaban nuevos temas, la gente aprovechaba para ir a comprar perritos calientes durante el concierto lo cierto es que Antònia Font bien podría haberse quejado, en primera instancia, del poco o nulo interés del público madrileño en general y del "indie" en particular por ponerse, en primera instancia, a favor de obra. Han tenido que ser los foráneos, los que vienen de fuera del foro, los que pusieran ese punto de arranque necesario para que la cosa marchara. 

El público de Madrid en general, y el "indie" en particular, suele confundir el silencio de respeto con lo despiadado y tiene un alto nivel de autocomplacencia consigo mismo y sus gustos pero, normalmente, muy poca piedad con el trabajo ajeno. Confundimos, normalmente, nuestra capacidad de juicio con una actitud escrutadora y fría que paraliza a más de un currela artístico. No me extraña. No se de donde sale tanto interés por parecer afectado, por parecer intenso y, sobre todo, por parecer que todo nos coge completamente prevenidos, enterados e, incluso, un poco aburridos. Es desesperante el tono casi litúrgico que comenzamos a conferirle a cada concierto y nuestra incapacidad para disfrutar de las cosas que nos lleva a convertirnos en un público antipático que, la mayoría de las veces, parece que paga una entrada para convertirse durante un rato en Risto Mejide olvidando que, a estas cosas, y salvo completo desastre, se va a disfrutar y a pasarlo bien. Esta dureza de carácter se puede ver en los campos de fútbol (ese Bernabéu mudo ante el séptimo gol de Cristiano Ronaldo haciendo la catapulta mortal, esa pasividad del Calderón ante la enésima gambeta de Agüero en esta temporada), en los toros (Esas Ventas que silban incluso la forma de hacer el paseillo y que escrutan incluso como el matador de turno bebe el "buchito" de agua) o en todo tipo de conciertos donde se suele producir esa especie de pulso criminal en los primeros instantes en el que la masa parece estar diciendo "entretenedme y sorprendedme y, recordad, vais a tener que cagar sangre para sacarme un aplauso que no sea el plas, plas de compromiso entre tema y tema". 

Sin embargo, y como existen los milagros, al final incluso el ácido y despiadado público de Madrid ha de rendirse a la evidencia y suele entregarse en las tres últimas canciones y luego pidiendo bises. De pronto se nos quita la vergüenza, nos olvidamos de que hemos estado sentados, de que queríamos de verdad canturrear en mal catalán las canciones de Antònia Font y sobreviene el levantamiento, el gritoneo fans y el arramblamiento de la fanaticada que, incluso, se ha atrevido a dar palmas de forma sincopada y de practicar una especie de catalá-mallorquí fonético que a la banda de hoy le habrá resonado en los oídos como a las bandas extranjeras les debe de sonar el "guachi-guachi-einsonnn" con el que mal pronunciamos sus canciones. 

En definitiva, Antònia Font son una banda con oficio, unos músicos excelentes que han sabido ganarse al público capitalino que los ha hecho sudar en algunos momentos de la noche con esa actitud de "¿Si aplaudo demasiado creerán que todo esto me gusta de verdad?" que les ha recompensado con dos ovaciones sinceras. Conciertos como el de esta noche son los que te demuestran que en este país existe una música de mucha calidad compuesta y ejecutada por un personal que sabe emocionar al respetable, que maneja a la perfección la escena, que sabe sacar petróleo de cualquier situación ofreciendo un concierto de casi dos horas de duración que ha hecho que "Calgary 88" sonara como segundo bis porque se habían quedado sin repertorio que ofrecer...y, aunque la gente ha pedido "Batiscafo Katiuscas" nos hemos quedado con las ganas. Si pasan por su ciudad no lo duden, pasen a verlos. 

martes, 24 de mayo de 2011

Debacle y Restauración




La victoria del PP en Extremadura bien puede tomarse como el claro ejemplo de por qué el PSOE ha fracasado de manera tan ruidosa en los comicios celebrados ayer mismo. Un histórico militante de la formación de Ferraz, hace ya como un par de años, me advertía en una charla amistosa sobre las posibilidades reales de José Antonio Monago de arrebatar la presidencia de este feudo histórico de la socialdemocracia a Guillermo Fernández Vara. 

No tenía nada claro como el sucesor de Ibarra, que había arrasado en su primera participación en unas elecciones sacándole una histórica ventaja de 25 puntos a su adversario Carlos Floriano (un político que pasó de ese fracaso a ocupar un puesto en el gabinete de comunicación de guerrilla estratégica comandado por Pons demostrando que la política española es la única en la que un fracaso puede convertirse en un ascenso dentro del propio partido), iba a desmenuzar esa cantidad enorme de votos en tan solo dos años a lo que me contestó más o menos así: "Monago es un populista que hará una campaña a pie de calle, visitará cada pueblo pequeño, cada rincón desbordando campechanía y buenas maneras. Lo hará ganándose a la gente y rompiendo con la típica imagen de señorito de cortijo alejado de la realidad que ha mantenido el PP en esta comunidad autónoma. Va a sacar al PP a la calle y le va a dar cercanía. Va a jugar al mismo juego que Fernández Vara y que el PSOE han explotado en todos estos años, va a sacar réditos de la misma estrategia, aunque sea un derechista convencido va a bajarse del caballo y va a salir de la finca. Va a plantar cara de verdad". 

Pese a que el análisis me pareció, en ese momento, de lo más catastrofista (hasta hace unas pocas horas parecía imposible un vuelco así en Extremadura) lo cierto es que dio en el clavo. Monago ha jugado esas cartas y le ha salido bien frente a un candidato que, con todas las de ganar, ha pensado desde que se aposentara en Mérida para dirigir los designios del gobierno extremeño que lo mejor era mantener una imagen pública de hombre de izquierdas pero menos al estilo de José Bono o José María Barreda. 

Que un dirigente socialista se exprese públicamente con tibieza sobre asuntos morales o, incluso, se alinee con algunas de las tesis del PP no deja de ser un detalle nimio y sin importancia en un escenario de bonanza económica. Cuando el mar está tranquilo y estás en cubierta disfrutando de un solecito de escándalo a nadie le importa quién maneja el barco, bien puedes tener el timón a recaudo del más tonto de los marineros que, sin duda, pensarás que la calma chicha lo acabará aburriendo y que la embarcación no se moverá peligrosamente más que unos pocos grados a estribor o a babor...se puede jugar a la tibieza cuando las cosas están tibias pero, sin duda, es absurdo intentar mantener esa imagen de socialdemócrata de perfil amabilísimo que se confunde con el de un conservador de perfil amabilísimo cuando arrecia la tormenta económica. En ese caso, a tu electorado, no le estás dando razones para que te mantenga al timón si no, más bien, le estás dando la coartada para que monten un motín a bordo y elijan a otro capitán aunque solo sea por una sencilla razón: ya que los dos son iguales veamos qué cosas puede aportar el nuevo, probemos a ver que tal capitán es y si es capaz de poner en práctica todo aquello que dice. 

Hay, sin duda, una cierta intención del PSOE de cazar a un unicornio, a un ser mítico, llamado "descontentos de la derecha". Ni siquiera la irrupción de esa marca blanca y personalista llamada UPyD que parece la depositaria de esos votos les ha hecho desistir de la posibilidad de aumentar su margen electoral no entre los ciudadanos que se consideran, en mayor o menor grado de izquierdas, si no entre una nebulosa de indecisos votantes que, teóricamente, cada cuatro años se levantan para ir a votar sin saber a quien van a votar. En cierto modo la socialdemocracia más tibia ha sido fuerte dentro del aparato del partido y ha ido insuflando estas tesis baratas sobre la necesidad de no plantarle cara a las reivindicaciones de la Iglesia católica o de abrir la mano un poquito más todavía a banqueros y grandes empresarios. 

En cierto modo el PSOE parece haber llegado a la conclusión de que contaba con una serie de votantes fieles que, en un momento, se sentirían amenazados por la irrupción del PP y correrían a echar su voto a la urna como salvavidas ante una nueva derechización de España mientras han alimentado la derechización dentro de sus filas sin entender que, a lo mejor, debería de haber movilizado con más brío, decisión y gestos de izquierdas al electorado de la misma ideología. 

Repito: ante candidatos que ofrecen lo mismo y en una situación de crisis tan grave lo normal es que el elector se decida por una cara nueva cansado ya de que, los que parece que no van a arreglar nada, puedan incluso empeorar aún más la situación. 

Sin duda esta última legislatura del PSOE no ha sido fácil. La economía ha entrado en estado de catástrofe, se enfrenta a un panorama mediático sonrojante donde casi todos los medios se le han puesto en contra y no ha sabido comunicar bien ninguno de los éxitos que consiguió en estos ocho años. Ni siquiera los más básicos. El PSOE se ha mostrado como un partido francamente débil en aspectos importantes y no ha jugado ni una carta de forma inteligente desde hace ya demasiado tiempo ni siquiera dentro del propio partido. Actualmente, y mucho más con esta derrota, ha aparecido como una formación en crisis incapaz de gestionar con verdadera sangre fría la aparición del movimiento 15M y la acampada de Sol y de distanciarse del peligroso discurso de "disolución de las manifestaciones" que ha mantenido claramente el PP.

Si algo nos han mostrado estos días de ruido es que, por alguna razón que a nadie puede escapársele, lo cierto es que estamos enfrentados a una clase política que es incapaz de entender que la realidad afecta al discurrir de la política, que trabaja para nosotros y que siempre reacciona mal y con gesto de estupefacción, indolencia o absurdo ante la más mínima protesta de la ciudadanía y, aún peor, cuando esta toma ya un carácter informativo importante.

Para el PSOE no hay excusas puesto que ha fracasado en la única tarea a la que se encomienda en todas las elecciones a las que se ha presentado desde que abandonara el barco Felipe González: remover al electorado. No es que el electorado de izquierdas (socialdemócratas) se vaya al campo, es que simplemente prefiere no votar cuando se trata de seguirle a un juego a un gobierno que parece no estar al tanto de la situación y que ha perdido el fuelle del ideario neoprogresista que se había marcado en la agenda.

Para el PP, mientras tanto, la fórmula de la campaña de la negatividad le ha venido al pelo no ya por la situación del país, si no por el apoyo incondicional de los medios cercanos a Génova que se han movido, como siempre, rápido y saliendo a cada ataque para evitar el desgaste del propio partido lanzando, en plan ciclista, a toda la plana mayor de gregarios y aguadores que tiene en cartera y que ya se olisquean que, casi con toda seguridad, pueden acomodarse en un puestecillo de ser Mariano Rajoy el próximo presidente del Gobierno. Desde los tiempos de Aznar el PP se ha bebido, literalmente, todos los manuales de los grandes organizadores de campaña norteamericanos y ejerce con alegría ( y peligrosa inconsciencia en muchos sentidos) de pirómano encenciendo fuegos donde no los hay y azuzando los que ya están encendidos. La premisa es clara: desmovilizar al electorado y no hay nada que desmoralice y desmovilice más al personal que ese claro mensaje de que, en realidad, ir a votar o no da igual porque todos los partidos políticos son completamente iguales. Si el partido republicano norteamericano sabe que su electorado es fiel y que acude a votar contra viento y marea al PP no le ha faltado tiempo para entender esta misma raiz del voto conservador. Por lo tanto, solo tiene la labor de procurar que el menor número de votantes de izquierdas (socialdemócratas o en la estela de IU) se acerquen a las urnas el día de las elecciones. Si quieren ustedes empaparse bien de este tipo de teorías les recomiendo fervientemente que lean "¡Arriba Simba! Siete días en la campaña de un anticandidato" incluído en "Hablemos de langostas" (Mondadori) de Robert Foster Wallace en el que el fallecido escritor americano cuenta su experiencia en la campaña por la candidatura de McCain en el año 2000 y como intentó, de forma fallida, jugar al mismo juego que su adversario George W. Bush.

Fuera de otra valoración, y como ya contaba por ahí arriba, la irrupción de partidos que no van de partidos (Ciudadanos, UPyD) ha beneficiado al PP en tanto en cuanto movilizan a sectores de votantes que, o son indecisos, o son una especie de votantes que ansían una especie de partido al estilo del UCD de Suarez, una formación teóricamente apolítica y equidistante de izquierda y derecha, una especie de "voto útil" para mantener una pretendida "paz social". Pese a los rosas, los actores, la palabrería y los claros toreos ideológicos al progresismo y al conservadurismo, pese a esa apariencia de partido nuevo y recién amueblado reside en estas formaciones, posiblemente, lo peorcito de eso que se llama "Espíritu de la Transición"; aunque solo sea por esa incapacidad de asumir que en política no existe ni lo "apolítico", ni lo "centrado", ni mucho menos la falta de ideología. Aunque solo sea porque la ideología es una suma de ideas sobre la conformación del Estado o del orden de las cosas. ¿Se imaginan que alguien llega a presidente/a del gobierno/a y no sabe si declarar el estado socialista o el estado del neoliberalismo? ¿Y si decide una cosa un año y, al año siguiente, decide otra?

Si el bipartidismo creciente en estos últimos años ha sido algo así como un cáncer (el bipartidismo solo es posible en otras formas de gobierno, en otras democracias, donde la disciplina de partido no es tan ferrea como en nuestro país...aunque haberla, la hay, no se crean que la gente es gilipollas, échenle un vistazo a "El lado Oeste de la Casa Blanca" o a la serie "Castillo de naipes" y sabrán de lo que hablo) la irrupción de una tercera fuerza como UPyD o con esas mismas señas de identidad pretendidamente "apolíticas" es ya, de hecho, lo que se podría entender como la aparición de una nueva "marca blanca" política...y nada más. Un accesorio que vendrá bien hasta que uno de los partidos mayoritarios absorba a esos votantes de nuevo ya sea por pura frustración o por una de esas alianzas políticas españolas en las que el partido grande se declara "Casa común de la izquierda" (para absorber al ala más conservadora del PCE) o en "Gran Partido conservador nacional (para absorber con la misma alegría a democristianos o a la extrema derecha).

En este orden de cosas las aspiraciones de IU de convertirse en la tercera fuerza política nacional han sido sustituidas por la recaptura del voto perdido (que en las anteriores elecciones cayó en el saco del PSOE) y el afianzamiento en la nimiedad y en la triste sospecha de que, en nuestro país, ante la duda no se vota más a la izquierda ni aunque estemos viendo entrar al ejército rojo (reconstituido) por la Puerta de Alcalá. Si en el periodo de la Transición la derecha se encargó, con mucho mimo, de desactivar al PCE de la manera más burda beneficiando a las formaciones nacionalistas burguesas (PNV y CiU) con una ley electoral que venía de Bélgica (la famosa Ley D´Hont) pese a saber que, a lo mejor, le crecían los enanos con el nacionalismo menos amable (Herri Batasuna)...ya pueden ustedes imaginarse el miedo que estos señores le tenían a Santiago Carrillo...fue el PSOE el encargado de imprimir a fuego un argumento que, peligrosamente, se le ha vuelto en contra de cuando en cuando: "La izquierda está trasnochada porque no entiende las razones de Estado, no entienden que hay que estar en la OTAN, no entienden la economía de mercado, no entiende quienes son nuestros aliados naturales y, claro está, no entiende que hay que estar en Europa". Desde aquel famoso Congreso de Suresnes en el que González tomó el poder de la organización y viró del marxismo a la socialdemocracia para convertirse, olisqueando el viento de cambio, en una fuerza real de gobernabilidad lo cierto es que se ha dedicado primero a darle zarpazos a los viejos dirigentes del PCE (que se habían desangrado literalmente durante el Franquismo) y, más tarde, a intentar atraer a todos los Secretarios Generales de dicho partido o de la coalición postrera (IU) hacia sus aguas con la promesa de convertirlos en la voz de la izquierda dentro de la propia izquierda regalándoles ese puesto tan raro de Pepito Grillo. Ni que decir tiene que, por la extraña conformación ideológica del PCE, no ha sido difícil para nadie (ni siquiera para el PP en tiempos de Julio Anguita) hallar la forma de hacer volar, desde dentro, a la dirección del partido.


Como ya saben, y mientras todas esas cosas se sucedían, estallaba en el centro de Madrid un movimiento ciudadano llamado Democracia Real Ya que tuvo el éxito de capitalizar el mosqueo generalizado ante la crisis económica y los problemas que ha creado. El mosqueo general, ni que decir tiene, que al ser general tiene tantas peculiaridades y que lejos de ser homogéneo u ortodoxo es más un grito general que reúne a muchos gritos. En ese saco del descontento están las familias de clase media que jugaron a ser inversores y especuladores en el terreno inmobiliario desconociendo el truco del asunto y que han hinchado el mercado encontrándose con una situación económica de la que han sido partícipes de forma directa, los que están convencidos en gran medida de que esta situación es absurda y que hay que redirigir y reorganizar el estado (sistema de elección, control de los políticos, control del poder judicial, aumentar la capacidad de decisión del ciudadano en los órganos administrativos etc.) y también esa masa colorista y difusa de militantes de una pretendida extrema izquierda que igual te hablan de animalismo militante que te dan cuatro soluciones para que el tofu sepa a estofado de carne. No me cabe duda que, si he de incluirme en uno de esos grupos, opto por los del medio porque, en realidad, son los que llevan consigo el espíritu de esta protesta ciudadana.

Entiendo, dolorosamente, a los que han despertado a las maldades del capitalismo cuando estas maldades se han cebado sobre ellos pero, del mismo modo, entiendo que todos tenemos que aceptar que hemos participado en mayor o menor medida de ese absurdo intento de enriquecimiento ilícito, que muchos han disfrutado de la quimera del neoliberalismo, que mientras que ha habido créditos y dinero se han olvidado cosas básicas como, por ejemplo, entender que la política no va por un lado y la economía por otro y, más allá de eso, que hay que mojarse en cualquier circunstancia y ejercer de modo responsable como individuos (e individuas). Es una parte de esa masas descontenta, esa clase media difusa que se ha trasladado a vivir a las afueras de las grandes ciudades la que ha vivido pastueñamente las lindezas del subidón del ladrillo desconectando poco a poco de la realidad e instalandose en la comodidad del silencio y del "aquí todo el mundo se ha hecho rico". Me pregunto cuáles eran las opiniones de muchos de ellos cuando la gente se movilizó para tener una vivienda digna o cuando algunos intentaron advertirnos de lo que se nos iba a caer encima con tanto fondo de alto riesgo y tanto jugar con el precio de la vivienda familiar.

En cierto modo, somos responsables de no haber sido responsables. Somos responsables de habernos dejado engatusar por contradictorios mensajes como "la vivienda nunca pierde su valor" o "hay que invertir...puedes pedir un crédito" mientras que hemos perdido nuestra capacidad para sacar las uñas en momentos determinantes.

Evidentemente tampoco quisiera participar de un grupo de ciudadanos que, por pura lejanía, prefieren hablar y hablar sobre lo mal que está todo y no hacer nada al respecto. No entiendo como, con la que está cayendo, alguien tiene el santo cuajo de proponer (lo he escuchado) absurdeces como una regulación sobre el consumo de carne o, peor, la necesidad de que la gente no se vacune (¡Polio ven a mí!) entorpeciendo lo que es una llamada a la acción para establecer otro tipo de juego democrático más cercano a las necesidades de un país cuyos habitantes ha decidido que ya está bien de que lo pastoreen o lo traten como a un menor de edad balbuceante. En el fondo de la cuestión, creo que están las razones por las que el bando republicano perdió la contienda civil: unos querían vencer y otros hacer la revolución mientras vencían. Mientras tanto el enemigo puede sentarse a tomar un café en lo alto de una loma y ver como dos facciones teóricamente amigas se despedazan o se pierden en discusiones absurdas.

No quisiera dejar a nadie con la sensación de que el movimiento ciudadano me parece mal, simplemente creo que es ridículo mezclar churras con merinas y que es erroneo lanzar cuatro mil mensajes diferentes para no llegar a ninguna conclusión. Simplemente me molesta que se diluya una protesta más que razonable en medio de un circo de brindis al Sol.    

Por otro lado creo que es erronea esa idea de que "esto no es de nadie". No, ni mucho menos. Protestas como las de Sol (y las de toda España) son de todos porque si no las reclamamos como propias, finalmente, acabarán por apropiárselas otros que nada tienen que ver con el asunto o que querrán arrastrar el ascua a su sardina haciéndose portavoces de lo que comenzarán a llamar "el espíritu real de la democracia real" o cualquier idiotez que se les ocurra. Tendríamos que ser conscientes de que, visto lo visto, un político puede ser un inmoral y seguir detentando cargos públicos y que nuestra única fuerza es echar el voto en la urna para cambiar las cosas.

Me sorprende, por tanto, que el asunto de la corrupción no haya pasado factura al partido ganador bien sea porque el electorado medio de su formación va a votarles aunque presenten a un mono yonqui y borracho, bien porque judicial y mediáticamente han jugado la carta de la maraña y el engaño de forma hábil hasta el punto de que asuntos como el espionaje en Madrid han quedado completamente olvidados o el hecho, inefable, de que la ciudadanía española tiene la conciencia de que el político estafador realmente no los estafa a ellos si no que estafa solamente a aquellos que les quieren sacar algo a cambio de un dinerito. Ante casos como el de Valencia, por decirlo muy claramente, este servidor de ustedes tiene la sensación de que, en realidad, se encuentra no en una democracia irreal si no en una democracia tan inmadura que es incapaz de entender que aquel que maneja el dinero público lo tratará con los mismos pocos miramientos con los que trata un asuntillo de recalificación de terrenos.

Más allá de eso nos encontramos con una ciudadanía que se encuentra muy pez en lo que a la política del Estado se refiere y que no tiene muy clara la misión de este. Desconociendo el caso de otras comunidades autónomas me sorprende que, pese a la política de privatizaciones y al disparado gasto público la distancia del PP con el PSOE no haga más que crecer. ¿Nadie entiende que cuando hay agujeros en los presupuestos se debe a que los que los gestionan lo hacen mal? ¿Nadie ha entendido las consecuencias de que nos hagan pagar por un sistema sanitario que ya sustentamos con nuestros impuestos? ¿Esos tuneles? ¿Esas obras para unas olimpiadas que jamás se van a celebrar?

Hoy más que nunca se hace palpable la necesidad de que entendamos como va el sistema, que nos preocupemos de como van las cosas, de que pidamos explicaciones a los que nos gobiernan porque podemos hacerlo, porque son funcionarios públicos y nada más que eso que tienen que responder ante nosotros pase lo que pase. ¿Como se sentirían si les invitaran a jugarse su propio dinero ante una mesa de Black Jack sin saber como son las reglas básicas del Black Jack? ¿No les parecería estúpido que fuera el croupier el que les contara como va todo mientras se va quedando con sus fichas? ¿No tendría la tentación de que, aunque ustedes fueran ganando, decirles que van perdiendo por aumentar los beneficios del casino?

Podemos hablar de estas elecciones en términos muy claros y asegurar que el PSOE ha sido castigado por la situación económica actual y por su falta de decisión en los momentos claves demostrando una especie de absurda inconsistencia que les ha impedido actuar sobre nada o cediendo terreno ante el poder económicos. Esa ha sido la clave, que no han sabido hacer nada bien, que se han perdido apareciendo como lo que no eran, que no han sabido encontrar su identidad mientras que, en el otro lado, solo han tenido que azuzar todo el asunto para que la cosa le beneficiara. Miren a Mariano Rajoy, no ha tenido ni que decir nada en campaña...nada de nada...daba igual porque el PSOE caminaba tranquilamente hacia el precipicio.

Mientras tanto, unos cuantos arribistas van minando el espíritu de las protestas dividiéndose entre los que querían que #nolesvotes se convirtiera en un trampolín de UPyD y en el gérmen de las protestas para ver si sacan réditos del asunto y mañana les dan un telefonazo vendiendo humo y unas cifras que son completamente absurdas e inconsistentes por razones tan obvias que no vale la pena ni discutir aplaudiéndose así mismos por unas victorias que ni han peleado, ni han conseguido. ¿Ven? Si nadie reclama #nolesvotes al final vienen unos y se lo quedan discurseando sobre absurdeces. ¿De verdad alguien cree que toda esa abstención se debe a ellos? ¿Que le han limado votos al PP? ¿Que han derrotado al PSOE? Es el problema que tienen los que se dedican al marketing y a capar sus páginas tan libres y tan bien informadas...que al pasarse a la política se piensan que todo el mundo es idiota. En realidad, dicho asunto hubiera sido un éxito si se hubiera producido un voto masivo a partidos minoritarios...

Fíjense que bien le ha ido a BILDU que, sin necesidad de tanta alharaca, se ha convertido en una nueva fuerza consistente en Euskadi y Navarra. Esos si que han sabido capitalizar el voto del descontento, si que han sabido moverse para recuperar a sus votantes y unir a ellos un claro voto de castigo. Detrás de todo ello, deben de agradecerle a la campaña del PP contra dicha formación que los haya hecho tan simpáticos ante unos grupos demográficos de votantes que, normalmente, no se levantan a votar. Si de #nolesvotes hubiera salido una fuerza mayor, una opción real que no fuera declarar que la tercera fuerza más votada ha sido el voto en blanco y la primera la abstención, si alguno de esos voceros cancamuseros fuera capaz de andar y comer chicle a la vez posiblemente entendería que lo coherente hubiera sido impulsar el voto, sacar a la gente a la calle y hacer que la gente optara por soluciones y no por un continuismo de color rosa...porque el continuismo da igual de qué color se pinte.

Hablaba la noche de las elecciones con mi amigo Alex. Es extremeño como yo (de ahí que sepamos tanto de dicha comunidad autónoma) y es una de las personas más coherentes que conozco a la hora de hablar de política pese a que me molesta que sea tan tibio con ciertas cosas. Su conclusión no podía ser mejor: "es bueno que venga la derecha, que la izquierda se apee del burro y que trabaje en otro campo diferente, es bueno que el español de a pie pruebe un poco de las soluciones que va a proponer el PP y que este enseñe sus cartas de aquí a que lleguen las elecciones generales. A partir de ahí, si previsiblemente gana, podremos ver si tienen la llave de la máquina que hace el dinero, si son capaces de rebajar el paro y si dejan de criticar para ponerse a trabajar de una puñetera vez. El juego es este y así está marcado. Mientras se cambia los que tienen que ponerse las pilas que se las pongan y los fulanos como nosotros podremos seguir pidiendo soluciones y exigiendo que las cosas mejoren que es lo que nos toca...si no es así, lo mejor es que la gente los eche y vengan otros que lo hagan mejor si pueden y, si no, pues nos vamos todos a cagar a la vía y santas pascuas...¿no te parece? Es sano que la gente pruebe de su propia medicina aunque esta sea de copago. Es emocionante saber que la caja de las soluciones del PP se va a abrir, es como uno de esos sobres sorpresa que nunca sabes que tienen dentro...me huelo lo que me huelo pero, lo cierto, es que lo del PSOE era ya insostenible y que la gente aquí, ni de coña, va a votar más a la izquierda de forma masiva. No estamos tan preparados".

A mi me parece un cierre de lo más emocionante. Un saludo y gracias.  

lunes, 9 de mayo de 2011

El naufragio de la nave de los locos y las desventajas de aprender a nadar para morir ahogados en la costa


El vídeo original con sus imágenes bélicas puede verse aquí

"Habíamos salido a ganar; podíamos hacerlo. La, valga la inmodestia, por mi concebida, el duro entrenamiento a que había sometido a los muchachos, la ilusión que con amenazas les había inculcado eran otros tantos elementos a nuestro favor. Todo iba bien; estábamos a punto de marcar; el enemigo se derrumbaba. era una hermosa mañana de abril, hacía sol y advertí de refilón que las moreras que bordeaban  el campo aparecía cubiertas de una pelusa amarillenta y aromática, indicio de primavera. Y a partir de ahí, todo empezó a ir mal: el cielo se nubló sin previo aviso y Carrascosa, el de la sala trece, a quien había encomendado una defensa firme y, de proceder, contundente, se arrojó al suelo y se puso a gritar que no quería ver sus manos tintas de sangre humana, cosa que nadie le había pedido, y que su madre, desde el cielo, le estaba reprochando su agresividad, no por inculcada menos culposa. Por fortuna doblaba yo mis funciones de delantero con las de árbitro y conseguí, no sin protestas, anular el gol que acababan de meternos. Pero sabía que una vez iniciado el deterioro ya nadie lo pararía y que nuestra suerte deportiva, por así decirlo, pendía de un hilo. Cuando vi que Toñito se empeñaba en dar cabezazos al travesaño de la portería rival ciscándose en los pases largos, y para que decirlo, precisos, que yo le lanzaba desde el medio campo, comprendí que no había nada que hacer, que tampoco aquel año seríamos campeones". 

Este es el comienzo de la novela "El misterio de la Cripta embrujada" escrita por Eduardo Mendoza. Formaba parte de las lecturas casi obligatorias del BUP de mi época y, si mal no recuerdo, me la encontré por primera vez en un libro de lectura de sexto de EGB así, del mismo modo, extractada para que con ella hiciéramos ejercicios de aquello que se llamaba comprensión lectora. 

Hoy lo copio aquí para que sirvan las sensaciones del anónimo protagonista de dicha novela (y de dos partes posteriores tituladas "El laberinto de las aceitunas" y "Las aventuras del tocador de señoras") para plasmar en cierto modo las sensaciones que he tenido durante la participación del Madrid de Basket en la Final Four celebrada en Barcelona este mismo fin de semana. Exactamente desde la primera canasta de Ante Tomic hasta el triple mortal de Pnini (jugador del Maccabi de Tel-Aviv) sentí que, a lo mejor, se produciría el milagro. Los cuatro o cinco ataques en tromba posteriores en los que el Madrid no fue capaz de anotar un punto y la mala resolución de las dos faltas antideportivas ocurridas durante ese tiempo deberían de haber sido suficientes para ponerse por delante en el marcador de forma escandalosa...al ver que, pese a los carrerones, que la muchachada blanca (vestida de negro) se estaba pegando no servían para nada frente a un Maccabi lento que parecía rodear al Madrid por todos lados supe, automáticamente, que ya no había nada que hacer, absolutamente nada que hacer. El Madrid volvía otra vez a oscurecerse y a meterse en ese túnel incomprensible de fallos, de ataques impotentes y de malos gestos que lo ha tenido atrapado toda la temporada. 

La excusa de la bisoñez de sus estrellas (Tomic, Mirotic, Llul, Rodríguez, Suarez...) solo vale a medias y no es una enmienda a la totalidad; el bajo rendimiento de los fichajes también es una excusa a medias porque puede diluirse entre todas las muchas personas que al parecer mandan en la sección subsidiaria de un club de fútbol millonario que no tiene empacho en pagar 1´5 millones de euros por un tipo llamado Faubert para que juegue 60 minutos en algo más de tres meses y, sin embargo, tira de la excusa de la falta de dinero para traerse a dos jugadores como Ingells y Anderson que le hubieran costado la mitad y que, sin duda, le hubieran dado al equipo las mismas alegrías que están dando al Barça. 

Es innegable que en el Madrid de Basket hay mucho talento pero muy mal explotado y monstruosamente intermitente: Reyes parece haberse diluido en las luchas intestinas de la plantilla y parece enfadado desde la marcha de Hervelle -todavía incomprensible- y la salida rara de Jorge Garbajosa. No es el Reyes que llevó al Madrid a la conquista de una Liga y una Copa ULEB. En ese rastro de intermitencia y gestos demenciales está Pablo Prigioni que ha querido alzarse con los galones de gran capitán pero que se muestra del mismo modo insolvente y también perdido mezclando grandes actuaciones con salidas de madre que tienen como objeto compañeros y aficiones (propias y extrañas), Tucker no es el cañonero que era en el DKV y D´Or Fischer es tan tranquilo y tan pastueño que tanto si se casca 19 puntos como si se va al banquillo con tres personales en cuatro minutos parece pasar completamente desapercibido. 

El Madrid además se enfrenta con la renuencia de los dos técnicos italianos que se han encargado este año de los designios técnicos del club de utilizar más y mejor a dos jugadores como Vidal y Velickovic. Lo del catalán y su paso por el Madrid raya lo completamente incomprensible. Es y será un gran jugador que, sin embargo, parece no contar con ninguna confianza ni de Messina, ni tampoco de Lele Molin (Messina 2) que lo ningunean aunque fuera necesario su concurso, aunque se necesite a un alero con más confianza que los que hay en cancha. Velickovic, ese jugador que vino con la etiqueta de "enorme", ha sufrido tantos cambios de posición, han intentado remover tanto su colocación dentro de las estrecheces tácticas que ni él mismo sabe por donde anda. Es raro que un tirador nato como este ya no tire, es raro que ni siquiera juegue. Su primera temporada en el Madrid trajo un enorme cabreo por su parte al ser cambiado de posición (algo que hizo medianamente público) y parece que ha sido estigmatizado desde entonces. Entiendo, de verdad lo entiendo, que es el cuadro técnico el que está con los jugadores, el que sabe de las debilidades y las fortalezas de la gente a la que dirige pero, sinceramente, la sensación de que todo se debe a cosas que no son nada deportivas me hace pensar en una enorme falta de sentido común o en una gigantesca italianada. ¿Y Begic? ¿Que me dicen de Begic? ¿Para qué ha venido Begic? ¿Por qué nadie se acuerda de Begic? 

Nos quedaba aferrarnos a Llul y a su nervio (23 puntos en el partido por el tercer y cuarto puesto...), a que su acierto nos mantuviera dentro del primer partido pero no llegó la caballería. Desgraciadamente el jugador menorquín anda arrastrando una cierta falta de potencia física desde que se lesionara meses ha y no parece poder plantar batalla. Mala suerte y mala planificación cuando para mantenerte tienes que tirar de un tipo tan joven al que ni siquiera el seleccionador nacional ha dado la suficiente confianza. Tampoco nos ha quedado la baza de agarrarnos a Mirotic, Tomic o a Suarez que también forman parte de ese caudal de talento por explotar del que disfruta la plantilla blanca. Son futuro como lo fueron en su momento Radja, Kucoc, Tabak o Perasovic...sí, aquellos muchachos yugoslavos desconocidos que formaron la Jugoplastika que dominó Europa de 1989 a 1991 pasándole por encima al Barça en tres ocasiones y aligerando la carga histórica de Maccabi y el cheque sin fondos que fue aquel Aris de Salónica de  Gallis y Yannakis. Ellos tampoco tenían demasiada experiencia en aquella primera Final Four de Munich a la que concurrieron pero aplastaron a un conjunto cargado de experimentados jugadores donde estaban Epi, Solozabal, Sibilio, Jiménez...no todo es una cuestión de inocencia competitiva, a veces el talento explota antes, a veces el talento sí es lo que define a un equipo y la sabia dirección del mismo, saber dirigirlo hacia algo hace que los títulos vayan cayendo sin tener en cuenta el curriculum previo. 

Ahí tienen ustedes a Sergio Rodríguez. El claro ejemplo de un jugador con grandes dotes que, sin embargo, cometió el error de marcharse a la NBA demasiado pronto, cuando todavía estaba en esa progresión. El canario no sabe si actúa de base o de escolta, si tiene que tirar, si tiene que jugársela en una entrada cortando la zona o pasarle a un compañero. El caso de Rodríguez debería de servir como aviso a navegantes para todos los europeos que dan el salto a la liga americana: a USA o se va aprendido o se vuelve con las cosas a medio hacer. Desde la desaparición de Pitino de la liga profesional, y de otros entrenadores de corte antiguo (quiero decir, de esos tíos que sabían y disfrutaban enseñando) no hay sitio en las franquicias de la NBA para jugadores que no combinen el ABC del deporte de la pelota naranja con un sentido carnívoro de la competición. Sergio ha perdido dos años en una aventura que solo le ha reportado una experiencia deportiva vacía y un retorno, paradójicamente, a un club que está a medio hacer y que por cuestiones meramente históricas no tendrá paciencia y por cuestiones meramente económicas (no hay dinero para un buen jugador de baloncesto, sí para la política futbolera de Fauberts y Secretarios) es posible que no lo mantenga más de otra temporada en plantilla. 

Si el Madrid se hubiera tenido que agarrar a Fhroelich, Beirán, Jodar, Sanz o Kasse (todos de la cantera) sí hubiera sido válido hablar de falta de experiencia pero, sinceramente, los problemas que ha demostrado tener el Madrid de Basket son otros. Demasiada intermitencia, demasiados nervios, demasiado diamante en bruto y muy poco crédito en la actualidad.

Tras este fin de semana en el que el Madrid ha naufragado contra Maccabi y Montepaschi es posible que esté tan dolido como fan que no sea capaz de sacar nada positivo del paso del equipo de mis amores por esta Final Four. Yo, cagón de mi, y cuando la cosa estaba tan fea me lamentaba diciendo: "En la ULEB los hubiéramos pateado, somos de la ULEB". Es posible que ese sea el nivel en el que hay que crecer, si es que el Madrid de Basket quiere crecer ganando títulos, si quiere crecer sin ganarlos no lo hará porque hay, como en las casas de los nobles arruinados de las novelas decimonónicas, mucho orgullo para no arrastrar el escudo nobiliario pero muy poco parné para hacer reforma. Los más fanáticos dirán que la temporada no ha estado mal, que se ha llegado a la final de la Copa del Rey, que se ha llegado a la Final Four y que el equipo está en disposición de llegar al play off final de la ACB. Nadaremos para ahogarnos en la costa lamentando no contar con un equipo maduro para afrontar los grandes retos, enquistados en esa mentira de que todas las derrotas saben, este año, a futuro. Fracasará este proyecto, se depurará a dos o tres jugadores que serán sustituídos por otros dos o tres jugadores y llegará septiembre y la Supercopa y volveremos a sufrir otro año más de derrotas estrepitosas (Fuenlabrada, ese es el dato), peleas con Power y Caja Laboral y a esperar con una victoria en toda la temporada cuando el Barça esté peor. Lo importante es que Florentino no gaste mucho y que no nos quite el Madrid de Basket, que sigamos hablando de nuestro pasado glorioso, de Itu, de Corbalán, de Aitken, de Luyk, de Lolo, de Martín, Brabender, Biriukov, García Coll, Sabonis, Arlauckas...en el fondo de la cuestión quedará que se fichaba bien porque había gente en la sección que sabía mucho y que ahora, a día de hoy, hay mucho talento en bruto pero nadie capacitado para dirigirlo hacia la victoria final. 

Podríamos haber apelado a la épica, haber batido a Maccabi y llegar a la final contra el Panathinaikos para extender un poco más el espejismo. Hubiera sido contraproducente, hubiera sido malo porque vale, estábamos para un milagro, para un in extremis pero, sinceramente, no para dos. El Madrid de Basket es un arma cargada de futuro, nadie lo duda, pero también es un arma cargada a secas, una plantilla donde hay jugadores que no tocan bola incomprensiblemente, donde los veteranos se muestran nerviosos y acomplejados, donde se habla mucho de tradición, de historia, de colores porque, a lo mejor, nadie sabe qué coño va a pasar en quince días dentro del club. Nunca nos dijeron que la gloria estaba tan cerca y, en realidad, nos despertamos tan lejos de la misma.


Este último acto europeo ha sido un bofetón de realidad de grandes proporciones, un aterrizaje de emergencia en un nuevo territorio desconocido. Por usar un símil taurino viviremos de aquí a final de temporada de esa especie de "curroromerismo baloncestístico" que nos ha mantenido a flote, tejiendo lo sublime con lo catastrófico, a día de hoy estamos lejos de cualquier gesta o, a lo mejor, cerca de dar una campanada en la liga como hicimos con el TAU y aquel canastón de Herreros o contra el Barça en la liga de Scariolo y aquel partidazo de Djorjevic o en fechas más cercanas cuando Plaza le sacó jugo a Reyes, Smith, Tunceri, Hervelle, López...estamos para dar la sorpresa, como todos los equipos pequeños. El Madrid de Basket es un equipo pequeño que rema entre los grandes de su liga y de Europa, no es el Real Madrid de Fútbol que navega en pos de las grandes glorias deportivas que campean por España (y el universo), es un histórico que vive un momento extraño y que parece tener la cabeza todavía en un baloncesto desaparecido donde reinaban las grandes escuadras extranjeras como el Scavolini, la Cibona, el Zalguiris, el Banco di Roma, el Tracer de Milán, el CSKA de Moscú, el Limoges...aquello ya se fue, aquello ya no existe...el Madrid de Basket de hoy es otra cosa, está a otro nivel, tiene que plantearse otros objetivos. El Madrid de Basket es una cosa de románticos, de chiflados, como los de la novela de Eduardo Mendoza y se tendrá que consagrar a su propia chifladura para intentar dar la campanada o, como las tropas de Toro Sentado, enfrentarse al Séptimo de Caballería (barcelonista, valenciano, macabeo, vitoriano...) lanzando los caballos a toda máquina para que resulte un Little Big Horn o el Cedar Creek al que estamos acostumbrados. Es lo que pasa cuando no se tienen generales ni dentro, ni fuera del campo y nos dirigen las fuerzas de la improvisación y el desastre.

Nunca, jamás, en toda la historia del Madrid de Basket ha sido tan acertado eso de que nos llamen Vikingos aunque solo sea porque toda la estrategia parece ser desembarcar y arrear a ver si hay suerte, nunca ha sido tan descriptivo el hecho de que la peña mayoritaria de seguidores madridistas se llame "Bersheker", ya saben, es ese estado espiritual loquísimo de máxima violencia irracional en el que entraban en trance los guerreros nórdicos en plena batalla, un alarido, un berrido a la historia, algo tan casual como el acompañamiento de las musas o que estas te sean esquivas. Un maldito despelote.

El año que viene fichen a Piti Hurtado (llevo insistentemente pidiendo el fichaje de Hurtado y del americano Paul Shirley desde hace años), por favor, seguro que no se da tanto pisto y que saca petroleo de los más jóvenes (y además es de Cáceres). Traigan a Julbe, al que se sacó de la manga lo del BA-LON-CES-TO y nos hizo campeones del mundo, por favor, ya tenemos suficientes mandones, ya tenemos suficientes guardianes de la historia, la moral y la tradición...juguemos con lo que tenemos, abramos las ventanas que comienza a oler a cuco y pongamos a cada uno donde le corresponde y a hacer el  trabajo que le corresponde. Olvídense del pasado de una puñetera vez y comiencen a trabajar en el futuro de verdad.

Nota del Insustancial: "Empire" fue el primer single del disco homónimo de la banda británica Kasabian. El potente tema y el videoclip original de temática bélica (he dejado el enlace arriba) lo hacían perfecto para esta entrada...bueno, también ese rollo de que la canción se llame "Imperio", ya saben imperio caído...todo un poco torpe como siempre. Disfruten. 

viernes, 6 de mayo de 2011

Mecánica de la "Teórica del vuelo corto"

En 1968 Mel Brooks estrenó "Los productores". En ella cuenta las aventuras y desventuras de Max Byalistock (Zero Mostel) y Leo Bloom (Gen Wilder). El primero es un arruinado productor teatral que sobrevive ejerciendo de gigoló bufo para viejecitas y el segundo es un contable tímido y apocado que, por casualidad, cuenta a Byalistock que si una obra resulta un completo fracaso su productor no se ve obligado a devolver ni un solo centavo a los inversores privados y que, por ello, si recaudaba más dinero que el que declaraba en realidad una obra que fuera que fuera cancelada en los primeros días de representación podría representar un mejor negocio que un verdadero éxito. 

Entre ambos, por lo tanto, deciden llevar a cabo semejante plan comprando los derechos de un libreto imposible titulado "Primavera para Hitler" (un musical de corte pronazi escrito por un chiflado) y contratar al peor elenco y al peor equipo técnico  posible con el único objetivo de embolsarse el dinero de la producción. El día del estreno se produce, sin embargo, este chocante hecho: 
(Inserto la versión subtitulada de la versión cinematográfica del musical inspirado en la película protagonizado por Matthew Broderick y Nathan Lane de 2005 y la película original que no encontré subtitulada



Como ven las reacciones del público fluctuan entre lo que creen un insulto a primera vista y proceden a marcharse de la sala entre aspavientos (algo natural) hasta que aparece el actor que interpreta a Adolf Hitler que les da la clave para entender que todo puede leerse como una broma, como un juego irónico, como una bufonada a costa del III Reich. 

En nuestra comunicación diaria los mensajes más toscos suelen ser interpretados del mismo modo si no se les rodea del contexto adecuado o si, por ejemplo, no conocemos a la persona que los emite. De hecho, si muchos de los mensajes que escuchamos, a diario, en  telediarios o tertulias se dieran en otros contextos seguramente los entenderíamos como chistes. Estos mensajes, a veces tan cargados de contradicciones o de mal rollo emitidos al ritmo propio que le imprimiría cualquier irreflexivo, tunante o descerebrado, resultan a veces joyas puras del humor involuntario que, sin embargo, tienen una carga muchas veces tan siniestra como un bombardeo sobre población civil. 

Los medios escritos tienden tan bien a esta deslocalización del mensaje. El otro día, a cuenta del asesinato de Bin Laden, me permití escribir esto en twitter: "De haber tenido nosotros que encargarnos de lo de Bin Laden hubiéramos mandado a Amedo...hubiera sido la risa". En unos pocos minutos recibí algo así como una airada respuesta en dos partes (está transcrito de forma literal): "no lohubieramos detenido, en la carcel con sus mujeres niños ect, servicio domestico, tratamientos fertilidad, estudios ect" y "y como creemos tanto en el ser humano pensaríamos que era reinsertable, ah y por supuesto paro y ayudas a tuti plein". 

La persona que me contestó no entendió el chiste (Los GAL y Amedo contextualizados dentro de una operación militar de alto copete) pero automáticamente lo reinterpretó al instante tirando una línea desde Amedo al PSOE y, de ahí, a la plasmación de una idea: el PSOE hubiera actuado mal, hubiera metido a Bin Laden en la cárcel y hubiera hecho disfrutar al penado de una serie de ventajas que, al parecer, disfrutan todas las personas que están en la cárcel como vivir con sus familias, estudiar, recibir tratamientos de fertilidad y, claro está, darle paro y ayudas. 

Esto es, claramente, lo que yo llamo una "teórica de vuelo corto". Se trata, básicamente, de la imposibilidad de un ser humano por articular pensamientos complejos sin circunscribirlos continuamente al espacio que cree conocer y a la interpretación que tiene del mismo. Da igual que se hable del hambre en el Tercer Mundo, la industrialización en China o la situación de la caza de las ballenas porque, sin nada que aportar sobre estos temas y, en lugar de callar, el sujeto se lanzará a campo abierto emitiendo un juicio de valor unido intrinsecamente a su entorno y, a ser posible, a la extensión de un paralelismo con cualquier cosa que estén aireando los medios de comunicación de su elección en este momento. La "teórica de vuelo corto" se inicia normalmente con un: "mira, esto es igual que lo que pasa aquí con...." o con un "eso mismo le ha pasado a mi cuñao con...". A partir de ahí el interlocutor tendrá que aguantar un discurso que poco o nada tiene que ver con el objeto de la conversación pero que, sin duda, viene bien al emisor de la teoría de vuelo corto que se encuentra en su salsa repitiendo lo escuchado en los últimos días. Para el emisor de la teoría de vuelo corto todo es un TODO que gira alrededor de su universo de ideas. Nada más. Hagan la prueba, es francamente impresionante. 

La "teórica de vuelo corto", por tanto, merece para ser articulada de un alto grado de ignorancia con respecto a todo lo que ocurra a dos calles de nuestro emplazamiento y, claro está, a más de dos golpes de mando a distancia o de dial de nuestra cadena de radio o televisión favorita. Nada más. También, y eso es lo grave, en carecer por completo de capacidad de análisis ya sea por estar más ideologizado que un jemer rojo de primera generación o por no manejar más datos que aquellos que se conocen de oídas. Nada más. 

El teórico de vuelo corto, como el espectador de "Primavera para Hitler", jamás se permitiría el lujo de quedarse a esperar como se desarrollan los acontecimientos al número inaugural de la obra y saldría despavorido de la sala para montar, in situ, un pollo astronómico a la puerta de la misma con la intención de que sus "derechos" como espectador y sus sensibilidades ciudadanas no fueran "pisoteadas". Con mucha ligereza, con muchísima ligereza, nos lanzamos a entonar juicios con pruebas que no son nuestras careciendo de las más mínimas dotes para dividir lo que es información real de lo que es propaganda pura y dura. Más allá de eso, con la misma alegría, nos lanzamos a un discurso complejoso y poco complejo de muy definidas sensibilidades ideológicas que están construidas sobre meros y simples prejuicios. 

El análisis de cualquier cosa, de cualquier hecho, merece de estudio. Es decir, merece de la previa formación de una opinión que, desgraciadamente, no se consigue viendo un rato la televisión. Quedar mudos ante una conversación sobre cine o sobre astrofísica o sobre cualquier tema del que no sabemos nada dice mucho más de nosotros que esa manía de interrumpir para reafirmarnos en que no vemos más allá de nuestras narices o que somos muy fans de este o del otro locutor de ese o de otro programa. Si no se coge un chiste es mejor preguntar que quedar como un cretino integral.

Esta misma noche hemos asistido a la decisión de Tribunal Constitucional sobre si Bildu podía o no podía presentarse a las elecciones. El "sí" ha ganado por 6 votos a 5 y, finalmente, la coalición, partido o lo que sea Bildu podrá presentarse a los comicios del 22 de mayo. La decisión de la misma, aunque nos pese, tiene que ver con palabras como "conflicto", "terrorismo" pero, también, con la olvidada y manoseada palabra "democracia". Este sistema se sustenta en la libre circulación de las ideas, sean estas del pelo que sean. A mi, por no ir muy lejos, me resulta incómodo escuchar cosas todos los días que me desagradan profundamente pero, por desgracia, tengo que soportarlas. Esas cosas incómodas ni siquiera tienen que ver muchas veces con asuntos políticos y se circunscriben a cosas que percibo como molestas como esa gente a la que se le llena la boca defendiendo a un entrenador de fútbol o que habla mucho de sus hijos pero me callo y no digo nada, miro para otro lado o me hago el loco. Si en mi mano estuviera prohibiría la Tuna que me parece la peor mierda del mundo y golpearía con un bate de beisbol a esa gente que se sienta en las terrazas a hacer con que lee un libro, también expulsaría del país a esas personas que parece que no ríen si no que gorjean y mandaría a campos de concentración a todos los que llevan gomina en el pelo pero, entiendo, que tienen el derecho a ser molestísimos o incómodos de ver. 

Con ignorancia, con interesada ignorancia, se ataca al propio sistema democrático cuando no se informa al ciudadano ( o el ciudadano prefiere no informarse porque mucha culpa es del cenutrio del ciudadano que tiene la cabeza metida en el Marca demasiadas horas al día) de algo importante: los hechos son delitos, las ideas no. Es muy sencillo de entender: puedo estar de acuerdo en machacarle la cabeza a todos los tunos de este mundo, puedo hacer proselitismo incluso de las bondades de esa idea pero no me pueden meter en la cárcel por ello a no ser que me trinquen con un tuno a mis pies con la cabeza abierta y un bate ensangrentado en las manos. ¿Cuando serán las ideas delitos? Cuando se instaure un departamento de Precrimen como el que salía en la película "Minority Report". Mientras esto no ocurra ustedes pueden pensar sobre lo que quieran, incluso expresarlo y no ser detenidos por ello. 

Es cuanto menos discutible que, a los tres minutos de saberse el veredicto del TC, Pedro J. Ramírez escribiera en su twitter que Perez Tremps y Pasqual Sala (encima catalanes) hubieran urdido la legalización de Bildu no solo por ser jueces al servicio del PSOE si no, también, por un asunto no resuelto con el tema del Estatuto de Cataluña. La teórica del vuelo corto es así: una ruleta rusa de emociones, un todo que se refiere a todo, una coctelera donde se agitan inmoralmente todos los temas (Estatut, ETA, PSOE, Terrorismo...) con la única intención de alimentar una idea irreflexiva, un discurso de perfil intelectual y político muiy bajo que puede ser entendido por todos sin necesidad de explicación posible. Pedro J. Ramírez, director de El Mundo y cabeza visible de uno de los mayores grupos de comunicación de Europa, prefiere catequizar a informar esperando que sus lectores no hagan el esfuerzo de rascar en el desarmado y desalmado discurso. ¿Puede el director de un periódico nacional permitirse el lujo de tener preparada una respuesta tan clara, tan concisa, tan tajante en solo tres minutos? ¿Y si descontamos lo que ha tardado en escribir 140 caracteres? ¿No es este un claro ejemplo de asunto prejuzgado y condenado con anterioridad? ¿Cuanto hay de noticia? ¿Cuanto de análisis? ¿Cuanto de teoría elaborada con anterioridad? Lo que me lleva a pensar: ¿Es posible que tuviera una teoría opuesta de haber sido el veredicto del Constitucional favorable a la ilegalización de Bildu? ¿Cuáles hubieran sido sus palabras? Me inclino a pensar que el texto hubiera sido algo así como: "Pese a Perez Tremps, Pasqual Sala y las presiones del PSOE Bildu no podrá concurrir a las elecciones". 

La teoría del vuelo corto es, sin duda, una extensión del deseo de acomodar el mundo a nuestra propia visión y a condenar todo lo que se escape de ella. Consciente o inconscientemente se alienta el odio, se azuza el avispero y se espera que el río revuelto de las ganancias calculadas por una sencilla razón: Aquí parece que hay gente que no sabe vivir en la tranquilidad. Se impone el discurso hooligan, la respuesta torpe y cazurra del  "porque yo lo digo". 

A los 45 minutos del veredicto ya estaba la red cocida de mensajes que, inequívocamente, hablaban de que los que estaban a favor de Bildu eran nada más y nada menos que "amigos de los terroristas" y con hondo pesar he leído a gente muy joven diciendo que esto se acabaría si se acabara con la izquierda. Entiendo de donde salen todas estas barbaridades, quien las inspira y quien las promociona y, sinceramente, me parecen tan burdas, catetas e irreflexivas como las llamadas a la Guerra Santa o al aliento de una banda terrorista. Iguales, del mismo pelo, escritas con la misma tinta biliosa e impulsadas por la misma violencia. Puestos a pensarlo bien: una hostia en toda la cara duele igual se de con una mano o con la otra. De ser yo el impulsor de estas mezquindades, de tener palmeros que dijeran "sí señor" a todas mis idas de olla no podría dormir por las noches. Hay gente que sí y lo hace en camas muy mullidas, en casas muy bien equipadas y lo suficientemente alejadas de la gente como para poder echar un sueñecito sin que les moleste la algarada. 

En mi corto entender y mi pobre discurrir creo que es raro que los mismos que hablan de Constitución y Transición como la panacea y aplaudan el silencio cómplice y el dejarlo pasar que se necesitó para instaurar la democracia en nuestro país vengan ahora con estas peleas, que los mismos que nos hicieron este "trágala" se revuelvan como perros rabiosos cuando la feria no les va como ellos esperan. Siento asco y siento repugnancia de esta pintura negra de Goya que algunos quieren llamar país. Ojalá que los suecos nos invadan un día de estos y aprendamos algo. Así, a lo mejor, además de muebles de IKEA a buenos precios aprendemos a entender un poquito mejor las cosas. A estas horas, a día de hoy, todo me parece cuanto menos lamentable. Nos falta análisis y nos sobran caraduras. 

miércoles, 4 de mayo de 2011

El lobo de Occidente



Los norteamericanos, al fin, han conseguido dar caza a Osama Bin Laden. Lo han hecho de la forma que uno esperaba que una nación tan tendente, en los últimos tiempos, a tomar decisiones lastradas por el miedo lo haría: asesinándolo y tirándolo al mar. 

Como ustedes saben Stalin amenazó a Hitler con capturarlo y exhibirlo de por vida en una jaula del Zoo de Moscú como si se tratara de una bestia. Sabiendo, como sabemos ahora, como se las gastaba el dictador soviético es más que posible que dicha amenaza tuviera un alto contenido de realidad y que Hitler, si duda, supiera que el georgiano sería capaz de hacer semejante cosa. Bush Jr. amenazó a Osama con perseguirlo como se perseguía a los malos de las películas del Oeste pero, en el camino, entendió que había otros negocios que atender y que una guerra abierta contra dos países (Afganistán e Irak) iba a ser más rentable que cazar al líder de Al Qaeda. Digamos que, de pronto, descubrió (o le hicieron descubrir) que las prioridades eran otras aunque solo fuera por el hecho de que su mayor valedor en la zona, Pakistán, no parecía demasiado entregado a la causa más allá de lo meramente diplomático: dejar hacer al amigo americano hasta cierto punto y obstaculizarlo en otros tantos.

Sobre la operación que ha acabado con la vida de Osama Bin Laden ha planeado, como no, la sombra del rescate fallido de rehenes que llevó a cabo Jimmy Carter y que le costó la presidencia. En ese caso el demócrata contó con dos enemigos imposibles de vencer: su intención de ceñirse aunque fuera de manera meramente política a las normas internacionales y, por otro lado, que sus propios servicios secretos le hicieron la cusqui en favor de un más que interesante cambio de gobierno en el que estarían Ronald Reagan y un viejo conocido George Bush padre amén de toda la caterva de halcones de la Administración americana que, durante unos años, mascaron la caída de Nixon, la inoperancia de Ford y un cambio de estilo que no les estaba gustando nada. Teniendo en cuenta que aquello fue un desastre épico no me extrañaría que, hasta el último momento, Obama haya estado agarrado al sillón pensando en si esta vez Musharraf o alguien más cercano lo estaba dirigiendo hacia el desastre. 

A medida que la historia de las guerras avanza nos encontramos con que recibimos más imágenes de las mismas pero, sin duda, menos información. Decía Umberto Eco, durante la I Guerra del Golfo, que los conflictos serían televisados y que ya los bandos no tenían empacho en convertir cada una de sus acciones en un espectáculo visual y perfectamente coreografiado...un error de base en tanto en cuanto no observaba (o quizás no quiso pensar en algo así) que los bandos podrían manipular todas las imágenes y toda la información de un conflicto para favorecer sus intereses. Nos enfrentamos, por tanto, a un panorama de informaciones y contrainformaciones continuas que, normalmente, están dirigidas a tranquilizar a la opinión pública y, de algún modo, también al enemigo. 

La propia administración Obama ha salido del paso informando de que Bin Laden fue asesinado y que su cuerpo fue lanzado al mar desde un portaaviones siguiendo escrupulosamente los preceptos islámicos. Curiosamente los preceptos islámicos tienen en cuenta que el cuerpo descanse en la tierra y sólamente vestido con un sudario (desnudo en algunas tradiciones, si no me falla la memoria) para que esté en contacto con la misma tierra. El hecho de deshacerse de un cadáver tiene que ver con esas decisiones tomadas por pánico, para evitar la construcción de un mausoleo, para evitar que sobre la tumba del terrorista se construya un lugar de peregrinación...olvidan los norteamericanos que, en estos tiempos, la creación de un icono no entiende de que exista un lugar físico si no de las torpezas que se cometan al informar sobre estos asuntos. 

No me cabe la menor duda de que los norteamericanos tendrán que filtrar las fotos del cadáver de Bin Laden si no quieren que la gente comience a generar teorías sobre si lo tendrán en realidad encerrado en algún sitio o si han conseguido asesinarlo. La conspiranoia es rapidísima a la hora de establecer este tipo de teorías y de expandirlas...¿Saben todas las que se generaron y se generan todavía alrededor de la desaparición del cadáver de Adolf Hitler? 

Bin Laden ya era un icono en vida. De hecho representaba, para el radicalismo islámico, la imagen del guerrero religioso, del líder espiritual: nacido en Arabia Saudí en un familia acomodada, luchador en Afganistán, cabeza visible de la revolución contra Occidente...el tío que prefirió unirse a los desarrapados y combatir en lugar de veranear en Marbella y darse a la fiesta. Una pena, pensarán algunos de sus correligionarios, que se hubiera enrocado en una posición tan poco política porque hubiera hecho carrera, sin duda. Muchos han intentado convertirse en líderes panárabes labrándose una imagen política clara durante la Guerra Fría pero, en realidad, Bin Laden fue el primero en intentar hacerlo desde un punto de vista meramente religioso interpretando el Corán de una forma un tanto "sui géneris" lo que podría entenderse en el siglo XII pero no en la actualidad en tanto en cuanto la única salida válida es la aniquilación del contrario. La total y absoluta aniquilación. El hecho más sorprendente de Bin Laden es que, entre el siglo XX y el XXI, haya iniciado una especie de guerra religiosa al estilo medieval en un teatro de operaciones tan grande y tan poco fragmentado como el mundo actual. De hecho, ni siquiera Irán en su momento, en plena eclosión de su revolución islámica, cuando el nombre de Jomeini provocaba terror fue capaz de impulsar algo así. 

Al Qaeda, sin posibilidad de convertirse en un frente unido, ha actuado por impulsos eligiendo objetivos informativamente llamativos pero, cuanto menos, sospechosos de no ser efectivos en términos bélicos aunque solo sea por su incapacidad para dominar Afganistán, Pakistán o cualquier país árabe donde haya querido establecerse de manera efectiva. El terror, el puro terror, ejercido por los estadounidenses o la fuerza multinacional que supone el grupo terrorista islámico no han servido para nada, nada más que para reeditar un conflicto que pensábamos completamente agotado tras la reconquista de Granada y que, muy de cuando en cuando, y siempre dirigiendo su odio hacia Oriente Próximo nos había afectado salvo en contadísimas ocasiones.

La muerte de Bin Laden deja algunas preguntas interesantes en el alero y solamente una certeza: esto no ha acabado aquí porque no sabemos como terminarlo. Esto no ha acabado aquí porque no podemos entender al enemigo, ni el enemigo entendernos a nosotros. 

El lobo, el enésimo lobo, que aterrorizaba al rebaño de Occidente ha muerto. Desgraciadamente ya están armando al próximo. 

BOLA EXTRA: "Martirés del compás" fue el grupo formado por Chico Ocaña impulsor de un estilo definido por él mismo como "flamenco billy" una especie culto a los palos tradicionales del flamenco pero con un toque de humor gaditano y surrealista de alto contenido crítico con la autoridad (con toda la autoridad, flamenca o no). "Simpapeles.es Compapeles.com" fue editado por Warner en 2004 y contiene entre otras canciones "¡Oh Galicia Calidade!" el tema que cuelgo a continuación y que, a fecha de hoy, ha tomado un curioso sentido....además, siempre es buen momento para disfrutar de los Mártires. Disfruten.