viernes, 25 de febrero de 2011

Filmbunker.net, la última frontera.



Un día se me acercó un tío en twitter y se produjo este diálogo: 

-"Me llamo @cabezabomba y quiero ficharte para mi proyecto molón: filmbunker.net". 

-"Por ser tú sólo te cobraré un millón de rupias y otro de szlotys y, además, quiero mi camerino propio con una estrella en la puerta con mi nombre, a Sasha Grey para discutir sobre filosofía existencialista, un mono vestido de oficinista y calcetines, muchos calcetines variados pero no de esos que vienen en packs de tres, quiero calcetines buenos, de los de antes, de los que se hacían a mano". 

-"Me parece justo. Pero no, solo quiero que escribas aquí". Y me dio un golpe en la cabeza con una especie de cabeza de reno que traía escondida desde su casa de Lincoln (Nebraska). 

El caso es que les he escrito esto de aquí. Es de "Las truchas". Una peli de José Luis García Sánchez que ganó un Oso de Oro en Berlín. Una fábula muy chunga.

Ahí la gente escribe de cosa seria. Cine raro, muy chungo, de ese que te tienes que vestir con un jersey de cuello negro y después de la proyección hacer comentarios muy ingeniosos. Hablan de películas que poca gente ha visto, rollos así, de gente elevada intelectualmente. Con títulos que hay que decir en el idioma original. Yo solo les ofrezco películas de reir y de pena a la vez y ya comienzan a mirarme mal, peor que los de las apis y las cookies. 

Esta también es una web muy bien hecha, muy bien escrita, se nota que hay nivel, que la gente controla...aunque no conozco a ninguno personalmente sus textos exudan elegancia, educación, control de la situación, sabiduría, en general, molonidad y saber hacer. Es una web que huele a colonia buena, de esa que solo te toca la naricilla y yo pongo el olor a churro y el rollo chusco, la baratería de la risa, la deformidad de la mueca. Soy el que estropea la perfección porque la perfección asusta, da miedo y hay que ponerle defectos a las cosas para que parezcan cercanas.  Como tantas otras veces me siento feliz de ser lo feo, es un trabajo que alguien tiene que hacer. 

jueves, 24 de febrero de 2011

¿Nuevo Estilo?


Siempre que leo publicaciones en Internet saco la conclusión de que todo el mundo tiene muy controlados los aspectos externos de la publicación, la forma de expandirlos, de hacerse publicidad, de abrirse un hueco, de darse a conocer y de darse bola en la maraña de las redes sociales. Al parecer todo el mundo es un consumado editor y, sin ningún problema, puede convertir tu pequeño planeta-blog en un lugar de referencia dentro de este complicado caos. 

Al parecer el que tiene una publicación en la red, implícitamente, tiene que arrastrar detrás de sí una especie de oficina de marketing (viral, presencial...lo que sea) para darse a conocer y abrirse un hueco a codazos entre los otros millones de escribidores que en la red son y están. 

Desgraciadamente, con la misma alegría con la que se expiden datos sobre audiencias, nichos y otra jerga técnica que, normalmente, pensaba yo dada mi experiencia solo manejan con total conocimiento de causa unas cuantas mentes preclaras del negocio editorial también se expende, de forma gratuita, un consejo básico: Internet es un nuevo medio y, por tanto, hay que amoldarse a él para tener éxito. 

No me cabe duda de lo primero, de la obviedad millones de veces repetida de que todo es nuevo y, por lo tanto, ha de ser vibrante, emocionante y complejo. Estas debieron de ser las sensaciones que tuvieron los exploradores españoles al enfrentarse al continente descubierto y no me cabe duda que también lo fueron para todos los que iniciaron la carrera espacial o, yo que se, la venta de periódicos. Lo nuevo, un cartel impoluto donde se lea bien grande lo de "NUEVO" atrae a muchas personas porque eso de la novedad, de poder decir "estuve ahí desde el principio" siempre nos gusta mucho aunque solo sea porque, después, hay que darle palos a los que llegaron tarde y a los que colgaremos el cartel de "advenedizos".

Me incomoda, me toca las narices vaya, que toda la monserga general de Internet esté dirigida principalmente a dos ideas básicas: 

1) La necesidad de formar parte de una comunidad como único método para relacionarnos. 
2) La creación de un nuevo lenguaje y una nueva forma de comunicación dentro de los infinitos límites de Internet. 

Lo primero me asusta por una sencilla razón: los que creen en la fuerza de la comunidad acaban por reclamar una sola voz para la misma y, de paso, un mismo discurso que consecuentemente anulará los discursos discordantes. No me invento nada, el peligro de la atomización, de reducir Internet y sus contenidos a una serie de metáforas sobre nuestra vida en común inducen a muchos a elevarse sobre el resto de mortales reclamando una voz y una especie de poder ("influencia" lo llaman para escapar del término con tintes autoritarios que alguien pudiera localizar en el campo semántico de la palabrita) no solo para apuntarnos sobre lo que está mal o sobre lo que está bien si no, claro está, para vendernos una serie de charlas y libros sobre el asunto y repletos de mensajes directamente patrocinados por todo tipo de empresas. Con vergüenza ajena asisto desde twitter, sobre todo, al cachazudo comentario de muchos ilustres mangarrianes que sin disimulo nos cuenta qué marca le ha mandado qué regalo a casa para, unos días más tarde, contarnos sus virtudes demostrando una incapacidad para el decoro francamente obscena. Sinceramente, deberían ustedes desconfiar de alguien que se vende por un móvil. Aunque solo sea porque cualquier empresa se ahorra un pastón en publicidad con estas estrategias tan burdas y tan 1.0.

Lo segundo es que es, simplemente, falso. Es decir, se utiliza la forma "comunicar" de forma ambigua y como perpetuo sinónimo de "informar" que es un truco muy de marketing: "comunicar" es un término neutro que vale igual para hablar del asunto de Libia que de las virtudes de una crema facial. 

Si uno de los caballos de Troya de la información en medios como prensa, radio y televisión ha sido la incapacidad para luchar porque la nota de prensa no se convierta en una estafa vendida como noticia en tiempos en los que el aspecto de cualquier web es de lo más profesional (aunque luego el contenido le quite la razón) parece que esta práctica publicitaria más vieja que la mierda ha encontrado un cómodo espacio. 

Hace pocos días el satírico "El Garrofer" publicaba esto de aquí. Lo bueno es que muchos tragaron el anzuelo y pensaron que era una noticia cierta. Con una vergüenza poco torera ninguno de los blogueros afectados por esta parida ha querido reconocer su error y, simplemente, se ha apresurado a borrar el contenido rezando para que nadie haya hecho un pantallazo. 

Es más, se alude continuamente a la inmediatez de Internet como algo positivo sin caer en la cuenta de que, del mismo modo, es un arma de doble filo de difícil manejo. Lo estamos viendo en las revueltas del Magreb donde con inusitada rapidez se publican todo tipo de bulos (Gadafi está en Venezuela, hay 300 muertos en la Plaza de la Revolución, Ben Ali se ha suicidado) que se publican como lo que yo llamo "intentos de noticia". La sola publicación de una noticia no confirmada reconociendo que no está confirmada y que es solo un rumor es algo a lo que se juega en la red y que salpica, desgraciadamente, a los medios de comunicación masivos. ¿Y si no es verdad? No pasa nada porque nos espera, a la vuelta de la esquina, otro montón de nuevas noticias tan atrabilariamente redactadas, tan repletas de nada, tan basadas en suposiciones, rumores infundados o interesados que no nos da tiempo ni  a digerir la falsa alarma anterior ni a a calcular qué cantidad de verdad hay en todo lo que se dice en ese mismo instante. 

Es precioso tener un medio de comunicación tan potente a nuestro alcance pero, también, como hacía Spiderman con sus superpoderes hay que tener siempre en cuenta la responsabilidad a la que te enfrentas cuando te dedicas a servir de eco de esto o de lo otro. 

Mi conclusión es que sabemos mucho de Internet, de como funciona el aparato, pero muy poco de rellenarlo de contenido que, en el fondo, es de lo que se trata. De hecho la definición de Internet como "medio de comunicación" se queda algo corta ya que, por decirlo de un modo burdo, el uso que cada uno da a su conexión ADSL dista de las de otros y tiene que ver con lo que hagamos por ella: ver porno, colgar fotos de amigos o colgar vídeos de youtube no parece algo que haga un medio de comunicación. De hecho que Internet se haya convertido en el clavo ardiendo al que se agarran los informativos televisivos dice mucho de lo corta que es la propia definición. 

Por otro lado, la necesidad de que cada bloguero se convierta también en su propio departamento de marketing, de distribución, de redacción y, a ser posible, de RRHH no deja de ser el sueño de cualquier empresario. 

Como no quiero dejarles así, con la duda, he hecho un pequeño esbozo, un aviso a navegantes (muy del estilo del que se hacen en otras páginas) con una serie de puntos sobre lo que creo que cada ser humano detrás de un teclado debería de plantearse antes de escribir un texto. Son estos: 

Se honesto contigo mismo y con los demás: Intenta aclarar las motivaciones que te llevan a escribir de algo. Da igual. Si la reseña del disco es de un amigo confiésalo. No pasa nada. Que la gente se haga las componendas que quiera luego en su cabeza pero si no lo dices alguien pensará que tienes un oscuro interés en publicar algo sobre un colega. Es más, si no conoces al artista pero te han invitado a un pase de una peli, te han mandado un disco o un libro puedes decirlo. Es una práctica normal. Si no te ha gustado es mejor que lo digas y, si no quieres incomodar a esa gente tan maja, lo mejor es que no escribas nada pero, por favor, no engañes a la gente. Eso es una mierda seca. 

El Medio no es el mensaje: No, no lo es. Lo importante es lo que cuentas, da igual que sea un hecho noticiable o un relato de tu niñez y da igual que lo escribas en un blog, en un fanzine fotocopiado o en un diario. La idea, lo que quieres transmitir es lo más importante y no tiene por qué ser diferente, ni estar escrito de modo diferente, ni usar trucos diferentes porque uses un medio digital. Se dice que los post tienen que ser cortos y concisos ¿Por qué? Es estúpido, es ridículo teniendo en cuenta que todo el mundo ansía un Ipad o un Kindle donde, vaya, va a guardar libros de 200 o 300 páginas. La extensión de lo que cuentas es cosa tuya y lo que cuentas también...nada más...Internet es un medio que te permite añadir un vídeo, una canción o unas fotos. Estupendo. Pero nada más que eso. 

No hagas que la gente pierda el tiempo: Si valoras tu tiempo, valora también el de los demás. Por favor, no publiques mierda o paparruchas sacadas de otros sitios. No hagas refritos lamentables, no ofrezcas mierda o parecerás nada más que una pequeña sede de otra web más grande.

Escribe para ti: Sí, suena idiota pero es lo mejor que nadie pueda hacer. Lo primero es darse gusto a uno mismo y, luego, por circunstancias que se me escapan dárselo a los demás lo que me lleva a...

NO te dejes joder por las críticas: Es complicado administrar las voces discordantes, los insultos, las disonancias. Lo normal es que toda esa respuesta inmediata de la audiencia haga que, aunque sea inconscientemente, te decidas a ponerte tu mismo la mordaza. No lo hagas. Cero. Escribe sobre lo que te de la gana. El que te lee lo hace porque quiere y no tienes ningún compromiso con ese lector que te pone a bajar de un burro. El día que comiences a escribir pensando en la gente que te lee lo vas a tener crudo. 

Las críticas están muy bien y sí todo el mundo tiene derecho a construir la suya o a tirártela a la cabeza pero, sinceramente, muchos de los que se dedican desinteresadamente a opinar negativamente suelen no tener ni idea, hacer una lectura selectiva del texto para encontrar todo aquello que les molesta y rebozártelo por la cara (muchas veces sin ni siquiera haberlo entendido) o, lo que es peor, esperar una reacción airada por tu parte con la que echar unas risas. Es por ello que, lo mejor, es poner cada crítica en observación y poco más.

Busca tu estilo: Es importante que vuelvas a leer el anterior punto. Busca una forma de escribir propia y ya verás como tendrás lectores. A lo mejor no muchos, o sí, pero al menos podrás seguir siendo fiel a ti mismo. Un estilo definido es, por lo menos, interesante y suele ser denotado como tal. 

Busca el tema bueno y, si no, dale una vuelta a lo que hay: Es importante elegir temas interesantes, desconocidos o poco conocidos y hablar sobre ellos. Vale, desgraciadamente, muchas veces no los hay y entonces tenemos que tirar del tema de moda: nada en contrar pero, al menos, hazlo desde una perspectiva interesante, intenta darle la vuelta, ofrecer una mirada desde otro punto de vista. Hace muchos años estuve de charla con Pepe Oneto y me contó que se encontraba en la tesitura de tener que hablar sobre la visita de Gorbachov a España. Temía que su crónica fuera como las de todos los demás y decidió salirse de madre y contarla desde la perspectiva principal del maletín con el código de lanzamiento de misiles que portaba el séquito del Premiere ruso. ¿No es acojonante?  

Y todo esto se resume en un solo mandamiento: 

HAGAN USTEDES LO QUE LES SALGA DE LAS NARICES
Y NO 
HAGAN CASO DE TODA LA MIERDA QUE CIRCULA POR LA RED
PORQUE COMO DECÍA WILLIAM GOLDMAN SOBRE EL CINE: 
"NADIE SABE NADA"
REPITO
"NADIE SABE NADA"

Un saludo y que tengan un espléndido día. 

Nota del Insustancial: ¿Se imaginan que Manos de Topo fuera un grupo como todos los demás grupo y hubiera aparcado su propio estilo para lanzarse a fórmulas más comerciales? 

lunes, 21 de febrero de 2011

La Defensa Ruiz Mateos



Allá por mis años universitarios a alguna de aquellas inquietas asociaciones de extrema derecha que pululaban por el campus atribuyendose la autoría de la famosa pitada a Felipe González (desde las antiabortistas hasta las vinculadas ideológicamente con la Falange Española) se le ocurrió la feliz idea de invitar a José María Ruiz Mateos para dar una charla aposentada sobre las dos cosas que más sabe el empresario jerezano: política y negocios. Bien debe de saber Ruiz Mateos, que fue feliz miembro de Opus Dei, que si que tres entes diferentes sean uno y trino a la vez es un misterio y entenderlo es una infinita demostración de fe, bien se pueden resumir estos dos pilares de la historia de Nueva Rumasa en una sola idea: escurrir (y muy bien, por cierto) el bulto y evitar así la ruina y la cárcel.

El acto, que en realidad, era un acto electoral para la candidatura de Ruiz Mateos a la Presidencia de la Comunidad Autónoma de Madrid o la alcaldía, no recuerdo bien, fue prohibido por el rectorado de la Universidad lo que no impidió que, en fecha y hora acordada, Ruiz Mateos se presentara con uno de sus famosos trajes cruzados haciendo la "V" de victoria para contar unos cuantos chistes sobre Rumasa, epatar al personal que lo aplaudía a rabiar y dar un mini-mitin desde una furgoneta que fue la guasa. Desde la aparición de unos autobuses de Seven Up que repartían botes de la gaseosa americana a diestro y siniestro nadie había conseguido reunir a tanta gente alrededor de un automóvil. Entonces, y ahora, pensé que esa broma de Ruiz Mateos nos estaba saliendo cara.  

Como ustedes saben allá por la Transición, la dos administraciones de UCD comandadas por Adolfo Suarez y Leopoldo Calvo Sotelo, se inhibieron a la hora de meter mano a Rumasa. Ya se sabía que, al igual que en el caso de SOFICO, cuando se entrara en el famoso holding empresarial iba a temblar el misterio, que las cuentas de la Seguridad Social (llegaron a los 73.000 millones de pesetazas de hace casi 30 años) subían todos los años sin que nadie se hiciera cargo, que existían irregularidades en las cuentas, en la contratación, que se manejaba mucho dinero B y que, por ende, el grupo Ruiz Mateos estaba, además, derivando dinero a cuentas suizas.

Los contactos de Ruiz Mateos (dentro de la Iglesia y dentro del propio Estado) sirvieron para frenar ese primer intento de intervención pero, claro está, también el hecho de que ni Suarez, ni Calvo Sotelo, se sentían con fuerzas de iniciar un proceso judicial que amenazaba con trasladar la tensión que se vivía en la esfera social a la esfera económica que ya tenía suficiente con la ominosa devaluación de la peseta llevada a cabo a finales de los 70. 

Como se suele decir: El expediente Rumasa se quedó sobre la mesa de La Moncloa cuando se marchó Suarez, permaneció ahí durante la fugaz legislatura de Calvo Sotelo y fue Felipe González el que se encontró el pastel nada más aposentarse en el despacho presidencial. El PSOE, que por aquellos años acumulaba a unas cuantas primeras espadas de la economía en su ejecutivo, fue el que tuvo que comerse el marrón que, en un primer momento, tenía todos los ingredientes necesarios para ser una de esas batallas de prestigio: Rumasa , el caso Rumasa, podía servir para mandar un claro mensaje a todos los empresarios que seguían saltándose la ley a la torera, iba a ser un caso ejemplarizante y, lo mejor de todo, asentaría las bases del camino a la modernidad, esa que decía que se habían acabado los privilegios. Corría el año 83 y la expropiación corrió a cargo del propio gobierno.

Miguel Boyer, ministro de Economía de aquel entonces, fue la persona indicada para ponerle las esposas a Ruiz Mateos y, como ya saben, aquello se convirtió en un desastre total y absoluto. La derecha, a piñón, cerró filas con el empresario convirtiéndolo en un martir de la causa y, lo que es peor, con muy buen tino Ruiz Mateos supo representar a la perfección el papel del hombre acorralado por el Estado. La cantidad de anécdotas casposas, momentos delirantes y artículos de prensa sospechosamente hagiográficos en el personaje no dejaban dudas de que, en realidad, Ruiz Mateos era un tipo dispuesto a echarle cara dura y con suficiente capital personal como para comprar voluntades y ejercer de fugitivo a tutiplén. El discurso no se alejaba mucho de utilizar sospechosas llamadas al "Pueblo", al uso de "cheka" por celda y la sorprendente justificación de que respondería ante el pueblo y no ante la justicia...por encima de ello la llamada al Altísimo y su posicionamiento como creyente frente a un gobierno "rojo" que lo "martirizaba", que lo "perseguía"...sin que se supiera bien si lo hacía por defraudar o por ser católico. 


Los sorprendente es que efectivamente se supo todo lo que estaba mal, se cifró cada delito y cada irregularidad, de hecho se acumularon tantas causas en una que era imposible no creer que Ruiz Mateos no era un delincuente pero, ah, la cuestión no era si Rumasa era un avispero (y no un panal de rica miel) si no las razones que habían llevado al empresario a saltarse la ley. ¿La defensa esgrimida? Me salté la ley pero también daba muchos puestos de trabajo. Toma. De pronto este señor tan loco de Jerez se convertía poco a poco en un Robin Hood que se comportaba como un delincuente económico porque era, en realidad, un jugador de equipo, un martir que se estaba sacrificando por los demás. Y así quedaron las cosas.

Ruiz Mateos obstaculizó su juicio cientos de veces con trucos bajoneros pero efectivos: contrató a unos abogados norteamericanos que no podían ejercer en nuestro país al no estar colegiados, pidió una especie de receso para reorganizar su defensa y, nada más comenzar el juicio, recusó a su abogado alargando más aún el asunto (el abogado se negó a trasladar la causa a otro letrado hasta que Ruiz Mateos no le pagara unas facturas atrasadas...lo que sonaba un poco a truco). Tras esto montó una fuga que él mismo contó en términos cómicos (una peluca de Harpo Marx, unas gafas, un motorista fantasma y una escapada frente a todos los periodistas que estaban a la puerta del juzgado...lo que sonaba a truco) que perseguía ridiculizar al Ejecutivo socialista (díganme si alguien puede escaparse de un juzgado sin pagar un solo soborno y delimitando un plan para ello un poco más serio), se vistió de Superman y, lo que es mejor, decidió presentarse a las elecciones europeas siendo prófugo de la justicia e, incluso, se permitió el lujo de grabar un mensaje en vídeo desde la clandestinidad pidiendo el voto para sí mismo y aprovechando los espacios electorales gratuitos para declararse inocente. Consiguió el escaño, por si hay alguna duda, y se convirtió en aforado, por lo tanto, no se le podía llevar a juicio.

Ah, también le dio una colleja a Miguel Boyer diciendo aquello de "que te pego leche" que tanta gracia nos hizo y que, en su renacimiento como empresario, usó como claimer para unos anuncios de bombones Trapa (decía aquello de "¡Que tatrapo, leche!"). 



La maraña de hechos encandiló a la opinión pública que veían a Ruiz Mateos como una especie de tío gracioso y simpático pero, más allá, como un hombre que se había vuelto un poco loco por la persecución de la que había sido objeto...y digo bien lo de persecución porque ese es el término más utilizado por la prensa para referirse al pulso que este hombre mantuvo con la Administración González. Lo mejor es que, pese a que decía estar completamente arruinado, poco a poco Rumasa volvió a primera línea cambiando esta vez bancos y grandes almacenes por el sector alimentario. Un producto familiar e inofensivo que era la teórica base de nueva Rumasa, un producto familiar e inofensivo que ya era sinónimo de este empresario que no tuvo ningún empacho en poner a su señora a los mandos de un club de fútbol familiar y obrero como es el Rayo Vallecano. 


Ni que decir tiene que, en estos años, los Ruiz Mateos no han pasado por muchas apreturas pese a que siempre dijeron haber estado "arruinados". Han mantenido su discreto y buen tren de vida y Nueva Rumasa se hizo con el control de Dhul, Clesa, Trapa, Cacaolat...todo muy dulce. Durante todo este tiempo Ruiz Mateos no dejó la campaña de limpieza de imagen y no era raro encontrarse con una avioneta con el enorme cartel de "justicia para Rumasa", carteles, pegatinas y, lo que es mejor, delicadas entrevistas a corazón abierto como la que la familia, en pleno, regaló a Pepe Navarro en "Esta noche cruzamos el Mississippi" en la que solo les faltó besarse a todos e invitar a Navarro a ser el padrino de alguna celebración familiar.



En todos estos años, pese al fraude y al delito, los Ruiz Mateos se han jalonado una estupenda fama: paternalistas con el obrero, sencillos en sus declaraciones, siempre tan limpitos, tan adecuadamente chistosos, tan seriecitos, tan bien casados, tan familiares, tan de perro, misa y ABC bajo el brazo, tan jerezanos y tan flamencos pero sin pasarse, tan de juerga sana, tan buenos...sin duda han representado el ideal familiar de muchos, muchísimos españoles que, córcholis, también dejarían de pagar impuestos si no pudieran poner pan sobre la mesa para alimentar a 14 hijos. Que también les gustaría vivir en ese idílico chalet rodeados de su descendencia. 

Desde hace dos años venimos viendo esos anuncios de Nueva Rumasa donde se invitaba a los ciudadanos a invertir un poco de su dinero en una empresa tan dulce, tan familiar y tan, en el fondo, maja. Una empresa respetable (sí, se decía respetable) que nos alegraba el desayuno y olé. El texto del propio anuncio no dejaba dudas de que, por el tipo de operación y sus especiales características, la inversión no pasaba controles de ningún tipo. No, no los pasaba. De hecho, si uno rebuscaba en la letra pequeña del anuncio o de esos fabulosos encartes que te encontrabas en la prensa de cuando en cuando te enterabas de que la inversión no estaba garantizada por Nueva Rumasa si no por una especie de empresa paralela. De hecho, si rebuscabas un poco, te enterabas de que muchas de las empresas de Nueva Rumasa (las que no tenían que ver con los lacteos) estaban derivadas a paraísos fiscales. 

¿Y qué? Nada. A ningún trilero de esos que se ponen con el cartón y la bolita en las inmediaciones de la Estación de Atocha se le ocurriría decirle al idiota que apuesta 50 euros que, en realidad, aquello era un timo pero a Ruiz Mateos no le importó decirlo. OK, quizás no es un timo como el del Trile pero, cuidado, que te estaba advirtiendo que aquel dinerillo, a lo mejor, no era una inversión segura. 


¿O no? Rebuscando un poco en el texto, en estas cosas hay que rebuscar, se me planteó la necesidad de entenderlo desde dos ángulos diferentes: ¿Qué quieres decir cuando dices que "la inversión no requiere del registro previo de un folleto en la Comisión Nacional de Valores"? A) Que, a lo mejor, ese dinero no sabes a donde va B) Que ese dinero "no está sujeto a control" y, por lo tanto, es una especie de inversión que se hace de espaldas a Hacienda, que forma parte de una partida de dinero que puedes invertir y no declarar. 

Volviendo al simil de la estafa: El que se cree estafador acaba descubriendo que ha sido estafado.

¿Se acuerdan ustedes el pollo que Ruiz Mateos montó con una empresa de seguros? ¿no? La empresa se llamaba Iberia de Seguros. El escándalo es del 98. Ahí el empresario mantuvo públicamente que rescataría a la empresa pero, simplemente, la dejó morir dejando a mucha gente en la calle. 

¿Saben que Ruiz Mateos acumulaba, de nuevo, una deuda de impagos con la Seguridad social de unos cuantos, muchos, millones de euros?

Y ahora en serio: ¿Se puede volver a construir un imperio mediático desde "la ruina total"? Pues parece ser que sí, pero sobre todo, lo que se puede conseguir es limpiar tu imagen y que, además, gente como Alfonso Arús (en uno de los vídeos está la prueba) diga de uno que es un ídolo, que es mítico y que no se cansa de verlo. El chiste sobre Ruiz Mateos ha salido bastante caro.

Lo sorprendente es que, teniendo en cuenta el recorrido y los datos sobre las empresas, Nueva Rumasa haya conseguido levantar en estas ampliaciones de capital 140 millones de euros sacados de los bolsillos de 5.000 españoles que, pese a las advertencias del propio Ruiz Mateos, no han tenido empacho en soltar casi 3.000 euros cada uno. ¿Le darían ustedes 3000 euros a este señor? A lo mejor ustedes no, pero como antaño, ya se están levantando voces a favor del empresario jerezano que, horreur, amenaza con volver a los juzgados y regalarnos un nuevo show mediático, esta vez, sin Boyer como receptor de los bofetones. Ya se habla de que la falta de liquidez se debe a que los bancos no han querido dar créditos e, incluso, en la neoliberal Intereconomía se clamaba el viernes por la noche por una necesaria intervención de rescate financiero a cargo del estado para, otra vez, salvar cientos de puestos de trabajo.

De nuevo, Ruiz Mateos vuelve a usar a los obreros de sus empresas como rehenes y exhibe el mismo discurso populista que ha mantenido en estos 30 años sin que a nadie se le ocurra, ni por un instante, pensar que a lo mejor no es bueno darle 3000 eurazos a un tipo que se viste de Superman por muy perseguido que se sienta por un Ministro de Economía. La chufla y la guasa, el chiste, ha costado a 5.000 incautos un dinero que podrían haber quemado en sus chimeneas, perfectamente. Piensen bien: 5000 personas. ¿Tiene el Rayo Vallecano tantos abonados?

Desde un punto de vista de marketing no hay duda de que la operación Ruiz Mateos le ha salido bien. El defraudador de la Hacienda Pública, el tipo que se llevó dinero a Suiza, que luego se aprovechó de los paraisos fiscales, que con mucha cara reclamó dinero al Estado por al expropiación de sus empresas no es en nuestro país un villano si no, por el contrario, un personaje del folclore popular que ha conseguido recaudar 140 millones de euros que, ahora, nadie sabe donde están. Bueno, Ruiz Mateos sí, pero a ver quien le pregunta.

En el ámbito social la figura de Ruiz Mateos inauguró un sistema de defensa que han utilizado otros. La escapada hacia adelante, el no dar marcha atrás, el no reconocer la estupidez como gestores, la incapacidad para hacer nada dentro de los márgenes de la ley ha sido esgrimida como escudo también por personajes como Mario Conde que, oh la lá, se aparece en Intereconomía exhibiendo sus armas ideológicas de destrucción masiva y hablando con toda tranquilidad sobre la justicia española o la economía del mismo país habiendo sido el culpable de uno de los mayores escándalos financieros de nuestra historia. Antes de eso, Jordi González en ese programa llamado "La Noria" ya le había permitido un enjuague de rostro en una de esas entrevistas en las que, aparentemente, se persigue encontrar "el rostro humano" del personaje. Apareció por allí Mario Conde como un corderillo que, tras haber probado las mieles del poder, degustaba ahora las maravillas de la poesía, se colaba en foros de internet para compartir versos y había metido "sus pocos ahorros" en un negocio de aceite andaluz. Un negocio pequeñito alejado de los canibalescos círculos de la alta economía donde tan mal se le trató. Incluso, maravillosamente, llegó a mandar un recuerdo a todos los compañeros de talego y a afirmar, muy adecuadamente, que hay más ladrones fuera de esos muros y peores personas que dentro pese a que, como ustedes saben, etarras, violadores, mafiosos y asesinos a sueldo engrosen las listas de presos en nuestro país ¿Por qué Jordi González no le preguntó donde vivía? ¿De qué vivía? ¿Había tenido que cambiar el chalet por el piso de 20 metros cuadrados? ¿Ganaba un sueldo trabajando como reponedor en un supermercado mientras memorizaba versos de Neruda o Machado?

Con Conde y con Ruiz Mateos, huelga decirlo, el dicho de que el tiempo pone a cada uno de nuevo en su lugar toma un siniestro significado.

En el asunto político ha marcado estilo también Don José María. Ahí tienen a los imputados en casos de corrupción (trajes, maletines, fiestacas, coches, relojes...) van a mantenerse en su puesto defendiendo a capa y espada el estatus, sin dar un paso atrás y mirando hacia el frente haciendo oídos sordos, defendiendo lo indefendible y dando razón a los que piensan que la realidad, pese a ser mostrada, deja a todo el mundo indiferente porque, por encima de los hechos que hayan protagonizado, nos mueven otros sentimientos que nos hacen mantenernos al lado del villano aunque este lleve, en una bolsa, la cabeza de un bebé.

Ya saben cual es la defensa: negar, negar, negar, luego reconocer pero negar, luego reconocer negando y echándole mierda al denunciante creando la falsa sensación de que es malo, de que lo mueven aviesas intenciones y, para más inri, generar la sensación de que es usted un delincuente pero un delincuente con corazón. Luego solo tiene que seguir negando, que seguir victimizándose, que pagar unos dineros a unos señores para que les pongan a ustedes bien delante de los demás y después seguir hablando de otras cosas, de las circunstancias del delito. Seguro que encontrarán a 5.000 incautos que les entregarán, incluso su dinero, para demostrarles su afecto. Ah, esta defensa, no es válida si el delito es pequeño. Es decir, si ustedes entran en un banco para atracarlo y les pillan no le vengan a juez con tonterías como es que no tuvo más remedio y que tiene hambre porque, sinceramente, se van ustedes a ir a la mierda aún más rápido si cabe. Para parecer inocente hay que pagarse el estatus de inocencia. Eso todos lo tienen bastante claro.

La broma ya ha durado bastante. El show, la segunda parte del show, ha terminado de forma abrupta pero, no se crean, los delincuentes y los malos gestores como los zombis vuelven siempre de la tumba. La invocación para que ocurra se consigue agrupando un estupendo grupo de seguidores. No hay más que ver es el increíble número de mensajes de apoyo que tiene en toda la red.

BOLA EXTRA: Les dejo un docu de Rumasa emitido por Canal Sur que alguien ha editado bajo el título "Arriba héroe!".


viernes, 18 de febrero de 2011

Días de start-up y risas en mis apis por tus cookies.


Esta semana ha estado raro y no tenía nada que contar y, ante la duda, no hay mejor cosa que callarse y esperar a que vuelva a haber viento en las velas. he estado completamente quieto desde el domingo, encerrao como un tontaina y sin nada que hacer hasta que Carlos Clavijo me agarró ayer de las orejas y me llevó a echarle una mano con el segundo capítulo de "El Divo" (Se estrena el mes que viene, paciencia...lo van a hacer en plan "La hora Chanante", uno al mes). "El Divo" es el juguete de Carlos pero me deja enredar con él y hacerle de escudero. 

Hoy tocaba escribir en mis apis por tus cookies y he hecho esto de aquí.

Va sobre Antonio Castelo y una locura que le ha salido de entre las patillas que se llama papanatos.com que es un portal donde quiere aunar a toda la gente graciosa del mundo que habla español y ser una especie de reserva de todos los vídeos de tropezones, todos los cortos graciosos, a lo mejor todos las ventosidades a destiempo y cosas así para que se parta la peña buena el ojete. Un desmán impropio de estos tiempos tan seriecitos. 

No se porque escribo de Castelo porque, aunque fui a verlo ayer (la segunda visita), y lo trato superbien y le digo que está genial y eso él siempre me dice cosas  como que parezco un perros San Bernardo y se mofa porque dice que soy como británico. Valiente sinvergüenza. Nada, que me cabreo, que lo disfruten y espero que estén bien mañana porque vamos a hablar de la estrategia Ruiz Mateos. Agárrense los machos. O no. 

Nota del Insustancial: La foto es de Antonio Cassano y no de Antonio Castelo. Cassano es un chiste, una persona chiste, un futbolista chiste y Antonio Castelo es un humorista que se ha metido en una empresa que produce risas...ya ves, como si las risas no fueran una cosa que se hace sola...¿o no? Con este truco absurdo, esta broma barata quería decir que yo también puedo hacer chistes...¿no ¿eh? ¿No se ríen? 

lunes, 14 de febrero de 2011

¡Es solo cine!...¿No?



El desastre. Otro año más. Este año, posiblemente, un  desastre mayor porque, la que se anunciaba como la Gala de los Goya, de la reconciliación, la que se iba a celebrar en el centro de Madrid e iba a convocar a todos los ciudadanos alrededor de las estrellas del cine español en plan Cannes, en plan Kodak Theater, ha finalizado en medio de una polémica (la enésima en lo que vamos en menos de sesenta días de 2011) con protesta convocada por la red, la aparición de un idiota con barretina ("momenten totalmenten bajoneren" que diría un alemán), lanzamientos de huevos y consignas y una sensación generalizada de celebración familiar que todo el mundo esperaba con ganas pero que, al final, por las circunstancias ha resultado contener todo el catálogo de malas caras, puñaladas y comentarios dañinos de cualquier boda, bautizo, cena de nochevieja o similar donde los invitados compiten no por caerle mejor a los otros invitados si no por llevarse el premio al borde del año. 

El momento más esperado de la noche no fue saber quién se iba a llevar el premio gordo (Agustí Villaronga recogiendo los frutos de una carrera intensa, brutal...) si no del contenido del discurso del Presidente saliente de la Academia Alex de la Iglesia. El hombre, el buen hombre, que llegó hace dos años para hacerse cargo del puesto con una hoja de ruta que pretendía unificar al sector bajo una misma voz y, sobre todo, acercarlo al público limando asperezas con políticos de la derechona y medios tradicionalmente hostiles, es decir, que pretendía hacer todas esas cosas que le faltaban a la industria para volver a refulgir ha leído su propio testamento en un tono grave que me ha recordado al discurso de renuncia de Aldolfo Suarez allá por los 80 y que ha sido leído con amargura y una cierta sensación de haber sido derrotado por las circunstancias políticas, digitales, sociales y la madre que las parió. 

Esta vez, el tipo que soñó con ser el hombre del consenso, se ha dejado de medias tintas, ha abandonado la carga de diplomacia que conlleva un cargo como el que ha ostentado y ha tirado por la calle de en medio tomando partido no por el sector, no por las gentes del cine si no más bien, por todos aquellos que estaban fuera del Teatro Real con la cara tapada por una máscara de Guy Fawkes (unos con la oficial que se vende bajo licencia de la Major, Universal, y que les está dejando unos dividendos inusitados a la productora y distribuidora internacional y otros, más consecuentes con la naturaleza de la protesta, con una impresa sobre folio tipo careta de clase de manualidades que se podía descargar de manera gratuita en algunas páginas que la han puesto a disposición de los autodenominados Anonymous). 

De la Iglesia, liberado de facto de su papel de Presidente, ha dirigido un discurso a la nación (a la digital y a la  manual) que no ha dejado resquicio de duda sobre el asunto: Internet es el nuevo y único campo de acción posible. Ya está. El que quiera bien y el que no, pues ya sabe donde tiene la puerta. El discurso que no parece haber sentado bien al sector (la cara de Enrique Cerezo, productor, me ha parecido incluso más sintomática que la de la Ministra Ángeles González Sinde más que nada porque Don Enrique es el productor más potente de nuestro país) ha sido recibido con una alegría generalizada por la muchachada internauta que ha visto refutadas, en el discurso, todas sus ideas sobre el asunto. Es más, hasta en un detalle tan nimio como el de la propia nomenclatura de los que usan Internet ha sido tajante: no les llamen Internautas, llámenlos ciudadanos. Esto es lo que se llama una enmienda a la totalidad. 

Alguna vez, seguramente ya demasiadas, les he intentado transmitir lo fragmentado que está el sector audiovisual, lo difícil que es poner a todo el mundo de acuerdo, que en realidad esa idea de que todos vamos debajo de un mismo manto, que somos un gremio, una hermandad, una logia dista muchísimo de ser ni total, ni parcialmente real. Ahí está el discurso de De la Iglesia que ha sido una bofetada sin mano, más bien una paliza sin manos ni piernas, a la ministra González Sinde pero, de algún modo, también a toda la profesión que, imagino, esperaba un discurso mucho más conciliador. Seguramente, los que peor lo hayan recibido, hayan sido los distribuidores y los dueños de las salas de cine. 

Sobre el discurso de Alex de la Iglesia flotaba una tremenda frustración, ya digo, la frustración de alguien que no ha tenido éxito en lo que parecía un proyecto personal, una cabezonería de alguien acostumbrado a llevar sus sueños a la práctica. El testamento no podía ser más desolador y desabrido aunque solo sea por el triste reconocimiento de que, la realidad, con sus intereses y sus vicisitudes, se ha impuesto a una idea cojonuda: hacer rentable y simpática a toda una industra que se basa, para ser viable, en caerle bien a la gente. 

Si las reacciones al discurso de De la Iglesia han quedado para la posteridad recogidas por las cámaras de TVE lo que no está tan claro, a partir de hoy, son las consecuencias de esas palabras. 

Es evidente que la relación del director vasco con la industria no va a ser buena, al menos, no públicamente. Es un riesgo mayúsculo. Un órdago. En los cálculos de Alex, me imagino que coexistirán estas dos hipótesis: 

-Es posible que los productores y los exhibidores me odien a día de hoy, manteniendo este discurso, pero si mi próxima película es rentable seguirán contratándome porque todos han leído a Mao y saben que da igual que el gato sea negro o blanco con tal de que cace ratones. 

-En caso de que, pese a que sea rentable no quieran contratarme, siempre puedo buscarme la vida con productores extranjeros teniendo en cuenta que tengo un curriculum potente y que en Francia o en Estados Unidos o en Inglaterra podría encontrar inversores dispuestos a poner la pasta. 

Estos dos cálculos, claro está, se basan en algo muy sencillo: HAY QUE SER RENTABLE. Lo que nos lleva a una única idea: Si queremos que Alex de la Iglesia siga rodando, y teniendo en cuenta el actual sistema económico por el que nos regimos, no hay que ser muy listo para entender que: si queremos que Alex de la Iglesia siga haciendo películas tendremos que PASAR POR TAQUILLA. Guau. Qué dilema. Enfrentados a la realidad honesta de que Internet es la realidad y no el futuro, me temo que hasta que la cosa no se ponga de otro modo no tendremos más remedio que seguir con el antiguo "deme dos centraditas". 

En estos últimos días, ni dos meses calculo, hemos sido bastante conscientes del poder de la red, de su pawa,  la presión de la misma ha descabezado a Nacho Vigalondo, ha puesto contra las cuerdas a Alejandro Sanz (sorpesivo su abandono de Warner para fichar por Universal) y, en cierto modo, ha descargado su fiereza sobre las espaldas de un profesional que, digámoslo claro y meridiano, vive del taquillaje y las ventas de su obra que no es otro que Alex de la Iglesia. Sin duda Alex le ha visto las orejas al lobo, ha descubierto que detrás de los teclados se encierra un infinito poder de comunicación, una masa nebulosa de personas que solo tienen que apretar un botón donde pone "me gusta" para que moles o decidir no tocarlo y que te vayas al rincón de los castigados junto a Ramoncín. 

Alex de la Iglesia ha tomado partido por el público, ni siquiera por un público real, ni siquiera por una cifra concreta de espectadores, es más, lo ha hecho teniendo en cuenta que "Balada triste de trompeta" ha distado bastante de ser un éxito de taquilla. Sin duda, si fue valiente en su día para aceptar el reto de dirigir la Academia de Cine ha demostrado un valor inmenso tomando un camino que, él mismo, no sabe donde le va a llevar porque es un camino que no tiene un destino claro, si no simplemente una enorme interrogante en el horizonte.

Espero, que para agradecerle el gesto y mientras llegan esas páginas de descarga con las que recuperar la inversión que se hace en cada una de sus pelis, todos los que le han aplaudido a rabiar, todos los que han llenado Internet con mensajes de apoyo, todos los que se han mostrado tan agradecidos de que haya defendido sus tesis y su derecho a ver cualquier cosa producida en cualquier lugar del mundo a cambio de lo que cuesta el enganche a una línea ADSL acudan en masa a los cines donde se proyecte su próxima película, que ahorren un poco y vayan al cine más cercano porque, sinceramente, lo que ha hecho este tío, este domingo por la noche es un salto mortal hacia atrás sin red. Si él ha sido capaz de tomar partido por todos ustedes lo mejor que pueden hacer es devolverle a primera línea. Que semejante acto de inmolación no sea en vano. Háganle saber que su esfuerzo merecerá una recompensa. 

Son ustedes los que decidirán si habrá una siguiente película de Alex de la Iglesia o no existirá. Ustedes tienen el poder en sus manos, ya saben un poder que conlleva una enorme responsabilidad. Él ha defendido su derecho al disfrute plenipotenciario de todas las producciones del mundo y ustedes, y solo ustedes, deberían de devolverle el favor de que esta noche les haya servido de portavoz.

Solo diré una cosa: El cine es solo cine y no habría que darle tanta importancia....y, si se la damos, creo que es por algo. Por algo profundo que tiene que ver con todos nosotros. Siempre hemos tenido el poder, lo que ocurre es que ahora lo ejercemos de forma más clara. 

...Y de la Gala no voy a hablar. Solo diré que ha comenzado muy bien y se ha ido muriendo poco a poco...como todos los años. Pero, la verdad, no parecía que el horno estuviera para bollos. 

...Y sobre las pelis de este año: diré que si "Biutiful" no me gustó nada, "Pá negre" me emocionó (soy fans de Villaronga), "También la lluvia" me encantó, "Buried" me parece la hostia, "Todas las canciones hablan de mi" me ha parecido fantástica, no me he recuperado mentalmente de "Habitación en Roma" ni de "A3MSC", que fui con inquina a reirme de "Pájaros de papel" y salí gratamente sorprendido pese a que el final me pareció regulier,que "El Gran Vázquez" me gustó mucho y que no he visto "los ojos de Julia", "Elisa K", "La Mosquitera", "Lope"  y "Chico y Rita" (aunque esa es la que me llama la atención)...

...Me ha gustado mucho que le dieran el Goya a Mario Camus (Además de todas las conocidas me gusta muchísimo una película con baloncesto de fondo titulada "La vieja música" (1985) ) y que me he emocionado con Karra Elejalde y Rodrigo Cortés...

...No me ha gustado que no sepamos hacer una fiesta sin que haya palos, que Jonás Trueba no haya pillado estatuilla, que "Maria y yo" se haya quedado sin Goya, que "Un profeta" tampoco (en las extranjeras) y que Aitana Sánchez Gijón no haya tenido una cobertura más amplia y que la cortometrajista esa tan densa haya cantado tan mal así como que Juanjo Puigcorbé no haga gracia y Andrés Pajares, el hombre, no esté del todo recuperado. Y sobre todas las cosas que Carlos Areces no fuera nominado.

BOLA EXTRA (En forma de rumor)
Hay quien asegura que son muchos los pretendidos profesionales sobre temas de la red que ya se están ofreciendo a productoras y distribuidoras cinematográficas como asesores a cambio de un crujiente cheque. No me extrañaría que esta maldad, de ser cierta, nos revelara la categoría moral de todos los que, con el río revuelto, están intentando sacar estupendas ganancias a costa de las buenas intenciones de unos cuantos. Ya sería el delirio. Permanezcan atentos. Y esperen el mayor de los sonrojos. 

Nota del Insustancial: "Balada de trompeta" es un tema musical que interpreta Raphael en la película "Sin un adiós" (1971) del director Vicente Escrivá. Como todo el mundo sabe es la canción con la que se identifica -y flipa- el payaso triste que interpreta Carlos Areces en "Balada triste de trompeta". Amargo temarraco al que Raphael imprime esa voz suya tan espectacular y, como diría Jordi Costa, tan disfuncionalmente bella. 

martes, 8 de febrero de 2011

Princesas de barrio o la realidad según Almodovar


El domingo vi "Princesas de barrio", un docu-show que se ha sacado La Sexta de la manga y que, me imagino, que es como una especie de spin off de aquel programa que se titulaba "Mujeres ricas". 

Allá por los años 80 Pedro Almodovar se dedicó a reivindicar a la mujer de extrarradio o, más bien, eso entendimos nosotros porque si le echabas un tiento a "¿Qué he hecho yo para merecer esto?" te dabas cuenta, un poco, de que lo que hizo Almodovar fue crear a unos cuantos personajes y hacer una ficción donde una señora que se dedicaba a limpiar mostraba una vida muy perra soportando a un hijo delincuente y porrero, a un hijo menor chapero, a una suegra completamente ida de la olla y a un marido taxista y maltratador enamorado de una alemana y que era la llave de unos pretendidos diarios de Adolf Hitler. 

Almodovar, como muchos de nosotros, solo utilizó de partida la vida de los barrios de inmigrantes interiores de la capital de Madrid (su hermana vivía en Parla y estaba casada con un Guardia Civil, si la memoria no me falla) para sacarle al asunto punta desde un punto de vista un tanto aberrado: niñas con poderes telequinéticos, monos de tranquilizantes para los que no hay recetas, Jaime Chávarri hablando del tamaño de su chorra frente a una prostituta de buen corazón, un asesinato utilizando las técnicas del Kendo japonés y un largo etcétera de situaciones que incluían a Javier Gurruchaga haciendo de lascivo dentista, un lagarto llamado "Dinero", Gonzalo Suarez emborrachando a Gutierrez Caba con vino peleón...

Era el director manchego, por aquellos años, un remedo de John Waters cañí que, de pronto, jugaba a la contra de la modernez de La Movida (dispuesta a quemar todo lo viejo o, al menos, a meterlo debajo de la alfombra hasta que pasara el temporal) reivindicando las conversaciones de vecinas y lo que parecía no una vida de sueldos bajos y casas de protección oficial si no una especie de chispeante aventura de la lampancia diaria repleta de personajes colgados y situaciones carcajeantes. Almodovar fue, ya por aquella época un postmoderno incomprendido.

Tras Almodovar se puso de moda la palabra "maruja" (muy celebrada) e incluso artistas como Martirio se permitieron la licencia cómica de jugar con dichos términos (cantaba por aquella época la eximia cantante andaluza aquello de "Son las osho menos cuarto/me tengo que levantá/necesito una pastilla pá ponenme a funsioná...) y un cierto jolgorio alrededor del ama de casa que vestía con bata y atendía como una esclava a "su santo" fue filtrando hasta convertirse en una caricatura. No me cabe duda de que la relectura que Almodovar proponía de su propia vida (infancia en La Mancha, adolescencia en Extremadura, madre dicharachera, estudios becados, un padre currante en una gasolinera, el despegue del estrellato desde un trabajo en Telefónica) tenía algo de cariñoso y también de agresivo. Con razón. Vender en España que uno ha salido de las estrechuras y ha triunfado gracias a su talento es para nosotros algo vergonzante...sólo echenle un vistazo a las biografías de nuestros personajes más reconocibles y verán ustedes cuantos de ellos reconocen haber tenido una infancia flojilla. Ser pobre, o haberlo sido, siempre es en nuestro país algo sospechoso de no ser buena persona o no ser de fiar porque siempre flota la pregunta: "¿Cómo lo habrá conseguido?".

"Princesas de barrio" es un programa que parte de la falsa percepción de que el extrarradio de las ciudades y sus habitantes es un semillero de historias escritas por Almodovar y que si se te ocurre dar una patada a un bote en un descampado te salen cinco o seis Belen Esteban dispuestas a rellenarte cuatro o cinco horas de chisme-televisión. No es el caso. De hecho seguir el periplo laboral de una madre soltera que tiene a su hijo viviendo con su abuela, a su vecina, a una go-go de Pachá que se quiere poner un culo falso, a la cantante de una orquesta y a una chica que vive con un novio pescadero parece no dar para una chispeante ficción de esas que parten de la premisa: "Son pobres pero se lo pasan guay".

La mirada zoológica hacia las estrechuras ajenas nunca me ha resultado excesivamente interesante. Sea porque vivo en un barrio normalucho, sea porque soy normalucho y de clase media o sea porque, desde nunca, me han gustado las bromas que parten de otras personas. Yo creo que, el humor bueno, parte de uno mismo y luego va hacia los demás.

Ficcionar la realidad y que no se note es una ardua tarea que, sin duda, "Princesas de Barrio" no sabe hacer. Ya sea porque las protagonistas están muy interesadas en llamar la atención y pierden naturalidad, ya sea porque se provocan una serie de situaciones (la visita de una vendedora de un robot de cocina, un concierto de Camela) que quieren colar como reales. Un bluff. Una pedorreta merecida porque, sinceramente, no se puede uno lanzar a la producción de un programa sin haber sondeado el material con el que se quiere contar y sin haber testado la fuerza de la idea del mismo.

Si "Princesas de Barrio" ha sido un intento de hacer un "Operación Esteban" ha fracasado tan estrepitosamente como en su intento de convertirse en un chiste sobre unas cuantas chonis. Desgraciadamente de todas las protagonistas dos parecen dedicarse al mundo de espectáculo (¿No es asquerosamente moralista mostrar a una go-go como si llevara malos pasos?) y las otras tres parecen ser retratadas más desde su situación laboral y social que desde el hecho de que sean, efectivamente, unas chonis que hablan fatal...incluso, en este punto, parece que se obliga al personal a hablar fatal.

Es posible que, en otros países como Estados Unidos o Inglaterra, donde la clase media vive una situación mucho más desahogada que la nuestra y donde la diferencia entre el barrio obrero y el barrio de funcionarios o PYMES es mucho más grande este tipo de programas tengan su razón de ser e incluyan esta mirada zoológica a otras clases económicas que no comparten ni nuestro suelo, ni nuestros barrios, ni siquiera nuestros mismos colegios o centros de trabajo pero, sinceramente, en un país donde las diferencias son tan estrechas y donde todo el mundo ha asistido a una boda donde la gente acaba por hacer el gilipollas poniéndose estupideces en la cabeza es normal que tengamos que forzar la maquina y alejar al objeto de nuestra observación para que nos resulte interesante.

Y, por otro lado: ¿Por qué las protagonistas siempre son mujeres? ¿Es que todos los tíos de este país son uno gentlemen? 

viernes, 4 de febrero de 2011

Un viernes no es un viernes si no estamos en misapisportuscookies.


Ellas y ellos no se cansan de mi y eso que me empleo por ser molesto, por ir a mi bola y por escribir normalmente cosas larguísimas pero, mira, ahí seguimos en misapisportuscookies cada quince días haciendo el monguer...si pinchan verán directamente lo que he escrito. Va sobre ese señor que está fotografiado ahí arriba y que se llama Michael Richards y que se hizo famoso por hacer de Cosmo Kramer en "Seinfeld"...

Me ha quedado larguísimo porque siempre pienso que tengo un montón de cosas que decir, en realidad siempre digo las mismas mierdas. Toménselo con paciencia que, aunque sea malo, lo hago todo con cariño. 

No, en realidad  no va del todo sobre Michael Richards pero si miran fijamente la foto durante unos segundos y bizquean los ojos verán el verdadero tema del que trata el post, se les revelará en 3D con cosas así como chulas, con goletas al fondo y una chica preciosa que se da aftersun en la cubierta de un yate mientras espera su llegada...

Bueno, eso también es mentira...les voy a dejar otra pista pero esta con una chica guapa de veras. Guapa de verdad...que pasen un fin de semana estupendo. Yo me largo a Graceland, a mi Graceland, porque estoy al borde del colapso nervioso. Si Sarah Silverman me amara "locamenti" a lo mejor estaría mejor...o peor, ella tampoco tiene pinta de tener a nadie ahí arriba al volante. 


NOTA DEL INSUSTANCIAL: Los que no lo hayan adivinado ya que pinchen en el enlace de arriba. 

jueves, 3 de febrero de 2011

"Primos" (Daniel Sánchez Arévalo, 2011)


Llevo un rato dándole al cursor, borrando y volviendo a escribir para volver a borrar. Es una mecánica absurda que se produce cuando uno no sabe por donde empezar a hablar de algo. Es mucho más fácil hacer la crítica mala y jugar a la contra que hablar de una película que te ha gustado mucho como es el caso de "Primos", la última película de Daniel Sánchez Arévalo.

Comencemos entonces por el principio y vayamos hilando lo más fino posible: todo el mundo tiene unos primos (reales o ficticios) que te han visto crecer mejor o peor y todo el mundo tiene, guardada en alguna parte de la biografía una de esas historias de amor que pensamos que pudieron ser pero que nunca fueron. No recuerdo el título de la película en la que Agustín González se paseaba con su porte de señor de bien por una fiesta de progres y acababa hablando con el protagonista para decirle algo así como que "querer es conformarse porque, quien sabe, si yo me voy a una isla a lo mejor vive allí el amor de mi vida pero, como no la conozco, pues me quedo aquí y me enamoro de otra". Aquello se me quedó clavado de alguna manera tonta porque, al momento pensé, que era una verdad como un templo.

Que el amor es algo palpable pero conformista pero que las relaciones son algo normalmente efímero es una de esas verdades como templos que no quieres escuchar cuando tienes las hormonas a punto de caramelo y, sobre todo, cuando estás viviendo el amor de tu vida en el que piensas que será un verano que va a durar para siempre o que, cíclicamente, va a repetirse una y otra vez. Que los largos veranos también se acaban y lo que nos esperan no son esos meses largos repletos de anécdotas si no una lastimosa concatenación de periodos de descanso más o menos largos en los que nos vemos obligados a arrastrar con el cansancio laboral y con los compromisos propios en los que nos vamos liando es otra de esas cosas que no acabas tampoco de creerte cuando estás metido, de lleno, en vivir las cosas un poco a cholón, como vienen dadas.

El tagline de "Primos" no podía ser, para mi, más revelador: "tu novia te puede dejar plantado...ellos no". Bueno, es otra de esas verdades que quieres creerte pero, lo cierto, es que todo el mundo tiene unos primos (reales o fingidos) que no van a cambiar mucho con respecto a ti y que siempre tendrán su puerta abierta para echarte una mano.

En estos tiempos que son tan así, lo cierto es que hacer una película que resulta ser un canto a la amistad y al amor de juventud suena un poco a ejercicio "kamikaze", por contra de lo que algunos pudieran pensar, yo creo que la gente acude a ver una película que es un reflejo de su estado de ánimo. En mi vida se me ha ocurrido a mi ir a ver un Bergman o un Dreyer cuando tenía las pilas puestas por temor a desinflarme como un globo y he preferido ver una comedia para que la fiesta y el verano no se acabaran nunca. Con el patio en plena celebración de lo negativo es más correcto pensar que la gente prefiere ver películas donde la gente lo pasa mal aunque solo sea por resobarse un poco en su propia desgracia o recibir el estúpido consuelo de ver que unos personajes se las ven más canutas aún que ellos.

"Primos" arranca con un novio abandonado en el altar contando las razones de su desventura y con una huida hacia adelante en la que, acompañado de dos de sus primos, deciden visitar el pueblo en el que veraneaban en su niñez para que este recupere el amor de su vida. Un plan estúpido y con todas las papeletas para fracasar que, sin embargo, tiene más sentido que sentarse a esperar a que el tiempo mejore.

Será algo fundamentalmente generacional pero creo que, llegados a una cierta edad que algunos catalogan cuando se pasa la treintena, más de uno y más de dos se han planteado esa cosa de tirar todo por la ventana e ir en busca del tiempo perdido o, mejor, del tiempo suspendido y del espacio en el que una vez fuimos felices. Esas miradas atrás son las que facilitan las reuniones de viejos alumnos, esas largas búsquedas de amigachos a los que perdimos la pista pero que seguro que se esconden en el facebook y un montón de acciones más o menos desesperadas que siempre tienen una razón: el presente apesta, rebobinemos al pasado e intentemos recuperar todo aquello.

Para esta acción kamikaze de reinvindicar la felicidad, la amistad y los amores de entretiempo Daniel Sánchez Arévalo ha urdido un guión clásico, estructuralmente muy sencillo que funciona como un tiro en el género de la comedia. Lejos de ofrecer algún tipo de experimento (ahora que todo el mundo experimenta con la comedia) Sánchez Arévalo ofrece una película de toda la vida que sigue las andanzas de los tres personajes principales un poco al estilo de los personajes de "El mago de Oz": tres personajes que buscan algo que han perdido por el camino ya fuera un viejo amigo que parece que fue una especie de figura paterna, el amor de su vida o las ganas de vivir.

Si se abusa, actualmente, de la fuerza del gag o del sketch que provoca la risa en momentos puntuales el guión de "Primos" se sustenta sobre una historia que te permite la media sonrisa en todo el recorrido de la misma y la aparición de algunas escenas más forzadas cómicamente. Mi pregunta es: ¿Por qué este tipo ha tardado tanto en hacer una comedia pura y dura?

Quizás solo tenga un pero y creo que no tiene tanto que ver con "Primos" si no con los tiempos que corren: el material visto en la promoción de la película es excesivo, para mi gusto, y me chafó algunos chistes que ya conocía de antemano. ¿De verdad que nadie quiere ir al cine para que lo sorprendan? Yo a eso no me apunto.

Desde el punto de vista actoral la tripleta formada por Quim Gutierrez (ese tío que ha hallado una comicidad espectacular que era de lo poco reseñable de "Una hora más en Canarias"), Raúl Arévalo (que se va a comer con patatas el trabajo de sus compañeros porque hace un personaje que tira más hacia adelante) y Adrián Lastra (el león cobarde...un personaje de chiflado importante) funciona a la perfección. Creo que en esto, no se si por ser un gesto medido o inconsciente, Sánchez Arévalo ha conseguido dibujar a tres personajes que se mueven en tres registros cómicos diferentes igualmente efectivos. Inma Cuesta (conocida por "Águila Roja") rinde como protagonista femenina sacándose partido a medida que avanza la película y me gustaría destacar el papel de Marcos Ruiz, un niño que es actor. Es decir, que es un niño que sabe actuar o que lo hace fuera de los registros irritantes que se suelen imponer a la chavalería.

Y, en otro orden de cosas, destacable es el trabajo de Antonio de la Torre en un papel de borracho del pueblo en el que resuelve la papeleta de hacer un personaje contenido con tanta limpieza y buen trabajo como cuando le toca bregar con papeles más histriónicos ya fuera en "Gordos" o en "Balada triste de trompeta". No tengo duda de que es mucho más complicado hacer creíble un personaje tan real como el que le ha tocado en suerte, redondeando una actuación sutil que habla de un tío que está dramáticamente en forma.

En definitiva, "Primos" es una de esas películas que, de algún modo, te toca la fibra sensible sin acudir a lugares comunes, que te devuelve a un lugar donde estuviste alguna vez y al que, de un modo u otro, te gustaría volver...y todo esto sin un discurso dramático y manido como "éramos jóvenes y felices y mirad en lo que nos hemos convertido, en unos monstruos". A eso ya contestó Moretti en "Aprile" diciendo: "érais vosotros los que gritábais consignas horribles, yo me lo pasaba muy bien, quería un mundo mejor y me veía guapo".  

miércoles, 2 de febrero de 2011

¡Voten a LOS MILLONES!


Hace meses, con lo de la tregua de ETA, me permití el lujo de hacer media gracieta comentando que "Los Millones", la novela de Santiago Lorenzo, era algo así como medio indispensable para leer el proceso de desintegración de la banda terrorista o algo así. Proponía, sin mucha fortuna como siempre, una especie de juego tontorrón en el que el otrora miembro de la organización que contaba con unas cuentas saneadas y un cierto apoyo popular se había convertido en ese hambrón que se pasea por un barrio obrero que es el protagonista de la novela de Lorenzo esperando que alguien se comunique con él y esperando, claro está, tener un DNI para poder cobrar los millones que le acaban de tocar en la lotería primitiva. 

Sin duda y porque utilicé una de esas "técnicas mixtas" en las que intento con torpeza que unos temas solapen a otros para que tengan ustedes conciencia de lo que es vivir con una cabeza que piensa en 300 cosas a la vez ("y ninguna de ellas demasiado útil o demasiado buena" que dice mi compañero de piso) simplemente catalogué a "Los millones" como una "maravilla". Adjetivo un poco corto para definir lo que este libro es en realidad, un adjetivo que si bien vale para que sepan ustedes lo que me pareció en general queda bastante lejos de definir en su totalidad lo que este libro supone para un servidor. 

"Los millones" es una maravilla pero también es muchas otras cosas: es una estructura estupenda, una historia de esas que no se encuentran normalmente y, sobre todo, es algo que vengo echando de menos desde hace tiempo en la literatura española en general que no es otra cosa que una forma propia de mostrar las cosas. 

De los cortos de Lorenzo y de sus dos películas siempre me maravilló que pudiera darle a los personajes una especie de toque inconfundible, una manera de hablar propia que respetaba el juego de hacer de la trola algo completamente real, es más, algo tan real que pasaba por ser más realista que la propia vida. Eso me lo volví a encontrar en "Los millones". Y me encantó. Olvidándonos de comparaciones odiosas: Auster juega a eso todo el tiempo y cualquier gran escritor del siglo anterior (y no digamos ya del XIX o anterior al mismo) ha jugado a dotar a sus personajes y a sus historias de esos juegos sin los que, sinceramente, me falta algo. 

Sin duda es la mejor novela que he leído en mucho tiempo y, sin duda, me parece innegablemente la novela del año anterior. 

¿Y a qué viene repetirse? Pues que los señores de notodo.com han nominado a "Los millones" como una de las novelas del año y se requiere, para que se le entregue el galardón, que ustedes voten en la página. Yo ya lo he hecho y ustedes deberían. 

Le dejo el enlace por si quieren hacer ustedes uso de ese derecho inalienable que es demostrar que tienen un gusto infinito para las cosas de la literatura. 

Se vota desde aquí.

martes, 1 de febrero de 2011

Holocausto de paparruchas


Hay un fantástico episodio de "South Park" donde los protagonistas intentan calcular el tiempo en el que un asunto puede ser objeto de una broma. ¿Cuando es correcto comenzar a hacer chistes sobre el SIDA o sobre el atentado de las Torres Gemelas? 

No me ha costado nada entender los palos que le están cayendo a Vigalondo porque, sinceramente, hay una gran parte de la población española (o de la población de la red o de lo que cojones sea) muy preocupada por hallar el más mínimo resquicio de debilidad en esta persona, y en otras tantas, para lanzarse a eso de "duro y a la encía". No es difícil entender que un tema tan delicado como el Holocausto judío sea pues material del suficiente tonelaje ideológico como para lanzar una interesante tautología igualmente falsa: si es español y cineasta es amigo de la SGAE y, por tanto, siendo amigo de la SGAE y siendo uno de esos que se zampan nuestros impuestos es muy posible, es más que probable, que además mantenga argumentos nazis. Es más, es evidente que es un nazi borracho que se dedica a lanzar arengas propias de nazis. 

A este interés por desarmar al enemigo, que digo desarmarlo, hacerlo fosfatina, darle uno de esos hostiones de padre que lo haga desaparecer del mapa se une, claro está, que la batalla mediática no cesa y que evidentemente es muy goloso tener al protagonista de la campaña de El País siendo acusado de ser un negacionista del Holocausto. Acabáramos. Miel sobre hojuelas. 

Si Nacho ya disfrutaba de una abierta animadversión por parte de algún grupo de usuarios de la red a este se uno el desinteresado esfuerzo informativo de los medios de la otra trinchera para ir a echar una mano y sacar un poco de tajada del asunto. 

Eso es evidentemente lo que subyace a esta polémica: hay que hacer fuego rápidamente. Hay que hacer arder el bunker enemigo hasta los cimientos. 

Todo me hace pensar en algo mucho más revelador: Vigalondo no es tan listo. Lo digo con todo el cariño y la adoración que Nacho me produce. No es el sátrapa maligno, el Fumanchú de Cabezón de la Sal que quieren dibujar. Es más bien un tipo normal con una profesión difícil que tiene un twitter y que cree que puede hacer un uso normal del mismo sin tener en cuenta una serie de factores que, de ser ese cochino manipulador que algunos piensan, tendría muy en mente cada vez que se sienta detrás de un teclado. 

Lo que me sorprende del #Holocaustovigalondo es que se produzca en un país donde, sinceramente, podríamos exportar mala baba y donde los chistes de mal gusto y las "sobradas" dialécticas se emiten a diario en nuestros medios de comunicación sin que a nadie le tiemble ni un pelo del bigote. Vivimos en un océano inabarcable de mal gusto, de mal gusto real y viscoso en el que se mezclan el racismo, el analfabetismo, cierto punto paleto y muchos prejuicios y, sin embargo, no escucho a nadie levantarse en armas, ni afilar el cuchillo contra esa otra mala hostia emitida de manera diáfana por nazis reales. Me sorprende que en un país donde proliferan todavía los chistes sobre Irene Villa, sobre gitanos, inmigrantes o tontos de pueblo alguien se vaya a creer que un chiste emitido (por otro lado bastante gracioso) por un director de cine es, en realidad, motivo para rellenar ni media línea en un medio nacional. 

La doble moral en la que vivimos instalados es, cuanto menos, demencial. ¿Chistes de mal gusto? ¿De verdad que alguien se atreve aquí a calibrar lo que tiene o no tiene gusto? ¿De verdad que a alguien, en este país, le ha molestado el tema del Holocausto? ¿De verdad que hemos criado una sensibilidad tan grande hacia ese tema como para que no podamos ni mencionar el asunto? ¿Es que somos un país tan sensible? 

En realidad, como todo se mezcla, no me extrañaría que hubiera un porcentaje mínimo de personas que, en realidad, se creyeran que Nacho Vigalondo es un revisionista. Un porcentaje nimio, claro está, pero lo que me preocupa con todo este asunto es que seamos capaces de digerir y hacer nuestra cualquier mierda con tal de que, finalmente, nuestro pensamiento primero ("Vigalondo es malo") siga siendo correcto. 

Hacen mal los que intentan hacer arsenal con la munición ajena. Estaría bien que, de cuando en cuando, antes de meter la bala en la recámara echáramos un vistazo a quien es el fabricante del proyectil. Nos íbamos a llevar más de una sorpresa. 

Volviendo al principio del post: ¿Cuanto tiempo es necesario para que un tema pueda ser objeto de una broma? La muchachada de "South Park" llegaba a una interesante y cómica conclusión pero yo tengo la mía propia: Todo tiene que ver con el emisor de la misma y las ganas que haya de montar escándalo. Si algo es más sospechoso que la indignación (la real) es esa indignación fingida que, la mayoría de las veces, utilizan los que quieren cargarse de razones que no tienen y generar conflictos que no existen por el simple placer de creer que tienen razón. 

No hay nada más gañán que pretender hacer causa con algo que nos la refanfinfla ya sea el Holocausto, el Sahara o la descristianización de España por querer tumbar al enemigo. Seamos serios y pongamos las cartas ideológicas sobre la mesa y a ustedes, los que están ahí fuera, ya les aviso: lean y lean bien pero, por favor, no compren todo lo que se les ofrece. Un saludo. 

Nota del Insustancial: Canción de La Habitación Roja titulada Scandinavia...lugar ideal donde plantar el huerto.