martes, 18 de mayo de 2010

Como pollos sin cabeza





El anuncio del viejo y el niño que van por ahí a hacer el gaznápiro llevando una máscara de gallo en la cabeza es una de las cosas más inquietantes de los últimos años. A mi cabeza se vienen Jason y Leatherface y aquella familia de asesinos con máscara de la película “Los extraños”. No se me ocurre ningún referente divertido o entrañable de gente con máscaras chungas, la gente con máscaras chungas siempre tiene aviesas intenciones y, como bien nos dice el cine de serie B y Z, esas aviesas intenciones suelen ser el descuartizamiento, la violación, la evisceración, la cosa gore en general.

Entiendo que un jubilado pueda pasarse el día por ahí perdiendo el tiempo, haciendo el mongui, mostrando su lado chungo, dando muestras de que la cabeza se le ha ido definitivamente al lado oscuro de la calle, entiendo que en el antepenúltimo suspiro le brote eso de ir por ahí creando confusión con una cabeza de pollo en la cabeza, mostrando impúdicamente que está afectado de Alzheimer, de chochera crónica…guay, pero, la verdad, no creo que esté bien que sea acompañado por un niño que debería de estar escolarizándose o juntándose con gente de su edad, drogándose en el parque o participando en una ceremonia de iniciación Ñeta o Latin King. He cumplido una edad en la que puedo decir orgullosamente que estoy completamente desconectado de lo que piensa la vasca juvenil (para que se note utilizo palabras como "vasca") , la peñita buena, la adolescencia militante pero, la verdad, nunca pensé que entre las cosas que les apetecería hacer a las generaciones venideras estuviera lo de ponerse una cabeza de Gallo Claudio decimonónico e irse con el primer yayo que nos toca la puerta a hacer “kikirikí” en un acantilado o a jugar al escondite en la foresta más solitaria que encontráramos.

Es más, si a mi me hablan de gente vieja que obliga a otros niños a disfrazarse y a ir con ellos de la manita a lugares donde no estén a la vista de los demás tengo que pensar, por cojones, en asociaciones como la secta Edelweiss o en personitas como Marcial Maciel (jamás debí de ver el documental que el sábado 15 ofreció “Documentos TV” sobre el fundador de los Legionarios de Cristo y Regnum Christi…)

Si muchas de las cosas que los abuelos te hacen hacer durante tu vida son absurdas o sonrojantes, digamos cosas como ir a misa, cantar y bailar delante de las visitas, recibir una cantidad irrisoria de una vieja chiflada amiga de la familia con un “Gracias señora por su generosidad infinita…no sabré en qué gastarme esta peseta que tan rumbosamente me regala” y no con una pedorreta o no digamos ya cosas como ir a estúpidos recados como recoger insulina o en caso de tener abuelos muy rurales ordeñar cabras o cortar leña jamás he tenido noticia de que un abuelo invitara a su nieto a vestirse de hombre-gallina y a salir por ahí a comportarse como un asesino en serie…para esto habría que preguntarle a alguien cuyo abuelo fuera un poeta dadaísta, un artista de la performance o cosas así; pienso que a lo mejor el abuelo de Björk o la abuela de Beck pudieran hacer a sus nietos partícipes de asuntos como estos pero, la verdad, en España parece casi más verosímil que haya abuelos tradicionales de los de boina que de los otros, de los que militan en el surrealismo.

Pese a que el debate está en si esta pieza perpetrada por la agencia Mother London (ganadora ex aequo de la cuenta de publicidad de Telefónica/Movistar junto a Publicis) es una copia descarada o un homenaje sentido a la estética de "Donde viven los monstruos", la adapatación cinematográfica firmada por Spike Jonze del libro del mismo nombre del autor americano Maurice Sendak, lo cierto es que a mi me ha recordado más a filmes como "Los Cronocrímenes" de Nacho Vigalondo o, incluso, a "Bosque de Sombras" de Koldo Serra malamente remezclados con el espíritu de esas películas donde sale gente con máscaras que al final acaba enarbolando una motosierra.

Por si acaso y si, el día de mañana, una simpática pareja llama a su puerta diciéndoles que son de Telefónica pero llevan cabezas de pollo en la cabeza por Alá no les abran ya están avisados de que la gente con máscaras suele tener siempre aviesas intenciones que no tienen que ver con comprobar si su línea está preparada para soportar 10 megas de velocidad.

5 comentarios:

Remitjó dijo...

Inquietante. Avisados estamos.


Qué le parece, por otra parte, el tipo de bicicletas que "la vasca juvenil" conduce en el otro anuncio de la misma campaña?

Daeddalus dijo...

Inquietante... sí, ésa es la justa palabra.

61 y 49 dijo...

Se le echaba de menos maestro.

Todo da un poco del miedo sí, pero lo que más me aterra es el momento en que cogen ese Risketo pegado a un árbol.

Abrazo.

Señor Insustancial dijo...

Hola a todos,

Remitjó,

Cuidadín con la gente con máscara que igual te anuncian una tregua indefinida que te despedazan.

Sí, las bicis del otro anuncio...qué se les pasará por esas cabezas a los de Movistar.

Pichi,
No me extraña...


Daeddalus,

Como de película de D´Ossorio por lo menos.

61 y 49,
Yo también a ustedes y por eso he vuelto. Andaba remolón, ocupado pero sobre todo sin demasiado que ofrecer a la clientela y, cuando el género no es fresco, es mejor pensárselo dos veces.

El momento Risketo es chungo pero, la verdad, el momento "vamos a saltar la cerca y a espantar esas ovejas" a mi me afloja el esfinter.

Un abrazo a todos

álex martí dijo...

Totalmente de acuerdo, yo llevo años sin entrar en un Burger King.