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Si yo fuera Angela Merkel le haría una pregunta a Berlusconi y a Sarkozy: "¿Tu me quieres como mujer o me quieres por ser la canciller alemana?". Sufro mucho por la Merkel porque el otro día Berlusconi se escondió debajo de una columna y cuando apareció la presidenta salió de improviso y dijo "¡Cu-cú!"; Sakozy se las maneja para estar todo el rato al lado de la señora esta que tiene pinta de tener cantidad de paciencia. Don Silvio se le pone juguetón (recordemos que dijo que la Presidenta de Islandia se le hizo agüita allí mismo porque utilizó todos sus encantos con ella) y Sarkozy ya recibió lo suyo por ponerse en plan Pepe La mofeta con sus "oh, la-lá" y sus "sacre bleu, que ganas de llevagla a dag un paseo pog la cuenca del Loiga...".
¿Tiene esta buena mujer que aguantar el acoso de estos dos playboyes todo el rato? Lo primero que habría que decirles es lo siguiente: NO sois taaaaan atractivos como para que vuestros enredos de donjuanes de pacotilla me cieguen y tome decisiones movida por la actividad romántica.
¿Hemos llegado alguna vez a los extremos de este par personas que deberían de protagonizar una película del palo de "Dirty rotten scoundrels" (Un par de seductores, Frank Oz, 1988)?
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Ayer mismo, un buen amigo, me confesó que les contaba a sus posibles ligues que su abuelo acababa de asfixiar sin querer al perro de la familia. El perro era muy pequeño y estaba dormido en el sofá, el abuelo se sentaba sobre él y lo mataba. La chica se quedaba destrozada pero con él toda la tarde haciéndole caso y esas cosas. No le pregunté ni el número de aciertos ni la cantidad de perros imaginarios que llegó a matar su abuelo con el trasero pero las historia me quedó con el culo torcido.
En mi facultad había un tipo que estaba muy roto. Es decir, que iba con dos muletas y tenía una especie de parálisis. Pese a su minusvalía, había maldad en aquel centro y se le apodaba como "El bailarín", llevaba siempre consigo una de esas feas carpetas azules de gomillas. Más de uno y más de dos de sus compañeros le decían: "pero tío, como llevas eso pudiendo llevar una mochila o algo". El sonreía y decía: "Tengo mis razones". La primavera, esa amiga del absentismo escolar, nos dejaba a todos tumbados en el campus al abrigo de un litro de cerveza (bueno, varios) y el espectáculo de las primeras minifaldas...que es una cosa que puede hacer uno cuando es joven sin pudor pero que es una cosa horrible -de viejo chocho o verde-si las hace ya con canitas en salva sean las partes. Pues allí estaba la muchachada estudiantil cuando nuestro amigo "El Bailarín" (había maldad, había quien decía que la cojera de aquel hombre marcaba perfectamente el ritmo del tema de verano "macumba, macumba, la Reina del lugar") avanzando pesarosamente cuando se cruzó con dos estudiantes anónimas, a su paso, al muchacho se le cayó la carpeta y las chicas corrieron a recogerla del suelo agachándose y dejando parte de su anatomía a la vista (el tipo la verdad es que se dobló como una gimnasta húngara). Después le dijo: "Gracias, sois un sol" . Cuando pasó a nuestra altura, se paró, levantó un poco la carpeta y dijo: "¿Veis? Tengo mis razones". Y siguió caminando y llevándose una salva de aplausos sentidos y también algunos mosqueos femeninos ("Con la cantidad de veces que le he cogido la carpeta a ese tío", "cochino machista cabrón" etc.).
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¿Estamos los seres humanos tan desesperados para ponernos en evidencia? Muy posiblemente. Lo malo es que la mayoría de las veces funciona. Hace poco inicié uno de mis celebrados comentarios públicos sobre la Tuna cuando, ops, una chica me interrumpió y me dijo: "¿Por qué hablas tan mal de la Tuna? A mi me parece una cosa tradicional y preciosa...". Descubrimos que tuvo un novio tuno que la conquistó yendo a su balcón a cantarle cancionzacas de amor ¿Alguien pensaba que disfrazarse de tuno funcionaba? Pues sí, por lo menos con esta chica sí, funcionaba y bastante. Nunca me lo pude imaginar .
¿Qué otros trucos desesperados funcionarán? ¿Hacerse el cieguito? ¿Y si funciona? ¿Qué haces luego? Mantienes una vida de romance, casi perfecta, obviándole a tu pareja que ves, que en realidad te gustó su aspecto y que si le tocas la cara todos los días es con fines méramente lúbricos o por aguantar un poco más el timo ¿No? Luego le dices que has recuperado la vista vale, pero ¿Y si lo que le gustaba de ti es que fueras ciego o que fueras tan torpe como para haber matado a dos o tres perros?
A veces funciona lo de hacerse el tonto. Es decir: "Ays, Maruchi, no entiendo esto ¿Me echas una mano?". También hacerse el herido: "No, no, yo paso de relaciones porque me han tratado super mal...". La vieja escuela de "no me importas un carajo y te trato mal para que te des cuenta de que soy un ser torturado". Pobres de las que caigan en manos de estos que son como los peores manipuladores de todos y un largo etcétera.
Al final parece que sí, que el fin justifica los medios...¿Y ellas? ¿Cuáles son sus peores trucos para llevarte al huerto? ¿Quizás lo necesitan? ¿En verdad se comen tanto el coco para hacernos caer en la trampa romántica? ¿Les funciona? Cuantas dudas. Es turno del club de las insustanciales. Que se mojen. Los insustanciales también pueden participar con sus peores anécdotas. Esto es un reto y el invierno una estación muy fría.
Nota del Insustancial: Y por cierto, hablando de retos, sigue abierto el concurso de Atrápalo y ocupo una posición realmente alejada de los veinte primeros...lo que me llevaría a la final. Votadme, por favor, que es gratis y no hay que registrarse. Un saludo. Enorme.