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sábado, 29 de noviembre de 2008

Corriendo en dirección contraria a la cultura (I)

Sería muy fácil comenzar esta entrada diciendo que España es un país de catetos, de desinformados, de telespectadores obtusos y, lo que es peor, de ciudadanos que no entienden que un delincuente no puede lucrarse contando (o dejando de contar) su historial delictivo a costa de una empresa por muy privada que sea.
Sería posible que adoptara la Doctrina Capello: "Si gana el equipo" -entendiendo como ese equipo a todos los que hemos colaborado con Antonio Rico en esta campañeja- "en realidad el mérito es mío y si perdemos la culpa es de todos los demás y yo sólo juego con lo que tengo...que es poco".

Cuando ocurren estas cosas yo me acuerdo de la reacción de Sánchez Dragó en las elecciones de 1993. Felipe González se alzó por última vez con la victoria frente a Aznar y el intelectual del régimen (de Esperanza "Nikita" Aguirre) salió por peteneras diciendo que "En España había que esperar a que se murieran todos esos pensionistas asustadizos".

No lo haré. Nadie debería de hacerlo. No se puede,iría en contra de las reglas de la buena convivencia y de la deportividad. En realidad nosotros somos un segunda B compitiendo contra un Champions League y era de esperar que, aunque los milagros siempre son posibles, lo normal es perder por goleada y, la verdad, 2.5 millones de personitas no es un rotundo 12-1. Es decir, no somos Malta. Telecinco ha jugado con todas sus estrellas (la verdad es que anoche sólo faltaban los actores de Escenas de Matrimonios, los de Camera Café y los de Hospital Central desde un plató paralelo y ese pedazo de Pedro Piqueras, que no hubiera desentonado nada de nada, al frente), ha planteado una promoción intensa y, sobre todo, que es lo que me hace reflexionar de una manera positiva: ¿Alguien ha caído en la cuenta de que Telecinco no ha hecho ni una sola mención a todo el revuelo del "Yes, we can"?


Los presentadores de Está pasando hoy, Paqui Peña y El Otro, decían que en el plató se respiraba un "ambiente especial". Claro, la victoria pírrica es, de todas formas, victoria. Mola. Pero, yo que se, a mi me da la sensación de que esas muestras de felicidad (difícilmente contenidas, como esas que le dan a Pablo Motos cada vez que se le presenta un famoso en plató, que el hombre parece una fan de 15 años) tienen un paralelismo importante: ¿Se imagina alguien al Real Madrid yendo a la Cibeles a celebrar un triunfo contra el Coria C.F. tras haber disputado un amistoso? Pues esto es lo mismo. Más o menos.


Digamos que "Virgen a los 40" (TVE 1) fue visto por medio millón menos de espectadores que la entrevista a Cachuli o que Callejeros se quedó sólamente a 300.000 espectadores. ¿Qué sin embargo la media beneficia a la cadena enemiga? Pues claro, el Especial de La Noria duró nada más y nada menos que cuatro horitas y, claro, por una cuestión de estadística es más fácil concentrar un alto porcentaje de espectadores cuando más avanza la noche. Seamos claros: ¿A cuantos vecinos conocemos que quisieran ver la película americana en lugar de a Cachuli?

Llegados a este punto muchos os diréis: ¡Este cabrón tiene mal perder! o ¡Jamás pensé que el Señor Insustancial sería de esos que se apunta a lo de "el que no se consuela es porque no quiere!". Algo de eso hay.

Me conformo con que la entrevista no haya superado el mágico 21% de audiencia o más allá de eso se haya alejado de la cifra que, se calculaba en Fuencarral, tendría que haber tenido todo este circo y que tendría que haber estado alrededor de los seis o siete millones de espectadores. Un 17 y pico % de audiencia hubiera sido inadmisible hace un par de temporadas ¿Alguien se acuerda de que la justificación de Vasile TV para cerrar el CQC fue que, en realidad, el programa de Wyoming no llegaba al 20%? Pues eso.

Esta misma semana le confesaba a mi amiga L., una vieja conocida, que siempre había tenido la sensación, cuando era más ñajo, de que "la adquisición de cultura me había hecho enormemente infeliz" y de que, en realidad, haber sido tan empollón me había marginado en algunos ambientes guays a los que uno quiere pertenecer cuando es más adolescente. L., que se ha hecho una personita de lo más interesante, me confesó que, en realidad, ella siempre había querido correr desde la integración -de su carita de buena muchacha- hacia la marginación siguiendo el recto camino de la adquisición de vicios culturales (me hecha la culpa todavía de haberse metido entre pecho y espalda a Lorca porque una vez me vio pedirle un autógrafo a Ian Gibson...a long,long story) de todo tipo que van desde la lectura, al cine, pasando por la más que interesante profesión que tiene ahora. L. decidió correr a favor de todas las cosas raras, de alejarse de la manada mientras otros no hacíamos más que darle vueltas a ver si encontrábamos el hueco para integrarnos y pasar por ser tan normales como todos los demás.


Caminar en soledad o acompañados de lo que en las ganaderías de toros bravos se conoce como "deshechos de tienta" (reses imperfectas para la lidia por razones como una cojera o, por ejemplo, toros que son demasiado indomables para dejarse torear y que no entran al trapo con facilidad...o sea que pillarían al diestro a la mínima de cambio) es difícil y dejarse llevar al matadero, al engaño o a ser lidiado por los de siempre a plazas de tercera es mucho menos complicado.

A todos nos hubiera gustado ser de esos adolescentes guays que tenían éxito con las nenas, que llevaban naúticos, que escuchaban a Modestia Aparte y que nunca les decían que no en la puerta de Pachá. Por ejemplo. Eso significaba estar en la pomada, ligotear, ser guay y estudiar Derecho.
Telecinco anoche nos demostró que mucha gente (2´5 millones) corren siempre en dirección contraria a la cultura y al sentido común -dos destinos iguales a veces o divergentes si se trata, por ejemplo, de un cuadro de Miró. Un enorme puñado de españoles han dicho que sí, que guay, que les gustaría tener a Cachuli de alcalde, que no es tan malo que haya robado dinero público, que tanto bombo para un quítame allá esos caudales públicos, que no está mal que alguien se sirva de un cargo público para alcanzar todo lo que uno quiere en esta vida, algo sencillo, un par de cochazos, un drugo que atiende al nombre de Fosky, separarse de una mujer a la que le va la mandanga para liarse con una coplista, una casa que se llama "La Pera", muchas bolsas de plástico de El Corte Inglés repletas de dinero y a vivir, que son dos días.

Con exquisitez Telecinco nos ha señalado con el dedo y cuantificado el número exacto de ciudadanos que hay en nuestro país que aplauden la corrupción, que desean dar el pelotazo, que quieren ir al Rocío, que se colocan existencialmente entre "la gente corriente". La más corriente y la más moliente. Me gustaría saber la cifra exacta de gente joven que estaba frente al televisor y si la cifra no es muy grande pues tampoco es para tirar cohetes ¿No? Erraron los que pensaron que este partido se juega a partido único o que se plantean este tipo de cosas como una batalla por los absolutos...nanay, primero reír, ver como una cadena nacional se solivianta, se retuerce nerviosa y celebra la victoria como si hubiera ganado el futuro (ja-ji, ja-ji) es un ejemplo de que todo el panorama está cambiando -y mucho- y no hay por qué poner cara de "este país es una mierda". Básicamente porque no lo es y porque se están poniendo las primeras piedras para que el dique, que deberá contener la próxima oleada de mierda, sea más sólido.

Este año me ha demostrado muchas cosas, entre ellas, que hay que tener paciencia. 2.5 millones de españoles entre un total de más de 40 no es mucho si uno lo piensa bien y, bueno, si unos cuantos frikis fueron capaces de llevar a Roberto Chikilicuatre a Eurovisión (demostrando que aquí esa gilipollez de concurso nos traía al pairo y era mejor llevarlo lo mejor posible) es posible que la próxima batalla se plantee en el campo de los informativos o, mejor, en Telemadrid.

Por lo pronto Cachuli puede estar contento porque, si nada lo remedia, es posible que acabe el año que viene bailando en "Mira quién baila" (TVE-1) o de comentarista rosso en ¿DEC? (A3) o de consejero delegado de Telecinco dirigiendo el área de defensa del espectador...¡O mejor! Emergiendo como un ave fénix de sus cenizas y convirtiéndose de nuevo en concejal. Si a mi me hubieran visto 2.5 millones contando todo tipo de tontunas me lo plantearía. En cuanto se abra un myspace pienso pedirle que me acepte entre sus colegas. Lo juro. 2.5 millones de espectadores no han querido matar a la telebasura y han preferido seguir la corriente. Normal. No les tengo ningún rencor. Allá ellos.

Por cierto, y porque hay mucha belleza en este mundo, os dejo con Regina Spektor y una canción que se llama "Après moi" que me recomendo L. y que ocupa completamente mi corazón. Vive Thor que tengo el azucar por las nubes. Salgan ahí y no se sientan perdedores, la tele que ves ya está muerta y el futuro os pertenece (si queréis).











Mañana identificaremos a todos aquellos que no quieren que corras a favor de la cultura y que obstaculizan el sentido común en nuestro país. Atentos a la pedrá.

viernes, 14 de noviembre de 2008

jueves, 17 de enero de 2008

Un español en la Corte del Rey McCarthy

El director de fotografía Javier Aguirresarobe será el encargado de dirigir la fotografía de La Carretera la adaptación de la novela de Cormac McCarthy a la que hacía alusión hace algunas entradas. A.R. (que no Ana Rosa), enemigo íntimo de esta web y periodista fatibomba me ha mandado la entrevista que le hizo para el espacial que publicó ayer en Público y aquí la colgamos. También amplía la información diciendo que Viggo Mortensen (horreur!!) será el protagonista (sin acentico argentino alatristero) y que Charlize Theron hará el papel de su señora apareciendo solo en flashbacks.


Acá el documento completo (un jugoso tostón que cuenta secretitos sobre la peli):

Javier Aguirresarobe se encuentra actualmente en Pittsburg (Pensilvania) localizando exteriores para la adaptación cinematográfica de “la Carretera”, última novela de McCarthy. No es de extrañar que Jim Hillcoat, el director de la cinta, haya elegido al director de fotografía vasco que ya ha trabajado junto a Woody Allen (Vicky Cristina Barcelona), James Ivory (City of your final destination) o Milos Forman (Los Fantasmas de Goya) y es uno de los pocos españoles con proyección internacional siguiendo la estela de Nestor Almendros (Días del Cielo de Terrence Malick) y Juan Ruíz Anchía (Spartan de David Mamet) entre otros.

Desde Pittsburg (Pennsylvania), desde donde asegura que “se rodará la mayor parte de la película” nos atiende vía e-mail, para contarnos que “seguramente viajaremos a Colorado y luego a Nueva Orleans tras los pasos del huracán Katrina”. Al parecer, según las palabras de Aguirresarobe “no resulta fácil encontrar espacios y lugares que nos remitan a la atmósfera dramática (un escenario post guerra nuclear) y sombría de la novela de McCarthy pero ya hemos visto cosas interesantes”. Otro de los inconvenientes que se han encontrado es que el rodaje de la película, que “comenzará a finales de febrero”, son las bajas temperaturas del norte de Estados Unidos que, previsiblemente, obligará a que algunas escenas nocturnas se rueden en estudio “para protegernos de las inclemencias del tiempo” aunque la mayoría de los escenarios serán naturales.


¿Se rodará todo en localizaciones naturales o los sótanos, las casas que aparecen, los pueblos etc. que visitan los protagonistas serán decorados?

La mayor parte de la película se va a rodar en Pennsilvanya. También iremos a Oregon y quizás a New Orleans, tras los vestigios del desastre del huracánKatrina. Estamos dando los primeros pasos. El comienzo de rodaje será a finales de febrero. No resulta fácil encontrar espacios y lugares que nos remitan a la atmósfera dramática y sombría de la novela de McCarthy. Pero, ya hemos visto cosas interesantes. Las localizaciones, en su mayoría, serán naturales. Algunas escenas nocturnas se rodarán en estudio para protegernos de las inclemencias del tiempo. Hoy, porejemplo, ha nevado en Pittsburg. Las temperaturas pueden ser muy bajas en las semanas de rodaje. Por otra parte, son días que aprovechamos el realizador John Hillcoat y yo para hablar de la película, de la visualización de determinadas secuencias.

¿Cómo contactaron contigo para que te encargaras de la fotografía?
John Hillcoat es un realizador australiano que ha dirigido The proposition (film con guión del músico Nick Cave, estrenado el año pasado en nuestro país), película muy interesante que le ha abierto las puertas para llevar a cabo The road. Este realizador es un amplio conocedor del cine. Y del nuestro, admira el trabajo de Victor Erice, Almodóvar, Amenabar... Ha visto películas mías tales como El sol del membrillo, Hable con ella, Los otros, Mar adentro Los Fantasmas de Goya.

¿Conocías la obra de McCarthy antes? ¿Has leído algún libro suyo más además de La Carretera?
Soy de los que intento hacerme con anteriores libros de Cormac McCarthy.

¿El guión es una adaptación fiel a la novela?
El guión intenta seguir fielmente el ambiente y el texto de la novela. Creo que no podría ser de otro modo.

¿Cómo te propones captar todo ese ambiente desolador, gris y mortecino que desprende la novela?
Ahí está la cuestión. La Carretera es más que una película. Es algo especial para mí. Es una gran oportunidad para expresar lo que significa ser un director de fotografía. Hay ambientes que van a necesitar de efectos físicos especiales, por diferenciarlos de los efectos digitales. Efectos de nieblas, nieve, fuego, etc. Y, con esos ambientes, está el trabajo fotográfico que supone construir atmósferas amparadas por el "dia por noche", los valores de exposición,el trabajo de laboratorio y,esencialmente, la luz. Sobre todo, la luz.

Tras haber trabajado con James Ivory, Woody Allen y Milos Forman ¿Cómo te planteas tu trabajo con un "independiente" como Hillcoat? ¿Se notan muchas diferencias?
Yo creo que no hay grandes diferencias. Intentaré adaptarme al lenguaje de Hillcoat, como lo he hecho con los directores mencionados. Por otra parte, creo que son las películas las que mandan. Las que nos llevan en una u otra dirección. La carretera, en ese sentido, me resulta especialmente atractiva e intensa.