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viernes, 14 de noviembre de 2008

America se mira el pajarito


La foto de arriba es una de las mayores sorpresas que me he llevado últimamente: el señor de la derecha es, nada más y nada menos, que Barack Obama a estas horas presidente electo de los Estados Unidos y el de la derecha es uno de mis fotógrafos favoritos de todos los tiempos, su satánica majestad Terry Richardson.

Esta es una imagen que me llena de esperanza con respecto al futuro morador de la Casa Blanca, la verdad, porque creo que ningún otro se hubiera permitido el lujo de posar en público con un tipo que se ha hecho famoso por fotografiar la cultura americana más mostrenca desde la prespectiva más cochina que he visto en mi vida.


Los caminos de los dos han sido inversos: Mientras que Obama sale de la clase media baja para tocar el cielo, el fotógrafo fue un niño pijo que decidió encontrar acomodo en la parte trasera de los drugstore, drogarse con inhaladores para el asma, beber hasta caer redondo en el salón de cualquier desconocido y dar rienda suelta a una sexualidad voraz con, dicen, hombres, mujere y travestis de toda índole.


Terry, que lo tenía todo, ejerció de chapero ocasional, de punk y todo con la única intención de autodestruirse. Un buen día despertó y decidió utilizar su cámara para retratar su entorno. Fue un éxito, una obra dura, rápida, sucia, irónica humorística y, sobre todo, realista. El trabajo de Richardson parece, a primera vista, algo hecho de manera instantánea, rápida, incluso su mano parece temblar mecida por la ingesta de algo más que dos cañas y, claro esta, ha sido perseguido impenitentemente por todos los fotógrados convencionales y más cuando esta rara avis comenzó a buscar acomodo entre revistas como Harper´s, GQ, o incluso Vogue en su edición francesa considerada como la cosa más elegante a este lado del universo.

Sin embargo la fotografía de Richardson transmite mal rollismo por encima de su, aparente, poca técnica. Un fotógrafo profesional me contaba que una noche intentó captar el estilo Richardson y se rodeó de la atmósfera adecuada para ello: una cámara barata, una fiesta y gente aligerada del peso de la moral judeocristiana. Acomodó un fondo blanco y se dedicó a disparar fotos a los asistentes, gente drogada, ida completamente, desnudos…a la mañana siguiente rescató el material y se dio cuenta de que, pese a que parecía de Richardson, carecía completamente del extraño toque chungo que el americano es capaz de dotar a su trabajo.

Terry Richardson ha conseguido poner el punto becerro al mundo de la moda acercándolo a una pornografía sugerida, al retrato de momentos chungos, consiguió que una modelo se retratara bebiendo leche de la teta de una vaca, que la campaña de Sisley estuviera rodeado de los iconos de la movida Furry y, cómo no, ha conseguido sacar del armario a un Presidente Obama que, al lado de él, parece joven, divertido e impecablemente vestido sin embargo del mismo modo que no hay estrella que se precie que no haya dejado retratarse por la cámara de este fotógrafo a costa de hacer una broma pesada sobre sí mismo.
Espero que Richardson le haga el mismo favor a la política americana que le hizo en su momento a la encorsetada fotografía de moda, que le haga mirar hacia otro lado y, claro está, que aligere a Barack Hussein de la asquerosa, pornográfica, lastimosa y podrida doble moral que se ha apoderado de los Estados Unidos y de su anterior administración poniendo el acento en que una cerveza de vez en cuando, una fiesta de vez en cuando y un paseo ocasional por el lado más salvaje de nosotros mismos nos alimenta para seguir hacia adelante. Que Dios está en su sitio y nosotros en el nuestro y que, por favor, no se mezclen las cosas. No se si podrá o no pero, al menos, parece que alguien está dispuesto a abrir un poco las puertas y dejar salir todo el polvo acumulado, perseguir con una escoba a los fantasmas del puritanismo y dejar pasar el aire para que se cuele algo de la America mostrenca, real, sucia, pecaminosa y divertida que es la que nos quita el sentío. La que nos pone, vaya.

Por si acaso no os perdáis su Livejournal, ni su revista virtual pero no me hago responsable de que os den unas ganas terribles de pecar contra vosotros mismos.

lunes, 12 de mayo de 2008

De las Barras y las estrellas (mismamente)

La hijita de Bush, Jenna Bush, se nos ha casado este finde. Qué cosas y eso que tiene nombre de actriz porno (Jenna por Jenna Jameson y Bush, bueno, una cosa muy cochina...).

Fíjate, hace dos o tres años que estaba junto a su hermana bebiéndose el Golfo de México y, hoy, su padre la acompaña al altar para casarse con un tal Henry Hager, hijo del Partido Republicano de Virginia, estado conocido por su producción tabaquera, ya saben "The old and good South" el del julepe de menta, las señoritas escarlatas, los Red Butler de trapillo de los que habla siempre Cesar Vidal obviando, quién sabe por qué, los simpáticos linchamientos y el KKK.

Pues ya se han casao lo que me trae a la memoria no se, quizás, que a los líderes neoliberales les mola eso de casar a sus chiquillas antes de abandonar la poltrona. Bush imita a Aznar y casa a una de sus vástagas (que parecían carne de barra de tanto beber y enseñar el pecho) y es que, todo el mundo sabe, que la lista de bodas es mucho más jugosa si uno manda que si ex manda. ¿No?
Además, y que se sepa, que se sabe, la nena de los Aznar Botella no fue nunca piedra de escándalo. En eso también ganamos. A Ana Aznar no se le hubiera ocurrido descocarse y ponerse piripi en una disco porque, al parecer, Alejandro Agag ha sido su único amor verdadero. Con todo lo que eso conlleva en una muy católica familia española. Que bonito. Estaban hechos el uno para el otro, quién podría imaginar que Ana encontraría el amor tan cerca, justo en la puerta del despacho de su padre, detrás de la mesa.




No nos debería de extrañar la actitud de las hijas cuando su padre ya era un simpático chuzo y un consumidor medio habitual de farlopilla. Sin embargo Aznar, pues no, él es de su Ana, de sus oposiciones. Lo reveló en una entrevista que concedió a Gomaespuma (cuando aún se rebajaba a esas cosas de reírse de sí mismo) y fue preguntado por si alguna vez se había emborrachado. Dijo que una vez, en su pueblo. "Algún calimocho se habrá tomao" le dijeron los Gomaespuma y él, tan cándido, contestó: "Yo de drogas nada de nada". Tan pancho.


Como a George II le gusta mucho el rollo de pasar por un paleto tejano, pese a haber nacido en la muy norteña Boston y provenir de una familia adinerada del mismo norte, le dejó clarito al personal que nada de chaqués ni esmoquins. Que trajes normales y sencillez. En eso también gana Aznar que quiso que asistiera el Rey, La Reina y, a ser posible, La Sota y el Caballo. Luego se conformaron con los dos primeros y Berlusconi que, imaginamos, les hizo algún bonito regalo como, por ejemplo la explotación eléctrica de la ciudad de Módena (Italia es suya y hace con ella lo que quiere...esto último no es verdad, por cierto, lo de Módena, lo otro sí, ya saben).




A Aznar, aquella jugada de hombre de campo le llegó a echar unas partidas de dominó en Quintanilla de Onésimo (Valladolid) que eran un primor de sencillez y de naturalidad: dos paletos, el Presidente del gobierno en mangas de camisa y alrededor de los mismos cuatrocientos asesores poniendo caras sonrientes, una panda de periodistas que se acababan de bajar del autobús para cubrir el evento y todos haciendo bromas picantonas sobre el "pito doble", "cubrir fichas" bajo el sol de la estepa castellana por do cabalgara el cid y un vinate más bien malo.

A mi me enternece que la gente sea poderosa y, a la vez tan sencilla, es decir, es posible que seas el amo del mundo pero eso no es óbice para que tus miras del mundo sean las de un zangolotino amamantado por una cosechadora. Es posible que partas las pana pero eso no evita que creas, de verdad, que Dios habla contigo todas las mañanas, quizás en un idioma que ni siquiera entiendes pero del que deduces algunas palabras sueltas como: "Irak, malos, guerra, Buena, invasión, pena de muerte, papá, dinero...".

Es bonito que Bush sea tan sencillo y que haya llegado tan lejos y que Aznar sea tan alambicado en sus pensamientos y que su potente plan de dominación imperial no fuera capaz ni de poner en orden a los nacionalismos interiores y se haya quedado en la vuelta de la esquina, mismamente, en una en la que predica eso de "No soy dirigente político, pero si lo fuera, quizás, me gustaría que mi mujer escribiera la ponencia política del PP...".





A Aznar le traiciona más la pesadumbre de no haber alcanzado el sueño del PP del millón de años y por eso se enfurruña con la gente sencilla ahora pese a haber alcanzado algunos e interesantes objetivos (Militares) como asegurarte un buen futuro personal. De lo otro, del bien de España, no pudo ocuparse porque no le dio tiempo y es que, como dijo aquél humorista llamado Roldán, "El estado de bienestar comienza por uno mismo". ¿O no?

Como ya ven todo es una cuestión de barras (y de dejarlas atrás) y de las estrellas (que no quieren apagarse)...

domingo, 27 de abril de 2008

un día de furia lo tiene cualquiera...




Un día de estos me levantaré temprano, me ducharé, me afeitaré, me pondré mi mejor traje y mis mejores zapatos, meteré un par de cosas en una bolsa y saldré de mi casa con destino a la estación de Atocha.


Una vez allí, pediré un billete para Almería en primera clase. Me pasaré el viaje entero leyendo el periódico, departiendo con otros viajeros amablemente, dormitando y haciendo alguna escapada al water para echarme un cigarrillo. Comeré algo en el vagón cafetería y me regaré las tripas con media botella de vino.



Cuando llegue a la estación, me iré a los baños, me compondré la camisa, la chaqueta, me refrescaré el cogote, me pondré unas gafas de sol y saldré en busca de un taxi. Dentro del mismo, sacaré un papel doblado del interior de mi cartera y le leeré al taxista la dirección que hay escrita en él. El taxista me preguntará que a qué he venido a Almería y le diré que a visitar a un viejo conocido, después hablaremos del tiempo y le sacaré algún tema de conversación de esos que hacen que el taxista baje la radio y se dedique a parlotear, por ejemplo, la delincuencia.



Pagaré al taxista dejándole una buena propina, después me bajaré del coche, dejaré mi exiguo equipaje sobre el asfalto, me estiraré, me subiré los pantalones y me echaré otro pitillo frente a la entrada de la vivienda que estoy a punto de visitar. Cogeré mis cosas de nuevo y llamaré a la puerta. Cuando la voz del inquilino pregunte le diré que soy el Subinspector Martínez de la Brigada de Inmigración y que vengo por un asunto oficial.



Me abrirá la puerta confiado y le preguntaré su nombre. Luego, le daré una bofetada en el carrillo derecho, con la mano abierta. Luego abriré mi bolsa y le tiraré encima, con saña estas novelas: Lanzarote, Plataforma y La posibilidad de una isla.
Luego me sentaré tranquilamente sobre su cabeza para que no se escape y desde mi propio móvil llamaré a la verdadera policía y me entregaré.



Será mi regalo a las letras europeas. Creo que ningún juez me condenará por haberle partido la cara a Michelle Houellebecq. A lo mejor sí, pero ya se cuál será mi defensa: "Señoría, este hombre es tan provocador, tan polémico y tan transgresor que la lectura de sus libros me ha transformado en una bestia parda, en un ser despiadado, he creído bueno devolverle tanto dolor, tanto tiempo perdido en leer sus porquerías con un sonoro bofetón...mire por un instante su carita de rata astuta, pregúntele por cualquier tema y espere a que le de su opinión, estoy seguro que si lo escucha decir las cosas que dice y después dígame si mi arrebato de cólera no ha sido, en definitiva, un acto de justicia poética...".



Aquí les dejo algunos enlaces para que juzguen por sí mismos...aquí, aquí, aquí y aquí. Me quedo con esta frase que suscribo: "Puedo decir que desgraciadamente he escrito un libro".



Efectivamente esos tres últimos se los podía haber ahorrado. Nadie había dicho más tonterías en menos tiempo para vender más libros. Comienzo a estar harto de los escritores de literatura de tanqueta. ¿No estaría bien que un escritor, al que se le ha impuesto la etiqueta de pensador fuera capaz de establecer pensamientos e ideas menos simples que Isla=caca, mujer=puta...? ¿Cuando el buen escritor se convirtió en el tiparraco vociferante?
¿Alguien se apunta a hacer una lista de intelectuales abofeteables?

domingo, 9 de marzo de 2008

La búsqueda de la felicidad

Propagandística catecumenal militante...
La constitución americana recoge el derecho de sus ciudadanos a ser felices o, al menos, a buscar la felicidad. Seguramente sea el único texto oficial que recoge ese derecho. Es un gesto de inocencia que la convulsa y violenta historia de la actual metrópolis se ha encargado de convertir en una quimera inalcanzable y, sin embargo, ha quedado impresa en el subconsciente colectivo norteamericano (e incluso, gracias al cine en el mundial). Básicamente se traduce en lo siguiente: una casa con jardín delantero, la adquisición de otros bienes materiales chiflados como camas elásticas, minimotos y otras extravaganzas del sistema capitalista -esas que se convierten en las piezas fundamentales de los vídeos de primera que nos llegan desde el otro lado del océano- y, como no, de parir una prole de hijos sanos que aspiran a ser astronautas, deportistas profesionales o a ser convertirse en el hombre que apriete el botón nuclear.



Pero, a veces, ni siquiera la alegre esperanza de engendrar al muchacho/a que nos borrará de la faz de la tierra en el cómodo dormitorio de una amplia casa de una ajardinada zona residencial consigue acallar la voz de nuestro interior que nos dice que aún nos queda algo por hacer, que nuestra felicidad no es completa. En la más que interesante novela "Campo de Sueños" (no la peli, el libro) un tipo construye un campo de beisbol para conseguir reconciliarse con su padre muerto; en la comunidad de Madrid hay un hombre que, desde hace años se construye una catedral convencido de que es Dios el que dirige su mano, Fitzcarraldo construyó la Opera de Manaos y F. colecciona todo tipo de cosas que consigue por internet desde complementos de Barbie hasta clicks de Famobil...¿Pero compartirían ustedes esa visión de la felicidad?

¿Y si eres gay y vives en un pais donde no te dejan casarte? ¿Y si vives en España y la simple idea de la palabra vivienda te produce una risa histérica? ¿Y si, yo que sé, te apetece vivir la vida desde una visión chiripitiperrofláutica? ¿La vida loca? ¿Puedes permitirte una vida de despiporre y/o despilfarro en La Costa Azul junto a una hembra/macho Alfa? ¿Si fuera´así te resignarías a vivir criando chiquillos y no en plan rollo Briatore?

La familia mafiosa media americana


Lo cierto es que para diseñar una felicidad a nuestra medida hay tantas interpretaciones como como para el inescrutable final de Los Soprano. Y, si no, que se lo digan a Coelho y otros gurús de la autoayuda militante que te sacan las perras con algún aguado caldito de pollo para el alma.

Tan inescrutable, seguramente, como los Furries, esas personitas que buscan la felicidad vistiéndose de animales antropomórficos, o sea, de gigantescos peluches. Los Furries se buscan un enorme traje de mascota de equipo deportivo o marca comercial y lo dotan de personalidad propia, luego asisten a convenciones donde se relacionan con otros furries, se echan novias del rollito, comen con otros como ellos y, sobre todo, por unos días se sienten completamente normales. Sentirse normal, sentirse "unomás", parece ser uno de los elementos que muchos creen necesarios para ser felices otros disfrutan de su rareza pública como esos que, orgullosamente se autodeniman "frikis" que mira tú que felicidad puede haber en ser el raro, raro, raro...¿Les he dicho que encuentro una felicidad irracional en repetir latiguillos? ¿Comorl? Como se lo digo.



El mundo de los furries, por bizarro, es fascinante, cientos de páginas de todo el mundo recogen foros, fotos, chats, testimonios e intercambios de trajes y complementos, un mundo raro y feliz compuesto por personajes sacados de azucarados sueños infantiles ¿Quién no querría vivir en un permanente parque de atracciones lleno de globos, golosinas y rodeado por personajes míticos como zorritos, gatitas, tigretones y otras bestias de garras amaestradas? Aunque los Furries niegan que lo suyo es una parafilia lo cierto es que, en el fondo, hay también una forma de entender las relaciones sexuales...¿Será placentero retozar con un cabezón de gomaespuma? ¿Toquetear un cuerpo vestido por una suave piel artificial? ¿Saltarán chispas de electricidad estática suficientes?



Further Confusion, Confurence o Anthrocon son tres de las grandes convenciones de furries del mundo. Un rápido vistazo nos descubre que los Furries disfrutan preparando carreras de velocidad, bailes, reuniones para dibujar a otros furries, charlas y, claro está, mucho pero que mucho toqueteo. Los Furries aparecieron en internet como grupo en 1996 y, desde entonces, no han dejado de crecer gracias a la difusión de su ideario por la red. Esoes lo bueno de la red: consigue que descubras que no eres tan raro por sentirse irremediablemente atraído por el tipo que reparte propaganda vestido de oso amoroso en la puerta del supermercado o la razón por la cual no podemos dejar de ver el DVD de Cats. ¿no?




Yo prefiero el Club de los Hell´s Angels de BCN, la isla de Goreé, el distrito de University en Seattle o la cabina del Pub Rainbow, las largas conversaciones que no llegan a ningún sitio, escribir, cocinar para los amigachos, ver pelis, aparranarme en el sofá de F. para escuchar música y ver como se ríe o se mosquea, decir latiguillos, gilipolleces, echar unas canastas y otras insustancialidades varias como ver pasear a una chica alta que es también una rara parafilia. Como pueden vislumbrar para mí la felicidad es también algo que ni siquiera está demasiado definido...con lo fácil que es simplemente sentir que uno no vale para nada y dejarse llevar.