jueves, 31 de marzo de 2011

Sangre de tigre para cabezas de chorlito


Resalta Breat Easton Ellis en esta estupenda columna sobre Charlie Sheen que en el pequeño papel que hizo en la generacional "Todo en un día" la primera línea  de texto que el actor intercambiaba con Jennifer Grey fuera una única pregunta: "¿drogas?". No se si se acuerdan de la escena pero en ella Sheen aparecía vestido con una chupa de cuero y aspecto de no haber dormido y distaba bastante de la imagen enérgica de deportista que tenía en "Amanecer Rojo".


Volviendo la vista atrás esa escena parece la explicación más comprensible para entender como Charlie Sheen ha sido el tío que ha conseguido hacer descarrilar su carrera dos veces. Hay cierta tendencia a pensar que las reglas dentro del mundo del espectáculo son diferentes a las normales pero, lo cierto, es que todo el mundo que haya trabajado alguna vez en un rodaje sabe que, seguramente, lo más importante es ser puntual. No se si lo más importante pero sí es básico. Nicholas Ray decía que a los actores se les exige una cosa que no se les exige  a otros profesionales (aunque yo incluiría a los desactivadores de bombas): demostrar todo lo que han aprendido en una sola toma. En un solo segundo, con una miradita a cámara, hay que demostrar que se es bueno pero, para que esto ocurra, es necesario que se esté frente a esa cámara en un minuto concreto de un día concreto ya que, por narices, ese momento solo se producir una vez. La gracia es esa, el truco es ese: un montón de personas se convierten en un grupo interdependiente entre sí que tiene que funcionar bien durante un tiempo determinado sin que nadie pueda faltar a la cita en ninguno de los días previstos porque, en menor o mayor medida, todos los trabajos dependen de que todos hagan el suyo. 

Es verdad que, en otros ámbitos y en otras profesiones, también se producen situaciones como esta todos los días pero, lo cierto, es que en muy pocas la impuntualidad cuesta tantos cientos de euros. Y si en el cine es muy importante no digamos ya en el teatro donde, por narices, el actor tiene que llegar a una hora determinada y, a ser posible, en las mejores condiciones posibles. 

Se habla, de hecho Sheen lo hace, que todo es un asunto de doble moral. Digamos que existe la idea preconcebida (y si no la tienen deberían de ver "El séquito") de que todos los habitantes de Hollywood beben, se drogan y viven una vida que se disipa en placeres terrenales...de acuerdo, es posible que un alto porcentaje lo haga y, de hecho, se pagan muchos sueldos y se extienden muchos cheques para asegurar que el señor A esté en el punto B a la hora acordada. Agentes, publicistas, secretarios, ayudantes...la carrera del actor mide su éxito por el número de personas que lo rodean cobrando un sueldo por hacer los trabajos más banales y absurdos que se le puedan pasar a ustedes por la cabeza como conducir su coche o comprarle una camiseta pero también para que acuda a una sesión fotográfica o para que no meta la pata frente a las preguntas de un periodista. Con los años ha crecido toda una industria de servicios adosada al mundo del espectáculo y al del deporte encargada de velar por los caprichos más absurdos. Si ha crecido es porque es necesario que la gente esté a su hora y en condiciones en su sitio. 

Sheen, desgraciadamente, ha faltado a esa regla de oro en varias ocasiones y ahora solo está pagando las consecuencias de no poder mantenerse sereno. El problema del actor es este y no que lleve una mala vida que, por cierto, hace ya meses que pasó la barrera de lo anecdótico para resbalar poquito a poco más allá de los límites de la realidad. 

Si hace unos años vimos a un lastimero Maradona llorando como un niño en la televisión nacional argentina pidiéndole a las autoridades médicas y políticas que le permitieran marcharse a Cuba (donde le resultaba más fácil estar de juerga) no es más lamentable ver a Charlie Sheen emprendiendo esa carrera loquísima contra los demás y contra sí mismo agarrado a esa bolsa de cuero y mostrando de cuando en cuando un machete de cortar caña que parece le que hubiera regalado un hutu. Es un bajón.

Internet que cada vez se parece más a un pueblo aplaude mucho las salidas de tono de Sheen y su twitter es todo un éxito. Las miniparrafadas del loquito se aplauden en todos los rincones del mundo con la misma alegría que, siglos ha, los mozos daban de beber al borrachín del pueblo para divertirse un rato a su costa. Somos todos muy modernos pero, en realidad, parece que nos hayan sacado de "Calle Mayor" o de "La señorita de Trévelez" y no de "Tron".

Y no solo por el asunto de reirle las gracias si no, como no, por el asunto que más se remarca de toda la trayectoria del actor americano y de lo que me parece menos importante: que se acueste con señoras que trabajan en la industria pornográfica. En una voltereta moral de esas tan paletas, al hacerse la lista de los males y las enfermedades del actor se dice: alcohol, drogas y actrices porno.

A mi que me lo expliquen porque, la verdad, entiendo que estar todo el día rodeado de odaliscas pueda crear cierta dependencia pero, la verdad, no se conoce ningún caso (bueno, el de algún enfermo de corazón que no sabía de su enfermedad) que haya muerto por practicar el coito -ni siquiera desaforadamente y a deshoras- o cuya práctica -por muy acrobática y placentera que esta sea...no se, estoy pensando en un tema que ni siquiera estaría en la cabeza de Calígula, algo olímpico sexualmente hablando- le impida acudir al trabajo puntualmente aunque solo sea por hacer corrillo a la hora del café.  Vaya, al final va a ser verdad que también hay algo de moralina en todo el asunto...

Si la fascinación por el artista atormentado ha sido uno de los peores cánceres que ha vivido cierto tipo de artista que se ha visto incapacitado para quitarse la etiqueta de encima e iniciar una vida más normalita y más de andar por casa (muchas veces me imagino a un Marilyn Manson deseando hacer un disco de cumbias) ante la sospecha de que muchos fans que han imitado -desde una perspectiva de clase media- las actitudes del ídolo (tatuajes, ropa absurda, exceso de estudio sobre unas letras intrascendentes...) lo cierto es que no deja de ser paradójico que ahora Sheen no pueda dejar atrás todas las tonterías que está haciendo por miedo a que su cuenta en twitter se vea dañada. Alguien debería de informarle de que no se ríen porque el chiste sea bueno si no porque el que lo está contando apenas puede mantenerse agarrado a la barra del bar mientras lo hace. Son dos formas diferentes de comedia, si ustedes lo quieren ver así.

La borrachera que Martin Sheen se agarró en "Apocalipsis Now", con el permiso de Francis Ford Coppola que lo animó a dejarse llevar de una manera un tanto irresponsable y sin saber que el actor pasaba por un momento personal terrible, derivó en el rodaje de una de las mejores secuencias de la historia del cine. Vemos a Sheen completamente ido, bebiendo como un zumbado, solo y abandonado en una lastimosa habitación de un hotel perdido en sí mismo a millones de kilómetros de la realidad intentando ahogar los recuerdos de su última misión. En el texto, al comienzo del mismo, dice eso de "quería una misión y por mis pecados me concedieron una". En la realidad le costó un ataque cardiaco que lo mantuvo apartado del rodaje durante semanas.


Esa es la imagen que yo tengo ahora de Charlie Sheen, la de un tipo completamente chiflado que está a millones de kilómetros de la realidad, que lo está pasando mal y que no puede volver para atrás. Es una pena que esa secuencia, tan íntima y tan trágica, esté siendo retransmitida en directo por su protagonista sin la necesidad de que ningún director inconsciente le esté invitando a ello. La tecnología nos ha puesto en el papel de ese director inconsciente que cree que podrá manejar a un actor harto de merca y alcohol pero esta vez no para rodar una gran secuencia de una gran película si no un número estúpido de un circo que, cada vez, da más miedo y cada vez resulta más incomprensible y más cateto. Espero que, al menos, la audiencia vaya de maravilla. Eso es lo importante, al parecer.

miércoles, 30 de marzo de 2011

James Frey, la incapacidad de hacer nada bien


Oprah Winfrey es un estrellón. Un estrellón enorme que tiene un programa raro que aquí en España todas las grandes damas de la televisión intentan imitar del mismo modo que todos los grandes de la televisión en España quieren ser David Letterman o Jay Leno aunque, en público, muy pocas veces se les escuche hablar de ellos.  

Oprah es una mujer completamente hecha así misma. Aquí desconfiamos automáticamente de cualquier persona que alcance el éxito partiendo de la peor posición posible (a no ser que sea Fernando Alonso) pero en los EE.UU. las historias de superación venden como churros porque forman parte de su imaginería social y de eso que se llama “el sueño americano”.

La afroamericana es algo así como una especie de telepredicadora laica que se dedica a dar consejos para llevar una vida mejor y juega como nadie en el terreno de las entrevistas humanas, esas que hacen llorar a todo el mundo. Los testimonios desgarrados, además, suelen tener una recompensa automática porque Oprah se arremanga en directo y reclama, cuando no pone de su cuenta corriente, todos los medios necesarios para atajar, en vivo y en directo, cualquier injusticia.

Las únicas veces en las que Miss Winfrey ha parecido completamente fuera de juego han sido tres: cuando Tom Cruise se puso a hacer morisquetas y ejercicios gimnásticos en un sofá, cuando accedió a entrevistar a Cormac McCarthy  dando una de las peores entrevistas de la historia reciente al intentar que el esquivo escritor se pusiera tierno y la segunda vez que tuvo a James Frey en el plató de su programa.



En 2003 James Frey publicó “A milion little pieces” ( cuya traducción sería "Un millón de pedazos pequeños". Editado en nuestro país por Taurus con el título "En un millón de pedazos"). Una novela autobiográfica en la que narraba su experiencia con las drogas, sus desastrosas consecuencias y en su caótico proceso de rehabilitación. La narración que fue acogida con cierta frialdad y bastantes malas críticas no dejó indiferente a la presentadora que encontró en el texto una de esas historias que suelen engordar los ratings de audiencia: chico blanco, ex drogadicto, ex delincuente, culpable de la muerte accidental en accidente de tráfico de dos compañeros de instituto que renacía como escritor utilizando la literatura como terapia para la salvación y la restitución pública. ¡Guau!




Dentro del famoso programa existe una sección titulada “Oprah´s Book Club” (se podría traducir como "El club de lectura de Oprah") desde la que la presentadora recomienda libros a su audiencia. Algo que comenzó como una simple labor de apostolado (¡Lean, que no me leen nada! ¡Que leer es precioso!) se convirtió en la rampa de lanzamiento más codiciada por todos los editores del mundo anglosajón: cualquier novela que salía en ese escaparate se convertía, al día siguiente, en un éxito literario. Incluso les ponen una pegatina con el logo de la sección para que sean más reconocibles.
Winfrey dijo de la novela de Frey, que se había vendido bien hasta la fecha,  que la había mantenido en tensión durante toda la lectura, que había perdido horas de sueño con ella, que era la pera limonera, vamos.

Llegó al puesto cuatro de ventas de libros de “no ficción” en cuestión de días y, unas semanas después, Oprah recibió en su programa al escritor que le relató todo su historial delictivo, que estuvo siendo perseguido por la policía en varios estados, que había tenido recaídas en el alcohol y en la merca y cosas así de esas de dar mucho morbo. De hecho, utilizó profusamente la retórica de arrepentido que despliega en su novela y habló de esas cosas tan agradecidas como “la furia” y “la ira” que te llevan a la droga o “el demonio interior” contra el que hay que luchar. Ya saben, ese rollo medio religioso, medio freudiano que tan bien viene para metaforizar sobre el desgarro, el desarraigo y la culpa.  Oprah se sintió encantada de tener a un demonio domesticado, a un ángel caído y rehabilitado en su plató y corrieron lágrimas y todo fue fenomenal para el autor que, ya en junio de ese año, había publicado  “My friend Leonard” la segunda parte de las memorias que tenía como objeto alargar la historia primigenia y ahondar en la terapia y en la recuperación de su vida.

La entrevista, una de las más seguidas de la historia del programa, se cerró con un profundo éxito. Un éxito que no dejó a nadie indiferente pero, sobre todo a los responsables de thesmokinggun.com (TSG). Esta página web, dedicada a escarbar en los archivos policiales, tiene una famosa sección (llamada "Mug shot") en la que muestran las fotos de los famosos que han sido fichados en cualquier comisaría de los Estados Unidos. Gracias a esta página hemos visto a Bill Gates sosteniendo un cartelito con su nombre en una comisaría y cosas así. Como Frey era una nueva estrella, y un ex delincuente, los puso a la búsqueda de la ficha policial del mismo y de la, en ese momento, codiciada fotografía.

Seis semanas de la aparición de James Frey en la televisión nacional los editores de Smokinggun no tenían solo la fotografía si no, además, un artículo demoledor titulado “A million Little lies” ("Un millón de mentiras pequeñas") donde daban pruebas de que el escritor no había sido un delincuente tan peligroso, jamás había sido detenido por los delitos que describía en su biografía y, claro está, que todo lo escrito en sus dos tomos no era más que una invención de Frey.




¿Por qué alguien querría autoinculparse de un montón de delitos y ensuciar así su biografía? Pues muy sencillo: marketing. Durante unos cuantos años Frey estuvo intentando colocar el manuscrito de su novela en varias editoriales sin éxito. En un momento determinado él o una avispada publicista, Nan Talese, decidiera que se podía vender mucho mejor si se cambiaba la etiqueta de “ficción” a “biografía”. Así fue. La traducción de la novela a 29 idiomas y 5.000.000 de ejemplares vendidos avalan que el truco funcionó mucho mejor de lo que hubieran esperado, incluso demasiado bien. Sin duda, la conversión de Frey en un escritor de best-seller impidió que se mantuviera bajo la línea del interés informativo y que su millón de pequeñas trolas pasara desapercibido: de haber vendido una respetable cifra de 400.000 o 500.000 ejemplares y no haber aparecido en el programa de Winfrey hubiera permitido a Frey seguir con el engaño durante toda su vida.

Un engaño que, antes de que el libro fuera un superventas, el propio frey había reconocido a varios periódicos pequeños en diversas entrevistas pero que, poco a poco, fue negando aduciendo a que, en ese momento, quería obviar ese pasado de macarra.

Tras el artículo de TSG que retrataba a Frey como un teen afable que se había metido en dos delitos muy menores en toda su vida (dos fotos de comisaría, nada más) y que explicaba abiertamente las objeciones legales que había puesto a la publicación del artículo y a la exhibición pública de las fichas policiales y judiciales de sus delitos (algo extraño teniendo en cuenta que toda la promoción de sus libros se basaba justamente en el relato de las mismas) llegó el turno de defensa del autor que acudió al programa de Larry King el 11 de enero para declarar que, bueno, que sí, que parte de su libro no era del todo real y que había alterado parte de los mismos. En realidad, hasta ahí, la maniobra de defensa de Frey no podría haber sido más sencilla: todos los que podrían declarar sobre la veracidad de los hechos y hablar en su favor desmintiendo el artículo de TGS estaban muertos (su amigo Leonard de SIDA, su novia Lilly se había suicidado...) y los que estaban vivos eran delincuentes que no darían la cara.



La propia Oprah salió en defensa de Frey en el programa haciendo una sorpresiva y calculada llamada de teléfono que intentaba, claro está, salvar los muebles de su programa y volver a recuperar la confianza de sus espectadores en su "Club de libros".

Sin embargo, como la mentira ya era suficientemente evidente, el  26 del mismo mes Frey reaparece en el programa de Oprah y la entrevista se convierte en un auténtico bombazo porque el autor reconoce que su obra, los dos tomos, son una mera ficción.  La presentadora se deja de enredos y ataca a la yugular del escritor diciendo cosas como que se siente "estafada y, más allá de eso, siente que (Frey) ha estafado a millones de lectores". Si Frey quería jugar, otra vez, al mismo juego promocional de su primera entrevista en la que apareció como un ex adicto redimido para presentarse ahora como un mentiroso decidido a redimirse en público el cálculo le salió mal porque una cosa es jugar con tu propio prestigio y otro, entendería Winfrey, jugar con el de ella que tiene un emporio de varios cientos de millones de dólares que penden, básicamente, del fino hilo de su buena imagen. El comentario general es que destrozó a su entrevistado.

El visionado de la entrevista me trajo a la memoria una divertida anécdota que me contó el veterano periodista Mariano López de otro reputado periodista del que obviaré el nombre y que tenía una estupenda facultad que explotó en su juventud: siempre tenía a mano la última entrevista concedida por un personaje recientemente fallecido. Si la entrevista era real o ficticia jamás podía comprobarse pero, decía Mariano, que por las hemerotecas españolas debían de estar todas cogiendo polvo y esperando a que alguien pudiera desentrañar el misterio.

La discordia y la revelación de la verdad pusieron en un brete a la editorial Doubleday que anunció el cambio del género de la novela a “ficción” y publicó una nota en la que pedía a los lectores que se hubieran sentido estafados que se pusieran en contacto con ellos para que les fuera devuelto su dinero. En septiembre Frey emitió una nota pública disculpándose por ser un escritor de ficción (muy superventas…por cierto) pero, en el fondo, no por haber desplegado todo un montón de mierda para vender su obra. Obviamente, el hecho de que Frey escriba no es algo malo…lo otro, pues sí.

En el gérmen de todo está una interesante cuestión: ¿Se valora más una obra “basada en hechos reales” que una de ficción? ¿Puede mantenerse la etiqueta de “basado en hechos reales” cuando se incluye una nota que dice “que algunos tramos del relato son ficticios y han sido alterados para mejorar la narración y los nombres cambiados?

Cuando “Soldados de Salamina” se convirtió en un éxito editorial en nuestro país muchos pensaban que estaban comprando, en realidad, las memorias de Javier Cercas y las de todos los implicados en el fusilamiento fallido de Rafael Sánchez Mazas acaecido en los últimos tiempos de la Guerra Civil española. En realidad Cercas no había hecho más que tejer el paño de su novela con hechos reales y muchos ficticios creando lo que él mismo dijo era “una obra de ficción”. Muchos lectores se sintieron estafados valorando mucho más el contenido histórico de un pasaje rocambolesco y la investigación un tanto rocambolesca del mismo frente a algo que es mucho más interesante: Cercas es un gran escritor que cogió una historia complicada y la convirtió en una historia interesante, es más, la extrapoló de toda la contienda para convertirla en una especie de símbolo permanente de la misma. Seguramente Cercas podría haber seguido con el cuento, haber alimentado que todo lo dicho era real pero prefirió contar que era escritor y no periodista. Cercas se convirtió, temporalmente, en personaje literario de la forma en la que todos los que escriben ficción se meten de cuando en cuando como personajes principales o secundarios de sus propias historias.


Normalmente tendemos a pensar que la literatura es un mero entretenimiento, que es algo con lo que perder el tiempo y nos sentimos aliviados y engañados a la vez cuando encontramos entre las páginas de un libro un personaje con el que nos identificamos. La sensación de identificarnos con alguien inexistente no deja de parecernos brutalmente inhumana, como si de pronto, la conexión con los sentimientos y la historia inventada nos desconectara de una manera rara e irracional de la realidad y, seguramente por ello, porque nos aferramos a no dejarnos llevar, a mantenernos con los dos pies en el suelo, sentimos la necesidad de que haya más testimonio que invento en todo. Si alguien te cuenta una historia quieres que la historia sea cierta para que pueda aportarte algo pero si la historia es simplemente mentira nos parece que podemos desconectar de ella, que sea nada más que una banalidad.

Frey intentó vender su libro como una obra de ficción y no lo consiguió. Pasó por 17 editoriales que se negaron a publicarlo. Ni que decir tiene que el libro es flojo y malo a más no poder. Un tocho de casi 400 páginas (más las 400 de la segunda parte) cocinados entre la chorrada sensacionalista, la baratería insultante, los pasajes arrancados a Hemingway y al realismo sucio…un best seller sin mucho interés que se hubiera quedado en nada si no fuera porque a alguien se le ocurrió decir que todo era real, que todo era cierto. Es entonces cuando el delito literario de ser un escritor mediocre se perdona porque, en el fondo, el que lo escribe ya no tiene que aferrarse a las reglas ortodoxas del buen escritor y puede justificar todos sus fallos diciendo que lo que escribe sale del corazón. Es entonces cuando el engaño y el truco que tiene toda obra literaria deja de tener peso para ceder terreno ante fines mayores. “A million little pieces” ya no es un mal libro y se convierte en mucho más que eso porque atiende a un fin mayor que al del puro entretenimiento: a la salvación de los adictos a las drogas y al alcohol. Al discurso ejemplarizante. Es ahí donde más libros se venden porque lo importante no es escribir bien si no transmitir algo que parece, a primera vista, de mucha más importancia.

Lo contradictorio es que Frey ha seguido moviéndose entre el escándalo y la escritura convirtiéndose en ese autor que demuestra que el bussiness es más importante que lo que se encuaderna.

Harper Collins, nada más y nada menos, publicó su tercera novela en 2008 (ficción, pura ficción) titulada “Bright Shiny Morning” (un rollo macabeo) centrada en la historia de varios personajes de Los Ángeles  que sonaba a un intento por acercarse al Easton Ellis que escribió los cuentos que conformaron “Los confidentes” y más allá de eso en una regurgitación del "Vidas cruzadas" de Raymond Carver. No tuvo mucho éxito y encontró críticas de todo tipo pero, sobre todo, descabelladas y, más recientemente, Frey ha intentado publicar una historia basada en la Biblia con un poco original sinopsis basada en el renacimiento de Jesucristo en Nueva York (¡Ay, Diosito!) y se vio envuelto en un escándalo chocante.

En 2009 fundó Full Fathom Five una editorial nacida para crear pelotazos editoriales en serie. En régimen de colaboración se contrataba a autores muy jóvenes (250 dólares por cabeza) para trabajar en proyectos colaborativos. ¿han oído eso de que una ingente cantidad de monos acabaría por escribir una novela legible? Pues algo así debió de pensar Frey que estaba empeñado no en escribir una buena novela si no un montón (un millón de pequeñas novelas) de libros y dar con el nuevo Harry Potter. La cosa no le fue mal y “I Am number Four” se convirtió en un éxito de ventas juvenil (está a la venta en España) cuyos derechos fueron comprados por Dreamworks que la ha llevado al cine recientemente y que se estrenará en los primeros días de abril en nuestro país. ¿El trasfondo de la historia? Tan chorra y tan manido como la historia que lo hizo famoso.  Los contratos precarios y algunos pequeños escándalos más han puesto el proyecto en la mira de muchos…y no positivamente.

Recientemente ha anunciado que está trabajando en un proyecto para HBO junto a Mark Walhberg que tendría como trasfondo el negocio del porno en Los Ángeles…eh…Mark Wal…¿ese no salía en “Boogie Nights” que iba, justamente, del negocio del porno en Los Ángeles?

James Frey demuestra que no hace falta hacer las cosas bien, ni siquiera ser demasiado original, ni siquiera ser un buen escritor para vender libros. Ha demostrado cierta incapacidad para obrar honestamente, para ejercer su profesión de una forma digna pero, la verdad, nadie puede evitar pensar que conoce bastante bien el negocio en el que está metido y como hacerlo funcionar. Ah...y una absurda tendencia a retratarse haciendo una peineta (el famoso "fokyu") que es lo que hacen los chicos buenos cuando quieren parecer malos malísimos consiguiendo, sin embargo, parecer unos verdaderos gilipollas. En realidad no deja de hacer patente no solo eso último si no también su plena incapacidad para sentir vergüenza propia.

¡Son ustedes un público estupendo!


Gracias a un lector de este blog, el navarro Johnny B. Bad ( Johnny Vivaz su tumblr y su marca comercial), se alcanzaron ayer las 3560 visitas en este blog. Este señor tuvo a bien colgarnos en meneame.net y llegamos a estar en portada durante dos horas hasta que se impusieron textos y vídeos de más calado informativo. Durante esos 120 minutos estuvimos batiéndonos el cobre con la realidad y manteniendo el tipo ante el empuje de elmundotoday y El Garrofer. No está mal. Nada mal. Aparentemente no es mucho pero, después de 3 años y pico en la red, es la primera vez que se consigue algo así y desde el Consejo de Redacción, Administración y Finanzas queríamos agradecerles a ustedes la fidelidad y palabras como estas emitidas por un lector que se hace llamar Blueworld que tuvo a bien expresarse en estos términos: 

"Ese blog es uno de los mejores de la blogofera en español. Yo lo sigo desde hace 3 años, y ya era hora de que fuera portada de Menéame. #0, chapó por menearlo, y chapó por la gente que lo ha votado".

Es una exageración pero ha hecho que las lágrimas fluyan sobre todo por el sufrimiento que esta buena persona, creo que mallorquín, ha tenido que soportar tras leer esta página tres años seguidos. 

A los fieles (que suelen ser unos 200 todos los días) y a los recién llegados (que se quedarán en 4 o 5) se les da las gracias y se les pide paciencia y, sobre todo, que sigan teniendo tan mal criterio a la hora de elegir sus lecturas. 

Viene bien, de cuando en cuando, saber que no se está tan solo. Gracias y un saludo.

Nota del Insustancial: Aquí se es muy fan de Hugh Hefner tanto en su faceta de bonvivant como en la de editor, un tío que fue capaz de adelantarse unas cuantas décadas a todos los demás. Siempre que me preguntan qué es necesario en esta vida para lanzar una publicación digo que solo dos cosas: no tener miedo y pijamas de seda, muchos pijamas de seda. 

lunes, 28 de marzo de 2011

Aeropuerto de Castellón, una mirada hacia el futuro: qué hacer con un aeropuerto donde no despegan ni aterrizan aviones (¡ni ganas!)


Que se sepa que a mi lo del Aeropuerto de Castellón me encanta. Me parece una pasada. Un sueño hecho realidad lleno de posibilidades. 

Hace años nos conformábamos con que los gobiernos construyeran todo tipo de infraestructuras que, pasada la fiebre, abandonaban a su suerte por falta de presupuesto como Casas de la Cultura, teatros locales, Palacios de la Música o salones de exposiciones que acababan por convertirse en el lugar donde, de cuando en cuando, se da salida a alguna pequeña muestra del arte autóctono pero, ahora, vamos un paso más allá y decidimos construir infraestructura de transportes que, en realidad, no sirven para transportar nada.

Fabra se ha convertido en el Fitzcarraldo levantino. Por si ustedes no vieron la película de Herzog va de un tipo que decide construir un teatro de la Ópera en medio del Amazonas. Ya ves. Le da por ahí, por meter toda su pasta en un edificio algo inutil teniendo en cuenta que, por aquella zona del mundo, seguramente el único interesado en ver una ópera fuera el propio Fitzcarraldo. La historia, pese a que parece otra de las muchas idas de olla de ese peculiar dúo compuesto por Werner Herzog y Klaus Kinski, tiene una base real: Antonio José Fernandes Junior, allá por 1881, tuvo la idea de impulsar un teatro de la ópera al estilo europeo en la ciudad brasileña de Manaos. Curiosamente a todos los pareció bien la idea y el sitio se construyó pese a que, tras la inauguración y un par de cosillas más, se pasó más de 90 años sin que en su interior se celebrara ni un mísero concierto de triángulo. El edificio sigue en pie y ha sido restaurado varias veces me temo que más por ser un monumento a la estupidez extrema que por su valor arquitectónico o el interés de los habitantes de Manaos por la música clásica. 

Después de esto, y aquí en España, en el mismo Castellón ya tenemos nuestro monumento. Ni que decir tiene que si el dinero de la ópera que gasta Fitzcarraldo para construir su Ópera sale de su bolsillo el del Aeropuerto de Castellón sale del dinero de los contribuyentes. Es más, el edificio ha servido como sponsor de equipos de fútbol (el Villarreal) y motociclismo que han paseado, paradójicamente, el nombre de un lugar inexistente durante años que, ahora, ya es una realidad a medias puesto que no tiene licencia para operar. 

¿Qué es en realidad un aeropuerto que no funciona? Pues es una maqueta a escala 1:1 del aeropuerto que va a ser o, mejor, una especie de gigantesco museo de la aviación que enseña como son los aeropuertos donde despegan y aterrizan aviones todos los días. Los castellonenses ya no tendrán que salir de la provincia para saber lo que es un aeropuerto ya que tienen uno a pocos kilómetros de su casa. Eso es servir a los ciudadanos y, sin duda, entretenerlos los domingos. 

¿Y por qué construir el edificio y no darle vidilla? Por ejemplo, propongo que se contrate a cientos de actores que interpreten los papeles de personal de vuelo, viajeros, taxistas...un rollo como lo de Almeria con sus poblados del Oeste. Vas, te sientas y ves historias de gente que viene y va...aunque no vaya y no venga. Pero qué bonito todo. Es más, pagando un extra se podría adquirir un pase que te convertiría en viajero y pasar por todas las experiencias previas a viajar en avión: facturar, discutir con la señorita del mostrador sobre el peso de la maleta, el arco de seguridad, la discusión en el arco de seguridad, el cacheo en el arco de seguridad, la compra de fruslerías a modo de souvenir en las tiendas del interior, que te claven 8 euros por un bocadillo de tortilla de patata mal recalentada en el microondas y todavía rígida y semicongelada. Finalmente te meterían en un avión de mentirijillas y podrías hacer un vuelo Castellón-Islas Kuriles y ver a unas azafatas haciéndote la coreografía de la mascarilla y el salvavidas, luego el reparto de prensa y zumo de naranja...para hacerlo emocionante, a lo mejor, podrían meter a un secuestrador o uno de esos pasajeros que se empeña en que lo traten como una persona y acaba siendo detenido por el personal de seguridad metiéndose en un lío...

De hecho, un aeropuerto como este servirá para que, los castellonenses (y todos los que quieran vivir una experiencia parecida) se conviertan en los mejores viajeros del mundo. Es decir, tengan la oportunidad de aprender a solucionar todos los problemas que plantea un viaje en avión y estén preparados para cualquier contingencia. El Aeropuerto de Castellón podría convertirse en la primera academia de vuelo para pasajeros y no para pilotos. Es más, se podría convertir también en una especie de laboratorio de ideas para diferentes compañías aéreas que quisieran probar nuevas formas de torturar a sus pasajeros y, claro está, sería un sitio ideal para utilizar como plató de cine o televisión. ¿Qué provincia española, qué lugar de todo el mundo puede tener una réplica exacta de un aeropuerto?

Si Borges jugueteó con la idea de un Quijote escrito por un tipo llamado Pierre Menard que era, justamente, igual que la novela de Cervantes y Max Aub presentó al mundo a Josep Torres Catalans un pintor cubista desconocido y coétaneo de Picasso y Gris que, curiosamente, pintaba como Picasso y Gris en plan "vamos a quedarnos con todo el mundo" o Banksy enreda en "Exit trough the giftshop" con el alcance del mercado del arte contemporáneo rodando un falso falso documental o un mockumentary real (que no está claro) Fabra, que no es más que un político que no tiene pinta de ser un artista, le ha dado a todos sopas con ondas sacándose de la manga una obra de arte surrealista: un aeropuerto donde no aterrizan ni despegan aviones. Si este señor pasará a la historia como un político de esos que hacen las cosas de aquella manera lo cierto es que es innegable que merecería que su "instalación" se exhibiera en todos los museos de arte del mundo y que su nombre se coloque al lado de gente como Christo y Jeanna-Claude. 

Ustedes dirán que, a lo mejor, ha llevado las cosas demasiado lejos pero, sinceramente, el arte tiene esas cosas. En un mundo cada vez más feo es precioso que se lleven a cabo iniciativas como estas tan sonoras y que dan tanta prestancia y, más allá de eso, es necesario que los castellonenses sepan mirar hacia el futuro y prepararse para todas las contingencias que les provoque un vuelo en avión. 

A los derrotistas les digo que si artística y cívicamente la obra del Aeropuerto de Castellón era necesaria desde un punto de vista meramente económico también lo es: si en Las Vegas  pueden encontrarse hoteles casino temáticos que se convierten en museos de arte, recuperan el encanto de Venecia y sus canales, al Egipto antiguo o a una isla pirata bien podría convertirse este lugar en uno de ellos tematizado bajo el asunto "viajes en avión". Solo hace falta construir un casino y un hotel al lado. Punto. Diversión para toda la familia. Actuaciones de Revolver, Presuntos Implicados, Wau y los Arghhh, Rajoy Division, Tonino llevando su obra de teatro sobre Rita Barberá a la terminal 1 en plan performance, Francisco Jackson (el impersonator levantino de Michaerl Jackson), minifallas diarias y eternas, reparto de fartons y horchata 365 días al año, demostraciones de pelota valenciana, una exposición permanente de arte íbero con una gigantesca Dama de Elche en cartón piedra, paella de diferentes sabores y a todas horas, mascletás cada dos horas, levantás cada seis, Concurso de falleras (con tutú y si tutú), un centro de convenciones donde explicarían las maravillas de la nueva economía y la nueva política, una escuela de negocios dirigida por Fabra que cerraría cada curso con unas charlas de motivación empresarial y la presencia de Rick Costa en la puerta (como Foreman en Las Vegas) dando la mano a los recién llegados o, incluso, impartiendo clases de conducción. 

Miren si no cabrían cosas en un sitio tan excelente, tan levantino y tan español como un Aeropuerto donde, vaya chorrada, no aterrizan ni despegan aviones. Ustedes son el pasado, el Aeropuerto de Castellón es el futuro y, si no lo ven, es que están ustedes tuertos o ciegos y no saben el significado de la palabra "grandeza" que ustedes confunden con capricho. Sin duda Fabra es un visionario, lo que resulta paradójico. Pero eso es otra historia. 

sábado, 26 de marzo de 2011

Filmbunket.net...again


Escribo en filmbunker.net una crítica sobre una película de Steve Martin de 1979 (¡Qué vieja! escucho decir a los modernos y postmodernos desde aquí, desde la jaula...tiradme cacahuetes, joder) que es una película buenísima de esas que se te desencaja la mandíbula de reir. Es esto de aquí

Entiendo que vosotros sois personas sesudas, que vais por la vida contemplando el abismo, que moláis, que sabéis quien era Kierkeegard y que la rompéis en el Trivial Pursuit pero yo no doy para más que para recomendaros bufonadas. Se que Steve Martin os cae mal y que os parece un chorra pero a mi me gusta, yo me parto, me parece guay con todos sus gestos y esas carotas que pone como de no estar bien de la cabeza. 



También he colgado una bomba, les he colado un gol (¡ja, ja, ja!) una crítica de una película de asesinatos y de gente chunga que se titula "El largo viernes santo" protagonizada por Bob Hoskins que antes de hacerse famoso por perseguir a un conejo de dibujos animados hacía películas de tío malo. Esta no es de reírse a no ser que te acuerdes del conejo que hacía los mismos gestos que Steve Martin. La vida es un contínuo devenir, un puzzle donde las piezas se apretujan ahí en la mesa, en la tabla, vas cogiendo piezas y piensas "este trozo vered no va con esto...espera, espera...¡Anda, un castillo austriaco!".  Qué sorpresas te llevas...ah, y sale Helen Mirren de joven que estaba bastante buenísima. Lo digo esto por los amantes del arte. Venga, hala. Me voy a golpear la cabeza con un cazo hasta quedarme dormido. Disfruten. 

jueves, 24 de marzo de 2011

Un jueves en misapisportuscookies


He vuelto al blog de la gente moderna, contemporánea y que triunfa en un laberinto de palabras anglosajonas. Me han cambiado de día, ya sabes, como las teles que te cambian tu programa favorito para ver si cazan un poco más de audiencia y me han depositado en los jueves. Es normal porque escribo cosas muy largas y muy farragosas. Como esta última.

Hablo de crowdfunding, subvenciones y "El Cosmonauta". Me pongo un poco serio y parece que estoy echándole la bronca a la gente pero no es así, es simplemente que me hago mayor.

Que lo disfrutéis.

PD: El de la foto es Yuri Gagarin. Aquí tenéis una entrevista bastante falsa...

miércoles, 23 de marzo de 2011

Lago, Wallace...la supervivencia del escritor.


Conocí a Eduardo Lago en 2006 cuando vino a España a recoger el Premio Nadal que ganó con su primera novela "Llámame Brooklyn". Por aquel entonces el interés que despertaba su obra era mínimo por una sencilla razón: Lago residía en NY desde finales de los 80 que se había dedicado al ensayo y daba clases en la Sarah Lawrence School y era completamente ajeno al mundillo literario español. Como era un currante de la letra, cosa que es complicado que se aprecie, lo cierto es que el departamento de prensa de su editorial lo tenía complicado para conseguirle entrevistas y darle un poco de publicidad por lo que, si no recuerdo mal, en la nota de prensa que te enviaban se comentaba que era "amigo de Paul Auster y profesor de su hija Sophie". 

El reclamo, pese a lo burdo, no dejó de causar su efecto porque cuando me senté delante de él a entrevistarlo me comentó que todo el mundo le había comentado lo de su relación con los Auster con el desasosiego del que sabe que, el que le está lanzando preguntas, no ha tenido tiempo de leerse más que la contraportada de la novela y la dichosa nota de prensa. 

Si con bastante frecuencia nos reímos de la mecánica y las coletillas utilizadas por los periodistas deportivos que, más o menos, hacen todos los días las mismas preguntas y se revuelcan un tanto en la obviedad lo cierto es que el periodismo cultural tampoco está tan alejado de las mismas preguntas tipo como "¿En qué te has inspirado?" ¿Cuánto tiempo le has dedicado?" "¿Qué hay de real y de ficticio?" y, también, de un supremo interés por conocer la opinión del escritor, cineasta, pintor o acuarelista o lo que sea sobre cualquiera de los temas que a uno le apetezcan. A mi, todo eso, me parece un síntoma de que uno va a la entrevista sin haberse documentado demasiado o, peor, que no sabe hacer demasiado bien su trabajo. 

Cuando me senté con Lago no tenía ni idea de quien era pero me había leído "Llámame Brooklyn" en tres días. El hecho de no saber qué tipo de persona tienes enfrente merece pues que centres todas tus preguntas en su trabajo y que, a partir de ahí, vayas viendo como surge la cosa. Estuvimos sentados en el despacho de aquel enorme palacete de La Castellana como dos horas donde hablamos sobre todo de literatura y, más que de eso, del oficio de escribir. A mi me resultó apasionante escuchar a un escritor hablar de estructura y del aparato técnico que sostiene una narración para, poco a poco, hablar de influencias y, finalmente, de como había llegado a la conclusión de que, lo mejor, era contar la historia que se le había ocurrido contar. Es una pena que, por aquel entonces, no me permitieran publicar la entrevista porque resultaba un tanto "árida". Es posible que así fuera y que una entrevista donde se habla de Joyce, O´Henry, Cervantes, la pintura del XVI y XVII y cosas así interese menos que si Auster tomar cerveza o si su hija es buena estudiante pero me parecía que era la entrevista que un escritor debería siempre de conceder por encima de su interés, un interés muy acentuado en los escritores españoles, de hacernos saber lo que opinan sobre el ruido que hacen los bares, la fiesta de los toros o la ordenación urbanística. 

En la actualidad Lago es director del Instituto Cervantes en NY y ya tiene una segunda novela en el mercado, la poco apreciada "el ladrón de mapas", y suele colaborar con El País con lo que, me imagino, que si me tuviera que sentar a charlar con él me sería mucho más fácil hacerle una entrevista de esas menos áridas y más fértiles. 

El caso es que Eduardo Lago publicó el domingo un interesante artículo en El País sobre la publicación de "The Pale King" la novela inacabada del escritor David Foster Wallace. El norteamericano se suicidó en 2008  sumido en una depresión crónica. 

Wallace fue un escritor que consumió sus tiempos de la misma forma desaforada con la que transcurren sus novelas y ensayos. En 1987 publicó "The broom of the system" -con  solo 25 años- convirtiéndose en el segundo niño prodigio de la llamada "Generación X" tras Breat Easton Ellis. Ellis se convirtió en un escritor de masas que alimentó su imagen de estrella intelectual y en una especie de colaborador necesario para darle rollo cultureta a MTV y a algunas publicaciones muy modernas mientras que Foster Wallace se esmeró en labrarse una carrera mucho menos vendedora y discreta que no lo llevó a las grandes cadenas pero que le hizo labrarse una reputación literaria junto a Michael Chabon (que también con 25 publicaría en el 87 la fantástica "Los misterios de Pittsburgh"). 

En el artículo de Lago  resalta el escritor español que, quizás, no hay nada peor para un escritor que publicar una obra maestra demasiado pronto: en 1996 Wallace publicó "La broma infinita". A partir de ahí la obsesión del escritor por alcanzar un nuevo estado de perfección se convirtió en un lastre que lo mantuvo postrado durante varios años pese a que siguió publicando azarosamente y haciéndose hueco en todo tipo de experimentos (desde sus ensayos, sus cuentos, la revista McSweeney´s, artículos...). Foster Wallace, cuenta Lago, parecía inconsolable a la hora de encontrar esa perfección. 

El oficio de escritor, el oficio de escribir, de pronto, se convierte más que en una bendición en un lastre que le incapacitó para la felicidad. "Escribo a regañadientes, sumido en sentimientos ambivalentes sobre lo que hago, hundido en el dolor. Estoy cansado de mí mismo, de mis pensamientos y asociaciones mentales, de la sintaxis, de mis hábitos verbales" le escribiría a Jonathan Franzen poco antes de quitarse de en medio. 

Ya ven, un genio de la literatura sumido en el aburrimiento y en hastío de sí mismo, con la sensación de estar repitiéndose, de no estar haciendo nada bueno...qué curioso que no haya ningún papanatas que no se aburra también de sí mismo. 

"The Pale King" se publicará el mes que viene en Estados Unidos y Reino Unido. Es una novela difícil sobre un tema algo chocante: la vida de un inspector de hacienda que trabaja en una oficina de la ciudad de Peoria. Un trabajo inacabado que le llevó 10 años de su vida y que, al final, verá la luz por pura demanda del mercado. No me cabe duda de que, como dice, Lago la literatura de Wallace se sustenta sobre la doble combinación del trabajo muy bien hecho y de una experiencia basada en la pasión. Una pasión arrasadora que te deja, la mayoría de las veces, vacío. Un trabajo ímprobo de ordenación de empujones emocionales, de recolocación interior y de mucha observación. Una labor ingrata en la que el autor se enfrenta a la exposición de su obra (como parte inevitable del proceso de la misma) pero también a la lucha consigo mismo. Wallace, Lago y otros tantos -estoy pensando en los amigos que de verdad escriben- deben de tener esa sensación rara de que, en realidad, no se merecen estar ahí y que, de entre la multitud, saldrá un dedo acusador que les pondrá en el paredón resaltando todas sus vergüenzas y sus debilidades como escritores...muchas veces, como en el caso de Wallace o en el de Sánchez Ferlosio (en su faceta de novelista), ese dedo acusador es el de ellos mismos. 

Es muy común que se escuche, y más en estos días, que los que se dedican al asunto artístico son unos privilegiados. Es un comentario común que se dibuje así, un poco a la ligera, a los escritores, cineastas, pintores o bailarines de claqué como miembros de una élite que hace lo que quiere porque quiere. No llego a entender cuál es el privilegio en vivir una vida que se basa, únicamente, en estar en paz con uno mismo.






Nota del Insustancial: "Rust never sleeps" es el disco que Neil Young & Crazy Horse publicó en 1979. Se abre y se cierra con las canciones "My My, Hey Hey" y "Hey Hey, My My" o quizás una sola canción interpretada en acústico y en eléctrico y con pequeñas variaciones sobre la letra. El verso "It´s better to burn than fade away" (es mejor arder que apagarse lentamente) formó parte de la nota de suicidio de Kurt Cobain lo que impactó a Neil Young que lo homenajeó en el disco "Sleeps with angels" (1994). En las postreras interpretaciones de la canción Young ha cambiado ese verso por "once you´re gone you can´t come back" (una vez que te has marchado no puedes regresar). El verso "Out of the blue into the dark" tiene varias interpretaciones desde una bélica -acuñada durante la guerra de Vietnam- pero luego juega con el significado doble de la palabra "blue" y se utiliza para hablar de una caída en la depresión, una bajona producida por las drogas o el alcohol o como metáfora poética de la muerte. 

domingo, 20 de marzo de 2011

Turismo en el Planeta de los simios


Zía: ¿Qué va a encontrarse allí, Doctor? 
Zaius: Su destino. 

Qué gran escena. Charlton Heston con un tanga, medio en cueretes, acompañado de una discreta e inocente humana ajena a la tragedia puesto de rodillas sobre la arena mojada de aquella playa, brazos hacia el cielo maldiciendo a la raza humana por haber destruido el planeta (en sucesivas entregas nos enteraríamos de que, en realidad, la culpa la tuvo el propio Heston al viajar en el tiempo y bla, bla, bla...pero eso es otra historia).

Pero antes de eso yo me quedo con un Heston con la mosca detrás de la oreja durante toda la película. Ya sabes, Charlton teniendo la extraña sensación de que aquel planeta no le resultaba ni tan lejano, ni tan extraño, ni esos monos tan educados y tan poco dados al desarrollo tecnológico (en sucesivas entregas nos enteraríamos de que los primeros simios inteligentes habían conocido las grandes urbes humanas y los ordenatas y bla, bla,bla pero eso es otra historia porque aquellos monos eran todos luditas) tan desconocidos como él presentía. 

Esa sensación de estar en tu sitio y, sin embargo, tan lejos realmente de tu sitio, ese  "deja vú"  existencial acojonante de que no pisaba un lugar del todo raro es lo que, definitivamente, me resulta más desasosegante de esta película tan buena que todavía me provoca pesadillas. 

El berenjenal en el que nos hemos metido en pocos meses me producen la misma sensación de estar en un planeta extraño al que, sin embargo, tengo que llamar mi casa. El ruido informativo, la contradicción constante, el exceso de datos inservibles, la forma en la que se justifica que todo va "dabuten guay" porque esto es lo mejor a lo que podemos aspirar me pone al borde de postrarme de hinojos y gritar eso de "yo os maldigo" quedándome más ancho que largo...me veo en la Playa de los Alemanes, donde está hecha la foto que encabeza el blog haciéndolo, gritándole al Atlántico el discurso de la contradicción. 

Me siento un turista. Tengo sensaciones de turista, de turista enterao que ha visto tantas veces las fotos del destino al que se dirige que, cuando llega allí, se da cuenta de que ha perdido la capacidad de sorpresa. Me da la sensación de que, de un tiempo a esta parte, intento explicarme donde demonios está el planeta en el que me crié y por qué me ha tocado vivir en este ¿cuándo cojones cogí la nave espacial? ¿Sobre qué superficie dura y consistente he aterrizado? ¿Donde huevos está la tripulación? ¿Quién ha estado comandando la nave para llegar hasta aquí? ¿HAL? ¿Estás ahí HAL 9.000?

No lo entiendo. No entiendo nada. Oigo hablar a la gente y no entiendo nada la mayoría de las veces, no se de qué va la mayoría de la gente, ni como se articula o donde se asienta su discurso, millones de horas de televisión, de radio, cientos de toneladas de papel, terabytes y terabytes de datos que no soy capaz de descifrar, que no soy capaz de aprehender. Circula por todo mi cuerpo la sensación extraña de que estoy casi siempre enfrente de desconocidos totales provenientes de una cultura extraña y joven que se expresan con opiniones refrendadas por un misticismo y una religiosidad de Feria de esoterismo, cuando no frente a una ingente cantidad de idearios donde todos los valores de las palabras son intercambiables y se manejan apenas cuatro o cinco términos tan manoseados que han perdido su sentido. Extraños que justifican la corrupción más penosa, el macarrismo más descarado, la bajeza y la pobreza argumental más cateta e hiriente apenas sujetada por unos cuantos afileres de egoísmo que sonrojarían a críos de tres años. 

Miro y escucho completamente anonadado, sin ganas de reírme, más bien acomplejado por estar tan cerca y tan lejos y no soltarme de una vez del palo y dejarme llevar por la corriente. Estoy contrariado y confuso seguramente porque nada de lo que me interesa parece que interesa. Siento que he perdido el tiempo y que nadie me había avisado del viaje que me iba a llevar ¿Por qué me he entretenido en llenar la maleta con tanto trasto inútil cuando podía haberme paseado por aquí medio en cueretes disfrutando de este tibio sol de Fukushima? ¿Por qué me he confundido de bando? ¿Quien me creo que soy para darme vela en este entierro? 

Me siento más perdido que nunca en un lugar en el que no entiendo ni el lenguaje, ni las costumbres, ni las reglas. Lo peor de todo esto es sentirse Charlton Heston en la Zona Prohibida.

Nota del Insustancial: Los Nikis fueron la primera banda española en autoproducirse un disco, es decir, tienen el honor de ser el primer grupo "indie" de la historia de la música española si es que nos atenemos al primer significado de dicho anglicismo. "Marines a pleno sol" es una de las joyas de la música pop española que, desgraciadamente, fue denostado por gran parte de la crítica gracias al éxito de la canción "El Imperio contraataca" una especie de chufla sobre España que fue tomada al pie de la letra por muchas personas que pensaban que era una declaración de principios sobre los valores del Imperio...a día de hoy "los Ramones de Algete" siguen siendo unos incomprendidos y muchas personitas sin criterio cantan esta canción en plena algarada etílica haciendo el saludo romano. "La rebelión de los humanos" es uno de los mejores temas de un disco donde se entremezclan menciones a "La naranja mecánica", "El Planeta de los simios", "Los niños del Brasil" etc. sin duda no se merecían un trato pobre por la historia de nuestra música. 

jueves, 17 de marzo de 2011

I´m still here (Cassey Affleck, 2010)


Britney Spears se rapó el pelo delante de los paparazzis que la perseguían todos los días durante los meses posteriores a su ruptura matrimonial con aquel "no-one" de Kevin Federline un bailarín de poca monta y aborto de rapero conocido con el estúpido nombre de K-Fed. 

Los artistas que quieren dar el salto de la audiencia infantil o infantilizada a la audiencia adulta suelen escenificar delante de las cámaras una especie de operación de ensuciamiento de su propia imagen, es decir, representan ante nosotros todos los pasos que, teóricamente, vive cualquier ser humano para convertirse en un adulto. Lo que es lo mismo: se meten en una serie de situaciones embarazosas como emborracharse, drogarse, echarse una pareja poco recomendable, llevar una vida de trasnoche en trasnoche y otra serie de experiencias que, teóricamente, han de informar de que ya son mayores, de que ya pueden hablar de cosas de mayores porque ya han pasado, en menos de un año, por todo el proceso de experiencias vitales que, a priori, forjan el carácter. Digo lo de un solo año porque ese es el tiempo que tiene cualquier artista de masas para reinventarse antes de que la industria descubra a unos cuantos mangarrianes con los que ocupar tu lugar que es lo que le ha pasado a Lady Gaga sucesora de Madonna que, en estos días, debe de estar celebrando misas negras por todo Londres para volver a ser la Reina del Pop again. 

Ese proceso pocas veces deja buenas secuelas y, lo normal, es que el artista se convierta más que en un adulto en puro material dañado. No había duda de ello si le echamos un vistazo a esa poco alabada serie documental titulada "Chaotic" (caótico) en la que la ex cantante de pop teen y su marido -un tío con una pinta de vago que para sí quisieran la mayoría de maridos vagos de estrellas que en el mundo son- daban cuenta de su vida en común con un desparpajo y una mediocridad con olor a paletos con dinero que iban camino a la bancarrota a marchas forzadas. 

La historia de la Spears, una texana temerosa de Dios tratada como la oca de los huevos de oro por parte de su familia (que suelen convertirse en un cartel de explotación infantil), es la de otros personajes del star system como Lindsay Lohan -por poner un claro ejemplo de bajada y estancia en los infiernos-, los hermanos Carter y un largo etcétera que escenifican ante una audiencia global un despertar al mundo adulto repleto de pesadillas, de cambios de rumbo, de actitudes absurdas y de gags escalofriantes. En los tiempos en los que escribía más de la Spears de lo que jamás soñé cada vez que me tocaba enfrentarme a una de esos nuevos saltos mortales no dejaba de tararear eso de "estás al borde" de Los Ilegales. La verdad. 

Es posible que "I´m still here" el falso documental perjeñado por Cassey Affleck y Joaquín Phoenix partiera de alguna charla trivial sobre uno de estos incidentes que suelen airear los noticiarios del corazón y las revistas del mismo género que se encargan de dar salida a este material. 

De hecho, durante la promoción de "I walk the line" el biopic de Johnny Cash que Phoenix interpretó, se airearon unas imágenes en las que el actor le preguntaba a un periodista si tenía una enorme rana en la cabeza. Al decirle el periodista que no, este muy tranquilo dijo que sentía que algo le estaba reptando por el cuero cabelludo. El periodista le dijo que parecía que estaba fantástico y Phoenix contestó que no le importaba el aspecto que tuviera que lo que le preocupaba era la sensación de que un bicho así le estuviera devorando el cerebro. Rápidamente se afirmó que Phoenix había ingerido una seta alucinógena o algo parecido que le había hecho perder momentáneamente la cabeza. En realidad, de un modo un tanto absurdo, estaba intentando explicar lo nervioso que se encontraba por el estreno de la película pero, en realidad, daba lo mismo porque lo importante es que Phoenix se había vuelto loco el día del estreno de la que prometía ser la película que lo lanzaría directamente al estrellato. Hasta el día de hoy al actor se le sigue preguntando por el  incidente. 

"I´m still here" parte de esa premisa: ¿Qué le ocurre a una estrella de cine que ha perdido la cabeza? No un artista de consumo rápido si no un artista de verdad, de esos comprometidos con cientos de causas, que parecen muy centrados, de esos con mundo interior, que sueñan con ser respetados intelectualmente y que viven para interpretar grandes papeles. 

Es una pena que el planteamiento de la película, esos primeros 20 minutos que tendrían que explicarte de qué va todo el asunto, sean de enorme torpeza porque, en realidad, el metraje va cogiendo fuste a medida que va avanzando todo el asunto. 

Es más, el hecho de que una gran estrella tomara la decisión de rodar una película como esta conlleva que, casi desde su comienzo, comenzaran a filtrarse noticias sobre que, en realidad, todo era un documental falso. Es decir, todo el mundo, de algún modo temió que la broma fuera demasiado realista y que, al final, acabara dañando la carrera del propio Phoenix. 

El actor escenifica esta bajada a los infiernos que ya aparece bosquejada en la rarita "Full frontal" de Soderberg dando vida a un chiflado inseguro que se pasa horas y horas mirando las noticias que su propia vida genera. Una especie de bucle informativo imparable en el que se mezcla la realidad y la ficción y que hace plantearse la paradoja de rodar un documental falso (hecho de realidad y ficción) que retrata de manera bastante fiel un panorama mediático que se alimenta de falsedades, rumores y realidades.

"I´m still here" es una enorme reflexión sobre el concepto de fama actual, sobre la forma en la que se trata la vida de los famosos pero, también, creo que queda resquicio para una especie de auto-psicoanálisis del propio Phoenix que aprovecha la película para retratarse intímamente. No deja de ser interesante que la película comience con unas imágenes de la infancia del actor y termine en el mismo lugar donde se rodaron con una visita a su padre. Contrapuestas al título de la película (que se traduciría como "Aún sigo aquí") nos hace pensar, más allá de la sarnosa broma que el actor y su cuñado quisieron gastarle al mundo, en una reflexión aún más profunda sobre la forma en la que ha conseguido sobrevivir a los avatares de la fama y, sobre todo, al fallecimiento de su hermano River Phoenix. Otra vez aparece el asunto del material dañado y que la vida devora por igual a Britney Spears (tan paleta ella) que a un tipo como Phoenix (tan avant garde él). 

Entre las imágenes impagables de la película están la cara de poker del rapero Mos Def, un activista que representa la cara más seria y comprometida del hip-hop, cuando el propio Phoenix le informa de sus chiflados planes y el hecho de que Phoenix pierda el culo por hacerse amigo de Sean Diddy Combs, productor de rap más conocido por representar la frivolidad mayúscula que, participando de la broma, hace de sí mismo alentando las pesadillas de un actor que quiere dejar de ser famoso en la interpretación porque le parece excesivamente frívola para meterse de lleno en la escena musical del hip-hop que no parece el último refugio de los que quieren pasar desapercibidos. 

Pese a las malas críticas recogidas por el documental falso a un servidor de ustedes esta farsa sobre la fama, el exceso y la chifladura le ha parecido incluso notable pese a las reservas que tenía con el título. Un trabajo un tanto irregular que hubiera merecido un mejor arranque pero que termina contándonos lo que sus creadores querían contar: Siguen ahí, no son nada del otro mundo y encima corren el mismo peligro que todos los descerebrados de este mundo que no es otro que encontrar un lugar y una posición donde todo el mundo te ría las gracias. Y ninguno estamos libres de cometer un pecado semejante. 

miércoles, 16 de marzo de 2011

La biografía de DCD


Así reza la contraportada del Volumen 1 de la biografía de DEF CON DOS titulado "Freddy Krueger tiene alzheimer": 

"¿Cómo es posible que una banda que nació para un solo concierto se convierta en una de las referencias del panorama nacional y en uno de los grupos españoles que más conciertos da fuera de nuestras fronteras?

A estas y a otras preguntas aún más delirantes (¿De donde viene el nombre artístico de César Strawberry? ¿Qué apodo tenía Alex de la Iglesia antes de ser Presidente de la Academia de Cine? ¿Cuál fue el germen del Escuadrón de las Sombras? ¿Quién vigila a los Vigilantes? ¿Puede Loquillo encajar una mala crítica? ) da respuesta este libro que narra los comienzos de Def Con Dos y el cúmulo de necesidades y casualidades que unió a la banda de Hip-Hop Metal (¿O era Rapcore? ¿Qué estilo musical hace DCD?) desde su primer concierto bajo el nombre de “Freddy Krueger y los Masters del Universo” en la Noche de Reyes de 1990 hasta el momento en el que DCD lanza su Tercer Asalto y se enfrenta al rugido de 20.000 espectadores
.
Sin pizca de sentimentalismo, Cesar Strawberry aprovecha el 20 aniversario de su banda para  repasar los arduos comienzos del grupo y el escenario madrileño que los vio nacer, el hervidero de los bares del Barrio de Malasaña, por donde pululaban personajes de toda índole que luego se han convertido (o no) en referencias del mercado cultural español.

Freddy Krueger tiene Alzheimer es una narración vibrante y honesta, desenfrenada y a la vez serena, del ruidoso y efervescente panoramal cultural que sustituyó a la Movida (Promovida por el Ayuntamiento) y que está repleta de personajes conocidos y anónimos que conforman un zoo humano descacharrante en el que creció, casi sin quererlo,  DCD.

Este libro que tienes entre las manos es una biografía pero, también, un manual para la revolución “low cost”, una guía imprescindible para la supervivencia en un ambiente hostil donde el enemigo cañí te espera agazapado en cada esquina como un Charlie vietnamita, un protocoloco de salvamento contra el stablishment y, como no, esconde las claves para diseñar la lucha definitiva contra la estupidez.

En definitiva, este es el libro que Fernando Sánchez Dragó nunca recomendaría…¿Le vas a dar la razón? 

Creo que ha quedado bastante bien. Por ahora solo se vende con un pack en forma de ladrillo en el que se incluyen dos CD uno con versiones que han hecho diferentes grupos de música (La Cabra Mecánica, Andrés Calamaro, Digital 21, Soziedad Alcohólica...) y un grandes éxitos con una versión nueva de la canción "¿Qué dice la gente?" que deja entrever el plus de potencia que le han dado las nuevas incorporaciones al grupo. 

Directo como un puñetazo al plexo solar Strawberry desgrana con soltura en un volumen maquetado con material fotográfico inédito y mucha guasa los arranques del grupo que, según su frontman, no era más que una broma que luego se convirtió en un éxito. Sin dejar ni errores, casualidades, ni aciertos este libro es una sincera mirada al pasado poco cariñosa y bastante poco amable. Se nota que este es el tercer libro de Cesar aunque solo sea que, con la práctica (lo que es natural) va cogiendo formas de escritor y siendo consciente de palabras como "estructura" y "pulso" y, a mi entender cortísimo, se ha esmerado en ir puliendo el truco narrativo que en sus anteriores trabajos quedaba ocultado por un tipo de narrativa más bruta de sus anteriores trabajos. Yo que ustedes no me lo pensaba demasiado. 

martes, 15 de marzo de 2011

Freaks and Geeks


Entre 1999 y 2000 se emitió en Estados Unidos la serie "Freaks and Geeks" creada por Paul Feig y que tuvo como cabeza del proyecto (en el papel de productor ejecutivo, que es decir casi todo en TV) a Judd Apatow. La serie, que fue cancelada a los 12 episodios, contaba la historia de dos grupos -uno de freaks y uno de geeks, entendiendo a los "freaks" como los macarras de clase social media-baja inadaptados y a los "geeks" como a los empollones amantes de la cultura popular- que acudían a un instituto de Chippewa (Michigan) -una ciudad satélite de Detroit- en los años 80, un poco antes de que la zona fuera arrasada por el cierre de General Motors que se trasladó su producción a México con las consecuencias que Michael Moore narra en el indispensable documental "Roger y yo". 

Pese a que la crítica aplaudió la aparición de esta serie rara (episodios de más de 40 minutos, temática entre la comedia y el drama, actores desconocidos que interpretaban en muchos casos la edad que tenían en realidad) de saborcillo agridulce lo cierto es que la siempre cambiante NBC -capaz de mantener SNL todavía pese a los escándalos que provoca o de preferir a Leno que a Letterman- nunca se sintió a gusto con una producción que no era capaz, básicamente, de entender que es un problema que muchas cadenas en todo el mundo tienen con ciertas series que producen: ¿A qué público va dirigida? ¿Cual es la mejor ventana que puedo darle? ¿Necesita mucha promoción o poca? ¿Por qué no salen estrellas? ¿Nos arriesgamos a que, de pronto, se convierta en una serie sobre la desindustrialización americana y nos estalle en las manos? ¿Esperamos a que se dulcifique? 

Es curioso que "Freaks and geeks" corriera la misma suerte que Star trek (curiosamente emitida por la misma cadena en los 60, eliminada y vuelta a reponer) y que otras series que hoy se consideran de culto como "Wonderfalls" (injustamente cancelada a los 3 o cuatro episodios y luego vendida en DVD con 13) o "Tan muertos como yo" (las dos creadas por Bryan Fuller que, ops, curró en Star Trek: voyager y sufre el sambenito de "bueno pero demasiado complicado" con su serie "sin posible etiqueta" Pushing Daisies). De hecho Paul Feig ya había sido un actor fijo del elenco de "The Edge" aquel estupendo show cómico creado por David Mirkin  y emitido entre 1992 y 1993 que fue suspendido pese a su enorme calidad. 

Por encima de la calidad que supuran todos estos títulos el hecho de que fueran canceladas les ha conferido la etiqueta de "Serie de culto" pese a que todas, creo yo, estaban bastante lejos de querer ser series para minorías. 

Lo sorprendente de "Freaks and geeks" es que reuniera a un reparto que incluía a actores como James Franco, Jason Segel, Seth Rogen, John Francis Daley, Martin Starr (que ahora son estrellas) o que, incluso, entre las apariciones pequeñas se permitiera elegir, con buen ojo, a actores como Shia Leboeuf, Jason Schwartzmann o Rashida Jones (como me gusta a mi esta actriz). 

Feig, más conocido como actor y como director de TV, se sacó de la manga esta serie que ha puesto las bases de las producciones posteriores de Appatow y que parece un ensayo a gran escala de su éxito "Supersalidos" aunque solo sea por ese tono entre la comedia y la tristeza que sale de cada línea de "Freaks and geeks" y su obsesión no por retratar a gente especialmente reseñable si no, más bien, por destacar una especie de cuento heróico de lo cotidiano y, más allá de eso, aplicarse con tino en pintar una especie de panorama que aclara las relaciones un tanto absurdas en las que vive el adolescente medio americano que, me imagino que a estas alturas, ya estarán siendo absorbidas y mimetizadas aquí en la colonia.

Cuando he visto "Freaks and Geeks" me he acordado de un vídeo que mi amigo Edu se trajo de su Instituto americano en el que unos cuantos "freaks" fumaban en las afueras del centro ante las risas de un grupo de jugadores del equipo de Fútbol Americano y que el asunto terminaba cuando uno de ellos aporreaba inimisericórdemente a uno de los fumadores con la simple intención de echarse unas risas. 

Rodada con más intenciones cinematográficas que televisivas y con unos guiones que rezuman un trabajo bien hecho entiendo que la serie acabara por desaparecer entre la furia de muchos fans pero sin alcanzar las cuotas de pantalla que se esperaba de una serie de gran producción. Me imagino que a nadie le apetece sentarse delante de la tele para ver una serie que tampoco puede colocar en ningún sitio y que está demasiado pegada a la realidad cotidiana como para entretenernos. Es el caso parecido de "Episodes" la estupenda serie emitida por Showtime que trata sobre las peripecias de un matrimonio de guionistas que viaja a Estados Unidos para hacer la versión USA de su serie y que, por ser excesivamente realista, no puede dejar indiferente a ningún currela del audiovisual...es más, provoca bastante rechazo y muy poca risa al que ha sufrido en sus carnes una reunión de guión en una cadena de televisión. 

¿Lo mejor? Echarle un vistazo, me parece que ver "Freaks and Geeks" es esencial para saber por donde van los tiros y, sobre todo, de donde salen las últimas películas cómicas (o no tanto) norteamericanas. 

miércoles, 9 de marzo de 2011

A Spanish movie (una movida muy española)


Hay un juez en Vilanova i la Geltrú que ha imputado a Angel Sala, director de Festival de Sitges, un delito de “exhibición de pornografía infantil”. Al parecer este juez no ha entendido la diferencia entre una película (que es una obra de ficción) y un documental equiparando, por ejemplo, “La Guerra de las Galaxias” con “El puente sobre el Río Kwai”. 

Es decir, en un galaxia no muy, muy, muy lejana podríamos decir que hay gente que ostenta un cargo sin saber diferenciar lo que es real de lo que es ficticio. Cosa, que sinceramente, no debe de ser tomada a guasa o sí. Los denunciantes, una asociación llamada Confederación Católica de Padres y alumnos (CONCAPA) y la FAPMI (Asociación para la prevención del maltrato infantil) parece que tampoco porque no la habrán visto y, sobre todo, porque rebuscando en sus páginas no encuentro ni una sola mención a famosos casos de pederastia y a alguna institución que sí debería de ser preventivamente mirada con lupa por la cantidad de casos de pedofilia (casos reales) en los que se ve envuelta. De hecho no se enteran ya que en la carta que esta segunda asociación remitió a diversos estamentos se refirió a la película como "A servian film". Aquí.

Es una pena que, a estas alturas, una mala crónica firmada por una mala periodista y publicada por un mal periódico llamado “El Mundo” haya dado con el director del Festival de Sitges en un juzgado (con la simpar ayuda de una Concha García Campoy que, sin coscarse de la misa la media, corrió a "denunciar públicamente" que la película se hubiera proyectado pidiendo que este hecho jamás se volviera a repetir desde su programa). Desde hace mucho tiempo, creo ya que demasiado, el panorama cultural español sufre de cuando en cuando un latigazo de estupidez en forma de denuncia que nos deja estupefactos.

Ahora, que con tanta alegría se encienden hogueras por la prohibición de fumar en los bares o por la reducción de la velocidad a 110 km/h es, cuanto menos chocante, que desde algunos sectores de la mal llamada ciudadanía que se pronuncia como si fuéramos todos nosotros se impulsen medidas desde los juzgados que nos prohíben ver esta o aquella película. Hoy es “A serbian Film” y “SAW nosecuantos” y pasado mañana pues ya encontrarán al juez que, de manera obtusa y retorcida, sea el encargado de juzgar si estamos maduros para leer, escuchar o ver lo que creamos conveniente.

La ligereza con la que se protege la proliferación de asociaciones mojigatas, la alegría con la que se promociona el analfabetismo y la idiocia y el tonel de subvenciones públicas, ayudas y simpatías que reciben estos cuatro pelagatos de dudosa moral y peor entendimiento me hacen pensar en la cantidad de tiempo que tengo que gastar todos los días en medir mis palabras para que este o aquel anormal no eleve los brazos al cielo y se ponga hecho un Torquemada porque el mundo no se ajusta a lo que su cabecita concibe que es el mundo.

Pienso en estos mamarrachos como en esos monos a los que obligan a participar en esos experimentos donde hay que meter una figura geométrica dentro de un molde de las mismas características. Incluso el mono, cuando ha hecho dos intentos es capaz de desistir de meter la pieza de madera en forma de estrella dentro del cuadrado porque ya comprende que no cabe, que no encaja. Sin embargo, estos memos de vía estrecha se empeñan en hacer coincidir su pieza geométrica (su moralina) en un molde donde no encaja (la realidad) y al no haber narices de que cuadre se sirven de cualquier martillo que tienen a mano hasta que la cosa cuadra según sus propios intereses.

Estoy cansado de discursos que no caben en los moldes y estoy cansado de la capacidad infinita y de la energía que algunos gastan en que se ajusten. Me da asco esta falta de sentido común, esta incapacidad para releer nuestras costumbres, me da asco que se venda como personalidad o defensa de esto y lo otro lo que simplemente es un intento de meternos por los ojos algo que, a la vista está, no cuadra por ningún lado, por más que se apriete, por más que lo intenten.

Si la evolución nos trajo hasta aquí está claro que vivimos en un periodo de regresión que va a marchas forzadas. Alguien ha decidido devolvernos a los tiempos del Código Hays a golpe de denuncia. Me pregunto cuantos de nosotros, en esta situación, no se pensarán dos veces lo de morderse la lengua aunque solo sea por evitarse el chorro de subnormalidades, gilipolleces, insultos, paridas varias y lo que es peor denuncias que no ya la realización si no la exhibición de una obra puede acarrearle. Nos dicen que el universo se expande pero, en realidad, se hace más pequeño. En una cosa tenía razón McLuhan, vamos hacia la conversión en una aldea global de esas, pero no en una aldea cualquiera, vamos a convertirnos en un pueblacho de mierda donde siguen mandando las fuerzas (más muertas que) vivas de siempre.

Yo hoy siento más asco que pena y más ganas de vomitar que otra cosa.

Por cierto, vi “A Serbian Film” en su momento y me pareció que no estaba nada mal.  

Nota del Insustancial: Un abrazo a Ángel Sala. 
Nota del Insustancial 2: la película se encuentra en Internet y puede, claro está, ser descargada por menores que no podrían haberla visto en su pase oficial en Sitges....¿no es paradójico?

martes, 8 de marzo de 2011

Cosas que escribo para Filmbunker.net


Me han colgado dos nuevos artículos en filmbunker.net. Son de películas. Uno va de la película "Los perros dormidos mienten" que fue dirigida por Bobcat Goldwaith, que es más conocido por ser el que hace de Zed en Loca Academia de Policía y que resulta que es un gran director y guionista y otro sobre otra peli titulada "Made in USA" que fue dirigida por John Landis, ese director que todavía me gusta muchísimo y que tiene el paso cambiado. Están aquí y aquí.   Es un sitio que está muy bien y que va creciendo poco a poco.

Espero que los disfrutéis. 

lunes, 7 de marzo de 2011

Messina, no country for trainers


Sergio Scariolo la cagó en el Real Madrid. Se llevó una liga extraña, último partido en el Palau con un Djorjevic excelso y haciendo el yugoslavo, pero lo demás fueron todo escándalos. El último fue intentar largar a Alberto Herreros porque, como dice la norma, nadie puede brillar más en la plantilla que un entrenador estrella de esos brillantes. En el Madrid se ha sufrido a Fabio Capello y en el Atletico se sufrió con Sacchi (los dos italianos), todos los equipos en los que ha metido la mano Javier Clemente han sufrido el Síndrome de "solo una estrella en este equipo y esa estrella es su entrenador" y otros botarates con más o menos estilo han seguido esa línea de enfrentamiento entre el entrenador y sus mejores jugadores. 

Sabía que, más tarde o más temprano, Messina acabaría por hartarse de él mismo. Le está pasando a Mourinho en el equipo de fútbol de la misma entidad: vienen a España con la etiqueta de grandes, con la etiqueta de implacables, con la etiqueta de algo sentenciosos ante la prensa y, esos mismos pecadillos, le son devueltos y multiplicados por mil por unas entidades cuyos cargos directivos son capaces de creer que saben más que ellos, con una afición que puede ser más displicente que ellos y con una sensación general de que cualquiera puede hacerlo mejor que ellos. Bienvenidos a un país de irreductibles sabihondos llamado España. 

Nadie puede dudar del carácter algo tramontano de Messina, de que tiene ese rollo de megalómano detrás de una pizarra que ensayan otros megalómanos de nivel en la NBA como Phil Jackson. Tampoco de ese mismo caracter de "all mighty" que se ha gastado Mourinho o del que hizo gala Van Gaal que fue ridiculizado cientos de miles de veces por su obsesión por manejar los aspectos más bobos de la plantilla desde la forma en la que se colocaban en la foto hasta lo que comían sus jugadores. 

Todos ellos, todos los que he nombrado, se han llevado a matar con la prensa deportiva internacional sacando las garras en ruedas de prensa, cortando el acceso de los profesionales a los jugadores e intentando poner a cada uno en su sitio. Las agarradas de Messina con los medios griegos o las de Mou con los ingleses han sido históricas. Lo bueno de por ahí fuera es que, cada uno, tras la batalla recoge los bártulos y aquí paz y después gloria. 

No así en España donde jamás, y digo jamás, olvidamos una afrenta y donde cada equipo (incluso los de los deportes que parece que no tienen un especial seguimiento) sufren una acoso y derribo continuo desde la sala de prensa y llega hasta ese mundo ideal llamado "los despachos" que son un sitio raro y desconocido como "los mercados". 

España es un mal sitio para labrarse una carrera porque no es como el resto del mundo. No. Decimos que sí, que somos Europa pero...definitivamente no. 

Aquí todo el mundo sabe más que todo el mundo y, por tanto, no podemos permitir que nadie intente saber más que nosotros. Se llame Messina, se llama Van Gaal o se llame Quique Sánchez Flores. No importa. Nosotros, la gente, sabe qué pivot es el que mejor le viene al Estudiantes incluso más que su propio equipo técnico. 

La sección de baloncesto del Real Madrid es un enorme desastre. Desde la marcha de Plaza, mejor, desde la primera temporada de plaza, no se  han vuelto a ganar títulos. un Barça arrollador acapara todas las competiciones y, cuando no es el Barça, son equipos de presupuesto parecido (como el Caja Laboral) los que se llevan los laureles. El desfile de jugadores, técnicos, directivos y demás personal (y en el Madrid parece que hay mucho) es insuficiente para taponar la herida y da la sensación, la mala sensación, de que cada año la sección no es más que uno de esos famosos proyectos deportivos descabezados que proponía Jesús Gil en su Invicto Atleti. 

El primer año Messina, a sabiendas de que se le exigirían títulos, decidió tirar de veteranos. Fue un desastre no solo por la elección de los mismos si no, también, porque las expectativas no se cumplieron y, sobre todo, era un equipo demasiado poco físico para aguantar tres competiciones muy exigentes. Se acabó. No hubo manera de levantar el desastre. Este año ha habido un NO general a aumentar el gasto y a fichar a Ingells o Anderson (por precios que no superan el de un juvenil con vitola de futura estrella futbolera) que ahora militan en el Barça. ¿En medio? La dimisión de un director general llamado Antonio Maceiras que resultó absurda y la contratación de otro que viene con la idea de que un entrenador discreto y español como Pepu Hernández podía sacar petroleo de una plantilla menos competitiva. 

Soy fan de Pepu pero, sinceramente, sus mayores logros los ha conseguido con una selección nacional donde cohabitaban seis jugadores que militaban o militarían en la NBA(Pau y Marc Gasol, Juan Carlos Navarro, Sergio Rodríguez, Jorge Garbajosa, Calderón, Rudy Fernández...) y otras tantas estrellas nacionales al máximo nivel (Berni Rodríguez, Carlos Cabezas, Felipe Reyes...). No dudo de la capacidad pedagógica, de que Pepu entiende el baloncesto como me gusta a mi entenderlo (ataque rápido, desprejuiciado, fortaleza abajo, contraataque, corte...) pero necesita de algo más que de esas buenas intenciones. 

Y justo, para acabar de rematar el asunto, ahi tenemos a Jorge Valdano, ese señor que es el asesor deportivo de Florentino Pérez y que tiene en su haber todo tipo de fracasos como el hecho, insalvable, de que parece ser que nadie aprueba su gestión ni futbolística, ni baloncestística...lo que me hace preguntarme que qué narices sabe Jorge Valdano de baloncesto para recomendar que se reduzca el presupuesto, se de luz verde a este o a otro fichaje y cosas así. 

En medio de la decisión de Messina de poner tierra de por medio (en un momento bueno para él pero malo para la plantilla, protagonizando la enésima italianada) coexisten todos estos factores de enfrentamiento institucional, de echarle los perros de la prensa encima al técnico italiano y también algunos misterios como, por ejemplo, que Sergi Vidal o Velicovick que vinieron como estrellas apenas estén tocando bola. Y más allá de eso el hecho secundario más sangrante: Messina decide despedir a Jorge Garbajosa para traer a Begic y este, en lugar de marcharse, se queda en la plantilla pero sin ficha. ¿No es raro? ¿Ustedes se imaginan que los despiden pero los dejan en su sitio, sin trabajar, hasta que expira el contrato? 

No dudo de que Messina se ha confundido en algunos casos (en los anteriores, en algunos fichajes) pero lo cierto es que es feo contratar a alguien para hacer justamente lo contrario de lo que te recomienda y mucho más es darle menos presupuesto del prometido y, además, no dejar que lo gestione directamente. No dudo, tampoco, de que el silencio del técnico italiano es algo más que un signo de elegancia, es la señal inequívoca de que sabe que el Real Madrid de Baloncesto es una institución volátil, mal manejada y que suele tomar decisiones absurdas por lo que, no es improbable que, el día de mañana, se le vuelva a convocar para sentarse en el mismo banquillo como ya se hizo con George Karl. ¿Quien sabe? 

Este no es un buen país para venir con etiqueta de nada y, mucho menos, con la etiqueta de querer hacer las cosas a tu modo. Ahí está el ejemplo de Guardiola que se tiene que morder la lengua en cada aparición pública para que nadie lo acuse de querer ser más que el periodista que lo entrevista, más que el aficionado que ahora lo aplaude y, sobre todo, más que la institución que lo sustenta. Da igual que él sea el artífice de los éxitos, que él sea el que pone la máquina a funcionar todos los días, da igual que él sea el tío capaz de manejar la pizarra porque todos sabemos, y él que es muy listo también, que cualquier desliz le puede costar el cuello, el insulto y la marcha a un club extranjero. En realidad, los tratamos como a nada y siempre pensaremos que están ahí gracias a nosotros. 

Hacemos las cosas como nos viene en gana, desoímos a los expertos, preferimos tirar por la calle de en medio...y si así funcionan las instituciones más conocidas de nuestro país díganme si esto no es un reflejo general de lo que ocurre en otros estamentos. Así nos luce el pelo.