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jueves, 21 de mayo de 2009

La excepción Baldwin


¿Cómo es posible que Alec Baldwin se haya convertido en un actor tan grande? Es posible que sea la excepción que confirma la regla. La regla de que todo el que tiene el apellido Baldwin no puede tener talento.

Los Baldwin fueron una especie de mal sueño que recorrió la filmografía de los 90 y esos cabrones se reproducían más rápido que un brote de rabia en Racoon city. Los Baldwin eran un buen ejemplo de una década que comenzaba a sufrir los excesos de la juerga de los años 80 y todos presentan un cuadro ansioso parecido: eterna cada de recién levantados, barba de varios días, ojazos de manga japonés ofrecidos por el Cartel de Medellín o Sinaloa, cansina fiereza de clan irlandés, aspecto de borrachines que no han dormido en varios días, adscripción a una especie de sentimiento de culpa al que se adscriben todos los católicos norteamericano-irlandeses con tendencia a la chapuza pública...unos desordenados vamos y, sin embargo, ahí estaban, sin dejar de currar ni un solo instante. Analicemos a los Baldwin por separado:
Daniel Baldwin: Adicto a la cocaína y a la priva se desmayó como un saco de patatas dirante la grabación de un reality show de MTV donde se invitaba a las estrellas a ponerse en forma en directo. Reconoció también que era bastante aficionado a los tranquilizantes ¿Por qué los americanos se enganchan a los tranquilizantes? Mi teoría es porque los recetan pastilla a pastilla y eso pone ansioso a cualquiera. Pese a su medianía artística ha sido capaz de trabajar en 81 producciones diferentes. Este año estrenará seis más donde nos sorprenderá haciendo, más o menos, los papeles de siempre. En la actualidad vive en Malibú con una nueva novia y espera a su primer hijo con ella...lo que convierte su injusticia doble: le permiten currar como actor y reproducirse. Que haya llegado a su edad sin palmar en un callejón o sin ser asesinado en una pelea a botellazos en una taberna irlandesa del Hell´s Kitchen de NY es toda un misterio pero es que, al parecer, los Baldwin tienen un punto de roca indestructible que soportaría cualquier cosa y que como el robot Bender de Futurama se alimenta encuentra su energía vital en una estricta dieta de líquidos de alto octanaje y un combi de todo tipo de elementos químicos.



William Baldwin: Al igual que se identifica a uno de los Hermanos Calatrava por "el feo" dejándonos con la duda de si hay otro, que no está nunca en el escenario, que es "el guapo" porque los dos que conocemos no pueden identificarse con ese adjetivo a este Hermano Baldwin se le identifica como el "Baldwin guapo" o mucho peor como el "Baldwin sexy". De hecho la broma ha llegado tan lejos que nos hicieron creer que era capaz de ligar con Sharon Stone en "Acosada" (Philip Noyce, 1993), un thriller genuínamente noventero crecida al amparo del éxito de "Instinto básico" (Paul Verhoeven, 1992) y con tanto sexo que debería de haberse llamado "Acostada" y con ¡Cindy Crawford! en "Caza legal" (1995, Andrew Sipes). Gran bajón que, sin embargo, no ahogó su carrera en un océano de carcajadas. Más a tono con los tiempos Baldwin vive una verdadera segunda juventud interpretando a Patrick Darling IV en la serie "Dirty Sexy Money" (en nuestro país emitida por el canal TNT y vapuleada por Antena 3) donde hace el papel de Fiscal General enrollado con una transexual llamada Carmelita interpretada por la actriz Candis Cayne que, la verdad, no te tragas que pueda sentir ningún interés por semejante bicharraco.

Stephen Baldwin: Sin duda mi preferido por ser el más mostrenco, alcohólico, drogadicto y zote de todos los Baldwin. ¿Quieren un buen papel de este trozo de carne con ojos? Búscadlo en la muy noventera y modernita "Threesome" (Andrew Fleming, 1994) donde compartía protagonismo con Lara "¿Qué cojones le han hecho a mi cara" Flynn-Boyne y Josh Charles. El resto intentos por convertirse en héroe de acción o en actor cómico igualmente frustrantes. Pese a todo y, seguramente, gracias a algún tipo de diabólico plan diseñado para sacarnos de quicio Stephen ha participado en 74 producciones y tiene cuatro a punto de estrenarse. ¡Rajao! En realidad Stephen pasó por una de esas curas de desintoxicación de los grupos religiosos extremistas americanos y reapareció en los medios renegando de Satán, de sus borracheras, de la necia droga y, por lo tanto, de todo lo que supone ser un Baldwin. Se declaró cristiano renacido, apoyó a Bush en su reelección (también es de esos cristianos arrepent...renacidos) y abrazó a Jesucristo como su único salvador para anunciar luego que dejaba la actuación. Al parecer como el maná no llegaba, seguramente espantado por los aplausos de todos los que esperábamos quitarnos a semejante ex pendejo de las pantallas de cine, ha decidido volver a la cucamona interpretativa y a dar charlas aquí y allá sobre sus charlas con Dios...al que pedimos desde aquí que, por favor, no ocupe la línea hablando con gente tan estúpida cuando hay peña que de verdad le podría hacer sugerencias interesantes que no tengan que ver con invadir países o condenar conductas morales.

Sin duda Alec Baldwin es la excepción de unos hermanos muy chungos porque ha conseguido superar ese rollo de ser, para siempre, de buen irlandés y ha hecho de todos sus defectos una maldita virtud artística. Echadle un vistazo a su papel cómico en Rockefeller Plaza donde interpreta a un ejecutivo con muchos, pero que muchos problemas de todo tipo, derechista, ligón, alcohólico y muchas otras cosas más y sabréis de lo que hablo se os olvidará que ese tipo, alguna vez se apellidó Baldwin....y ahora que me acuerdo, si os acordáis echadle un vistazo a "Miami Blues" (George Armitage, 1990)...lo único malo es que sale Jennifer Jason Leigh pero eso, queridos insustanciales, es otra historia.