lunes, 22 de diciembre de 2008

Buenas noticias desde Lapierna


A Marcos Borregón lo han nominado este año para los Goya por su corto "Soy Meera Malik" (puedes verlo pinchando) . A Marcos lo conocí hace ya casi 11 añazos y puedo decir, sin temor a equivocarme, que es una de las personas a las que debo haber criado la confianza suficiente para dedicarme a lo que demonios me dedique ahora.

Borregón&Cacho fueron mis jefes y me enseñaron mucho más de lo que hubiera imaginado, me dieron oficio y horas de vuelo (también de AVID, de locución, de mesa...) cosa que siempre les agradeceré pero, sobre todo, me enseñaron que se puede vivir honradamente (o por lo menos con la conciencia tranquila) sin necesidad de dedicarte al noble arte de convertirte en un navajero de oficina. Gracias. Puedo decir con orgullo que nunca he tenido la necesidad de putear a nadie para cumplir mis objetivos laborales o personales. Con Marcos (y con Cacho y con todos los demas, claro) tuve claro que el mundo era una selva en la que era absurdo revolverse contra la propia manada pues el tiempo, esa zorra exigente, va poniendo a todos y cada uno de nosotros en el papel reservado sea este del de hiena, león o babuino piojoso (que es mi caso).

La nominación es una prueba más de que Borregón (y su Bunch of Misfits de La Pierna Audiovisual, Pepelu, Cesar, Gloria etc.) no se equivoca y, en cierto modo, los que estamos a su alrededor de manera intermitente tampoco. A Marcos, por lo tanto, no hay que felicitarlo, hay que felicitar a la academia por haber hecho un poco de justicia con un profesional que, como diría Cadena Dial, es de esos profesionales "como la copa de un pino" y, si escuchas a la COPE, es un "jodío perroflauta" (Achol, se llama el perro aunque no se yo quien manda más de los dos...me temo que el entrañable animal...me refiero al perro...el segoviano también es entrañable, pero tiene menos pelo).

Estaba intentando rescatar una buena anécdota sobre Marcos pero tengo muchas metidas en el zurrón como aquella vez que, o aquella otra en la que...todas forman parte de un brillante pasado que parece que nada más que es el prólogo para un brillante futuro, como no podía ser de otra forma porque para los tipos que consiguen que críes un huerto de esperanza sólo hay tiempo por delante.

Por cierto si el día de los premios veis subir a un tipo con el pelo largo que sepais que es Marcos y no Fernando León de Aranoa o el tipo de Maná...el que lo estará celebrando calle Pez arriba, calle Pez abajo con una máscara antigas será un servidor de todos ustedes. Si no se lo dan siempre está eso que decía Fernando Fernán Gómez a Paco Rabal: "No te preocupes Paco, que lo bueno de los premios es que todos los años le caen a uno".

domingo, 21 de diciembre de 2008

Afasia y juventud


"Este es un mundo muy duro para los que son poca cosa"
Lillian Gish, La noche del cazador.

Cuando veo el anuncio de los condones y los adolescentes pienso en cuáles serán las razones de nuestro gobierno para dirigirse a la muchachada como si fueran indios yanomamis: "Tu poner condón o tu tener embarazo y eso tu no querer".

Vale, debo de estar mayor y no pillo el chiste pero, qué ironía, que una campaña a favor de una sexualidad sana y responsable sea una campaña que utiliza tan mal la lengua ¿no?

Ahora el rapero Nach dice que la idea, la de asesinar el español a ritmo musical (atentos al vídeo que sale Celia Blanco), es cosa suya. Vale a la lista podrían apuntarse una cantante de OT que se llama Soraya y que cambió la canción "Por ella" por un sonoro "poyeya" u otro triunfito como Bisbal empeñado en cantar "bulería, bulería" en lugar de "bulerías" que es el término adecuado.

El caso es que nos empeñamos en tratar a la juventud como si fueran absolutos retrasados...ocurre con las promos de las series HKM (Cuatro) y 18 (Antena 3). Que 18, a tenor de las edades de la gente que sale en el espasmódico clip, coronaría su estribillo de "Son 18" con un "En cada pata" porque, joder, como crece esta generación. Pero, no se, esa pose medio afectada que muestra a la gente más joven atrapada entre lo peor de la adultez (sospechoso marquismo, ligoteos chungos, competencias baratas etc.) y el rollo saltarín propio de la edad -uno se da cuenta de que está mayor cuando ve la cantidad de energía que gasta un grupo de juvenales saltando y moviéndose compulsivamente mientras van simplemente dentro del vagón del metro- me pone básicamente de los nervios.

Es curioso pero se alude mucho al "drama" y muy poco a la comedia de tener 18...¿Alguien ha olvidado a los dos simbolitos de la campaña del "SI DA, NO DA" de mediados de los 80? ¿No sabemos dirigirnos de un modo más normal a la gente más pequeña, es decir, de un modo que no imite burdamente al modo en que creemos que se comunican entre ellos? A mi todo este rollo me recuerda a Tierno Galván, con traje de tres piezas y ya ancianito, diciendo eso de "al loro y el que no esté colocado que se coloque" y a la Abuela rockera, aquella simpática viejita, que se vestía de heavy metal y salía al Canciller con sus nietos a ver conciertos de los Obus y que es uno de los personajes de la movida madrileña más marginales e interesantes. No, no es un vídeo de Muchachada Nui.


En "¿Quién puede matar a un niño?" (1976) Chicho Ibáñez Serrador cuenta la escalofriante y silenciosa rebelión de un grupo de niños. Un macabro asunto que recoge también Bret Easton Ellis en "Lunar Park" (Mondadori), que fue enfant terrible en toda la extensión del término, y en la que adopta la posición asustada de toda una generación frente a las nuevas tecnologías, los nuevos lenguajes y, en general, lo nuevo. Y lo más nuevo son los propios hijos que conspiran silenciosos frente a las pantallas de sus ordenadores. Alguien debería comenzar a hablar ahora claramente, sin tapujos, sobre este mundo (sobre lo cruel y también sobre lo bueno) a los más jóvenes comenzando por sacarlos de los centros comerciales donde se comienzan a echar de menos hoteles y máquinas expendedoras de condones. Porque si no vamos a tener que tirar de esa frase de Jim Carrey en "Un loco a domicilio" (1996, Ben stiller) donde clamaba aquello de: "Alguien tiene que matar a la maldita canguro".
Como no todo podía ser malo del todo, porque de eso se trata, os entrego por segunda vez en un año este single entrañable de los Klaus & Kinski que se titula "Flashback al revés".

Una mezcla, casi perfecta, entre lo tristón y lo alegre, entre lo divino y lo patatero. Sacan disco, bueno ya lo tienen en la calle, con el sello Jabalina. Y es que por encima del hip hop comercialón y el reggeaton y todas esas cosas descubres que el Pop es lo que, finalmente, va a acabar salvando el mundo...bueno, un poco.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Karamanlis y la quinta falta personal


Franco sobre Tokyo” hubiera sido una buena película. Básicamente iba de un enorme Francisco Franco con superpoderes y gigantismo que emanaba de su tumba del Valle de los Caídos después de que un grupo de científicos, en el futuro, hubiera hecho un experimento en la abandonada cúpula donde descansa (espero que mal) el Funeralísimo. Franco despertaba de su letargo convertido en un gigante y se dedicaba a destruir Madrid, se comía a la gente y comulgaba con una enorme ostia consagrada que la Conferencia Episcopal había cocido para darle de comer a unos feligreses que venían de peregrinación a la enésima movilización en contra del aborto. Después se limpiaba los dientes con el pirulí y hacia “arrrghhh” y esas cosas. Secuestraba al Rey y le daba el mismo tratamiento que King Kong le daba a la rubia en su peli. Después, los mismos científicos, arrepentidos decidían despertar a Azaña y el final era un combate cuerpo a cuerpo en plan japan monsters. Ganaba Azaña, claro, que se perdía en el horizonte mientras una niña agitaba un pañuelo y decía: “¡Adios, Azaña, Adios!”.

Franco sobre Tokyo” pasó por tres etapas vitales: guión para peli-guión para cómic-relato de ciencia ficción y burruño de papel.
Demasiado cara para ser un cortometraje, demasiado evidente para ser un buen cómic, demasiado ligero para ser un relato (¡Poco político, dales más caña! ¡Es escapista!) y después adopto su forma final: un perfecto y olvidable burruño de papel.
Enric me dice que no hablo de Grecia y lleva metiendo la cuchara durante unos días para que me moje, para que diga algo. Bien sabe Enric que no se va a producir ese efecto mariposa de que el aleteo de este blog mejore la situación caótica del país heleno pero hay que intentarlo dice Enric desde el Mediterráneo, sentado entre las peñas cual Poseidón. Lanzándome improperios mezclados con espuma de mar y espuma de Voll Damm.
Grecia está en llamas. Grecia arde de cuando en cuando en estallidos de violencia que acojonan al más pintado. Le tengo miedo a los griegos porque eran de los que te asaltaban a las puertas de los pabellones deportivos en busca de una entrada para el basket que no habían tenido la decencia de comprar en taquilla. Creo que he corrido delante de tíos del Aris de Salónica, del Iraklis, del Olimpiakos y del Panathinaikos. Te salían de cualquier parte, en tromba, con las navajas en la mano gritando: “Ispaniol Malaka, malaka”. Y pensabas que donde había quedado la mesura aristotélica y rezaba porque uno de esos mamelucos no consiguiera bailarme un sirtaki encima de la cabeza.

La afición griega es ruidosa, muy chunga, grita, tira monedas al campo, putea al contrario, maneja la mesa de tiempos para que siempre le beneficie y se emplea duro con el contrario. Sus jugadores eran o tremendamente técnicos (como Nikos Gallis) o unos mamotretos criminales como Fassoulas o unos macarras de pelo en pecho como Panagiottis Giannakis. Los enfrentamientos con un equipo griego tomaban tintes de broma pesada cuando se disputaban en el Pabellón de la Paz y la Amistad de Atenas.

En la Final Four del 95 los griegos del Panathinaikos y los del Olimpiakos jugaron la primera semifinal. Gano Olimpiakos y los del Panathinaikos apedrearon la sede propia como muestra de repulsa al mal juego de sus jugadores. En la otra semifinal el Real Madrid pateó al Limoges francés. La final fue una nadería aquí pero en Grecia los del Olimpiakos quemaron su sede para dejar claro que estaban un poco disconformes con el juego de su equipo.

Los equipos griegos arrasaban con grandes fichajes por aquel entonces: ¿Cómo era eso? Muy sencillo, grandes hombres de negocios se habían empeñado en que los clubes griegos fueran, simplemente, los mejores del mundo. Tiraron millones y millones en fichar estrellas de la NBA pasadas de kilos o de forma o de ganas, invirtieron en las estrellas propias para no dejarlos marchar y, claro está, se sospechaba que alteraban las competiciones soltando pasta a todos los estamentos hasta, tal punto, que Giannakis se negó a abandonar un partido contra el Barça cuando le pitaron la quinta falta personal y siguió jugando hasta el final del partido. Conclusión: ni una sola sanción ni nacional, ni internacional. Simplemente dijo que no se iba.
Los dirigentes del basket griego convirtieron el asunto en un mafioseo barato dando alas a los más radicales, desgobernando, dando una imagen negativa de su deporte y, en definitiva, de su país. Removieron el fantasma del nacionalismo delante de todos aquellos becerros y cada enfrentamiento con un equipo turco, por ejemplo, se convertía en una pelea a sillazos o en una declaración de ranciedades que terminaba con un “esta vez no dejaremos que pasen del Pireo”. Más botellazos, más golpes. Más mal rollo.

Al parecer es bastante fácil azuzar el nacionalismo en Grecia. Bien lo sabe el actual presidente Kostas Karamanlis que ha ganado unas elecciones a base de sacar a pasear a los fantasmas. Sólo le ha faltado vestirse de Spiridom Luis y correr una maratón para demostrar que a él a griego, no le ganaba nadie. Toma ya. Así, besando niños, diciendo paridas vacías y siendo como campechano se ha alzado con el poder en su país. Como los dirigentes del basket patrio no ha tenido empacho en derrochar en todo lo que se le ha venido en gana hasta sumir al país en un espejismo de bondad primero y en una pesadilla de crisis después de la que va a costar salir. Como al basket griego que no es ni sombra de lo que era y malvive en las competiciones internacionales de postín.


La única salida: seguir liándola consciente de que el monstruo de la identidad nacional bien tiene dos caras como el Dios Kronos y puede ser utilizado para bien o para mal. Muchos gestos, muchas declaraciones, mucha palabrería y poco hacer. A esperar.
Cuando la gente se ha echado a la calle para protestar y montar una huelga general el gobierno griego ha cometido el error garrafal de lanzar a la policía a la calle para dar unos cuantos escarmientos. Es un juego sabido e informativamente rico “los violentos” (normalmente cuatro desgraciados con un coctel molotov y dos piedras) son los “enemigos” que tienen que ser disueltos por todos los medios necesarios por las fuerzas de seguridad (normalmente armarios de dos puertas cargados de porras, gases lacrimógenos, defensas y preparación) que son los “amigos”.
Cuando la cosa se descontrola, bien sea porque hay mucha gente, bien sea porqu el foco de resistencia es grande y la gente está muy harta a alguien se le escapa un tiro. Es un claro ejemplo de que las cosas se han ido de las manos. Un asesinato, esta vez de un chico de 16 años llamado Alexandros Grigoripoulos. Cuando alguien muere en una sociedad democrática porque está en la calle protestando lo normal es que un gobierno entero dimita. Y ya.


La gente más caliente y más cabreada sale a la calle y sube la tensión, entonces Kronos ya es incontrolable y gira sin que lo podamos controlar.
Al más puro estilo del basket heleno Karamanlis ha calentado el horno, ha dado carta blanca a sus esbirros para que persigan al contrario al grito de “malaka, malaka” y, ahora, se posterga en el poder haciendo un mal uso de las reglas del juego de la democracia haciendo eso tan cuco que hacían los equipos griegos de alargar el tiempo de la última posesión del partido hasta que les entraba la canasta que les daba la victoria. Era una cosa que ninguno esperábamos ver fuera de las canchas de basket, una trapacería asquerosa y lamentable indigna de un país como Grecia pero, ahí esta, su comandante en jefe echándonos de nuevo los perros de la historia encima sin tener en cuenta que un disparo, rebotado o a bocajarro, es un disparo, una muerte. Una derrota sin bajar del autobús. Mala imagen para un país que no se merece semejante gobernante...aunque lo haya votado y se incluya en las lista de Sarko, Silvio, Aznar etc.

Le queda todavía a Karamanlis eso de jugarse la última carta y provocar algún tipo de tensión con Turquía por el tema de Chipre, hacer otra declaración de panhelenismo pasado de moda, caprichoso y temerario. Esperemos que no y que mañana mismo cese en sus funciones porque, la verdad, como entrenador es tan malo como yo mojándome en las cosas porque siempre acabo hablando de algo que no tiene nada que ver con el tema que nos ocupa.

Para Enric, con mucho cariño. Te debía un post. Tu a mi dos voll-dam en Benicarló.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Sacando lo peor...



Si yo fuera Angela Merkel le haría una pregunta a Berlusconi y a Sarkozy: "¿Tu me quieres como mujer o me quieres por ser la canciller alemana?". Sufro mucho por la Merkel porque el otro día Berlusconi se escondió debajo de una columna y cuando apareció la presidenta salió de improviso y dijo "¡Cu-cú!"; Sakozy se las maneja para estar todo el rato al lado de la señora esta que tiene pinta de tener cantidad de paciencia. Don Silvio se le pone juguetón (recordemos que dijo que la Presidenta de Islandia se le hizo agüita allí mismo porque utilizó todos sus encantos con ella) y Sarkozy ya recibió lo suyo por ponerse en plan Pepe La mofeta con sus "oh, la-lá" y sus "sacre bleu, que ganas de llevagla a dag un paseo pog la cuenca del Loiga...".
¿Tiene esta buena mujer que aguantar el acoso de estos dos playboyes todo el rato? Lo primero que habría que decirles es lo siguiente: NO sois taaaaan atractivos como para que vuestros enredos de donjuanes de pacotilla me cieguen y tome decisiones movida por la actividad romántica.
¿Hemos llegado alguna vez a los extremos de este par personas que deberían de protagonizar una película del palo de "Dirty rotten scoundrels" (Un par de seductores, Frank Oz, 1988)?


Ayer mismo, un buen amigo, me confesó que les contaba a sus posibles ligues que su abuelo acababa de asfixiar sin querer al perro de la familia. El perro era muy pequeño y estaba dormido en el sofá, el abuelo se sentaba sobre él y lo mataba. La chica se quedaba destrozada pero con él toda la tarde haciéndole caso y esas cosas. No le pregunté ni el número de aciertos ni la cantidad de perros imaginarios que llegó a matar su abuelo con el trasero pero las historia me quedó con el culo torcido.

En mi facultad había un tipo que estaba muy roto. Es decir, que iba con dos muletas y tenía una especie de parálisis. Pese a su minusvalía, había maldad en aquel centro y se le apodaba como "El bailarín", llevaba siempre consigo una de esas feas carpetas azules de gomillas. Más de uno y más de dos de sus compañeros le decían: "pero tío, como llevas eso pudiendo llevar una mochila o algo". El sonreía y decía: "Tengo mis razones". La primavera, esa amiga del absentismo escolar, nos dejaba a todos tumbados en el campus al abrigo de un litro de cerveza (bueno, varios) y el espectáculo de las primeras minifaldas...que es una cosa que puede hacer uno cuando es joven sin pudor pero que es una cosa horrible -de viejo chocho o verde-si las hace ya con canitas en salva sean las partes. Pues allí estaba la muchachada estudiantil cuando nuestro amigo "El Bailarín" (había maldad, había quien decía que la cojera de aquel hombre marcaba perfectamente el ritmo del tema de verano "macumba, macumba, la Reina del lugar") avanzando pesarosamente cuando se cruzó con dos estudiantes anónimas, a su paso, al muchacho se le cayó la carpeta y las chicas corrieron a recogerla del suelo agachándose y dejando parte de su anatomía a la vista (el tipo la verdad es que se dobló como una gimnasta húngara). Después le dijo: "Gracias, sois un sol" . Cuando pasó a nuestra altura, se paró, levantó un poco la carpeta y dijo: "¿Veis? Tengo mis razones". Y siguió caminando y llevándose una salva de aplausos sentidos y también algunos mosqueos femeninos ("Con la cantidad de veces que le he cogido la carpeta a ese tío", "cochino machista cabrón" etc.).

¿Estamos los seres humanos tan desesperados para ponernos en evidencia? Muy posiblemente. Lo malo es que la mayoría de las veces funciona. Hace poco inicié uno de mis celebrados comentarios públicos sobre la Tuna cuando, ops, una chica me interrumpió y me dijo: "¿Por qué hablas tan mal de la Tuna? A mi me parece una cosa tradicional y preciosa...". Descubrimos que tuvo un novio tuno que la conquistó yendo a su balcón a cantarle cancionzacas de amor ¿Alguien pensaba que disfrazarse de tuno funcionaba? Pues sí, por lo menos con esta chica sí, funcionaba y bastante. Nunca me lo pude imaginar .

¿Qué otros trucos desesperados funcionarán? ¿Hacerse el cieguito? ¿Y si funciona? ¿Qué haces luego? Mantienes una vida de romance, casi perfecta, obviándole a tu pareja que ves, que en realidad te gustó su aspecto y que si le tocas la cara todos los días es con fines méramente lúbricos o por aguantar un poco más el timo ¿No? Luego le dices que has recuperado la vista vale, pero ¿Y si lo que le gustaba de ti es que fueras ciego o que fueras tan torpe como para haber matado a dos o tres perros?

A veces funciona lo de hacerse el tonto. Es decir: "Ays, Maruchi, no entiendo esto ¿Me echas una mano?". También hacerse el herido: "No, no, yo paso de relaciones porque me han tratado super mal...". La vieja escuela de "no me importas un carajo y te trato mal para que te des cuenta de que soy un ser torturado". Pobres de las que caigan en manos de estos que son como los peores manipuladores de todos y un largo etcétera.

Al final parece que sí, que el fin justifica los medios...¿Y ellas? ¿Cuáles son sus peores trucos para llevarte al huerto? ¿Quizás lo necesitan? ¿En verdad se comen tanto el coco para hacernos caer en la trampa romántica? ¿Les funciona? Cuantas dudas. Es turno del club de las insustanciales. Que se mojen. Los insustanciales también pueden participar con sus peores anécdotas. Esto es un reto y el invierno una estación muy fría.


Nota del Insustancial: Y por cierto, hablando de retos, sigue abierto el concurso de Atrápalo y ocupo una posición realmente alejada de los veinte primeros...lo que me llevaría a la final. Votadme, por favor, que es gratis y no hay que registrarse. Un saludo. Enorme.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

En Italia no hay gays


En Italia la RAI 2 ha emitido Brokeback Mountain (Lo siento, "Brokeback Mountain"...¿Se podría traducir como "La Montaña con la parte trasera rota"¿Por qué no se tradujo? ¿Por no desvelar el tema de la peli? Vale cerremos paréntesis y chistes de mal gusto a la vez) en una versión censurada en la que se obviaban las imágenes en la que los dos protagonistas se demostraban su amor físicamente (¿No veis? Aquí somos capaces de la sutileza también...). No me hago una idea de cuanto habrá durado la cinta y, tampoco de cuáles habrán sido las reacciones de los telespectadores: los que la vieron en su momento fliparían, los que no la vieron pensarían que no se habían enterado de nada y los que la vieron esperando una buena ración de escenas homoeróticas y pecado mortal se quedarían pensando: "joder, pues no es para tanto".

Me imagino que la peli de Ang Lee sin las escenas gays quedará rara: dos tipos que se hacen muy colegas, muy colegas y cuyas esposas se disgustan porque son muy amigos, tanto que, al final, una de ellas decide encargarle a unos tipos que maten a su marido. ¿No? Me imagino que muchos, los que no se enteran, después de ver la película censurada pensaran que "la amistad y el matrimonio son incompatibles" o, más allá pensarán, "joder, vaya mierda de película de vaqueros, ni un tiro y, además, los tíos se miraban raro todo el rato...no se...se me ha escapado algo".

En todo caso la RAI2 ya ha advertido que no lo hicieron a sabiendas y que la culpa es de la distribuidora que les pasó una copia convenientemente heterosexualizada. Está bien que se haya sabido que la cadena pública italiana no ve las películas antes de su emisión y que confían ciegamente en la etiqueta del exterior de la cinta. Imaginemos, por un casual, que por fuera pone Aladdin pero que, en realidad, la cinta de dentro es "Aladdin X" y se emite en un especial navideño. Ahora contratarán a un par de becarios para verse las películas. Claro.


Si son tan tontos como para hacer algo así es posible que la hubieran comprado sin saber de qué iba y que era una película "tope gay". "Los de la distribuidora son unos maledetti que nos han colado una película de mariquitis en lugare de una de pistoleri matando indios, Peppino" (Vale, aprendí italiano viendo una escena de "Los Goonies"). O mejor, es posible que alguien pensara: "Si a esta película le quitas la historia de los dos vaqueros protagonistas te queda una cosa bastante mejor" y sacara la tijera.

Es incluso, más probable, que la RAI 2 se apunte al efecto "Cachuli´s interview" y este Brokeback mountain sin escenas homoeróticas sea, en realidad, un avance de la verdadera emisión de la película que repondrán completita, con sus desnudos y esas cosas. No me extrañaría ni un pelo que esto fuera así ya que Silvio Berlusconi es dueño de Telecinco y Presidente de Italia.

A lo mejor lo que ocurre es que Italia es un país excesivamente conservador donde las opiniones de El Vaticano se tienen muy en cuenta y creyeran que una película de temática (tope) gay no era lo más adecuado. Yo no se porqué los italianos le tienen tanta tirria al Gran Capitán que ha sido de los pocos que ha tenido a bien llevarle la contraria al Vaticano e invadirlo...si hubieran jaleado ese tipo de actitudes a lo mejor ahora no tendrían que ver las películas censuradas. O sí.

Es posible también que, en Italia, se piense todavía que las películas donde salen cosas gays incitan a los hombres a comportarse como gays o a que afloren sus pasiones más ocultas de tal modo que de, proliferar, gran parte de los italianos que vienen a perseguir españolas hasta las costas de pronto comiencen a perseguirse entre ellos o, peor, perseguir españoles dando una imagen poco viril de un país que ha exportado virilidad desde que "il Mondo, es Mondo" y, si no, que se lo pregunten a ese pedazo de carne con ojos de Cassano que dice que se tiraba a dos o tres mozas al día y que luego se comía seis croasanes. Antes, es posible que el vaivén le hubiera cortado la digestión.

A mi no me extraña ni un pelo esa desaparición de unas cuantas escenas cuando, recordemos, Il Cavaliere, siendo presidente, desapareció durante casi un mes para reaparecer en la vida pública con una cara nueva y un pelo negro zahíno repeinado para atrás al más puro estilo Rodolfo Langostino. De hecho en Italia últimamente se lleva eso de desaparecer, que se lo digan a Roberto Saviano, periodista y escritor de Gomorra, que ha sido cortado de la vida pública de su país por llevarle la contraria al crimen organizado sin que nadie en su país haya hecho una presión excesiva para denunciar su caso. Berlusconi, que se ha callado haciendo virtud de la discreción por primera vez en su vida, es más de sacar señoras en pelotas que de sacar señores en pelotas...y pensar que este hombre emitía las versiones eróticas de las películas porno de Moana Pozzi...a la vejez, viruelas.

Italia ya es famosa por cortar unos estupendos trajes a medida y lo será a partir de ahora por conseguir hacerse una realidad a medida donde un Presidente cambia de cara, no hay homosexuales en las películas y la gente incómoda acaba siendo borrada ya sea de los medios de comunicación, ya sea debajo de unas cuantas toneladas de hormigón.
Aquí mientras tanto tampoco podríamos darnos por satisfechos: José Cendón sigue secuestrado en Somalia y nadie parece mover un dedo para remover a la población civil. Esperemos que la historia de Cendón, como todas las historias que se lo merecen tengan la suficiente visibilidad y nadie ose a usar la tijera o la mordaza contra ellas.

martes, 9 de diciembre de 2008

El señor bajito que hay en todos nosotros...

Dentro de mi vive un guardia civil pequeñito que me impide delinquir. Es decir, voy a una librería, es evidente que puedo chingar un libro pero, en condiciones normales, ese pedazo de guardia civil se me aparece en el hombro con su capote y su pistola reglamentaria y su tricornio y me dice: "¡Alto ahí, robaperas!". Entonces lo cojo, lo llevo hasta la caja y pago. Después lo leo y, si es una mierda pienso que tendría que haberlo robado porque no se iba a perder mucho. En mi interior también hay una quinceañera que aflora cuando alguien pincha "Tenía tanto" de Nena Daconte y que es nueva en el vecindario de mi subconsciente porque nunca me había sentido más adolescente como diciendo eso de "que cosa más bonita que le doblen la voz chillona con un coro de niños...que cosa como de Phil Spector" y también un moderno que ahora lo goza con Franco Battiato y toma posesión de mi cuerpo cuando paseo por una galería de arte y me paro así, con un pie delante y otro detrás frente a un cuadro, mirándolo con autosuficiencia y hace con que llevo un fular alrededor del cuello y me lo atuso y todo. Tengo también un politoxicómano y un adicto al sexo y un idiota y un bufón y un llorón y un boxeador sonado y un perroflauta incluso que creo que está muerto porque ya no lo percibo...

De todos los señores bajitos que viven dentro de mi y que me nublan la voluntad según el trance está el que más me preocupa: es un señor pequeño con un traje de tergal de tres piezas de color gris, zapatos marrones castellanos y calcetines negros, es calvo vergonzante y se parece mucho al director del primer colegio donde fui. Es un señor malo. De cuando en cuando me ataca sin venir a cuento y por mi boca sale un inconfundible "¡A donde vamos a ir a parar!" y me dan como vahídos y ganas de liarme a leches.


Borja Prieto, posiblemente una de las pocas personas de este mundo capaz de ser sublime o divino y, sin embargo, capaz de extrapolar y disfrutar de lo patatero sin complejo ninguno (sólo hay que escucharlo hablar de Falete o leer sus experiencias con la lucha libre mexicana) le dijo una vez a Paquirrín: "¿Tienes myspace? Es que te quiero agregar". Paquirrín, que seguramente no sabía de la vinculación de Borja con myspace y que es un hombre sincero al que le importaba más bien poco que estuviéramos todos, incluso él, disfrutando de un evento organizado por myspace le dijo: "No, es que es muy complicao, yo tengo Badoo". Cuando me lo contó casi me caigo de la silla porque admiro a Kiko Rivera como lo que es, un ser venido de otro planeta llamado Sevilla, y no esperaba de él más que una respuesta sincera como las que regala a la prensa cuando tiene que hablar de Cachuli o de su mamá.

El caso es que no tenía ni idea de lo que era Badoo (hace relativamente poco que he descubierto lo que es Tuenti y es gracias a las amiga de mi hermana) pero un colega mío me dijo: "Tío, hazte un perfil en Badoo que se liga mazo". "Ligar" y "mazo" son dos términos que, para mi, no pueden estar en la misma frase a no ser que sea en "Te voy a dar con este mazo en la cabeza tan fuerte que se te van a ligar los conductos seminales" pero, en todo caso, me di una vuelta por allí por si acaso era una red social llena de incautas muchachas ciegas con el sentido del gusto completamente desorientado por haber participado como cobayas humanas en algún proyecto secreto del gobierno (de este o de otro, del Gobierno...vamos) y lo que me he encontrado es, seguramente, lo que un ser humano consciente catalogaría como "lo puto peor".


El señor bajito del traje de tergal emerge, de pronto, sin previo aviso. Cierro los puños, entorno los ojos, miro al cielo buscando una respuesta en la divinidad y pienso: "¿A donde vamos a ir a parar?" y luego, más calmado, digo en voz alta "¿La peña de qué coño va?".


¿Cuál es el objetivo de Badoo? Pues dicen que es que ligues pero a tenor de los testimonios gráficos de sus asociados (que pueden consultarse pinchando sobre las fotos de su página de inicio sin necesidad de registrarse) pero, en realidad, lo único que quieren los malvados dueños de dicha web/red social es que la gente saque lo peor de sí mismos. ¿Por qué al señor bajito y malvado que hay en mi no le mola Badoo?

1. Porque el rollo Paris Hilton ya no mola: eliminamos también la pesada campaña de Keteke por lo tanto ¿Por qué hay tantas chicas en este mundo que se empeñan en parecerse a la Paris Hilton de 2004 cuando ya ni la propia Hilton quiere ser como ella? No lo se, pero muchas chicas Badoo flipan todavía con la Hilton. Stop the rock!!!!


2. Porque el rollo "Duque" le hace gomitar: Creo que nadie se ha enterado de lo siguiente, pero lo recuerdo, El Duque es un personaje de ficción que se dedica a la droga y al proxenetismo. Despertad, por favor, es una persona (de ficción) mala y moralmente reprobable lo que me lleva a preguntarme cuántas fans de "El Duque" utilizarán el término "machista" a la mínima de cambio como algo malo. Seguramente muchas. Los Badoo-Boys, en un alto porcentaje, van de rollo Duque.


3. La "chenchualidá": Una cosa es una pose sexy y otra cosa es una pose "chenchual". Si vuelvo a ver una foto de una mujer montándoselo en plan Afrodita -Pechos Fuera- en una foto me cuelgo.

4. "Boca chotis": ¿Por qué todo el mundo que sale en Badoo tiene una foto poniendo morritos en plan "boca chotis"? ¿No es un poco ridículo? ¿Alguien se pone palote con una foto de alguien que cierra la boquirri hasta darle forma de ojete y abriendo mucho los ojitos? ¿Nadie? ¡Acabemos con las poses "boca chotis""!


5. Camisetas con lemas extraños: Se ven cantidad de fotos con chicas que llevan fotos donde pone "guarra", "cerdita", "cachonda"...muchas deliciosamente dibujadas en purpurina. No mola, nada...lo que me lleva al final del punto 2: ¿Cuántas habrán llamado a alguien "machista" llevando una camiseta donde ponga "me lo trago"? Arf.

6. "Cachondos mentales": Horror, la gente en Badoo se hace fotos de esas donde agarran algo como si fuera un pene enorme, imitan poses de celebración futbolera o, al loro, recogen fotos de esas de alguien que ha dibujado primorosamente la cara de Homer Simpson alrededor de la entrepierna de una moza...¿Se puede ser más "lo puto peor"?


7. Fondos y edredones: La peña se hace fotos para resultar atractiva, se pone su mejor ropa, se ejercita en la pose boca chotis y, horreur, se tumba sobre un edredón que haría vomitar a una cabra. El efecto anti-sensual del edredón se ve reforzado si dicha ropa de cama ha sido lo único que se ha renovado en la habitación desde 1987 siendo los muebles y las pegatinas pegadas a ellos de dicha época.


8. Muchachada musculosa: Monstruos. Y ya. Rollo "me pongo de esteroídes". Los esteroides reducen la potencia sexual, achican la pita y enardecen las reacciones violentas...juzgad vosotros y vosotras si queréis acabar en una cita a ciegas con un tipo de esas características.


En definitiva reitero mis felicitaciones a Badoo por haber conseguido capaz de concentrar el mayor número de "gente guay" en una misma página y, sobre todo, por haber atraído a Paquirrín Rivera única razón por la que me daría de alta. Y ahora decidme vosotros: ¿Por qué triunfa la ropa de Jack & Jones? ¿Os acordáis de cuando llevar cosas de oro y chandal sin camiseta era cosa del ex legionario del barrio? ¿Y cuando pensábamos que el cuerpo de Chuacheneguer era un amasijo de estupidez y músculos? ¿Por qué las muchachas y los muchachos siguen enseñando su ropa interior por encima del pantalón cuando antes eso era parte del look del tonto del pueblo? ¿Tendrá Borja Thyssen una cuenta en Badoo? ¿Queréis las respuestas? Pues pasaos por Badoo, que lo vais a flipar. Yo me voy a intentar dormir al señor del traje de tergal.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Las cosas que se olvidaron los nazis...


Terminé de ver "La Ola" (Dennis Gansel, 2008) y me quedé con la sensación de que los alemanes tienen todavía un lío irresuelto con la cuestión nazi. Da igual que se rodaran "El Submarino" (Wolfgang Petersen, 1981) o "Stalingrado" (Joseph Vilsmaier, 1993) que intentaban explicar la II Guerra Mundial desde el bando perdedor enfocando la cuestión desde un punto de vista meramente militar o que "El Hundimiento" (2004, Oliver Hirschbiegel) se centrara en, más o menos, justificar los últimos días de resistencia alemana en Berlín como una mezcla de desesperación de la cúpula nazi (Stalin había prometido encerrar a Hitler en una jaula del zoo de Moscú para luego exhibirlo hasta su muerte como si fuera un animal), de pánico generalizado entre la población civil (Stalin había dado vía libre a sus tropas para saquear en plan medieval...luego hemos descubierto que los americanos, sin permiso directo, también hicieron de las suyas) y de un cierto sentido de entonar un "se acabó lo que se daba y hemos sido tan malos que nadie nos lo va a perdonar" (las juergazas presuicidas se multiplicaron por el Berlín semiocupado). Quizás Hirschbiegel olvidó lo que, otros, como Gunter Grass -un hombre con un sentido del remordimiento infinito- han intentado explicar: con los nazis muchos fueron felices y siguieron alegremente la comparsa cerrando los ojos ante el terror y sólo se sintieron culpables en la derrota lo que, resulta, cuanto menos poco gratificante.

Evidentemente la cuestión nazi sigue abierta en un país donde es obligatorio que los infantes visiten uno de esos campos de concentración para comprobar desde muy pequeñines las maldades del pasado y donde cualquier actividad relacionada con el nacionalsocialismo, desde la edición de libros hasta la exhibición pública de símbolos o, incluso, levantar el brazo para saludar a la romana están penados duramente. Los nazis en Alemania desfilan ahora levantando la mano derecha y extendiendo los dedos pulgar, índice y corazón en plan garra de águila, conservan la bandera alemana preconstitucional tricolor -negra, blanca y roja- y editan su periódico en el estado norteamericano de Nebraska o en Madrid y Barcelona (España/Espanya respectivamente...aquí ya saben bajo el epígrafe de NSDAP-AO, o sea, Partido Nazi Alemán en el exilio. Algo de lo que deberíamos de tomar nota en nuestro país donde se permite todo esto y donde negar El Holocausto no es un delito...primero tendría que ser un delito negar las matanzas franquistas, pero bueno, eso es otra asquerosa historia.


Pues el caso es que el asunto debe de dar tanta vergüencilla todavía en Alemania que Hirschguibel rodó la, un poco cutre, "El Experimento" (2001) en el que se reproducía un experimento de psicología social que una facultad americana llevó a cabo en los años 70 y que consistía en reproducir una cárcel a escala con sus celdas, sus normas etc. e introducir en ella a dos grupos de personas que, aleatoriamente, eran elegidos para engrosar a los presos o a los guardianes. Ni que decir tiene que se sucedieron los abusos, los excesos de autoridad etc. hasta tal punto que el asunto fue suspendido a los pocos días. El asunto servía al director alemán para, como no, hilar demasiado fínamente una historia sobre cómo muchos superan su mediocridad poniéndose un uniforme...en España lo resumimos así: "Si quieres conocer a Juanillo dale un carguillo". Pues eso, que Hirschguibel intentaba limpiar un poco el honor patrio extendiendo la culpa a todos los humanos (¿Cómo reaccionaría usted si le dieran el poder absoluto sobre un grupito de personas?) y de paso pues tranquilizar en la medida de lo posible la conciencia colectiva de un país que, según muchos alemanes, lleva demasiado tiempo en el diván.



En "La Ola" nos encontramos algo muy parecido, de hecho casi calcado. Un profesor llamado Ron Jones invitó a sus alumnos a una clase práctica sobre autoritarismo que acabó, claro está, como el ojete moreno (consulte los detalles en el Blog de Pau que le ha dedicado un monográfico al asunto de lo más interesante). No se cuanto de necesaria es una película como La Ola que sirve como lección mínima sobre el autoritarismo y el nazismo para Emos despistados, básicamente, pero mucho más interesante es descubrir que los alemanes todavía no son totalmente capaces de verbalizar todo lo que les arrastró a la chifladura de permitir que un tipo como Adolf Hitler llegara al poder y lo distribuyera de esa manera tan curiosa ¿Están los alemanes mal de lo suyo? Pues la cosa debe de estar malita todavía cuando vas por allí buscando un campo de concentración y descubres que la gente de los pueblos se hace la longui y no te quiere enseñar el lugar (liro-liro-liro-liro...¿Nazis? ¿Qué nazis? Aquí no sabemos nada de esos señores, pequeño extranjero) pese a que, cuando lo descubres, te enteras de que el lugar está perfectamente conservado.

Es más curioso que sea el único país donde David Hasselhoff tiene tratamiento todavía de estrella mundial y haya conseguido ser número 1 de las listas de ventas musicales varias veces o que, por ejemplo, fuera invitado por el Bundestag a cantar en la fiesta de la caída del muro de Berlín. Alemania, claro está, no tiene intención de pedir perdón por ese crimen contra la humanidad o por la invasión silenciosa de Mallorca...
Bromas aparte, si tienen hijos en edad de despistarse y aparecer por casa llevando una esvástica en la camiseta deberían de llevarles a ver "La Ola" varias veces como venganza infinita, de hecho, deberían de llevarles hasta que les creciera el pelo y se les quedara largo y muerto como el que se gasta Aznar. Lo más sorprendente de la película de marras es que, pese a sus evidentes intentos por ser didáctica, lo cierto es que para mucha juventud -y no tan juventud desinformada- va a resultar una película atractiva y de haber sido más famosa seguramente le habrían crecido los imitadores porque cumple erroneamente su misión: hace atractiva la actividad delictiva (¡Como si fuera necesario!).

Aquí intentamos desenganchar a la juventud en los 70 del navajerismo rodando películas sobre El Vaquilla y El Torete ¿Qué ocurrió? "Perros Callejeros" provocó que se convirtieran en una especie de ídolos de la juventud, proliferaron los Seat 1430 trucados, las cintas de Los Chichos a toda hostia (puedo respetar y respeto a Los Chichos) y el Vaquilla´s Style consistente en pantakas de campana, chaqueta de cuero apretada sin camisa en su interior, cadenaka de oro...la infamia, se desató la pesadilla de Christian Dior.

En los USA, ya con el fantasma de las bandas cincuenteras juveniles casi acabadas, se estrenó "The Warriors" (Walter Hill, 1979). Las bandas volvieron a proliferar con más fuerza que nunca.

Pues con "La Ola" pasa igual: la juventud tan desinformada va a ver aspectos positivos en eso de formar parte de un grupo que elimina las diferencias sociales, económica etc. en favor de la obediencia a los símbolos (por muy idiotas y vacíos que estos sean) porque los muchachos que aparecen son jóvenes, salen por ahí a grafitear, forman zapatiestas guays etc. etc. etc....¿Cuáles de los que vayan a ver la peli se van a dar cuenta del trasfondo negativo entre tanto acto de vandalismo? Pues los menos. Creo que la mejor manera de luchar contra estos extremos es resaltar que lo nazi es aburrido y descerebrado y, sobre todo, más feo que picio. Sólo había que ver la cojera de Goebbels o la pinta de mierdoso de Himmler. Es más pondría esa escena de Little Nicky (Steven Brill, 2000) donde se ve a Hitler en el infierno eternamente vestido de porno chacha y recibiendo el castigo eterno de ser obligado a dejarse introducir una enorme piña tropical por el propio culo. Quizás ese rollo, quitarle cualquier rollo positivo o estético, hará que muchos se planteen que las cosas nazis son caca y no se tocan. O, yo que se, leer.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Lo divino y lo patatero


Los domingos de aperitivo, sobre la mesa del salón nunca falta un bol con patatas fritas de bolsa y una lata de mejillones, con su escabeche y todo, por encima. Es una de esas cosas que uno ha probado en los bares de tapas (En Madrid se le ponen a veces a las patatas de bolsa un par de boquerones en vinagre o una finústica anchoa) y que ha trasladado a la gastronomía familiar. Reconozco que es de esas cosas que está entre lo divino (y el mejillón en escabeche lo es) y lo patatero, entendiendo por ese término a todo aquello más o menos vulgar.

El ser humano se mueve entre lo divino y lo patatero continuamente: Dylan recibió una vez una carta de Johnny Cash. En ella le decía que estaba deseando tocar con él, que admiraba su forma de tocar y le agradecía que hubiera transmitido la música popular, el folk, a las generaciones venideras. La carta estaba escrita en una bolsa para vomitar de un avión en el que viajaba Cash que, en medio de un enorme pedo, sintió la imperiosa necesidad de transmitirle todo su cariño a Dylan.






Ambos coincidieron en el Festival de Newport donde compartieron escenario y comenzaron una larga amistad. Cash era un americano derechista, creyente y conservador, desquiciado por el vicio e incapaz de no mantener esa pose de estrella sobria que deslumbraba a los paletos y que soñaba con convertirse en una gran estrella de la pantalla o de la televisión. A su lado Dylan, delgado y poca cosa, izquierdoso, ejerciendo el papel de bufón para decir verdades como puños, comenzando la carrera en contra de su propio personaje, negándose a aceptar que iba a ser una leyenda. Dicen que Cash ni siquiera sabía que Dylan era judío y que, cuando lo supo, se quedó chocado porque, me imagino, no le encontró ni el rabo ni los cuernos; Dylan se sorprendió cuando se enteró de que el cantante country nunca había pisado, en realidad, la cárcel . Dylan, que sí sabía como era Cash, simplemente lo admiraba. En contra de lo que sus primeros biógrafos la obra de Cash pasó de ser patatera a rayar en lo divino mientras que Dylan que conservaba un alto porcentaje de divinismo ha ido pisando cada vez con menos empacho los terrenos de lo infinitamente patatero (y no me refiero solo a eso de haber tocado una vez para el Papa Juan Pablo II que el hombre también tenía derecho a mover el esqueleto).
En la vida, en general, también se pisan los dos terrenos. Hay que saber mantenerse en medio o, al menos, no ser demasiado cutre pese a que a veces es imposible.


Ocurre en las bodas, que te dejas llevar, comienzas ahí bien plantado con tu traje, tu mejor sonrisa y terminas en un local con barra libre con un de los faldones de la camisa metidos dentro del pantalón y otro por fuera, la corbata deshecha o puesta en la cabeza y gritando contra la autoridad del padrino o, peor, intentando que la única mujer soltera caiga en tus garras acudiendo a esa máxima de la tradición oral que dice eso de "boda llama a boda" y diciendo con voz gangosa: "¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?".

Lo divino está ahí, escondido en lo patatero, o viceversa. Por ejemplo, ves Fama (Cuatro) y te das cuenta de lo cerca que anda una cosa de la otra: los ves jóvenes y bailongos y dices ¡Guay!, los escuchas hablar y dices ¡Arf! Ves a los profesores comportándose como los profesores de la serie americana y dices ¡Horreur!. Te gastas unos cuantos miles de euros en producir un programa de cantantes y resulta que te sale Factor X y Operación Triunfo. Telecinco a convertido la divinidad de la televisión en una rueda de identificación de una comisaria. Sin embargo ves a Elvis, pasado de kilos,vestido como una especie de monstruo, sabiendo que en sus últimas actuaciones en Las Vegas tenía que llevar pañales -la incontinencia provocada por los calmantes- entonando las primeras frases de Suspicious Mind y descubres lo sublime, a un tipo que trabajaba de camionero y hubiera seguido así, seguramente hsta hoy, si no se le hubiera ocurrido grabarle a su madre una canción por su cumpleaños. No lo hizo porque pensara que sabía cantar mejor que nadie, lo hizo por que sólo tenía cuatro dólares en el bolsillo y grabarle un disco costaba justamente eso.

Diego "El Cigala" acudió al estreno de Calle 54 con sus primos, sus hijos y su mujer para ver bailar a Tomasito, amigo del alma, que salía en la película acompañando a Chano Domínguez. Entraron tarde, los críos llevaban en la mano todavía hamburguesas de un burguer cercano. Se sentaron haciendo ruido y El Cigala comentó en alto: "¡Mira el Chano! ¡Qué gordo está!" cuando vio al pianista en la pantalla. Minutos más tarde vio en pantalla a Bebo Valdés y comentó "¡Válgame!" cuando se entero de que Bebo y su hijo llevaban sin verse dos o tres décadas. Después lo escuchó tocar Lágrimas al piano, siguiendo embelesado el ritmo de la canción. Mucho más tarde, en la fiesta que se dio en el Restaurante Hispano se dirigió a Fernando Trueba y le dijo: "¿No ha venido el señor ese mayorcito? Es que me gustaría hacer un disco con él". Diego El Cigala, pese a sus enormes capacidades como cantaor, sólo había grabado un éxito hasta ese momento. Se llamaba "Endevel". Luego, luego ya es otra historia. Patatas fritas con mejillones o mejor.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Andy Kaufman vuelve de la tumba


Hay una razón por la cual la realidad siempre supera a la ficción y es porque, en realidad, nuestros métodos para imitar la realidad (cualquier tipo de arte) están siempre sesgados por lo que el autor considera o no “verosímil”.

Hace unos días, gracias al programa de tarde de Antena 3, me enteré de que una señora había fallecido mientras manipulaba una cama plegable que acababa de comprar. La mujer, de un pueblo de Málaga, estaba enredando con el mueble (¿Cama nido? ¿Cómo se llama eso?) y de pronto la cama se la tragó provocándole la muerte. Sus familiares tardaron en encontrarla, como explica la vecina en este vídeo.


Fuera de los parámetros de la ficción, donde cualquiera juzgaría como “no verosímil” un fallecimiento en estas características, se encuentra la realidad que, al parecer, es mucho más imaginativa. Hace unos años, cosas de trabajo, tuve acceso a un tétrico volumen editado para forenses (creo que de criminalística) donde se daban jugosos datos e ilustraciones (fotos chungas, vaya) de todo tipo de muertes terribles que iban desde un envenenamiento, hasta un incendio, pasando por accidentes laborales, suicidios y, como no, lo que es más chungo: muertes accidentales. Muertes provocadas por la estupidez, la dejadez o una concatenación de hechos ridículos y, a primera vista, inofensivos como ha sido el caso de la señora de Málaga.

El caso, y por no extenderme en el morbazo más asqueroso, diré que quedé sorprendido de la cantidad de gente que muere al año haciendo las cosas más tontas desde ahorcarse sin querer con el cinturón de la bata propia (lo juro, hay gente que casca así intentando colocarse el albornoz todavía colgado del ganchito de la puerta, enredándose en él y cascando por asfixia, lo vi y no pude dormir o ponerme esa prenda ni siquiera en un hotel de esos de lujo durante años) o en el colmo del absurdo intentar comprobar si estaba lleno el depósito de la segadora del jardín ayudándose de un papel de periódico encendido que iluminaría el fondo provocando así una explosión pequeña pero fatal.

La muerte es así, a veces da risa. Cuanto más tiempo pasa (tragedia+tiempo) más graciosa nos resulta. Siempre que pienso en eso de morir absurdamente (en 1983 un coche de autoescuela, conducido por un profesor, chocó contra el coche familiar donde viajábamos mi padre y yo...por suerte los coches iban muy despacio y podemos contarlo, ja-já) me acuerdo del final de "Man on the moon" (2000, Milos Forman), el biopic de Andy Kaufman, donde se ve al cómico siendo atendido por un curandero al que, en última estancia, Andy descubre haciéndole un truco de magia, por otro lado, mortal. Andy no sobrevivió pero sí lo hizo Tony Clifton, su alter ego, un chungo cantante de Las Vegas que representaba todo lo que Kaufman odiaba en sus espectáculos (Chistes verdes, canciones gruesas...) y en la vida (Clifton es fumador y bebedor mientras que Kaufman era vegetariano y antitabaco). Algo así como si Marlo saliera ahora de las catacumbas de la Hora Chanante y comenzara a tener una vida propia a parte de Ernesto Sevilla en Muchachada Nui. Que no estaría mal (Free Marlo!).






Al cómico se lo llevó un cáncer de pulmón -que, al principio pensaron que era una broma del propio actor, una bufonada más de mal gusto- mientras que Clifton sigue campando por ahí, dando conciertos y comenzando sus espectáculos con esta frase: "¿Habéis venido esta noche a ver a Andy? ¿Queréis verlo? Pues traed unas linternas y unas palas y seguidme". ¿No es paradójico que un personaje chusco que representa todo lo que odias te sobreviva? ¿No es gracioso?

Dicen que Bob Zmuda, coguionista, amigo personal de Kaufman y compinche es, en realidad, el que anda metido detrás del maquillaje y la tripa falsa de Tony Clifton aunque la broma ya se ha extendido a todo Estados Unidos y es muy fácil encontrarse con un pequeño club de cómicos donde cualquier imitador reclama ser el "one and only Mr. Entertainment, Mr. Tony Clifton" y te regala un poco de la mala leche del personaje original que este mismo año volverá a girar por todo su país agrandando la leyenda y el sketch hasta más allá de la muerte de su creador ("o descubridor" como le gustaba decir a Kaufman que siempre negó ser el personaje pese al chusco maquillaje).

Así Andy Kaufman y Zmuda o el propio Belushi (que firmó un tétrico sketch donde se le veía vestido de anciano bailando sobre la tumba de todos sus compañeros de Saturday Night Live poco antes de morir) han ido un poco más allá y se han quedado entre nosotros para echarnos una mano en ese ratito malo en el que uno no sabe si llorar o reir delante de un féretro abierto. Por si acaso aquí lo deja bien claro el propio Kaufman cantando la canción que, unos años después, sonaría en su propio funeral.





viernes, 5 de diciembre de 2008

Una historia de psicoanálisis.

Viendo el primer episodio de "In treatment" he recordado los días en los que me convencí a mi mismo de que, quizás, encontraría un poco de calma en la terapia psicológica. Un compañero decía que le iba bien y que debía probar las mieles de eso del psicoanálisis.

Ni que decir que me sentía, como dice mi señor padre "atrabilario". Estar así, o sea "atrabilario" es sentirse muy mal porque estás triste, atribulado y atravesado, todo a la vez, un extraño estado del alma. Un día vas caminando te sientas a descansar en un parque ves a unos críos jugar con una pelota y dices: "¿Qué cojones estoy haciendo con mi vida? ¿Qué hago sentado en este parque? ¡Qué asco de vida! ¡Quiero cambiar pañales! ¡Quiero cambiar de vida!". Pues el caso es que la tristeza me había atrapado (ahora no puede porque ya he echado piernas y cada vez le cuesta más) y no tenía muchas respuestas. Vale. Probemos el psicoanálisis, parece más barato que una búsqueda del "yo" en una mazmorra BDSM y puedes ir vestido de calle. Busquemos pues.
El señor de los caramelos, siempre tan atento, siempre acompañado de nuestro amiguito el Señor Ansiolítico, me dirigió hacia uno de esos gabinetes llenos de psicólogos. En menos de lo que se tarda en decir "70 euros por sesión/una sesión por semana" me senté delante de una psicoterapéuta que me sentó en un sillón unipersonal (nada de divanes) y comenzó a rellenar una especie de ficha sobre una de esas carpetas azules de gomillas. Hablaba terriblemente despacio y a media voz, susurrando, escuchando atentamente mis palabras, preguntándome por mis aficiones al alcohol, a las drogas (muy populares entre los de mi gremio, al parecer, no tengo tanta información como Jorge Javier Vázquez), mi estado civil, mis aficiones, mi ritmo de vida. Cuando terminanos los 50 minutos (ring-ring) me contestó a mi única pregunta: "¿Esto en qué consiste?". "Tú hablas y yo te doy las herramientas para mejorar tu vida".

Perfecto. Ya era, oficialmente, un ciudadano en terapia. Volví a la semana,miércoles, me senté allí y me entró el miedo escénico: "¿Estoy dispuesto a contarle a una absoluta desconocida que habla como si las paredes fueran demasiado finas los intrínsecos secretos de mi tristeza?¿Sabía yo por qué de cuando en cuando me asaltaba esa sensación asquerosa? ¿Qué le cuento yo a esta buena mujer? ¿Cómo relleno cincuenta minutos de show?".

No recuerdo muy bien como salió aquello porque no sabía por donde empezar...y cada vez que preguntaba que qué quería saber me decía "habla de lo que te apetezca, de tus sensaciones...". La ventana estaba entreabierta y se colaba un estupendo sol, de esos que ponen el cielo azul y sólo podía pensar en lo bien que estaría en una terraza tomándome una cerveza enorme a ser posible con limón. Lo dije y me dijo: "¿Y sientes siempre esa necesidad imperiosa de beber?". "De cuando en cuando pero no soy alcohólico". "Bien...vamos a trabajar en como tienes que enfrentarte a las cosas y saber decir NO". Me dio unas cuantas instrucciones de como decir NO. NO las recuerdo, por otro lado. Me sentía más o menos igual de perdido pero, bueno, tranquilos todos, no se ganó Zamora en una hora, ni tampoco la sanidad mental.


A la semana siguiente seguía mirando por esa ventana sin poder concentrarme demasiado la verdad, yo le decía "es que hablas muy bajito y no puedo tener una conversación normal con alguien que me habla tan bajito y tan despacio". Entonces me decía: "¿Sueles reaccionar con ira cuando no estás a gusto? Vamos a trabajar un poco sobre esa ira, cuéntame...". Y yo quería decirle: "¡Que no coño, que lo que estoy es triste! ¡Atrabilario!". Pero nada, después de dos sesiones descubrí que no sabía decir NO y que tenía un serio problema de control de la ira. Posiblemente fuera verdad...no lo se, me delatarían los nudillos ensangrentados.

El caso es que volví esa semana y otra y otra y llegó el verano y yo todavía no sabía qué contarle. Sueños, relaciones familiares...un día me dijo que se lo pasaba muy bien conmigo porque tenía mucha soltura al hablar y que no era lo normal. Le dije que si me volvía a decir eso iba yo a cobrarle a ella y contraatacó "¿Sueles usar el humor como sistema de defensa, normalmente?". "No conozco mejor terapia". Dije. "La risa no es un terapia, es algo transitorio ¿Eres consciente de que no solucionarás nada riéndote de las cosas? Es un rasgo de inmadurez. Tendremos que trabajar sobre ello". Sin tiempo de réplica salí de allí mosqueado. O sea, con problemas de ira y de comunicación.


Cuando llegó otoño llegué a la conclusión de que aquello no era lo mío: me faltaba paciencia. Necesitaba dos o tres años de terapia, más o menos intensiva, para alcanzar la sanidad del coco. Me borré de aquel asunto y seguí con mi vida. Unos meses después estaba en el videoclub y me alquilé "Mumford" (1999, Lawrence Kasdan). Es la historia de un tipo que se hace pasar por psicoanalista en una pequeña población americana y me eché unas risas de lo más inmaduras a costa del falso doctor. En términos simplistas Mumford es muy buen psicoanalista porque escucha a sus pacientes lo que igualaría al confesor con el terapeuta. Juro que en mi vida me he confesado y, la verdad, aquellas sesiones donde, por narices, se acababan tiñendo con algo relacionado con morrearse/enrollarse o pegarle a alguien (tres supuestos imposibles en mi persona) me resultaban altamente incómodos porque, la verdad, no entendía muy bien del todo para qué servía todo aquello (¿Es un problema que te vayan las medias más que los pantys? ¡Quiero decir en otra persona femenina! Que parecía algo que le interesaba mazo). De cuando en cuando, como en estos últimos tiempos, me acecha ese mal rollo congénito y me siento un poco "atrabilario". Me acuerdo de Mumford y de una ventana entreabierta por donde entra un sol de justicia. A veces me imagino también que simplemente la abro y que miro hacia afuera, es primavera, y la gente está sentada en las terrazas. A mi, me sirve como terapia pensar que cuando menos lo espera uno vuelve el buen tiempo o, por lo menos, un nuevo episodio de "In treatment". Por si acaso no os la perdáis, ah....y tengan cuidado ahí fuera.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Memorias de Madrid


Alguien, muy desinformado, dijo que Stardust memories (1980) es una película menor. Una película menor de Woody Allen (añadió) que, sólo en los tres años anteriores, había rodado Annie Hall, Interiores y Manhattan de manera consecutiva. Stardust... habla de tres temas que me interesan sobremanera: angustia, relaciones y del oficio de hacer reír a los demás.

Hoy mismo, largaba en la radio sobre los chistes más antiguos del mundo repitiendo, un poco, lo que es mi filosofía cómica: el drama es universal, la comedia personal. Hambre, soledad, muerte...bien pueden ser entendidos por todos y cada uno de los seres humanos de este planeta, percibidos con la misma intensidad, incluso, más allá de eso, mitigados con las mismas armas (ansiolíticos, resignación, comunidades virtuales en la 2.0...) mientras que un chiste puede ser inentendible para dos personas que comparten el mismo techo.

El sábado me perdí con Edu Galán mientras buscábamos la Ciudad de la Imagen. SPECTRA (la malvada organización que va a rebautizar Madrid como Negociudad) tiene una red de trenes con diversos apeaderos que te dejan en medio de páramos desérticos donde sólo puedes enfrentarte con la charla de tu casual acompañante o quedarte embelesado delante de los carteles oxidados que anuncian que allí, de no ser por la crisis, habría un centro comercial, una cooperativa de viviendas o una piscina privada. Antes sólo había razones delictivas para perderte en un descampado de los alrededores de Madrid: quemar un coche robado, tener una sesión de sexo furtivo con la mujer del prójimo, esconder una pistola utilizada en un asesinato, apedrear bestias o transehuntes despistados, deshacerte de los escombros de una obra ilegal...

Los manguis de Madrid están de enhorabuena, en realidad, puedes pasear por un descampado buscando el lugar idoneo para borrar las pruebas de tus fechorías y la autoridad competente pensará que, en realidad, eres un ciudadano estafado por una inmobiliaria sin escrúpulos o alguien que se ha perdido buscando los Kinépolis. Sólo hay que rezar para que no se fijen que llevas la cabeza de alguien metida en la bolsa del Hipercor que cuelga descuidadamente de tu índice derecho.

Hablando sobre lo divino (cómicos americanos) y de lo humano (¿Por qué a las tías buenas les da por la espiritualidad oriental?) avanzábamos Edu Galán y yo por el páramo castellano -con menos gracia que El Cid que yo iba echando el bofe- en busca de nuestro destino cuando me acordé de la primera secuencia de Stardust memories que finaliza en un vertedero. No lo dije porque, como cuenta Millás, la gente no suele hablar de las cosas que imagina (¿Te conté que anoche llegué a mi casa y me imaginé que mi marido estaba muerto en el salón con una bolsa de plástico alrededor del cuello?) por ser estas de índole mucho más personal de lo que imaginamos y expresar, sin cortapisas, nuestros deseos más ocultos (¿Sabes que muchas veces te he imaginado vestida de colegiala?). Es fácil hacer humor sobre la situación de Madrid cuando uno está al lado de Edu Galán que cumple con eso de decir una cosa inteligente cada tres frases, más o menos.

La ciudad de la Imagen es otra de las muchas chifladuras que SPECTRA ha tenido a bien construir (bueno no construir) en Madrid. En teoría todas las empresas del medio audiovisual tendrían que haberse ido allí a construir sus nuevas sedes pero, en realidad, excepto Telemadrid y La Sexta ninguna otra ha osado largarse a ese lugar donde se encuentran unos estupendos (y enormes) cines Kinépolis donde, según a qué horas, se puede disfrutar de una película en una sala de 1.000 espectadores completamente a solas. Una sensación muy cercana a ser Charlton Heston en Omega Man. Por lo demás aquello es un páramo de oficinas medio vacías y poco más. Bueno, allí está la AECAM, que es la escuela de cine de la Comunidad, pero dicen que los que la habitan sólo tienen vida interior...

Ni Galán ni yo nos pusimos de acuerdo en saber qué es lo que le hace gracia a la gente de derechas. Es decir, sí, La Revista, el Grupo RISA, los chistes de legionarios de Jiménez Losantos, las salidas de cuadro de Aznar, construir cosas inservibles pero....¿Hay algo más elegante? Pues parece ser que sí. Gracias a Miss Kiddo me llega este pedazo de vídeo de algo que le hace mucha gracia a los de las derechas. Atentos...








¿Quién dijo que SPECTRA no tenía humor? Ahí está Lucía Figar, Consejera de Educación de la Comunidad de Madrid, dándose cuenta de que su jefa lleva...¡Calcetines! ¡Por encima de las medias! ¡Con zapatos de tacón! ¡De color carne!...venga, reírse, que no hay nada más gracioso que tu jefa se haya escapado por la puerta de atrás de un hotel donde se estaba produciendo un atentado sangriento donde la han diñado unos cuantos seres humanos para fijarte en la falta de etiqueta de la Master&Commander...¿Que no tiene gracia? Vale, mucho mejor fue lo que dijo Esperanza Aguirre cuando dijo: "A lo mejor se ponen de moda los calcetines sandalia". Que es un poco como si Ortega Lara, tras su liberación, hubiera declarado: "Ahora resulta que se va a poner de moda el chandal y la barba franciscana". Diferentes sufrimientos claro, donde va a parar...

Pasearse por Madrid es pasearse a veces por la angustia y la comicidad como Woody en Stardust memories, por una galería de personajes fantasmagóricos, de aduladores, de gente incapacitada para pillar un buen chiste. A la vista está. Será por eso que Woody Allen no quiso rodar en Madrid y prefirió Barcelona...

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Ironía anticiudadana

¿Es el turrón de chocolate turrón de verdad o es una enorme tableta de chocolate disfrazada con un papel dorado y un árbol de navidad impreso? ¿No pierde el lavaplatos su nombre cuando, por narices, hay que lavar los platos antes de meterlos dentro de la máquina? ¿Puede llamarse "Archivos" a los "Archivos de Estado" cuando desaparecen papeles o se los lleva un tipo que se llama Perote sin que nadie los eche de menos? ¿No deberían de llamarse "Objetos perdidos"? ¿Los informativos de Telecinco que presenta y dirige Pedro Piqueras pueden llamarse así pese a ser una hoja de sucesos televisada?

Cuando el diablo se aburre mata moscas con el rabo, yo me hago todo tipo de preguntas para las que no tengo respuestas. Las que me atacaron de manera grave anoche fueron dos:

1. ¿Cómo había hecho mi hermana para convencerme de que viera, de cabo a rabo, Gran Hermano? (La sopa de la cena tenía una generosa porción de burundanga, creo).

2.¿Esta gente es de verdad?

De todas las buenas enseñanzas que uno puede sacar de una edición de GH están la de cómo NO vestir, cómo NO comportarse, cómo NO hablar, como llegar a los 30 sin haber madurado plenamente, cómo NO ir a un reality show y convertirte en una estrella del porno...pero, la que subyace de todas ellas es la siguiente: NUNCA, BAJO NINGÚN CONCEPTO SE TE OCURRA DECIR NINGUNA FRASE QUE PUEDA SER INTERPRETADA POR TU INTERLOCUTOR COMO UNA EXPRESIÓN DE IRONÍA (DE PUNTA FINA ó DE PUNTA GORDA).


Sí, anoche fui plenamente consciente de que la gente de GH, una muestra algo defectuosa de nuestra sociedad pese a tener una emigrante, una señora de la tercera edad, unos cuantos aspirantes a casi todo y una midget (anoche verla corretear por ese plató con un sombrero mexicano despertó en mí unas ganas enormes de ponerme a jugar a Mario Bros.) y carecer de alguien con un trabajo o una carrera universitaria cuyo título no haya sido expedido por una academia en suspensión de pagos detesta que alguien, a su alrededor, quiera/pueda/sea irónico.
Dejemos que sea la R.A.E. la que nos acerque, sin género de dudas, a la definición de semejante delito:
Ironía. (Del lat. ironīa, y este del gr. εἰρωνεία).
1. f. Burla fina y disimulada.
2. f. Tono burlón con que se dice.
3. f. Figura retórica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice.

Por ejemplo, anoche en 30th Rock (La Sexta), hacían un verdadero homenaje a la definición del término ironía en este sentido diálogo:
Liz Lemon
Ya veo que mi novio te ha vendido un "busca", ahora puedes quitártelo.

Jack Donaghy
No puedo, espero una llamada de los años ochenta.

Si no se escuchan este tipo de diálogos en las series españolas debe de ser porque los productores tienen mucho más claro que los verán más espectadores de la Liga Anti-Ironía que espectadores dispuestos a acercarse al humor sin demasiados complejos.

La expulsada de anoche, una chica que se llamaba Loli o Lali (La burundanga me tenía doblado y tenía que hacer enormes esfuerzos para mantener la saliva dentro de mi boca), fue muy clara a ese respecto: "La gente que es irónica me repatea y no me gusta ¿De qué van?". Y tengo que darle la razón. Ya sólo falta que se rían de tí sin que te des cuenta. Al parecer estaba muy molesta con un tipo alto que se llama Iván y que tiene pinta de no saber definir muy bien la ironía o de confundirla con remachar cada frase hiriente con una carcajada absurda..."Sí, claro, tu querrás comer macarrones...¡Jajajajajajaja!" ¿Que mierda es esta? Si Loli supiera decir, por ejemplo, "Claro, macarrones" pues ya está. Mi hermana, ante mi patética confusión me aclaró que esta moza y otras cuantas son unas "pajarracas" de cuidado que se pasan todo el día criticando a los demás...


Frente a la ironía fina o normal (¡bic, bic, bic, bic, BIC!) el concursante de GH prefiere eso que se llama "sinceridad" o, lo que es lo mismo, "mala educación" que es una forma de "sinceridad no requerida". Por ejemplo:

-"Me pareces una persona muy bastorra...te lo digo porque soy muy sincero".

Bueno, pues vas y te metes toda esa sinceridad por el ojete, muy adentro, hasta que notes que te toca la pituitaria. La gente que se autoproclama "sincera" me parece tan peligrosa como la que se considera "auténtica" ¿Hay alguien que pueda parecer más gilipollas y vulgar que una persona que dice de sí mismo que es "auténtica"? ¿Porque son de 24 kilates? ¿Qué somos entonces los demás? ¿Falsos? Para mi lo único auténtico de verdad son los micromachines pero porque su publicidad era muy buena...
Digamos que meetic.com o cualquier otra red social dirigida directa o indirectamente al ligoteo están repletos de este tipo de personas sinceras que se definen del siguiente modo:" Soy amigo de mis amigos, me gusta leer, me gusta el cine, charlar, pasear, salir por ahí, bailar, en definitiva, soy una persona sencilla que aprecia la sinceridad y las cosas pequeñas de la vida" ¿Alguien cree que a Charles Manson o al Arropiero le gustan cosas diferentes a esas? Sí, eres muy sincero y por eso no hablas de que, en realidad, no tienes muchos amigos (excepto los imaginarios), te gusta leer "El Código Da Vinci", sólo ves pelis de Chuck Norris (puedo respetar eso) y realmente lo que esperas es encontrar alguien con quien charlar, pasear y salir por ahí porque te quedaste sin amigos por ser un criticón y meterte en la vida de todo el mundo. También obvías que quieres entrar en GH, que has visto la entrevista a Cachuli y que guardas un par de cabezas de vagabundos en el frigorífico.

Parafraseando a Joaquín Reyes: "¿Qué tiene de malo que hablen de uno a la espalda? ¿Que se te ponen rojas las orejas? ¡Eso no está demostrado científicamente!".


De hecho la ironía suele tener unas terribles consecuencias. Una noche estaba yo haciendo cola en la puerta de un local que regentaba un amigo. Por no tocar las narices, y porque la cola era pequeña, esperé pacientemente hasta colocarme delante del gorila. Cuando fui a pasar cedió el paso a los tres acompañantes que iban conmigo pero a mi me franqueó el paso.

-"No puedes pasar, gordito".
-"¿Y eso? Mira que es que...."
-"No, no vas a pasar porque estás gordo y llevas zapatillas de deporte".
-"¿Zapatillas? ¿Es que hay barro dentro?"
-"¿Te estás riendo de mi, gordo?"
-"No claro, solo quiero avisar a mis amigos y me voy".
-"No la líes, no la líes, payaso".
-"Te parecerá bonito tratar así a un tío con gafas...¿Besas a tu madre con esa boca?".

ERROR. GRAN ERROR

Evidentemente el tío salió de detrás de la cancelita esa tan mona de barras doradas y cordón granate dispuesto a zurrarme de lo lindo cuando, deus ex machina (o sea, Cristo va en Derbi), apareció el dueño/amigo del local para agarrar al sujeto ¿Por qué no corrí? Porque si uno comienza a huir de un gorilero con la fuerza suficiente como para darte una hostia y vestirte de torero es mejor no enfadarle y, a parte, si además de que te va a canear en la huída te tropiezas y te caes la humillación se sale del Humillometro. Ironías de la vida, toma ya, le dije a mi amigo que no despidiera al puerta por el simple placer de verlo de cuando en cuando abrirme la puertecita y decirme eso de "Buenas noches, Señor Insustancial, no, no hace falta que enseñe su tarjeta de socio ¡Vaya, esta señora de la vida que le acompaña es mucho más bella que la de la semana anterior y conserva todos sus dientes! ¡Qué delicia! ¡Pase le están esperando en la barra del fondo donde se ponen todos los otros gorrones que son amigos del jefe!.

¿No es mejor una verdad como una catedral de grande dicha con una enorme sonrisa que una obviedad revestida de gran noticia? ¿Soy un gordo con gafas? ¡Claro, Señor! Pero no hace falta que usted me lo recuerde constantemente ya me lo cuentan los señores que diseñan las tallas de ropa que no saben diferenciar entre una talla de niño y una XL. Eso si es una ironía. Como lo es, por ejemplo, que Mercedes Milá dijera eso de: "Este programa es un experimento sociológico". ¿No es eso utilizar una figura retórica consistente en dar a entender lo contrario de lo que se piensa? ¿No es irónico que una intachable carrera se vaya por el sumidero de la telebasura? ¿Lo sabrá alguno de los concursantes? ¿Es mejor una pequeña porción de ironía que esta exagerada guarnición de hipocresía reinante?