viernes, 25 de octubre de 2013

¿Qué haces tan lejos de casa? (Ricardo Vicente)




NOTA:  El disco de Ricardo Vicente “¿Qué haces tan lejos de casa?” saldrá a la venta junto a la novela homónima el 31 de octubre. Será publicado por ricardo vicente Bandaáparte y Maxiphone. Esta es una crítica, si es que puede llamarse así, solamente del disco (que puede escucharse en deezer.com a través de este enlace) ya que el texto no obra en mi poder. He optado, por tanto, por  no hacer ninguna referencia a la novela aunque sus once canciones responden a los once capítulos del libro. Me imagino que, en dicho texto, se encontraran algunas claves más para la comprensión de las que soy ajeno. Espero no haber metido mucho la pata.  Disfruten pues, si es que pueden disfrutar de algo escrito aquí, de este adelanto.

Ricardo Vicente ha sido, desde su estreno como solista, el "escudero" indispensable de Francisco Nixon. Más que "escudero", usando un símil ciclista, su "gregario" en tanto en cuanto los éxitos de uno se han convertido en los éxitos del otro.

Ya en este mismo blog, en algún momento, comenté que esa formación de solista que, en realidad, ha ido convirtiéndose en un dúo aunque solo sea porque la presencia de Richi ha ido creciendo disco a disco desde “Es perfecta” hasta “El Problema de los tres cuerpos” (el disco a tres bandas que el solista-dúo grabó el año pasado junto a “The New Raemon” que, a su vez, era un solista-grupo) era una cuestión de ausencia absoluta de ego, de amistad y de aceptación y de visión de las virtudes compartidas. Algo tremendamente difícil de ver.  

En definitiva la dupla Nixon-Vicente ha cultivado un género dentro de otro género. Creo que sabría definirlo pero estoy incapacitado para ponerle una etiqueta. Me temo que sería algo así como “pop para adultos” pero, posiblemente, la nomenclatura de “pop” se quede casi tan corta como mentiroso es el hecho de que su música estuviera dirigida a un público adulto. Me niego a usar el genérico de “indie” que suele ser la “etiqueta-barrera” con la que queremos denotar que hay un sonido “pop” con enjundia y otro más intrascendente.

Lo que sé es que es una “marca” reconocible y que es un sonido tan sencillo en el exterior (aceptando que el “pop” es sencillo) como complicado en su interior donde la maquinaria que hace funcionar la creatividad existe gracias a un complejo aparataje de referencias cinematográficas, literarias y vitales donde pululan Sergio Algora, Nadia Comaneci, el desastre de Chernobyl, las chicas que trabajan en Zara o los bares de taxistas (aceptando que este es un aparato para un público adulto y, por tanto, conocedor de estas referencias).

A lo mejor, y lo digo de pasada, podríamos también hacer caso a la definición de “artesano” que hace Francisco Nixon de su profesión confrontada a la de “artista” que se le suele conferir a cualquiera que se dedica a la actividad de la creación. ¿Pop artesanal? ¿Pop artesano? Ni idea.

Por la amistad que me une a ambos, si no lo sabías querido lector ya te vengo avisando para que puedas valorar la “independencia” de esta crítica, me sería muy difícil tomar la distancia adecuada para hacer una lista de las diferencias (sutiles y abismales a la vez) entre el trabajo de ambos y, por tanto, no lo voy a hacer. En realidad, es por que me gustan por igual.

“¿Qué haces tan lejos de casa?” es la primera experiencia de Ricardo Vicente como solista. Es un disco esperado. Muchos, entre los fans de Francisco Nixon y Ricardo Vicente, se preguntaban cuando este daría el paso para convertirse en solista. Una ocasión que, me temo, será tomada como algunos como la ocasión perfecta para crear un cisma: Nixonistas contra Richianos, o algo así. La simple perspectiva de que ocurra algo así me rompe el corazón.

De hecho, como en los discos anteriores la fórmula establecida era la inclusión de temas compuestos y cantados por uno y otro, este disco no se aleja mucho del camino recorrido por ambos “artesanos” en ocasiones anteriores de tal modo que, a la primera escucha, uno hecha de menos algún tema de Francisco Nixon que, sin embargo, está ahí, esta vez como personaje del recorrido vital de Ricardo desde la canción que abre el disco, “La balada de Fran y Richi”, y como colaborador necesario de este debut de su compinche. 

La producción de “¿Qué haces  tan lejos de casa?”, el sonido final, será definido como sencillo. Yo creo que, como tantas otras veces, parece sencillo pero no lo es. Aunque solo sea porque hay una evolución evidente de Richi desde aquel “Banderas Rojas” publicado en “Es perfecta” hasta “Era tan bello veros caer” –una de las mejores canciones del disco-. Una composición vocal más compleja con profusión de coros, teclados eléctricos y piano, ecos, más presencia de la batería, la inclusión de un cello en la canción “¿Qué haces tan lejos de casa?”…un tipo de sonido al que Richi no ha sido ajeno pero por el que ahora parece discurrir con más comodidad.

En el apartado de las letras Ricardo Vicente sigue empeñado en dotar a la vida cotidiana de imágenes oníricas o de explicarnos esta a través de la épica y cierta lírica a la que los compositores patrios nos tienen poco acostumbrados: transportarnos a una visión propia de la vida diaria que transcurre con los pies en el suelo y la cabeza en otro lado. Eso, para mi (vuelvo a definir este texto como completamente personal) es lo que más me gusta de Ricardo Vicente, su capacida innata de convertir un paseo en bicicleta en la excursión de “The Goonies”. Así “Vísteme Eau Jeune” o “Henry Darger” funcionan y así funciona todo este “¿Qué haces tan lejos de casa?” donde tenemos la oportunidad de redescubrir a uno de los músicos más interesantes de los últimos tiempos, que mejora con el paso de los años y que no tiene miedo a mostrar sus influencias y a enseñarnos sus influencias, su aprendizaje, posiblemente en sí, esta forma de actuar es una forma de contestar a la pregunta que sirve como título del disco: Si está lejos de casa es porque todo lo que hemos ido acumulando nos ha traído hasta aquí de forma irremediable. También es verdad que cuando uno ha volado mucho tiempo acompañado siempre tiene la sensación de sentirse un poco solo cuando tiene que hacerlo por su cuenta, que cualquier destino nos parece alejado de casa. Otra cosa es que eso sea malo.

En definitiva este primer disco en solitario de Ricardo Vicente no es una ruptura, porque no había nada de lo que alejarse, en su sonido habitual si no más bien un avance en el mismo, un avance tranquilo, un trabajo de descubrimiento , de probatura de sus propios límites.

Es un disco que recomiendo porque me parece interesante, porque me parece bueno, porque me parece justo y porque, más allá del cariño que le tengo a Richi, me siento en conexión con su forma de actuar y su forma de ver las cosas. Me hubiera sentido mal si este disco no me hubiera gustado, un poco defraudado y no habría escrito nada sobre él porque, hace muchos años que sé que los amigos tienen que apuntarse con una pistola para que ninguno cometa una tontería.  


Sinceramente no me he sentido tan lejos de casa. Y me ha gustado la sensación.