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miércoles, 15 de diciembre de 2010

Un cine como tú en un país como este (Gabriel Velázquez)


Es impresionante, pero así es. Un día comienzas a ver las películas que ponen por la tele, no le das ninguna importancia, ya sabes, lo haces como para entretenerte y poco más. Poco a poco te va gustando ese rollo, comienzas a despertarte el gusto por ese actor o esa actriz, por un tipo de película concreta y, llega un momento, en que vaya, ya empiezas a saber quién es este o aquel director y un día descubres que te has pasado una tarde entera husmeando por las hileras de películas del videoclub del barrio sin encontrar nada que te satisfaga del todo. Ya estás pillado por las pelotas. 

Como transportado por un sueño, zas, un día parece que te despiertas en medio de una sala oscura rodeado de una gente que viste raro y que mira hacia la pantalla con gesto de delectación y veneración. La cinta es en blanco y negro, subtitulada, de nacionalidad francesa y te sabes al dedillo la biografía de su director pese a que es la primera vez que ves una película suya. Son los "400 golpes" de François Truffaut y lo estás flipando. Ni siquiera sabes qué es lo que ha hecho que te saltaras dos clases de la facultad y meterte en la Filmoteca para ver esta película. Lo malo es que sabes que, te gusta tanto, que luego te quedarás al siguiente pase (al de las 18:00 horas) porque ponen otra del mismo director de la que has oído hablar de maravilla, de la que has leído un montón, de hecho la has utilizado en el argumentario típico de las discusiones cinéfilas pese a que no la has visto. 


Ya le has dado la vuelta al calcetín, ya sabes, lo que comenzó como un entretenimiento inofensivo para pasar el rato se ha convertido en otra cosa, en una búsqueda de títulos, de nombres...es ya un aprendizaje, eres oficialmente un cinéfilo y un freak a la vez. Ya nada volverá a ser como antes. 

Anoche vi un documental titulado "Un cine como tú en un país como este". Está dirigido por Gabriel Velázquez, el director de "Sud Express", (¿no ves? Esto es nada más que una acumulación de datos, de hechos inconcretos, de películas que te unen con momentos vitales, de instantes reunidos alrededor de unos cuantos metros de celuloide y plástico) y trata sobre lo que se dio en llamar como "El Grupo del  Yucatán". Esa reunión de directores y currelas del cine entre los que estaba Imanol Uribe, Fernando Trueba, Fernando Colomo, Carmen Maura, Miguel Ángel Díez, Felix Rotaeta, Oscar Ladoire, Carlos Boyero, Joaquín Hinojosa...

Todos ellos, al igual que yo, también le dieron en su momento la vuelta al calcetín. Ya sabes. Se apasionaron tanto por las películas en general que decidieron que ese iba a ser su profesión. El documental es un repaso vital a los comiezos de este grupo y a los primeros cortometrajes y primeras películas que dirigieron y protagonizaron en un ambiente de pobreza absoluta y arrastrando consigo gran parte de la herencia más chunga del Franquismo. Lo bueno es que, escuchándolos hablar, hace más de 30 años llegas a la conclusión de que los males de esa inexistencia llamada "Cine Español" siguen siendo, más o menos, los mismos. 

Sesiones maratonianas de cinco y seis películas diarias seguidas de charlas interminables sobre cine, algo así como la pasión desmedida de estos tipos, una cosa desbocada e insana, una afición que se los zampó dejándolos en los huesos. Muy interesante. Gente reunida alrededor de la idea idiota de hacer películas, de contar historias copiando a sus maestros en un clima de, otra vez, completa desconexión con los gustos del público español en general y con la realidad en particular. ¿Hacer pelis en España? No me jodas. 

El caso es que les funcionó, aunque fuera por casualidad, nunca hasta ayer me pude imaginar que Fernando Colomo contara que "Tigres de papel", su primera película, fuera concebida como una visión rohmeriana de la pujante clase progre (tan tristemente denostada hoy...con lo divertidos e intensos que eran...y lo digo con cero sarcasmo) y que, al comprobar, que en el Festival de Donosti todo el mundo se descojonaba él mismo decidió decirle a la gente que aquello era "una comedia". Y así hasta nuestros días. Siempre pensé que era una anécdota de esas que no se cuenta. Es más, todos ellos, adelantados al DOGMA 98 diciendo que hacían películas con sonido directo, sin iluminación apenas...bueno, lo de la iluminación era porque, básicamente, no tenían dinero para iluminar. 

Para mi son una generación de cineastas brillantes que representan, un poco, los comienzos de cualquiera que ha querido hacer una película en nuestro país. Es posible que hace tiempo que Colomo no me guste pero, sinceramente, sigo viendo de cuando en cuando "Tigres de Papel" y "La línea del cielo" y cosas así aunque solo sea por encontrarme con un tipo de cine que, de algún modo absurdo, me sigue emocionando. De hecho, ayer mismo, recordé lo que me había gustado esa película de episodios titulada "Cuentos eróticos" y, sobre todo, el segmento "KoñenSonaten" un disparate sobre un hombre al que de puro salido le crece un coño en plena frente...rodado en danés. 

Mis mejores palabras sobre el documental quedan para Fernando Trueba que representa todo lo que me gustaría ser de mayor: es divertido y ha conseguido dirigir todas esas pasiones para hacer películas como "Opera Prima" (entre mis diez películas preferidas de todos los tiempos), "El año de las luces"...escucharlo hablar sobre las películas y sobre la vida es toda una joya. No deberían perdérselo. 

domingo, 21 de noviembre de 2010

Elija su propia conspiranoia



"From Hell" (Planeta DeAgostini) la novela gráfica de Alan Moore y Eddie Campbell, como ustedes saben sino porque lo han leído por la desabrida adaptación cinematográfica del texto del mismo título, parte de una sencilla sinopsis: los asesinatos de Jack "El destripador".

La historia, tan bien contada y tan bien asentada sobre hechos y personajes reales de toda índole (desde la Reina Victoria hasta Oscar Wilde pasando por un Aleister Crowley retratado en su infancia o Joseph Merrick "El hombre elefante"), es por otro lado completamente falsa.

Es decir, coge trozos de la realidad sobre los que se encastra la narración literaria. Sin embargo, está tan bien hecha en todos los sentidos, que muchos conspiranóicos han hecho de "From Hell" la base argumental de sus propias teorías conspirativas e, incluso sin mucho disimulo, utilizan frecuentemente este cómic como base de sus artículos. En España, sin ir más lejos, se ha copiado sin empacho la historia escrita por Moore en el programa Cuarto Milenio o, más recientemente, en este artículo de César Vidal para el periódico "La Razón" en el que, imagino que por cuestiones de espacio, se glosa la sinopsis de la película y no del intrincado libro original.

La indignación de Moore por el uso torticero de su obra es tan viejo que ya en 1999 "From Hell" se reedita en un sólo volumen añadiendo dos interesantes apéndices: un muy abigarrado informe que, capítulo por capítulo, diferencia lo que es histórico, de lo que está sacado de los diferentes libros de investigadores y sus hipótesis, de lo que era meramente una invención de Moore y, un capítulo gráfico titulado "Dance of the Gull Catchers" (una especie de juego de palabras entre "el baile de los cazadores de gaviotas" y "El baile de los cazadores de Gull" por ser el médico William Gull el personaje real convertido por Moore en "Jack el Destripador" para la ficción).

Es más, en este mismo apéndice Moore cuenta su teoría sobre Jack "El destripador" llegando a una conclusión clarísima: es imposible saber quién fue el asesino de las prostitutas de Whitechapel. Más que nada porque, esto es así, no hay ni una sola prueba real que incrimine a ninguna de las personas que todos los libros que se escribieron con posterioridad apuntan como los asesinos. Partiendo de esa falta de pruebas, por tanto, no es posible otra cosa que investigar una y otra vez no sobre los hechos en sí sino sobre la fascinación que nos producen y jugar con los elementos sabidos de los crímenes. Es así como Jack "El destripador" llega hasta nosotros como un personaje hecho de la superposición de varios nombres reales y sus diferentes motivaciones que son las que lo han construído.

El Jack real, "El destripador" que propone Moore es también una proyección superpuesta de los hechos que sirven a Moore para dejar entrever cómo en los tiempos de mayor gloria del Imperio Británico un hombre con conocimientos médicos (es decir, alguien de clase acomodada) hacía viajes hasta el corazón de la pobreza londinense para cobrarse unas cuantas víctimas entre prostitutas alcohólicas de vida miserable. Jack "El destripador", en manos de Moore, es la proyección del clasismo, el machismo y la crueldad de la sociedad victoriana...una raiz cruel del actual estado de la misma según el autor deja entrever finalizando el libro y cerrando el círculo recordando que de aquellos tiempos todavía queda ese odio, esa cutrez espiritual en la que las prostitutas de los table dance del SoHo siguen siendo las víctimas propiciatorias de los nuevos "Jack el destripador". Es curioso que a menos de un kilómetro de estos locales los antiguos escenarios de los asesinatos de Jack, como la calle Berner, sean ahora el asentamiento de hoteles tan pintones como el Sanderson (que aprovechó la estructura de las viejas instalaciones del Foreign Office británico) y que los pubs donde Jack encontraba a sus víctimas sigan abiertos ofreciendo pintas de cerveza a 8 euros el vaso.

"From Hell" es, a la vez, un manual de cómo construir una teoría de la conspiración y, a la vez, la base de cientos de teorías conspirativas.

En esta línea de denunciar estas teorías conspirativas estaría la muy notable "La conspiración, La Historia secreta de los Protocolos de Sión" (último trabajo del gran Will Eisner publicado por Norma Editorial) que serviría para desmontar las teorías antisemitas por las cuales los judíos estarían dispuestos a controlar el Universo. Ni que decir tiene que lejos de convertirse en referencias lo cierto es que acaban también por convertirse en textos manipulables o en "las pruebas irrefutables" de que hay un poder superior que edita de cuando en cuando estos textos para ocultar una presunta "verdad histórica".

Don Delillo en "Libra" (Seix Barral) hace una reconstrucción literaria de la personalidad de Lee Harvey Oswald y de sus motivaciones para enmierdarse en el asesinato de John F. Kennedy. Al igual que Moore Delillo opta por la fórmula de entremezclar lo real (informe de la comisión Warren, biografía de personajes públicos, informaciones de la época...) con lo que es meramente ficticio rellenado los huecos vacíos de la historia del personaje (su estancia en Japón como marine, su vida en la Unión Soviética) y arriesgándose a hacer un perfil que resalta la importancia de todas esas organizaciones anticastristas que operaban con dinero de la CIA y la bendición de la Casa Blanca. El asunto quedó tan real que el propio Delillo, oliéndose la tostada, escribió un prólogo en el que advertía que él no había concebido la novela con la intención de aclarar ninguna verdad y que entendía, sin embargo, que algunos lectores encontraran refugio en el texto puesto que este eliminaba las sombras de todas las verdades a medias que la historia real contenía. Sin embargo, y aún a fecha de hoy, se pueden encontrar críticos y presuntos estudiosos que no dudan en convertir a "Libra" en un texto periodístico olvidando su cariz literario y, más allá de eso, justifican el propio aviso del autor como una forma de protegerse de los propios asesinos de JFK. Es decir, que aunque el prestidigitador anuncie como está haciendo el truco, parte de la audiencia cree que de verdad tiene poderes mágicos. Ni que decir tiene que el libro de Delillo, publicado en 1988 en su país, fue piedra angular del guión de la película "JFK" dirigida por Oliver Stone. 

En 1987, imagino que los más viejos del lugar se acordarán, TVE emitió una miniserie titulada "Amerika". La cosa iba de la caída de los Estados Unidos de América en manos de los soviéticos que habrían convertido a su antiguo enemigo en una nación subyugada a sus caprichos. La otrora tierra de las oportunidades se había convertido en un remedo de una Ucrania occidental gris y triste. Pese a que la cosa pasó sin pena ni gloria, "Amerika" recogía todos los temores de los norteamericanos sobre su enemigo y los exponía con tanta calidad (algo ya explotado por la juvenil "Amanecer rojo", tres años antes...que cualquiera diría que estaba pagada por la administración Reagan...por cierto se está preparando un remake sustituyendo a los rojos por ¡talibanes!) que alumbró otras teorías de la conspiración como que la ONU era, en realidad, una especie de elemento de control soviético hecho para acabar con el poder norteamericano. Da igual que la historia le quite la razón a la conspiranoia americana sobre el hecho porque, en realidad, la historia no es más que una aguafiestas que nos impide dibujar nuestra propia teoría. El asunto quedó patente durante los días posteriores al atentado de Timothy McVeigh contra las oficinas del FBI en Oklahoma cuando gran parte de los medios de ultraderecha aludieron a la presencia de helicópteros negros (estos helicópteros que aparecen y desaparecen antes de cualquier gran catástrofe) sobrevolando la zona del atentado momentos antes del estallido de las bombas.

En todo caso, y como queda patente en este texto lo que definía Alan Moore como un infinito baile de cazadores de gaviotas es simplemente imparable...e interesado ya que su autor es, nada más y nada menos, que el escritor H.A. Covington, una de las más interesantes plumas del movimiento neonazi norteamericano que intenta desconectar la relación entre McVeigh y los supremacistas blancos aportando un mix teórico en el que confluyen la conocida "teoría del tirador solitario" entremezclada esta vez con una operación encubierta del FBI, el MOSAD y la CIA...como parte de una especie de intento por enmierdar a los supremacistas blancos y como ensayo del 11-S.

Si ya el material de estudio o de investigación es sumamente volátil y peligroso incluso avisando de que todo es pura invención la aparición del "mockumentary" (esas piezas de ficción con aspecto de documental) han generado también a su vez más material para la construcción de conspiranoias de todo tipo. Aquí, incluso, es mucho más fácil de redirigir los contenidos a tus propios intereses puesto que no hay más que cortar una parte del mismo (la más chiflada que se te ocurra) y colgarla en la red (un youtube, un daily motion, un vimeo) esperando a que otros piquen en el anzuelo. Es así como podemos encontrarnos trozos de mockumentarys como "El lado oscuro de la luna" o "Alternartiva 3" como si fueran reales. En este video de aquí se puede ver la forma torticera en la que Jiménez del Oso presentó este último dentro de su programa "La puerta del misterio" y como se saca de la manga algunos datos para que este trabajo completamente falso quepa dentro de lo real. Es de lo más interesante.

Sobre "El lado oscuro de la luna" no diremos más que trata sobre como el gobierno americano habría encargado al director Stanley Kubrick el rodaje de las escenas de la llegada a la Luna...el mockumentary contiene testimonios "reales" de personas que conocieron al director inglés y de muchos políticos que se confirman la estúpidas teoría. Los productores del documental se salvaron las espaldas avisando al final del mismo con un buen número de "tomas falsas" donde se desvelaba que todo estaba guionizado lo que, claro está, ha sido desautorizado por los conspiranoios como una mentira que intentaría encubrir una verdad, ya saben: nunca fuimos a la luna y todo lo rodó Kubrick...¿Por qué Kubrick? Pues porque había rodado "2001, una odisea del espacio" y le había quedado tan bien...

Ya en nuestro país nos encontramos el caso de la novela "Bases Ovnis en la Tierra"  escrita por el zaragozano  Javier Esteban bajo el seudónimo de Douglas O´Brien que contaría la historia como una especie de testimonio autobiográfico sobre las operaciones encubiertas de la CIA para ocultar el contacto extraterrestre. Lo más sorprendente del tema es que Esteban se pasó muchos años jugando al ratón y al gato con Manuel Carballal, JJ Benitez, Javier Sierra y otros investigadores de lo oculto de prestigio colándoles todo tipo de "información" en venganza por haber manipulado su texto y haberlo vendido como información fidedigna.

Menudos gaviotos.

Nota del Insustancial: "Mulder & Scully" es el título de esta canción de la "one hit band" Catatonia y venía a huevo por tener el nombre de los dos protagonistas de "Expediente X" la serie que ha servido como base para la extensión de todo tipo de teorías de conspiración. Sin duda la conspiranoia en sí es definitivamente un caso para estos dos investigadores del FBI. 

jueves, 1 de julio de 2010

"King of Kong"



He visto King of Kong (2007, Seth Gordon) un documental que me ha pasado mi colega el actor portugués Zé Bernardino y la he gozado. Va de la historia de Steve Wiebe un profesor de ciencias de Redmond (Washington) que intenta batir el record mundial de Donkey Kong, el video juego.

En el momento en el que se rodaba el documental ese record estaba en manos de Billy Mitchell conocido como "El mejor jugador de videojuegos de la historia" ya que había sido la primera persona en hacer una partida perfecta en Pac-Man, ostentaba el record de Centipede, Burguertime y Donkey Kong Jr.

Gracias a ello Billy Mitchell pudo abandonar el noreste de los EE. UU e irse a vivir a Hollywood...bueno, no al Hollywood de las película sino a una urbanización del mismo nombre cercana a Miami (Florida) donde se ha hecho con un capitalazo gracias al negocio de salsas picantes que dirige. Mitchell, una persona con un ego desmadrado dice de sí mismo en el documental que hablar de su persona genera la misma controversia que hablar del aborto, se pasó varias décadas viviendo de las rentas de sus logros frente a las máquinas de los bares pero, cosas de la vida, en si camino se cruzó Steve Weibe.

Steve es una de esas personas que intentó triunfar en casi todo: de adolescente fue un prometedor jugador de beisbol retirado antes de alcanzar los campeonatos regionales por una lesión, después lo intentó con la música y pese a que aprendió a tocar la batería y el piano de una forma magistral y su grupo comenzó a destacar en la siempre exigente escena de Seattle (ciudad cercana a Redmond) no pudo superar una especie de pánico escénico que lo apartó de las escenarios también de forma prematura. Acto seguido se trabajó en la empresa aeronaútica McDonnell Douglas donde tampoco consiguió destacar y acabó siendo profesor de Álgebra.

A estas alturas ya habrán descubierto que Steve es una persona con un desorden obsesivo compulsivo del que su mujer, una santa, define de esta manera: "A veces es desesperante que Steve descubra algo nuevo...entonces sólo se interesa por eso y no quiere hacer nada más. Hasta que encuentra otra cosa".

La historia del perdedor frente al ganador se representa en un universo paralelo de frikis que dan grima (nada que ver con los entrañables bichos de The Big Bang Theory) que pululan por Salones Recreativos infectos y pasados de moda. Tan pasados de moda que Mitchell, un tipo que se viste como Chuck Norris y tiene el pelo del cantante de Modern Talking, es simplemente el modelo a seguir, el tío guay, el macho alfa, el puto amo. Tramposo, bajonero, egomaniaco y manipulador hasta el tuétano es el perfecto malvado de esta cinta donde el presunto héroe tampoco es que sea un dechado de virtudes y la cosa funciona no como en Rocky sino más bien como en The Office donde el listón más alto lo ponen el que hace más el mamarracho. 

Con mucho pulso y mucha intriga se desarrolla este documental que alcanza algunas cotas míticas durante su metraje y que consiguió despertar la conciencia de otros tantos frikis que al saber de la historia de los records en este campo y sin estar dotados nada más que para ponerse delante de una pantalla de ordenador han atacado los records de Weibe y Mitchell (y otros igualmente míticos) alegrando una parcela oculta y sinsentido de la competición y, de un tiempo a esta parte, ni Mitchell conserva algunos de sus records lo que le ha obligado a volver a competir para recuperar el trono, ni las salas de recreativos estuvieron tan llenas de adultos no a la búsqueda de un roce ilegal sino de domar al Gorila más famoso que jamás combatió contra un fontanero italiano.  

martes, 11 de agosto de 2009

"American swing": tiempos sucios y divertidos


En los años 70 Nueva York se convirtió en la capital oficial del mundo occidental. Pasados los febriles y comunitarios 60 la intelectualidad abandonó atropelladamente el Oeste huyendo del violento y repentino invierno que aniquiló la primavera de las flores y se volvió a refugiar en los 70 para inaugurar una década más individualista.
A toro pasado la clase media norteamericana comenzó a asumir los cambios que la revolución hippie había propuesto, y que hasta ese momento se habían considerado como descabelladas, y se generalizaron las protestas contra la guerra de vietnam (mucho más amplias y virulentas), se comenzó a liberalizar el mercado editorial, la industria cinematográfica entró en una barrena (que fue mitigada por una nueva generación de barbudos que hacían cine de autor) y, en general, la perspectiva de una vida menos encorsetada se hacía bastante patente.

Las convulsiones sesenteras (una década llena de crímenes de estado, revueltas sociales y raciales, el recrudecimiento de la guerra de Vietnam, el terror nuclear y la Guerra Fría...) habían desgastado poco a poco a los norteamericanos de USA y los sumió en una necesidad de divertirse (algo parecido le pasó a la corte Española, sólo a la Corte, cuando murió Felipe II y subió al poder Felipe III...pero esa es otra historia) y sobre todo de conocer otros mundos que estaban en este...nada más y nada menos que subirse al carro de eso que se llamó Revolución sexual.

Nueva York se convirtió en toda una referencia por distintas razones,por un lado había asumido definitivamente la capitalidad intelectual (dejando a los californianos el negocio de la televisión y el cine de entretenimiento) pero también asumiría la de la capital del entretenimiento para adultos y sólo para adultos.

Studio 54 así como otras grandes discotecas inauguraron la etapa del disco, una etapa famosa por los cambios de consumo (de hecho EE.UU. parecía querer resarcirse de una década en la que se había hecho bandera del "no consumo") en el campo de la moda (la gente comenzó a vestir como si todas las noches hubiera que asistir a una fiesta), la música (sonidos más urbanos, nacidos en los clubes, hechos por grupos nacidos en los cinturones industriales de las industriales ciudades del norte) y también de las drogas donde se dejó paso a las sustancias de consumo comunal que garantizaban experiencias comunales (básicamente alucinógenos, opiáceos y marihuana) para meterse de lleno en la cocaína que garantizaba 100% de pasotismo inducido químicamente y luego, un poquito más tarde, del consumo masivo de la heroína (no tan famosa en los años 60) y también esa necesidad de hedonismo de medio pelo.

Las películas X, estrenadas al principio con la etiqueta de películas científicas, comenzaron a hacer esa labor. Unas películas que no podrían haberse estrenado nada más que cuando la industria del cine necesitó una inyección monetaria extra y decidió saltarse a la torera el código Hays que había constreñido la creatividad durante unas cuatro décadas.

El interés de los americanos por el género ínfimo, circunscrito básicamente a chungas emisiones privadas de películas ilegales o europeas, se disparó en aquellos años de tal modo que "Garganta profunda" (Gerard Damiano, 1972), que había costado 25.000 dólares recaudara más de 600 millones de dólares o que otras películas como "Tras la puerta verde" (1972, hermanos Mitchell) fuera de las más taquilleras del año, también que Playboy o Hustler alcanzaran su esplendor en estos años abandonando por completo el lugar de semilegalidad de la que habían (no) disfrutado.

Tan necesitados estaban los norteamericanos de impulsos y de nuevas experiencias que decidieron inaugurar (con el discreto patrocinio de Henry Kissinger) una liga profesional donde el Comos de NY ponía el glamour y los grandes jugadores (Chinaglia, Pelé, Beckembauer, Cabañas, Neeskens...) mientras que los San Louis Earthquakes ponían el oficio y los títulos...al menos al principio.
Esta historia se puede ver en el divertidísimo documental "La asombrosa historia del New York Cosmos" (2006, Paul Crowder&John Dower) que resume la historia oculta de este chiflado experimento deportivo y que tiene mucho que ver con el documental "American swing" (2008, Jon Hart&Matthew Kauffman) que trata de la historia de uno de los personajes más bizarre de la historia de Nueva York: Larry Levenson.

Conocido como el "Rey del Swing" su apodo no le venía por mover bien el palo de golf, ni tampoco por cantar como Frank Sinatra aunque llegó a tener tanta fama como él. Lo de swing le venía por ser el rey de los swingers o, lo que es lo mismo, el intercambio de parejas.

Aficionado a este tipo de prácticas desde los años 50, Larry era un enfebrecido aficionado al sexo. Muy trabajador pero muy mal empresario decidió unir su afición (zumbar) con su sueño (hacerse rico) y se dio cuenta de que todos los intercambios de parejas se producían en el ámbito privado, dentro de domicilios y entre personas que comenzaban a aburrirse de estar siempre juntos. Larry se fijó en que los bares gays ofrecían fiestas de sexo liberal y abierto y que el ambiente llevaba bastante adelanto en lo que a esa materia se refería. De ese modo decidió calcar el modelo de negocio y alquiló una vieja sauna gay neoyorquina para abrir su primer y único negocio: Plato´s retreat. O, lo que es lo mismo, el Retiro de Platón.

Semejante chiflado nombre convirtió su local en un lugar de referencia y, de buenas a primeras, lo convirtió en todo un personaje que se sentaba todas las noches en un trono junto a su novia (y socia) Mary.

Contado con ritmo y con gracia "American swing" hace un repaso del auge y la caída del local y del personaje, los personajes famosos que acudían con ganas de marcha (Richard Dreyfuss y el elenco de SNL, el actor porno Ron Jeremy que tiene como siempre mucha gracia en sus testimonios), escritores, periodistas, artistas y también el testimonio de clientes anónimos que recuerdan el lugar con una mezcla de caspa sentimental y pulsión naïf digna de ser vista. Aunque se queda un poco flojo o se oscurece en algunos aspectos interesantes -como la conexión de Larry con la mafia o la ruptura entre los dos socios- lo cierto es que te hace pasar un buen rato y te retrotrae a unos tiempos fugaces en los que el SIDA, uno de los asesinos del local, ni siquiera existía.

Cargado de material real que capta la deshinibición general y el rollo desenfreno un poco macarril que se respiraba "American swing" bien podrían servir para comparar semejante libertinaje con los actuales tiempos en los que parece que todo el mundo agradece eso de que el personal se la coja con papel de fumar.

Por cierto, puede verse aquí. Pero no digáis que os lo he dicho.

domingo, 8 de marzo de 2009

El ejemplo de Kevin Carter



Kevin Carter fue uno de los fotógrafos que se trasladó a Sudán en 1993 para dejar testimonio gráfico de la hambruna que, durante esa época, asoló el país africano. Carter era "miembro" del "Bang bang club" junto a Joao Silva, Greg Marinovich y Ken Oosterbroek; este selecto grupo de fotoperiodistas se había hecho internacionalmente famoso por no tener ningún empacho en correr cualquier tipo de riesgo, por estúpido que este fuera, con tal de conseguir la mejor fotografía del conflicto sudafricano (Oosterbroek tenía dos premios como fotógrafo del año y Marinovich fue premio Pulitzer en 1991, posteriormente a la "disolución" del club, Silva y Marinovich han trabajado en otros conflictos como Yugoslavia o Irak). El estilo kamikaze, violento e incluso feroz de su trabajo era el perfecto para describir un momento especialmente feroz y violento de la historia de África.

Kevin Carter viajó hasta la localidad de Ayod donde la ONU estaba llevando a cabo una operación humanitaria en forma de food-center. En los alrededores de la zona, los testigos parecen no ponerse de acuerdo del sitio exacto, descubrió a una niña famélica tumbada en el suelo. A su lado un buitre. Carter inmortalizó dicho momento. Poco tiempo después la foto fue portada del New York Times y a los pocos meses se le concedió el Premio Pulitzer. Es esta foto de aquí.


El fotógrafo sabía que su trabajo escandalizaría y produciría controversia. Lo que no imaginaba es que la mala conciencia occidental dirigiera el debate no hacia las razones por las cuales una niña yacía medio muerta en un páramo de Sudán con la poco recomendable compañía de un carroñero si no hacia las motivaciones que llevaron a Carter a hacer su trabajo y no a auxiliar a la pequeña. Curiosamente esto se supo por boca del propio fotógrafo que reconoció los hechos para luego declarar: "Se que es la foto más importante de mi carrera, pero no estoy orgulloso de ella, no quiero verla. Estoy muy arrepentido de no haber ayudado a la niña".

Pese a todo, la opinión pública fue implacable con Carter. Se le acusó de monstruo, de inhumano, de pesetero, de buscar el reconocimiento a cualquier precio...detrás de eso, claro está, estaba el debate real, ese que nunca se iba a abrir: ¿Hasta cuando vamos a permitir que estas imágenes puedan seguir ocurriendo? ¿Estamos haciendo algo por erradicar este tipo de cosas? ¿Cuantas niñas habrán muerto desde que se hizo esa foto sin que nadie haya movido un dedo?

Carter, que ya tenía un historial de desorden personal importante y había comenzado a comportarse de manera aún más errática perdiendo carretes en aviones y otros lindezas, se pasó el año siguiente contestando preguntas sobre cuestiones de ética y de moral y soportando textos dedicados a su persona como que "el que ha hecho la foto es otro depredador, otro buitre" que lo dañaron mucho más si cabe. Un día Carter abandonó a dos miembros del Bang-Bang, Marinovich y Oosterbroek, en las inmediaciones de Tokoza (Johannesburgo, Sudáfrica) para conceder una entrevista sobre la dichosa foto y, por la radio, se enteró de que a los dos los habían herido de gravedad. Oosterbroek murió. Unos meses después Carter se suicidó enchufando una manguera al tubo de su furgoneta aparcada en la orilla de un río donde solía bañarse de niño.


La historia de Kevin Carter (haceos con el documental "Kevin Carter: Casualty of the Bang-Bang Club" o con el libro "The Bang-Bang Club") siempre significará para mi la capacidad que tenemos para eludir, sea por mala conciencia sea porque nos dejamos llevar por los intereses de terceros, lo verdaderamente importante y ponerlo debajo de los focos. Ocurre cada vez con más intensidad en los medios consiguiendo que perdamos la perspectiva.

Comienzo a estar un poco cansado de que cada vez que alguien habla sobre el Cambio climático se haga más hincapié en el dinero que gana Al Gore dando conferencias que en la cuestión real que no es otra que, en realidad, nos estamos cargando el planeta en el que vivimos. ¿No habéis nunca tenido que soportar un chorreo de este tipo? Comienzan así: "Sí, mucho calentamiento y mucho lo que quieras pero hace un frío que pela...y además Al Gore es un chorizo que se queda con el dinero de la gente ¡Dando conferencias!". Siempre me pregunto: "¿Y qué culpa tendrá Gore de que se deshiele el Polo Norte?". Cuando se habla de África y de echar una mano encontrarás otro discurso del tipo "Las ONGs recogen el dinero de la gente para comprarse palacetes y untarse en caviar iraní". Si se habla del asunto palestino israelí y de la fragilidad de la zona normalmente me encuentro con un grupo amplio de opiniones que van del "es que los palestinos son todos terroristas" hasta el muy complaciente y socorrido "es una cuestión religiosa" dando a entender que como esta es una pelea entre dos super héroes llamados Alá y Yaveh nosotros sólo podemos asistir a la mega pelea de titanes con el rostro cariacontecido que ponen los habitantes de Metrópolis cada vez que a Lex Luthor le da por enfrentarse a Superman.


La Guerra en Irak (un conflicto del que ya casi no se habla) ha sido teñida varias veces de guerra humanitaria, lucha por la democracia, lucha en contra de la proliferación de armas nucleares en el área de conflicto y de solapado comienzo de una especie de "efecto dominó" que tendría como objetivo democratizar el régimen de Irán y, por ende, la cristianización definitiva de los países infieles. De fondo quedaron casi siempre, al menos para una importante masa de personitas, el hecho de que muere gente y de que el control del petróleo era, única y exclusivamente, la razón principal para iniciar una masacre. El caso es que siempre te encontrabas a alguien que te razonaba esto con un sereno "es que a los putos moros hay que meterlos en cintura, que sí, que vale, que no es la mejor forma pero es que hay que hacerlo". A día de hoy todavía se dice, se comenta, que Sadam Hussein era tan malvado que bombardeó a los kurdos con gas mostaza obviando, claro está, que todos los gobiernos que han tenido la posibilidad de pasarse por la piedra a los kurdos lo han hecho incluso siendo buenos amigos de Occidente.


En nuestra España tenemos el ejemplo de las Elecciones Gallegas en las que se ha hablado básicamente de una foto de Anxo Quintana subido en un yate y de unas supuestas reformas que Touriño llevó a cabo dentro de las dependencias públicas de la Xunta que, digo yo, revertirán en algo en su sucesor en el cargo que va a ser el que las va a disfrutar...¿Como osa ningún dirigente del PP en hablar de lujo y ostentación? Claro,como ellos viven como los jemeres rojos, pues no te jode...


Actualmente el chorreo le está cayendo a Garzón. La que hay liada en el PP es bastante gorda, casi un watergate, nos parecemos a Italia peligrosamente pero no, al parecer, lo importante es que este señor coincidió con una cacería con el ex Ministro de Justicia. Nadie ha dicho que los cotos de caza son los sitios donde hay que ir a buscar a los alos cargos cuando se está desencadenando una zapatiesta: Fraga y Álvarez Cascos disfrutaban de una conjuntamente cuando el Prestige se estaba partiendo en dos y tenían el móvil apagado...o fuera de cobertura en ese momento. En nuestro país siempre te encuentras a alguien que te justifica este tipo de cosas con un "no todo el mundo del PP es malo" (claro que no) o "esto lo hace Garzón porque es socialista" y luego te regala un interesante análisis sobre sobre política nacional pese a que nunca lo hayas visto coger un libro -o una papeleta- en su vida.


Que nadie se crea que estos discursos sobre lo externo a un problema real nacen de la nada, vivimos rodeados por gente encargada de alimentar esas líneas de opinión interesadas, esas cortinas de humo necesarias para tapar la realidad, para quedarnos en lo externo. Como decía un alto cargo del gobierno americano: "Si el rabo fuera más listo que el perro el rabo sería el que menearía al perro y no al revés".

Nota del Insustancial: ¿Alguien sabe por qué a Pepe Rubianes nadie le ha hecho un homenaje en la cadena pública? ¿Un homenaje como Thor manda? Pues porque para mucha gente Rubianes siempre será ese tipo que dijo que se "cagaba en España" en un programa de la TV3 y, claro, imaginaos el chorreo que le hubiera caído a Televisión Española por parte de los de siempre. Pues que se sepa que aquello fue otra falsedad interesada, asquerosa, lamentable, bochornosa y estúpida que nos ha alejado de lo realmente importante: Se nos ha muerto uno de los mejores cómicos que ha vivido nunca en nuestro país y no parece que nadie quiera comentarlo. Bueno, Grom sí, pero es que Grom está en todo.
Nota 2 del Insustancial: Todas las fotos de esta entrada pertenecen a reportajes del Bang-Bang Club.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Uno que nos deja: Paul Newman (1925-2008)


El año pasado Canal +, de manera bastante tímida, estrenó la primera temporada de la serie documental Iconoclast. En cada una de las entregas alguien muy conocido elegía a alguien que había marcado su carrera o que admiraba de algún modo.


Paul Newman eligió a Robert Redford. En dicha pieza Redford le preguntaba a Newman sobre todas las cosas que había hecho gracias a ser actor, Newman le decía que había conseguido recuperar el teatro municipal de Newport Beach -su lugar de residencia- y, claro está, adquirir su propia escuderia NASCAR (unas carreras incomprensibles que se celebran en un circuitos en forma de cero) y una empresa de salsas para pastas, ensaladas y carnes. Redford, metiendo la puntillica intencionadamente, le pregunta sobre los beneficios que esos negocios le dejan y Newman muy tranquilamente le dice que la mayoría del dinero recogido se dirigía a cubrir los gastos y que, el resto, lo destinaba a obras benéficas en todo el mundo. Después añadía que prefería pasar a la historia como un buen actor y como una buena persona que como un actor que, en realidad, era un cochino egoísta que se pasó su vida haciendo estúpidas demostraciones públicas de opulencia.


Me he enterado hoy, como todo el mundo, de la muerte de Newman mientras comía con el cuñaíto y a ambos se nos han humedecido los ojillos recordando Dos hombres y un destino y El Castañazo (injustamente obviada de los picados de imágenes de homenaje), Harper Investigador privado, Distrito Apache, El veredicto...que, por cierto, me parece uno de los mejores papeles que se han visto nunca.


Dirán que se ha muerto uno de los mejores actores de la historia y será verdad pero no dirán que el tipo de cine que defendió e interpretó Newman lleva años muerto y que ya es difícil descubrir actores tan buenos por la sencilla razón de que los que están no encontrarán jamás papeles a la altura de su preparación básicamente porque Newman y Brando e incluso Redford hicieron grandes películas que sólo pretendían ser eso, grandes películas y no enormes plataformas para vender merchandising. Es por eso que ya no podemos escuchar frases como "¡Hanihan, tu esposa se lo monta con otra tía!" que, al parecer, molestan a todo el mundo y, claro está, tampoco una película como La leyenda del indomable.

Seguramente si Paul Newman fuera joven estaría trabajando en la televisión que es donde ha tenido que emigrar el talento para que el cine pueda ser ocupado por mercanchifles y/o membrillos de toda índole.