sábado, 27 de septiembre de 2008

Uno que nos deja: Paul Newman (1925-2008)


El año pasado Canal +, de manera bastante tímida, estrenó la primera temporada de la serie documental Iconoclast. En cada una de las entregas alguien muy conocido elegía a alguien que había marcado su carrera o que admiraba de algún modo.


Paul Newman eligió a Robert Redford. En dicha pieza Redford le preguntaba a Newman sobre todas las cosas que había hecho gracias a ser actor, Newman le decía que había conseguido recuperar el teatro municipal de Newport Beach -su lugar de residencia- y, claro está, adquirir su propia escuderia NASCAR (unas carreras incomprensibles que se celebran en un circuitos en forma de cero) y una empresa de salsas para pastas, ensaladas y carnes. Redford, metiendo la puntillica intencionadamente, le pregunta sobre los beneficios que esos negocios le dejan y Newman muy tranquilamente le dice que la mayoría del dinero recogido se dirigía a cubrir los gastos y que, el resto, lo destinaba a obras benéficas en todo el mundo. Después añadía que prefería pasar a la historia como un buen actor y como una buena persona que como un actor que, en realidad, era un cochino egoísta que se pasó su vida haciendo estúpidas demostraciones públicas de opulencia.


Me he enterado hoy, como todo el mundo, de la muerte de Newman mientras comía con el cuñaíto y a ambos se nos han humedecido los ojillos recordando Dos hombres y un destino y El Castañazo (injustamente obviada de los picados de imágenes de homenaje), Harper Investigador privado, Distrito Apache, El veredicto...que, por cierto, me parece uno de los mejores papeles que se han visto nunca.


Dirán que se ha muerto uno de los mejores actores de la historia y será verdad pero no dirán que el tipo de cine que defendió e interpretó Newman lleva años muerto y que ya es difícil descubrir actores tan buenos por la sencilla razón de que los que están no encontrarán jamás papeles a la altura de su preparación básicamente porque Newman y Brando e incluso Redford hicieron grandes películas que sólo pretendían ser eso, grandes películas y no enormes plataformas para vender merchandising. Es por eso que ya no podemos escuchar frases como "¡Hanihan, tu esposa se lo monta con otra tía!" que, al parecer, molestan a todo el mundo y, claro está, tampoco una película como La leyenda del indomable.

Seguramente si Paul Newman fuera joven estaría trabajando en la televisión que es donde ha tenido que emigrar el talento para que el cine pueda ser ocupado por mercanchifles y/o membrillos de toda índole.

2 comentarios:

Paria dijo...

Te dejas "El color del dinero", un ejemplo de la diferencia entre un actor y Tom Cruise

manu dijo...

Como cambian los tiempos. Este notición compartía portada con la muerte de PN: Carlos F., de 'Gran Hermano', amenaza con marcharse del programa

Ejpaña ba bien!