jueves, 3 de marzo de 2011

El amigo Muamar


Resulta que el otrora dominable señor de Libia, Muamar el Gadafi, es en realidad un chiflado un tanto peligroso. Pese a que se aparecía por los países europeos con una jaima del tamaño de la carpa del circo Ringling para establecerla como su domicilio allá donde estuviera y rodeado de un séquito de mercenarios y de odaliscas vírgenes dispuestas a dar la última gota de sangre y morirse sin probar el único entretenimiento gratuito inventado por el hombre (o al menos el más entretenido), pese a su manía de regalar cosas inservibles como camellos o caballos a personas que no podrían subirse a ellos o a presentarse con otros presentes aún más chiflados (pero más útiles o fresquitos) como chilabas morunas o chancletas de punta, pese a que estuvo una temporada con la chungalera mental de convertirse en el adalid del terrorismo internacional patrocinando atentados de manera flagrante...nadie había caído en la cuenta de que el premier libio estaba como unas maracas. 

Ahora, que los libios se han cansado de sus cambios de humor, resulta que sí, que todos de verdad pensamos en Europa que era un loco, pero un loco de los buenos, de esos que dan alegría. Un "tontito" que diría la exigua Celia Villalobos. Un loquito de esos que se llevan un Oscar porque tienen habilidades especiales. En este caso no hacer raíces cuadradas así a las primeras de cambio y sin calculadora o contar cartas en una mesa de Black Jack, el caso de Gadafi era mejor porque tenía la llave de un jugoso botín petrolífero e, imagino, algo así como un territorio inexplorado donde podrían aparecer fosfatos o más gas natural. Ya ves, dejas que el sátrapa se pasee con su ropa decididamente fuera de onda, su cuento panarabista, lo rodeas bien de agasajos, le cuentas el tema de "ey Muamar, a ver cuando te democratizas que me tienes aquello como un serrallo" y le ríes las gracias, le dices a todo que sí, le pones unas medallas que pueda mostrar a la vuelta y, venga. 

Ha resultado que no. Que Gadafi es malo. Malo, pero malo. Un tío tan malo que incluso dispara y tortura a su pueblo. Que detrás de todo el archiperre este de hacerse el Sultán de verdad había un tío que se estaba creyendo el cuento. Toma que sorpresa. Un tío tan malo que te sale, a la mínima, con la excusa de Al Qaeda. Qué cabrón, jugar así con las víctimas reales, con el peligro real de Al Qaeda, jugársela así a los ex socios de Occidente que tan bien se han portado contigo, que te permitieron sentarte a su mesa y jugar a ser "el chico malo pero necesario". 

Eres malo Gadafi. Y ya no molas. No molas porque las dictaduras ya no son rentables y en la búsqueda necesaria de nuevos nichos de clientes, de gente a las que colocarles el muerto de nuestra dañada economía necesitamos otro tipo de gobiernos y, claro está, otro tipo de mercados. Necesitamos gente a la que apuntar en nuestros listados de atención al cliente. Necesitamos nuevos amigos en Facebook, nuevos tuits, más usuarios de Google y, coño, más gente que compre Iphones. Ya no te necesitamos Muamar. Lárgate, te dejamos irte con lo puesto: con todo lo que te permitimos arramplar durante estos años. Sin reproches. No habrá juicios, no habrá invasiones, no habrá condenas. Seguro que todo el dinero que tienes debajo del colchón le sirve a quien te recoja. En el fondo todo son ventajas. Búscate un sitio caluroso y llévate al séquito contigo. Tu tiempo ha pasado. 

Bien mirado Gadafi podría ser un perfecto concursante de un programa concurso de esos donde unas cuantas celebrities pasadas de rosca se dedican a bailar. Qué bueno. Belén Esteban, Carmen Martínez Bordiú y Muamar El Gadafi para mover el esqueleto a golpe de charleston aprendido de las clases del jovial Poti, el tío que le pondría buena cara y le sacaría algo bueno a Satanás. 

Nos salió mal en Afganistán, nos salió mal en Irak pero, cuidado, los europeos tienen la sensación  de que podrían hacerlo bien en el Magreb. No hay duda. Ahí está Berlusconi con las garras en alza pensando en abrir Telecinco en tres nuevos países, Italia pondrá las tetas, los desnudos, no hay una transición sin un aligeramiento de las costumbres, sin darse una alegría, un paseo por el lado salvaje. Nosotros soñamos con exportar los valores de nuestra transición y, claro, a Repsol YPF y a Telefónica pero sobre todo eso, los valores eternos de un cambio democrático que, si nos apuráis un poco, os permitiría quedaros a vivir en el mismo país que una vez jodisteis.


Muamar repite con nosotros: TODO SON GANANCIAS. Recogiste ferozmente durante años y ahora te toca descansar. Sí, es una putada eso de tener que renunciar al sueño de un mundo árabe unido alrededor de tu persona, es chungo ver las imágenes de la gente que una vez tuviste bajo tu bota quemando fotos tuyas (con lo que te costó elegir los fondos) pero, chico, todo tiene un final. Recuerda que no todos los sueños megalómanos se hacen realidad y que ya no tienes edad para resistir viviendo en una cueva como Bin Laden. Es verdad que dicen que Tora Bora está precioso en esta época del año pero, sinceramente, siempre nos engañan en esos folletos publicitarios. 

Ya ves, la gente se ha puesto tonta con eso de los derechos. Ya, es jodido, son egoistas los muy cabrones, los intentaste educar en la obediencia debida pero nada, no han hecho caso. Piensa que son todos unos ingratos que se empeñan en pensar por ellos mismos cuando tú sabes, y nosotros sabemos, que has hecho todo lo posible para evitar que pensaran en otra cosa que en salvar el culo y que no se enterara usía de que hacían chistes a sus espaldas o que le criticaban. La gente está harta, está harta aquí pues imagínate en un país que has esquilmado, en un país rico que te has empeñado en dirigir como si fuera tu parcelita. Pues no, se han dado cuenta de que vale la pena jugarse la vida porque los has metido en una situación en la que no tienen nada que perder y sí mucho que ganar. Culpa tuya por no haberles puesto una válvula de escape, un entretenimiento con el que perder el tiempo...un entretenimiento como comer todos los días. Eso hubiera estado bien. A lo mejor no tuviste que mostrarte tan inseguro y debiste convocar elecciones de cuando en cuando. Elecciones de verdad. A lo mejor la gente te hubiera votado. O no. 

Dicen que esto es un paso hacia adelante. Dicen que esto es un nuevo escenario en el que ya ni estás ni se te espera. Dicen que esto es el proceso natural que sigue la gente cuando se harta de escuchar siempre la misma cantinela. Dicen que la culpa la tiene Yoko Ono pero tu y nosotros sabemos que la culpa ha sido tuya y que este es un marrón que, alegremente, te vas a tener que comer tu solo. Nosotros estaremos en esta orilla esperándote por si quieres venir. Es verdad que muchos piensan que habría que juzgarte con dureza, aunque solo fuera por el asunto ese del avión que mandaste derribar cargado de civiles que, seguramente, no te habían hecho nada pero, ya te digo, estos son unos tiempos magnánimos con los refugiados de primera clase. Te dejaremos poner la jaima donde quieras, aparcar el camello donde quieras, te rodearemos de gente dispuesta a llamarte "Presidente" o lo que te venga en gana, de verdad. Somo así de majetes con los que nos han servido tan bien. En cierto modo, te seguiremos riendo las gracias. Vamos, que no encarcelarte es ya, de por sí, una gracia bastante buena. 

Antes de que esto se convierta en un océano de sangre borboteante, en una inane y dolorosa muestra de fuerza date el piro Muamar, experimenta con algo que te queda por experimentar: hacer feliz a tu gente. 

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