viernes, 10 de julio de 2009

Presagios bíblicos


Ayer hubo tornados en Valencia. A punto estuvimos de llamar a Helen Hunt para que se presentara con su ejército de cazatornados, esos que salían en Twister (Jan de Bont, 1996). Sí, por 1996 la Hunt hacía películas de acción para quitarse la costra de costumbrismo de aquella serie llamada "Mad about you". La verdad es que los 90 fueron loquísimos...lo he podido comprobar hoy después de una excursión a la Playa de Cullera, Raquel me iba señalando todas las discotecas de la Ruta del Bakalao. Puzzle, Barraca, Face, Chocolate, Salitre...todos parecen amenazantes antros cuando se miran a la luz de la tarde y sin medicar. Impresionante vista del atardecer desde el mirador de la Albufera con el agua tragándose, literalmente, este sol blanquecino de tormenta que lleva desde ayer por aquí y que ha hecho bajar la temperatura de 36 a 21 grados en apenas 48 horas.

Sin duda el cielo quiere decirnos algo por aquí. Ya ves. Tornados, tormentas bíblicas, constipados en pleno julio...pero no sólo eso...esta mañana en Canal 9 un presentador ha dicho: Recién llegado del otro mundo...¡Michael Jackson!. Hostias, era verdad, Michael Jackson ha entrado en el plató pegando palmas, bailando dislocádamente y haciendo el moonwalk más largo de la historia, nada más y nada menos que desde la cancela de San Pedro hasta los estudios de la televisión autonómica valenciana. He pensado: "Joder, muertos levantándose...esto es digno de la profecía...que alguien llame al Padre Karras". Luego se me ha pasado porque la persona que ha entrado en el plató era un Jackson, Francisco Jackson para más señas, hijo de esta tierra y doble "oficial" de Jacko. Al ser preguntado por lo que hubiera hecho de haber sido invitado al sepelio del Rey del Pop ha dicho en un claro valenciano: "mantenerme en un discreto segundo plano". O sea, bien, porque no hubiera sido plan de haberle quitado el protagonismo a Stevie Wonder o haber captado la atención de las cámaras en el momento en el que Brooke Shields comentaba lo buena persona que era Michael. La gente de estas tierras es así.


Lo que está claro es que en Valencia las cosas están del revés: las nubes no se levantan, los pajaritos no cantan y los muertos se aparecen por Canal 9. La razón es clara: son muestras del enfado celestial por la próxima crucifixión de un inocente. De un inocente, de un hombre honrado, de un místico que, a la mínima, te casca un discurso en lenguas. Y no lo digo porque sus apóstoles anden jurando en arameo en estos días si no porque Don Francisco Camps habla una deliciosa mezcla de valenciano y español tan rara que sólo podría ser entendida en las praderas del Señor donde acampan angelitos y serafines y Cristo nuestro señor pastorea a su rebaño.

Si Dios castigó a los egipcios con siete terribles plagas para liberar a los judíos no tengo muy claro que hará ahora para liberar a su queridísimo pueblo valenciano quele monta visitas al Papa que ríete tú de los fastos de U2 y es uno de los más devotos del mundo en palabras de la alcaldesa de Valencia Doña Rita Barberá, tan divertida ella, tan campechana y tan milagrera que, a una declaración suya, es capaz de convertir el agua en vino y una lata de anchoas en una cuestión de estado.

Hemos comenzado con las trombas, después con los tornados, pero no me extrañaría que dentro de unas semanas El Cabanyal entero desapareciera y después otro barrio y después otro; que el Turia se convirtiera en sangre y que David Villa acabe fichando por el Getafe.

Todo sea por evitar que veamos como crucifican al bueno de Camps entre dos ladrones. No me extrañaría que muy pronto Camilo Sesto se apareciera en el Oceanografic para cantarnos un temita que le viene al pelo a esta situación...

2 comentarios:

manu dijo...

Esto ya es un expediente X. ¿Jacko resucitó al tercer día? ¿Rouco no dice nada al respecto?

El único formal es el doble. ¿Camps también tiene doble? ¿Por eso necesita tantos trajes?

Señor Insustancial dijo...

Hola Manu,
Un expediente X en toda regla...Valencia está lleno de ellos, puedo asegurarlo.

Lo de los trajes...¡Ay la vanidad! que diría un viejo actor con el que trabajé y contaba animadamente las barrabasadas que le habían hecho cuando le operaron de sus injertos de pelo...

Un abrazo.