Mucho más que los entusiásticos comentarios sobre Avatar (James Cameron, 2009) me ha sorprendido que toda la cohorte de defensores de la cinta no hayan hecho ninguna mención a la influencia que el trabajo de los dibujantes Boris Vallejo, Moebius o Richard Corben (su considerada obra magna, Den, tiene bastante que ver con la película en muchos aspectos) han tenido sobre los diseñadores del Planeta Pandora, escenario único de la película.
Será porque muchos de esos defensores hasta hace bien poco cargaban sistemáticamente contra cualquier película de género que asomase la gaita por nuestra cartelera y la mayoría consideraban el cómic como un arte menor. El entusiasmo, parece ser, es uno de los rasgos definitivos de cualquier converso que se ve obligado a aplaudir con las dos manos bien abiertas y en pie a cualquier cosa que lleva la etiqueta de moderna.
Nadie que haya visto esa película y que tenga dos dedos de frente, o que esté en sus cabales, puede creerse eso de que "Avatar es la película que cambiará la historia del cine" como se nos ha repetido machaconamente desde la bien desplegada maquinaria propagandística del film. Es una película mediocre, con un guión muy malo, es descabellada en todo su planteamiento, plana hasta lo infantiloide (que no hasta lo infantil porque sólo en el primer fotograma de Los Increíbles -Brad Bird, 2004- hay más cine que en todo la nueva de Cameron) y larga como un día sin pan.
De hecho hay algo inquietante en que se diga eso de que Avatar cambiará la historia del cine...espero que no. De verdad. No me puedo imaginar como está, en general, el cine si avanza con ejemplos como este.
Hay algo en todo el entramado publicitario de la cinta que recuerda bastante (y un poco más) al movimiento que Cameron hizo con Titanic (1997). Al parecer Cameron también declaró que había tardado varios años en acometer el proyecto porque la tecnología no estaba lo suficientemente avanzada para retratar fielmente el hundimiento del barco (aunque no tuvo empacho en colocar el cuadro "Las señoritas de Avignon" dentro del propio Titanic pese a que el lienzo de Picasso cuelga en el Museo de Arte Moderno de NY dando a entender que lo importante son los medios y no el mensaje) y la oficina de prensa también dijo eso de que la película cambiaría definitivamente el rumbo de la historia cinematográfica.
¿Nos podíamos creer semejantes cosas sabiendo que el tema principal estaba cantado por Celine Dion?
Cursi, predecible como las películas bíblicas y con un guión deficiente Titanic es, poco a poco, recordada como un bluff, como una especie de locura colectiva. Se llevó 11 oscars. Una cifra escandalosa en su momento y que ahora con cierto sentido común le parece una broma pesada.
Habría que preguntarse por qué a la gente le pareció tan mala Waterworld (Kevin Reynolds, 1995) y, sin embargo, halaga con desvergüenza a estas dos películas ¿No será que Costner se quedó sin dinero para promocionar convenientemente su película? ¿Que tendría que haber despedido a su jefe de prensa? Es posible que así sea porque, sinceramente, no se me ocurren razones técnicas por las cuales Avatar sea superior a la película de Reynolds. De hecho tienen más o menos lo mismo: agua, barcos, una historia de amor, gente repelente a raudales y cosas que dan cosica como Kevin Costner vestido de Aquaman y con unas branquias debajo de las orejas...sustituyamos a Costner por Di Caprio intentando hacerse pasar por un bohemio bebedor de absenta de pasado torturado y tortuoso -pese a tener aspecto de estar recién salido del gimnasio- y tenemos dos películas gemelas. Incluso ganaría la primera que tiene a Dennis Hopper.
En todo caso Avatar es muy mala. Es una película débil que, sólamente se sostiene por el espectáculo visual (no muy original) que supone su metraje.
La cosa va de una corporación malísima que intenta arrebatarle a los habitantes de Pandora un mineral apreciadísimo (no se nos explica para qué sirve) que puede extraerse de debajo del lugar donde viven. A estas alturas ya es para pensar que la cosa es un "Bailando con lobos" (1990, Kevin Costner) -another bluff- o un "Un hombre llamado caballo" (Elliot Silverstein, 1970) o cualquier película que tenga que ver con un hombre que acaba conectando con una tribu extraña a la suya. No es raro pues que el malo sea una especie de remedo musculado, y un tanto gay, de John Wayne. Un malo tan chulo, tan redicho y tan idiota (tanto que revela sus planes, más o menos, en su primera intervención) que cada vez que aparece tienes que reírte un poco.
Sin ninguna explicación, ni de personajes secundarios, ni siquiera en realidad del nombre de la malvada corporación, todo consiste en sentarte y en disfrutar del espectáculo visual. Vaya. Como mirar un Matisse o ver uno de esos montajes que la Fura des Baus monta para la Comunidad de Madrid y que van de epatar mucho al personal pero de no contarte nada ya que, en realidad, los colores y los bailoteos valen igual para celebrar el bicentenario de una ciudad que para saludar la candidatura olímpica.
Es Avatar una película sin significado y sin trascendencia, con una falta de mensaje dolorosa (en tanto en cuanto va de película profunda que quiere contar muchas cosas) y también por desgracia con series contradicciones que nos hacen pensar en que Cameron es un tipo incapaz de articular nada con un discurso medianamente decente. En este punto quiero dejar claro que no creo que, necesariamente, una obra tenga que tener mensaje pero que se exige que, si no lo tiene, al menos no se quiera vender uno. En este caso Cameron invierte 2 horas y 40 minutos en contarnos que "hay que ser bueno con la naturaleza". Guay. Estoy de acuerdo en esto último.
Pero, la verdad, la imagen que Cameron tiene de la naturaleza y, sobre todo, el inquietante hecho de que todos los habitantes de Pandora estén interconectados por una especie de cable USB universal que permite que, entre ellos, se comuniquen a la perfección dando igual que uno sea animal, mineral o vegetal me hace plantearme que Cameron no entiende muy bien las reglas de la biología y que pretende vendernos una especie de extraño discursillo sobre la incapacidad del hombre para "conectar" con su propio planeta cosa por la cual nos lo estamos cargando. Francamente una idiotez repetida mil y una veces y que, claro está, deja fuera del debate el hecho de que la destrucción del medio ambiente planetario tiene más que ver con cuestiones económicas que con cuestiones metafísicas.
Por desgracia para nosotros el director si entiende que el cine es más economía que metafísica o, al menos, más economía que guión. Es por eso que Avatar nos regala algunos de los momentos más sonrojantes de los últimos tiempos y que su guión sea una sucesión de lugares comunes, frases hechas y poses mil veces vistas. Si hubiera que salvar algo yo diría que Michelle Rodriguez, que se llama Trudy Chacón (hace de soldado...una coincidencia en el apellido con nuestra Ministra de Defensa), es lo más salvable de la misma.
Sin duda me quedo con la frase que dijo mi amigo Alex nada más salir del cine y que es el título de esta entrada: "Antes James Cameron molaba pero ahora es la mierda". Un sabio, sin duda.
Será porque muchos de esos defensores hasta hace bien poco cargaban sistemáticamente contra cualquier película de género que asomase la gaita por nuestra cartelera y la mayoría consideraban el cómic como un arte menor. El entusiasmo, parece ser, es uno de los rasgos definitivos de cualquier converso que se ve obligado a aplaudir con las dos manos bien abiertas y en pie a cualquier cosa que lleva la etiqueta de moderna.
Nadie que haya visto esa película y que tenga dos dedos de frente, o que esté en sus cabales, puede creerse eso de que "Avatar es la película que cambiará la historia del cine" como se nos ha repetido machaconamente desde la bien desplegada maquinaria propagandística del film. Es una película mediocre, con un guión muy malo, es descabellada en todo su planteamiento, plana hasta lo infantiloide (que no hasta lo infantil porque sólo en el primer fotograma de Los Increíbles -Brad Bird, 2004- hay más cine que en todo la nueva de Cameron) y larga como un día sin pan.
De hecho hay algo inquietante en que se diga eso de que Avatar cambiará la historia del cine...espero que no. De verdad. No me puedo imaginar como está, en general, el cine si avanza con ejemplos como este.
Hay algo en todo el entramado publicitario de la cinta que recuerda bastante (y un poco más) al movimiento que Cameron hizo con Titanic (1997). Al parecer Cameron también declaró que había tardado varios años en acometer el proyecto porque la tecnología no estaba lo suficientemente avanzada para retratar fielmente el hundimiento del barco (aunque no tuvo empacho en colocar el cuadro "Las señoritas de Avignon" dentro del propio Titanic pese a que el lienzo de Picasso cuelga en el Museo de Arte Moderno de NY dando a entender que lo importante son los medios y no el mensaje) y la oficina de prensa también dijo eso de que la película cambiaría definitivamente el rumbo de la historia cinematográfica.
¿Nos podíamos creer semejantes cosas sabiendo que el tema principal estaba cantado por Celine Dion?
Cursi, predecible como las películas bíblicas y con un guión deficiente Titanic es, poco a poco, recordada como un bluff, como una especie de locura colectiva. Se llevó 11 oscars. Una cifra escandalosa en su momento y que ahora con cierto sentido común le parece una broma pesada.
Habría que preguntarse por qué a la gente le pareció tan mala Waterworld (Kevin Reynolds, 1995) y, sin embargo, halaga con desvergüenza a estas dos películas ¿No será que Costner se quedó sin dinero para promocionar convenientemente su película? ¿Que tendría que haber despedido a su jefe de prensa? Es posible que así sea porque, sinceramente, no se me ocurren razones técnicas por las cuales Avatar sea superior a la película de Reynolds. De hecho tienen más o menos lo mismo: agua, barcos, una historia de amor, gente repelente a raudales y cosas que dan cosica como Kevin Costner vestido de Aquaman y con unas branquias debajo de las orejas...sustituyamos a Costner por Di Caprio intentando hacerse pasar por un bohemio bebedor de absenta de pasado torturado y tortuoso -pese a tener aspecto de estar recién salido del gimnasio- y tenemos dos películas gemelas. Incluso ganaría la primera que tiene a Dennis Hopper.
En todo caso Avatar es muy mala. Es una película débil que, sólamente se sostiene por el espectáculo visual (no muy original) que supone su metraje.
La cosa va de una corporación malísima que intenta arrebatarle a los habitantes de Pandora un mineral apreciadísimo (no se nos explica para qué sirve) que puede extraerse de debajo del lugar donde viven. A estas alturas ya es para pensar que la cosa es un "Bailando con lobos" (1990, Kevin Costner) -another bluff- o un "Un hombre llamado caballo" (Elliot Silverstein, 1970) o cualquier película que tenga que ver con un hombre que acaba conectando con una tribu extraña a la suya. No es raro pues que el malo sea una especie de remedo musculado, y un tanto gay, de John Wayne. Un malo tan chulo, tan redicho y tan idiota (tanto que revela sus planes, más o menos, en su primera intervención) que cada vez que aparece tienes que reírte un poco.
Sin ninguna explicación, ni de personajes secundarios, ni siquiera en realidad del nombre de la malvada corporación, todo consiste en sentarte y en disfrutar del espectáculo visual. Vaya. Como mirar un Matisse o ver uno de esos montajes que la Fura des Baus monta para la Comunidad de Madrid y que van de epatar mucho al personal pero de no contarte nada ya que, en realidad, los colores y los bailoteos valen igual para celebrar el bicentenario de una ciudad que para saludar la candidatura olímpica.
Es Avatar una película sin significado y sin trascendencia, con una falta de mensaje dolorosa (en tanto en cuanto va de película profunda que quiere contar muchas cosas) y también por desgracia con series contradicciones que nos hacen pensar en que Cameron es un tipo incapaz de articular nada con un discurso medianamente decente. En este punto quiero dejar claro que no creo que, necesariamente, una obra tenga que tener mensaje pero que se exige que, si no lo tiene, al menos no se quiera vender uno. En este caso Cameron invierte 2 horas y 40 minutos en contarnos que "hay que ser bueno con la naturaleza". Guay. Estoy de acuerdo en esto último.
Pero, la verdad, la imagen que Cameron tiene de la naturaleza y, sobre todo, el inquietante hecho de que todos los habitantes de Pandora estén interconectados por una especie de cable USB universal que permite que, entre ellos, se comuniquen a la perfección dando igual que uno sea animal, mineral o vegetal me hace plantearme que Cameron no entiende muy bien las reglas de la biología y que pretende vendernos una especie de extraño discursillo sobre la incapacidad del hombre para "conectar" con su propio planeta cosa por la cual nos lo estamos cargando. Francamente una idiotez repetida mil y una veces y que, claro está, deja fuera del debate el hecho de que la destrucción del medio ambiente planetario tiene más que ver con cuestiones económicas que con cuestiones metafísicas.
Por desgracia para nosotros el director si entiende que el cine es más economía que metafísica o, al menos, más economía que guión. Es por eso que Avatar nos regala algunos de los momentos más sonrojantes de los últimos tiempos y que su guión sea una sucesión de lugares comunes, frases hechas y poses mil veces vistas. Si hubiera que salvar algo yo diría que Michelle Rodriguez, que se llama Trudy Chacón (hace de soldado...una coincidencia en el apellido con nuestra Ministra de Defensa), es lo más salvable de la misma.
Sin duda me quedo con la frase que dijo mi amigo Alex nada más salir del cine y que es el título de esta entrada: "Antes James Cameron molaba pero ahora es la mierda". Un sabio, sin duda.
14 comentarios:
Ni he visto Titanic ni creo que vea esto. No me las creo.
Cualquiera va a ver Avatar, ¿eh? Gracias por el post... ¡¡a Rodrigo le encantaría!! ;)
No la he visto ni tengo intenciones de verla. En primér lugár, el asunto "3D", siempre me dá algo de reparo colocame las dichosas gafitas, hasta ahora lo poco que he visto en ese formato era absolutamente deleznable, cuyo interés solo radicaba en el efecto tridimendionál de la proyección.
Y por último, cada véz que contemplo una campaña publicitaria tan machacona sobre un estreno de cine, me asaltan dudas sobre la calidad del producto. Siempre me dá la impresión de que la productora, ante el riesgo de fiasco economico, se gasta hasta la herencia de la abuela en publicidád para recuperár la inversión.
Yo la ví ayer en 3D (bonitos efectos, mala pellícula) me parecio un Gazpacho de pocahontas, parque jurásico, matrix, John Locke y Los pitufos todo amenizado con las luces violetas de las discotecas (Esa que se ve la caspa).
Aqui un link que encontrado hoy.
http://www.tublogdecine.es/wp-content/themes/TBDC3col/img/avatarvspocahontasampliado.jpg
He tenido varias oportunidades de ir a verla y no ha cuajado ninguna; unas veces he declarado que quería que se arruinara James Cameron, otra que eso de ver seres azulones y delgados que sólo les vale la taya M del Zara no me hacía gracia, pero la realidad es que me incomoda que una película necesite ser pronunciada en esdrújula para quedar "cool". ¿Que tendrá de malo decir simplemente Avatar?
Abrazos Mr.
PD: El comentario de supersalvajuan me parece lo más profundo que he leído en mucho tiempo. Qué crack.
6149 No tiene nada malo "decir simplemente avatar" solo se habla de cine, simplemente cine. Y... no se donde lo leí, pero el primer minuto de "Los Increibles" (la de Pixal, Pixar, Pisha... como sea) tiene mas argumento que las tres horas de AGHHHHVatar).
No tiene nada malo decir AGGRRBATAR, pero se atraganta.
PD: POCAHONTAS MOLA MAS (y dura menos)
No, si yo creía y quería hablar de cine, pero como siempre suspendía Lengua (¿se nota?) pues tengo que andar limpiando mi conciencia de alguna manera. La próxima vez me pongo en plan serio y dejo de decir Ávatar (lo siento, pero yo quiero quedar bien delante de los amigos).
Respecto al argumento de la película: Comentas la falta del mismo, vi el trailer y es para agarrarse a algo fuerte, no me extraña que no haya argumento, lo que me sorprende es que se les ocurriera un título para la película.
Saludos.
Paso de ver una peli que es la suma de El Último Samurai+Tron.
(Tron sí me gusto, por cierto, y hecha con los medios de los 80).
QUE LE DEN.
Pero esto lo decidí solo al leer el argumento en un anuncio o algo así, no he necesitado ver a esas gentuzilla azul.
Me cuesta suficiente ganarme el dinero como para irlo tirando a la basura.
Estoy contigo, Cameron esta de capa caida, aunque nunca fue gran cosa.
Hola a todos,
Supersalvajuan,
Pues has ahorrado 10 o 12 euros en la excursión. Enhorabuena.
Noelia,
A Rodrigo le ha encantado. Efectivamente. Pretendemos ponernos a las puertas de los cines con pancartas.
Rodericus,
Sobre el 3D: échale un vistazo a UP que es una maravilla aunque es una maravilla igual en la versión corriente. No tengo tantos reparos sobre el efecto como con el uso, efectivamente. Sí, la campaña es sospechosa de vender un truño muy grande a golpe de talonario.
Jorch,
No puedo estar más de acuerdo.
61 y 49,
Persevera y resiste en no ir a ver semejante cagada. Mejor gastarse el dinero en Celda 211.
Eduardoritos,
Tron era una obra maestra comparada con esto...
Target,
Cameron sí tiene buenas películas como Terminator, Abyss o Aliens. Es una pena que haya abandonado la senda de la cordura para adentrarse en la megalomanía estúpida.
Un abrazo a todos.
Después de leer tu crítica, si te tuviera delante te comía los huevos.
Hola Rafalovski,
Pues menos mal que no me tienes delante.
Un saludo.
Me resulta gracioso que la mayoría de gente que ha comentado en esta entrada sea capaz de criticar una película que no ha visto. Yo ayer la vi por segunda vez. ¿El motivo? Cuando voy al parque de atracciones, me subo varias veces en la atracción que más me ha gustado. Y esta película es eso: una montaña rusa de las guays, un espectáculo visual tan bello que no puedo dejar de defender el cine-espectáculo porque me devuelve a la infancia más inocentona, como película de Cameron, tipo al que respeto sin grandes alaracas como el fabricante de humo que es.
Pero estas cosas se hablan mejor delante de unas birras, Mr.
Hola Blógulo,
A medias contigo, a medias sin ti...
No habría que darle mucho rollo a una película de Cameron si no hubiera sido el mismo Cameron el que se ha dedicado a hablar de la trascendencia filósófica de su película. Con lo guapo que estaba callado...
A mi como peli de entretenimiento se me hizo larga de narices y no me permitió, para nada, entrar en el juego de la peli. No fui capaz de olvidarme de que me la habían vendido como "la película que cambiará la historia del cine" y bla, bla, bla...horror.
Hoy mismo hablaba con mi hermana sobre que si esta película hubiera sido dibujada a lápiz y animada por los medios tradicionales hubiera quedado igual de bien que AKIRA, por poner un caso, y se podría haber prescindido de todo ese rollo de animar cada plano en ordenador.
Pero, es verdad, todo se ve mejor con unas cervezas en la mano...cuando usted quiera.
Un beso enorme.
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