martes, 3 de agosto de 2010

La caza de la ballena



Todos los años salimos a la búsqueda de la mítica ballena. Nos pertrechamos con todo lo necesario pero, sobre todo, con ilusión que es eso que nos mantiene vivos. Mientras el Capitán esté ilusionado lo demás no es ni mucho menos importante. Lo importante es seguir intentando pescar, cargar el barco, los atardeceres pegados a la borda...Si encontráramos a la dichosa ballena creo, que al final, nos daría pena pescarla y la volveríamos a tirar al mar para que nos esperara en la Caleta. Imagino que todos tenemos miedo de que si la pescamos un día deje de tener sentido el volverse a organizar y volver a quedar en el mismo fin de semana de todos los años para volver a escuchar los mismos chistes y realojarnos en el no menos importante Hotel Rosario con su vista espectacular del skyline barbateño.

¿Quien querría volver a Barbate si las ballenas se extinguieran? ¿Si dejara de tener sentido la aventura de perseguirla? ¿De que se te escape un año tras otro?

Entre atunes, ballenas, orcas y bellotas paso estos días con la tripulación (este año más mermada de lo que acostumbra o reenganchado a la misma) en vista de la previsible y necesaria vuelta a la costa marrón donde me espera otra caza menos agradable pero una compañía igualmente buena.

Se me acaba la batería del portátil que me prestan y se me han quedado muchas cosas en el tintero de la máquina esta...ahora me voy a volver a meter en esa piscina con ese pato amarillo, no es una pesca de altura, pero es mi pesca. Pónganse una cervecita bien fría, prometo hacer lo mismo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

vaya, vaya, justo acabo de volver de unas vacaciones balleneras en toda regla! Disfrute de sus cervezas, prometo hacer lo mismo. Por cierto, soy M (la filóloga maña, la del corzo, ¿se acuerda?), he vuelto!

Sirventés dijo...

Bueno, pues ahí está la gracia no? Como aquello que dicen que lo importante no es llegar, sino lo que haces en el camino.

Dante dijo...

me alegro de que tus vacaciones esten siendo buenas, otras no podenmos decir lo mismo (yo no tengo). Un beso solo quería saludarte y decirte que vuelvo por estos lasres del blogeo.

Señor Insustancial dijo...

Cuanto bueno por aquí,

María,
La vida en el mar es la vida mejor. Claro que me acordaba de ti, te hacía desaparecida en una biblioteca buscando el fantasma de María Zambrano.

Sirventés,
La gracia está justamente ahí, en el viaje.

Dante,
¡Me alegro mogollón de tu regreso! Espero que todo te rule de maravilla.

Gracias por los retornos y las nuevas amistades. Saludos a todos.