miércoles, 25 de mayo de 2011

Antònia Font y el público de Madrid


El grupo mallorquín Antònia Font ha tocado esta noche en el Teatro Lara. Vaya por delante que a mi los conciertos sentado me ponen de los nervios, que se vienen a mi cabeza las imágenes de las modositas primeras fans de The Beatles moviendo alocadamente las piernas, mezcladas con las escenas de las matinés del Circo Price inmortalizadas por el NODO y, claro está, las de los actos culturales de la URSS en la que daba igual que estuvieran viendo al Ballet Nacional o un CSKA-Real Madrid de baloncesto porque aplaudían sentados en sus butacas con el mismo entusiasmo contenido y mecánico. Yo soy más de estar de pie, hacer un poco el cafre y bailotear con este cuerpo lamentable con el que he sido dotado. El asunto de estar sentado, así de primeras, como que me pega más para otras cosas y creo, pero eso solo lo creo yo que soy un poco idiota, que a un grupo como este vale más la pena disfrutarlo de pie. Mi compañero de fatigas, el hombre que me ha invitado a semejante evento cultural ha sido el tuitero @pamplinero al que agradezco desde este rincón que me eligiera entre los cientos de miles de pretendientes que existían para esa butaca en tercera fila desde la que, puedo asegurar, no hemos perdido ripio. @pamplinero decía, en la cenita posterior en ese chino que parece una especie de remedo cañí de los restaurantes de Manhattan Sur sito en la "Plaza de los Luna", que distinguía cierta catarsis en el público que se queda con la imagen de haber asistido a un concierto en el que todo el mundo termina jaleando de pie y aplaudiendo. No es mal punto de vista.

Antònia Font es uno de esos grupos, como Mishima por ejemplo, que pese a la barrera idiomática (cantan en catalán con acento mallorquín que es un acento de lo más curioso) se han hecho un hueco en el panorama "indie" nacional. Como ya saben ustedes el "indie" es una cosa completamente inabarcable y heterogénea porque caben en ese saco desde Chinarro a Nixon, pasando por Los Planetas o Sexy Sadie y acabando en propuestas como Love of Lesbians, Manos de Topo o los mismos Antònia Font. Etiquetar a la banda comandada por Miquel Oliver de "pop" o de "indie" sería olvidar que son un grupo con un registro amplísimo de temas, hasta tal punto que se hace muy dificil encasillarlos en alguna corriente concreta ya que cuentan con canciones como "Batiscafo Katiuscas" (la gran ausente del repertorio de esta noche) o ""Wa yeah" que no se parecen en nada. Incluso en su último disco, lamparetes, parecen como obligados a diluirse en una maraña de  influencias para encontrar su propio estilo. 

Con un repaso por este nuevo y brillante trabajo han comenzado su actuación en Madrid para pasar luego a lo que Pau Debón, con algo de chufla, ha denominado "grandes éxitos". El asunto ha ido de menos a más por razones obvias, los temas de este album son mucho menos conocidas que las que llevan sonando un par de temporadas y, por si fuera poco, las maletas y algunos instrumentos del grupo han desaparecido en Barajas lo que les ha obligado a tomarlos prestados de otro conocido músico "indie" que les ha prestado el material a prisa y corriendo hoy mismo. A este contratiempo se ha unido que el sonido del Lara ha dejado un poco que desear en ese primer instante y ha dejado inservible la segunda guitarra de acompañamiento que, a veces empuña Pau Debón, y que su nivel de micro andara acoplado al de la banda y se produjera el conocido efecto "J de Los Planetas" o "canto al mismo nivel de la banda afinando la voz como si fuera un instrumento más". Algo que, a veces, resulta francamente desesperante. 

Sin embargo, y pese a estos contratiempos, Antònia Font ha salido del atolladero técnico poniéndole empeño y profesionalidad y consiguiendo el crescendo necesario para que la cosa quedara en un tonteo con el desastre, posibilidad que siempre acompaña a cualquier actuación musical. 

Si Mick Jagger se quejaba de forma desesperante de que, siempre que presentaban nuevos temas, la gente aprovechaba para ir a comprar perritos calientes durante el concierto lo cierto es que Antònia Font bien podría haberse quejado, en primera instancia, del poco o nulo interés del público madrileño en general y del "indie" en particular por ponerse, en primera instancia, a favor de obra. Han tenido que ser los foráneos, los que vienen de fuera del foro, los que pusieran ese punto de arranque necesario para que la cosa marchara. 

El público de Madrid en general, y el "indie" en particular, suele confundir el silencio de respeto con lo despiadado y tiene un alto nivel de autocomplacencia consigo mismo y sus gustos pero, normalmente, muy poca piedad con el trabajo ajeno. Confundimos, normalmente, nuestra capacidad de juicio con una actitud escrutadora y fría que paraliza a más de un currela artístico. No me extraña. No se de donde sale tanto interés por parecer afectado, por parecer intenso y, sobre todo, por parecer que todo nos coge completamente prevenidos, enterados e, incluso, un poco aburridos. Es desesperante el tono casi litúrgico que comenzamos a conferirle a cada concierto y nuestra incapacidad para disfrutar de las cosas que nos lleva a convertirnos en un público antipático que, la mayoría de las veces, parece que paga una entrada para convertirse durante un rato en Risto Mejide olvidando que, a estas cosas, y salvo completo desastre, se va a disfrutar y a pasarlo bien. Esta dureza de carácter se puede ver en los campos de fútbol (ese Bernabéu mudo ante el séptimo gol de Cristiano Ronaldo haciendo la catapulta mortal, esa pasividad del Calderón ante la enésima gambeta de Agüero en esta temporada), en los toros (Esas Ventas que silban incluso la forma de hacer el paseillo y que escrutan incluso como el matador de turno bebe el "buchito" de agua) o en todo tipo de conciertos donde se suele producir esa especie de pulso criminal en los primeros instantes en el que la masa parece estar diciendo "entretenedme y sorprendedme y, recordad, vais a tener que cagar sangre para sacarme un aplauso que no sea el plas, plas de compromiso entre tema y tema". 

Sin embargo, y como existen los milagros, al final incluso el ácido y despiadado público de Madrid ha de rendirse a la evidencia y suele entregarse en las tres últimas canciones y luego pidiendo bises. De pronto se nos quita la vergüenza, nos olvidamos de que hemos estado sentados, de que queríamos de verdad canturrear en mal catalán las canciones de Antònia Font y sobreviene el levantamiento, el gritoneo fans y el arramblamiento de la fanaticada que, incluso, se ha atrevido a dar palmas de forma sincopada y de practicar una especie de catalá-mallorquí fonético que a la banda de hoy le habrá resonado en los oídos como a las bandas extranjeras les debe de sonar el "guachi-guachi-einsonnn" con el que mal pronunciamos sus canciones. 

En definitiva, Antònia Font son una banda con oficio, unos músicos excelentes que han sabido ganarse al público capitalino que los ha hecho sudar en algunos momentos de la noche con esa actitud de "¿Si aplaudo demasiado creerán que todo esto me gusta de verdad?" que les ha recompensado con dos ovaciones sinceras. Conciertos como el de esta noche son los que te demuestran que en este país existe una música de mucha calidad compuesta y ejecutada por un personal que sabe emocionar al respetable, que maneja a la perfección la escena, que sabe sacar petróleo de cualquier situación ofreciendo un concierto de casi dos horas de duración que ha hecho que "Calgary 88" sonara como segundo bis porque se habían quedado sin repertorio que ofrecer...y, aunque la gente ha pedido "Batiscafo Katiuscas" nos hemos quedado con las ganas. Si pasan por su ciudad no lo duden, pasen a verlos. 

5 comentarios:

Azul Sanchez dijo...

Solo pasaba a saludar...sé que no tiene que ver con el tema que tratas, pero has visto Community, es que recuerdo haber leido una elogiosa entrada a Chevy Chase en este blog y en esa serie esta que se sale....Abrazo!

Anónimo dijo...

hola... una tontería enorme, pero me parece que confundes al cantante pau debon con el guitarrista joan miquel oliver. que el pau es más guapo y canta mejor pero el miquel es el miquel... saludos

Señor Insustancial dijo...

Hola,
Azul,
Community es grande y Chevy Chase más.

Anónimo
Efectivamente me he liado en la redacción del texto. Muchas gracias, ya está solucionado. Perdón

Un saludo.

eduardoritos dijo...

Jo, que mañana toco yo en un bar, y me los has puesto de corbata.

Anónimo dijo...

Sólo diré: ya quisieran los Manel...
Hace tiempo que no volvía por aquí, me gusta el nuevo look..