viernes, 24 de junio de 2011

"Man of the year" (2006, Barry Levinson)


Uno saca muchas conclusiones viendo esta película de 2006:

1. las mejores películas de Robin Williams no acaban de estrenarse en salas comerciales en nuestro país.
2. Barry Levinson es un competentísimo director que ha vuelto a la senda de la muy interesante "Cortina de humo" con esta peli. 
3. "Toys" la dirigió, en realidad, su gemelo malo. 
4. Parece mentira que una película de 2006 esté, de pronto, tan vigente. 
5. Alguien ha fusilado muchos chistes y los ha colado en sus monólogos descaradamente. 
6. Un dato real: Robin Williams y Agustín Jiménez inventaron un mismo chiste casi a la vez. 

Tom Dobbs (Robin Williams) es un cómico que presenta un programa al estilo del de Jon Stewart o Bill Maher (yo creo que queda bastante claro que su personaje está influenciado por el trabajo de estos dos cómicos) que, un buen día, decide hacerle caso a algunos de sus espectadores y presentarse a las elecciones presidenciales americanas. Para ello concurre como "independiente" denostando a los dos partidos mayoritarios (Republicanos y demócratas) con la intención de darle un nuevo aire a las elecciones y presentarse no como un candidato real si no como una especie de apoyo moral para los americanos aprovechando los pocos minutos de gloria de su campaña electoral para lanzar un mensaje sobre la necesidad de renovar las instituciones gubernamentales y darle un nuevo aire a la democracia para que los políticos tengan más en cuenta a los ciudadanos que a las grandes empresas que pagan sus costosas campañas publicitarias electorales y que, a su vez, pagan a grupos de presión para que los congresistas y senadores voten a favor de sus intereses. ¿Les suena todo este barullo? 

Pese a no contar con opciones reales de alcanzar los 270 votos necesarios para convertirse en presidente (270 votos que se reparten entre estados que, a su vez, caen de uno o de otro candidato por medio de un endiablado sistema de votación que ríete tú de la Ley D´Hont) Dobbs quiere seguir en campaña para iniciar una especie de cruzada personal en contra de las tiranías de las grandes corporaciones. 

Mientras tanto, como historia secundaria pero determinante, se nos va contando que una importante empresa ha desarrollado un software con el que se podrá votar eludiendo la papeleta, la urna o el terrible sistema de pinchos y papeletas en forma de mariposa que provocaron los errores de la campaña electoral del año 2000  (Bush-Gore) pero, claro está, una ingeniera llamada Eleanor Green (Laura Linney) descubre que el sistema tiene un fallo que hace que uno de los dos candidatos vaya a ganar aunque sea el más votado. No es que el sistema esté trucado adrede es que, simplemente, tiene un fallo que, la empresa, se niega a solucionar por una sencilla razón: de descubrirse haría que las acciones de la empresa bajaran y, sobre todo, que la venta del software electoral a otros países se paralizara. Deciden dejarlo pasar. ¿Les suena? ¿Saben todas esas personas que abogan por el voto electrónico que, por ejemplo, se le podría encargar este proceso a una de esas enormes corporaciones que podrían sentir, de pronto, la necesidad de no arreglar un sistema informático fallido? A mi la posibilidad me dejó tieso. 

"Man of the year" nos lleva por los derroteros de la política ficción interesándose por detalles que, actualmente, tienen más vigencia que cuando la película se estrenó, sin ruido, hace cinco años. Es una película solvente con dos protagonistas de lujo y dos increibles secundarios: Lewis Black (que aparece frecuentemente en Tonight Show y Real Time) y Christopher Walken bordando el papel de representante de Tom Dobbs. A partir de ahí se defiende un guión que bien podría estar extraído de la experiencia electoral del cómico frances Coluche (que también se presentó a las elecciones de su país y se retiró ante la posibilidad de que la broma fuera más lejos de lo que había previsto)  y que envuelve el realismo, la posibilidad de que los Estados Unidos vuelvan a elegir a otro actor como presidente (Ronald Reagan, ¡la madre de Alá!) y unas cuantas preguntas éticas sobre la actual situación de la democracia y la mala salud de la clase política y empresarial. 

Una película que debería de verse desde la conciencia actual porque, aunque sea una película, aclararía las más básicas dudas de cualquier persona dispuesta a no meter la pata al hablar de política y, sobre todo, la posibilidad de pasar un buen rato. Como dice el amigo Paco Fox, "al final, las comedias americanas siempre acaban fallando en el tercer acto" y es posible que aquí así sea pero, chico, que camino más agradable. 

3 comentarios:

Mylodon Darwinii Listai / Milodón dijo...

Ciudadano Rob Williams

Azul Sanchez dijo...

Apuntada! gracias por compartir

Señor Insustancial dijo...

Mylodon,
Tiene ciertos paralelismos con "Ciudadano Bob Roberts" pero esta es, francamente, mucho más suave. Sin duda.

Azul,
De eso se trata.