miércoles, 25 de septiembre de 2013

Eurovegas, SÍ. Por supuesto: la nueva cultura cybertacky



El cyberpunk nos enseñó que el desarrollo tecnológico no tenía porque ser un indicativo de salud económica, social o ecológica. Lejos de las primeras propuestas optimistas de los papás de la ciencia ficción o del futurismo europeo que hablaban de un individuo liberado de la condena divina de la supervivencia a través del trabajo gracias a la invención de ingeniosas computadores y robots pronto la II Guera Mundial y la invención de la bomba atómica o la asimilación de las ideas futuristas por parte del fascismo italiano se inició una tendencia de pensamiento que concluía que esa tecnología podía volverse contra nosotros mismos y, luego, ahondaba en la posibilidad –reforzada por el redescubrimiento occidental del budismo zen japonés- de que estas mismas máquinas tomaran conciencia de su existencia, aprendieran el concepto de alma y se revelaran contra sus creadores del mismo modo que el ser humano se había revelado contra los mandatos de sus propios dioses.

El cyber-punk ahondó, consciente o inconscientemente, en tesis económicas marxistas y anarquistas para ofrecer tres terribles conclusiones:
1.  
1. a dependencia tecnológica para el desarrollo desembocaría en la creación de una nueva oligarquía sustentada sobre la propiedad de dicha tecnología esclavizando al resto de la humanidad.
2.       
La tecnología más avanzada que hoy resulta costosa y cara mañana será desarrollada por unos medios de producción de costes más bajos siendo accesible para toda la población que la consumirá en masa ahondando las diferencias económicas entre la masa social trabajadora y la nueva oligarquía.
3.       
La necesidad de mayor demanda de producto y el abaratamiento de los medios de producción atraería la necesidad de una fuerza de trabajo contratada por menos dinero y que trabajara más horas, la degradación del entorno natural por la extracción de las materias primas, el aumento de la contaminación debido a la sobreindustrialización y, claro está, un panorama futurista pero, a la vez, instaurado en una base que habría abolido las bases de las revoluciones obreras del siglo XX de un plumazo.

Así la maravilla de poder comprar un ojo biónico, pagar por la clonación de una mascota o un ser querido, la ingesta de nanorobots que curen nuestras enfermedades o de drogas sintéticas y bioeléctricas que nos hagan olvidar nuestro dolor son parte de la pesadilla y no del sueño de vivir en un mundo completamente tecnológico.

Por desgracia el cyberpunk no acertó sobre muchos de los avances tecnológicos previstos –algunos paralizados por nuestro propio intelecto y otros por el debate filosófico y teológico sobre la investigación genética- pero sí en sus predicciones económicas y sociales.  
El momento histórico actual parece más bien una especie de situación híbrida entre la utopía  de la ciencia ficción clásica y la distopia cyberpunk.

Catar y los emiratos árabes, Singapur o Kuala Lumpur, estéticamente, pertenecen al sueno de la ciencia ficción: ciudades artificiales construidas con la ayuda de la mejor tecnología para albergar los edificios más impresionantes jamás construidos y una capacidad inmensa no ya de adaptarnos al medio para sobrevivir en él si no de modificarlo para que también nos sirva como parcela de ocio. Es así como hemos conseguido que existan campos de golf en el desierto o, vaya, pistas de esquí a orillas del Golfo Pérsico.

Por desgracia la tecnología todavía no está tan desarrollada como para sustituir  a los obreros por robots que construyan estos paraísos y, por eso, la construcción de estos complejos necesita de una mano de obra sobre todo no especializada y tremendamente barata para afrontar los presupuestos de forma exitosa. Es más, el mantenimiento posterior es tan necesario que se necesita también reabsorber a un porcentaje de esos albañiles en trabajadores permanentes de estos complejos. También por sueldos bajos y trabajando en turnos de doce horas diarias.

Antes era imposible pensar en trasladar una fuerza de trabajo inmensa de trabajadores de la construcción desde Pakistán, Bangladesh, India o Filipinas hasta estos puntos tan alejados pero ahora sí es posible gracias a que, en términos de comunicación aérea, vivimos un momento de desarrollo puntero. Es posible, factible y gratis porque son las propias compañías constructoras las que ofrecen los puestos de trabajo y la posibilidad a sus trabajadores de que se les descuente el precio del billete de avión en el cobro de las primeras nóminas.

Los trabajadores de estos macrocomplejos son instalados en zonas apartadas de las ciudades donde participan en la construcción de estos poblados hechos con casetas de obra prefabricadas. Otro ahorro inmenso de costes. La manutención y los gastos correrán de su cuenta.

Las ciudades concebidas para el placer, para que la humanidad de olvide del trabajo, del dolor, de los avatares de la existencia, por tanto, necesitan de la distopia cyberpunk para ser construidas ante la ausencia de robots obreros amén de otras muchas cosas, claro está.

Si ni la utopía ni la distopia cyberpunk se han cumplido del todo (ni replicantes, ni jardines del edén instalados dentro de cúpulas de metacrilato) es posible que tengamos que ponerle un nombre a todo esto. Propongo “CyberTacky” (Cyber hortera).

Porque no hay nada más hortera que lo ostentoso y no hay nada más criminal que construirlo tirando de las peores formas de esclavización posible. Una esclavización que en primer y doloroso término afecta a la situación de esos trabajadores pero que tiene una ramificación más suave y sutil en todos nosotros que se demuestra en la fascinación del hortera de clase media que admira fascinado las obras de Catar y pasa también por la desinformación absoluta sobre la forma en que se están llevando a cabo estas construcciones. Desinformación que cuenta con la colaboración de nuestros medios, no es plan eso de andar teniendo que renunciar a unas jugosas inversiones publicitarias pagadas por las oficinas de turismo de esos países y también de un sistema económico que depende casi exclusivamente del petróleo que mana de esos países.
¿Sabemos que estos países son ferreas dictaduras? Sí, lo sabemos y lo aceptamos con cierta alegría como también aceptamos y toleramos que parte del dinero de los emiratos vaya a manos del terrorismo islámico.
En el pasado muchas empresas norteamericanas como Nike se convirtieron en multinacionales prestigiosas y multimillonarias gracias a trasladar sus centros de trabajo a países del sudeste asiático donde la mano de obra era mucho más barata y las leyes de protección del trabajador muchísimo menos exigentes. Además no existían los sindicatos norteamericanos que siempre se ponen muy quisquillosos con respecto a estas cuestiones. General Motors destruyó gran parte de la economía de los Estados Unidos marchándose a México por esas razones y, en nuestro país, hemos visto como muchas multinacionales han cerrado sus plantas aquí para marcharse a otros países más baratos.




El “Cybertacky” llegará a Alcorcón, a pocos kilómetros de Madrid en forma de Eurovegas. Un macrocasino que ha aterrizado en nuestro país con la promesa de dar puestos de trabajo y generar riqueza.

El asunto, como sabemos, se nos vende como un avance, como un destino utópico y como la salvación de gran parte de la situación insalvable en la que nos vemos sumidos. Es curioso, insisto en mi anterior entrada de este blog, que un partido que ha parecido siempre muy preocupado por acabar con el ocio nocturno en la capital de España (y allí donde ha podido cargárselo) vea ahora en Eurovegas, una ciudad artificial cuyos beneficios vendrán justamente de un tipo de ocio menos inofensivo que tomarse un  whisky-cola a las cuatro de la mañana en un bar, celebre la llegada de unas instalaciones cuyos dueños insisten en que las leyes españolas son un muermazo.

Sí, amigos, las leyes españolas son un muermazo porque son muy tiquismiquis con los horarios y con el consumo de tabaco dentro de los bares. Ahora resulta que unos norteamericanos nos dicen a nosotros que no sabemos divertirnos. Será verdad.

Pero lo menos preocupante de Eurovegas es que sus promotores, Las Vegas Sands, quieran tener horarios de 24 horas o que se permita a los jugadores fumar mientras echan unas tragaperras. De hecho estoy a favor. Todos estamos a favor.

Me preocupa más el hecho de que los que nos venden el proyecto, el PP madrileño, sean partícipes de la situación económica en la que sobrevivimos y en el hecho inconfundible de que todas las medidas que han tomado hasta ahora no han servido para nada. Si como sostenían Los Pelayos para triunfar en la ruleta había que estudiar la tendencia de la misma durante días tendremos que estar de acuerdo en que la tendencia del PP no es buena y lo que creen que es una mano ganadora bien podría ser uno de los muchos faroles que se han estado tirando en los últimos tiempos.



¿Será Eurovegas rentable? Teniendo en cuenta las exenciones fiscales que han pedido es posible que no lo sea para las arcas del estado porque se recaudará bastante poco en concepto de impuestos. Me preocupa este asunto, que el PP siempre considera menor, porque es de ahí de donde sale gran parte de la riqueza de un país: de la administración de su caudal público. ¿Por qué Las Vegas Sands tiene derecho a unas exenciones fiscales que no podrán disfrutar los dueños de los restaurantes de Alcorcón? Pues nadie lo sabe. 

Todo parece una cuestión de volumen de negocio: tienes derecho a ser tratado diferente en tanto en cuanto vayas a tener más beneficios.

Entiendo que Adelson y su multinacional quieran recuperar la inversión de Eurovegas cuanto antes atrayendo al mayor número de turistas posible a sus instalaciones para retenerlos vaciándose los bolsillos el mayor tiempo posible (no hablo solo de juego si no también de discotecas, pubs, espectáculos etc.) y que quieran jugar la baza de pagar menos impuestos para comenzar  a marcar números positivos en sus libros de cuentas en el menor tiempo posible pero no sé si me hace gracia que lo hagan a costa de unos cambios de legislación fiscales de los que nadie más que ellos podrían beneficiarse.



Pero esto solo es el principio porque, en realidad, todas estas medidas parecen desaforadas y ofrecidas en un punto de la negociación en que Las Vegas Sands sabe que no hay negociación posible. Tampoco el PP madrileño está jugando una baza que podría ser interesante: Adelson quiere un macrocomplejo en Europa pero no parece que, excepto España, ninguno de los países más afectados por la crisis parezca interesado en participar en la construcción del complejo. Hablo de Portugal o Grecia que pasan por un momento económico complicado.

En esa especie de subasta pública sobre la instalación de Eurovegas Francia, por ejemplo, no demostró el interés que sí tuvo cuando se partió la cara por ser la sede del Disneyland europeo y, a la misma, solo acudieron dos ciudades españolas: Madrid y Barcelona. Que el PP y CiU sean los partidos gobernantes y hayan puesto el mismo interés compartiendo, más o menos, los mismos escándalos financieros y hayan adoptado decisiones similares con respecto a la sanidad y la educación parece la última coincidencia ideológica entre dos formaciones que se muestran muy interesadas, sin embargo, en parecer antagónicas.

La cuestión de fondo, la que parece más preocupante, la que determinará si queremos un poco de esa nueva cultura “cybertacky” en nuestro país parece continuamente disimulada pero parece la más grave: ¿Quién va a construir Eurovegas y quién va a trabajar en Eurovegas?

Las redes sociales, ese espejo deformado y valleinclanesco, insiste mucho en mosquearse por el tema de la ley antitabaco pero, en realidad, dos de las condiciones que Las Vegas Sands ha hecho llegar al Gobierno de la Comunidad de Madrid y hoy mismo a Rajoy son más sorprendentes:

1Una nueva reforma laboral que elimine, de facto, el concepto de “sueldo mínimo” en el que el trabajador cobrará única y exclusivamente las horas de trabajo sin recibir ni una sola ventaja. Ventajas tales como, por ejemplo, vacaciones pagadas.
2.      
La agilización de los trámites para conseguir un visado.

La primera es tan ridícula y evidente que no hace falta comentarla pero la segunda, que fue comentada en un debate de la semana pasada sobre Eurovegas en el Canal 24 horas de TVE, es un tanto chocante.
¿Para qué necesita Las Vegas Sands que se aligeren los trámites para conseguir un visado? El siempre simpaticón Alfonso Rojo, un hombre que se tira a cualquier piscina sin preguntar primero la profundidad de la misma, extendió un pliego de descargo que comienza a repetirse de manera insistente: La medida facilitará la llegada de jugadores multimillonarios de otros países que podrán pasarse aquí el tiempo que crean necesario perdiendo su dinero.

Bien, eso sería factible si pensamos en unos términos en los que Eurovegas será una especie de casino de Montecarlo completamente exclusivo y el panorama del juego internacional se basara en lo que hemos visto en las películas de James Bond.

La riqueza de Eurovegas, como de Las Vegas, no vendrá de esos pretendidos jugadores multimillonarios (son pocos en todo el mundo aunque parezca lo contrario) si no de atraer a un turismo más popular que vendrá atraído por un paquete básico: vuelo charter+hotel+all you can eat.

Es decir, Eurovegas se parecerá más al “Spring break” que se viene celebrando en Lloret de Mar en los últimos años que a Montecarlo. De hecho si se nos insiste en la riqueza que va a generar Eurovegas se nos insiste, a la vez, en que esta vendrá gracias al aumento del turismo en nuestro país que ya no llegará solo en el verano si no durante todo el año.

Ya, por enredar, es difícil pensar que un jugador de ruleta chino quiera permanecer en nuestro país jugando ininterrumpidamente durante un periodo superior al que le brinda un visado turístico actual. Digo yo que no habrá muchos magnates rusos que se hayan instalado en Las Vegas o en Macao para jugar durante uno o dos años.


Como decía en una antigua entrevista Servando Carballar, líder de Aviador Dro y sus obreros especializados, hablando sobre un presunto aligeramiento de la propuesta de su grupo pero que bien podía ser aplicada a los preceptos del cybertacky este solo es posible en un momento en que tenemos más en cuenta el radicalismo de las masas que el experimentalismo de las élites. Y más cuando no hablamos de la instalación de un pequeño complejo de cinco o seis estrellas, discreto y mono que albergue solo a clientela VIP si no a eso, a un macrocomplejo de varios casinos, 3000 habitaciones de hotel etc. 

¿Para qué se necesita entonces agilizar estos visados? La respuesta hay que buscarla en la pregunta sobre quién será la fuerza de trabajo de Eurovegas. Una fuerza de trabajo que tendrá que venir de fuera de nuestro país y que necesitará visados en regla ofrecidos en muy poco tiempo para permanecer aquí durante dos o tres años hasta la finalización de las obras y luego, en parte, ser reabsorbido en equipos de mantenimiento y limpieza del propio complejo.


El modelo “cybertacky” es uno y universal y, por tanto, los obreros españoles parecerán caros con respecto a la posibilidad de atraer a trabajadores de otros continentes por sueldos míseros.

Si hablamos del flujo laboral que ha sido necesario para mantener el ritmo de construcción en nuestro país durante la burbuja inmobiliaria y que benefició el traslado de cuadrillas de Extremadura, Castilla o Andalucía hacia grandes obras y de que esta se reproducirá para la construcción de Eurovegas tenemos que tener en cuenta que este trabajo sí resultaba rentable para un obrero porque las constructoras patrias ofrecían sueldos altos, traslados gratuitos y, en los casos que yo conozco, alojamiento.

Si Las Vegas Sands pretende construir Eurovegas en un tiempo record gracias a turnos de 12-14 horas, ofertando sueldos por debajo del sueldo mínimo actual, sin horas extras, sin facilitar dietas ni alojamiento (al menos digno) va a tener un problema grande, en tanto en cuanto, no conseguirá todos sus trabajadores en nuestro país y, por tanto, tendrá que buscarlos fuera. Seguramente porque ya piensa buscarlos fuera porque ya ha construido otros casinos bajo estos mismos presupuestos de precariedad laboral.

Es posible que me confunda y que haya albañiles a los que no le importe trabajar en Madrid de Lunes a Sábado (se acabó eso del horario de la construcción de librar de viernes a domingo) en turnos que exceden en 6 horas el horario laboral establecido por nuestra ley, pagándose sus gastos pero me temo que serán los menos. Serán los que tengan una situación más precaria y, por tanto, permitir que esto ocurra no es más que extender un poquito más el límite de la desvergüenza nacional.

Teniendo en cuenta esta experiencia yo diría que el número de puestos de trabajo generados por Eurovegas será más bien bajo tanto en su construcción como luego en su instalación si no, sinceramente, todo este asunto un poco turbio de los visados no se hubiera puesto sobre la mesa y, mucho menos, el hecho de que Las Vegas Sands tenga la posibilidad de contratar a quien quiera, como quiera y donde quiera.

El problema de Eurovegas no es que sea feo o que haya objeciones morales a que la gente se divierta como quiera. El problema de Eurovegas es que huele a tongo, que apesta a carta marcada y a dado cargado y que, al final, hay que pensar que la banca siempre gana porque no hay manera de ganarle dos veces seguidas a la estadística ni a la tendencia.


Eurovegas no será estéticamente un horror como no lo son los complejos turísticos de los Emiratos árabes pero, sinceramente, la construcción de esta utopía no es posible sin la distopia del cybertacky. Si estamos dispuestos a dejarnos engañar por unos tahúres o a pensar que estos tahúres nos permitirán disfrutar de sus beneficios es porque nos hemos sentado a echar unas manitas de poker y llevamos un rato intentando buscar al tonto de la partida…ha pasado el suficiente tiempo como para que nos demos cuenta de que el tonto somos nosotros y que nos van a desplumar.

Bienvenido sea el cybertacky, elevemos este canto hacia la tecnología punta puesta al servicio de la esclavitud y el ocio y digamos todos juntos: Eurovegas, sí. Por supuesto. Como no. 

2 comentarios:

Juan L. Iglesias dijo...

Sobre Adelson, Las Vegas Sands y la FCPA: http://eldiario.deljuego.com.ar/submenuanalisisdelarealidad/4654-adelosn.html
Aunque date ya del año pasado. Eurovegas NO se construirá.

Jorge Ramiro dijo...

Es increíble tener la posibilidad de viajar a nuevos lugares y a mi me encantan las cosas asombrosa e impactantes. Por eso desde hace rato tenia ganas de hacer un viaje a las vegas y estoy buscando promociones en internet de diversos hoteles