sábado, 19 de septiembre de 2009

You´ve come a long way, baby (de la obra maestra de Fatboy Slim y algunas otras cosas)


Entre el 2000 y el 2001 escuché mucho un disco titulado como el título de esta entrada. Está firmado por Fatboy Slim uno de los músicos más inquietos de los últimos años. Cuando se llamaba Norman Cook (primero de sus nombres artísticos ya que en realidad se llama Quentin Leo Cook) y tocaba el bajo formó los siguientes grupos: The Housemartins, Beats International y Freak Power. Todos ellos, de algún modo u otro, alcanzaron el número 1 de las listas inglesas y Cook pasó desde 1985 -año de su entrada en The Housemartins- hasta la disolución de Freak Power en 1997 tocando casi todos los palos (pop inglés, soul, funk, dub, rock, trip hop, Acid house, jungle...).

Sin embargo ninguna de sus dos últimas formaciones habían enganchado al público: Beats International había sido una formación de un sólo éxito atrapada por la etiqueta de ser una banda de Dub, un sonido agotado a las primeras de cambio, y Freak Power había nacido como una banda de funk elegantona que debería de haber vendido millones de discos después de que Levi´s eligiera una de sus canciones como BSO de uno de sus anuncios pero, nada, se quedó ahí.

Cook, algo deprimido pero con dinero en el bolsillo, decidió darse un tiempo libre y descubrió Ibiza donde conoció la primera andanada de música electrónica que arrasaba en Europa. En la isla todas sus influencias musicales eclosionaron agitadas por la marcha y la ingesta de drogas (éxtasis a un precio de 90 euros la pastillita...digamos que su alto precio se debía a su bajísima adulteración y a que era conocida como "la droga del amor" desde mediados de los años 80) y Fatboy Slim -que ya había sido aleccionado por los Chemical Brothers- se lanzó al descubrimiento de un nuevo sonido llamado: Big Beat. De todo el disco, y por cuestiones meramente sentimentales, me quedo con esta canción titulada "Praise you". Vídeo firmado por Spike Jonze que lidera al grupo de marcianos bailarines.





En el programa en el que trabajaba para Disney Channel hicimos una versión de este videoclip que quedó bastante bien. Durante aquella época la pinché en un bar durante la fiesta de fin de rodaje de un corto de Arturo Ruiz titulado "Capitán General" y recuerdo aquella noche como una noche grande, casi tan grande como la noche en que pinché en el Castillo de Castilnovo (Segovia) en una fiesta donde la organizadora se empeñaba en que pinchara de un tirón y de manera ordenada los seis cedés que me había entregado numerados del 1 al 6 con todas las canciones que le gustaban, sin mezclar y sin alardes. Nada más que cosas que le gustaran. A la hora de aquel horror y aprovechando que estaba sonando Waterloo de ABBA corté el tema a la mitad y pinché Praise you porque de pronto me entró un terrible ataque de dignidad (¡Soy el jodido pincha de esta mierda no el puto locutor de los discos dedicados!...es curioso pero en mis monólogos interiores hablo con el mismo tono y usando los mismos giros de los doblajes de las películas americanas) y me pareció que la noche era estupenda, la temperatura era genial e iba a pasar mucho tiempo hasta que tuviera la oportunidad de pinchar en un sitio tan cojonudo como aquel como para desperdiciarlo poniendo una amalgama insulsa de Camilo Sesto, OT, Juanes, Shakira y Siempre Así además de algunos horrores de los 80 (este y este principalmente).



Pero, sobre todo, lo que me movió a pincha esa canción es que andaba metido en una relación que hacía aguas por todas partes y mi novia de aquel entonces me había dejado allí mismo para largarse al hotel a hablar con su ex novio para mantener una larguísima charla telefónica.

Y puse esa canción porque es una canción triste que se puede bailar como si no te enteraras de nada y porque, en el fondo, sabía que me ahuyentaría la sensación que me estaba invadiendo de estar en el mejor lugar en las peores circunstancias posibles. Un poco como le pasaba a Norman Cook antes de convertirse en Fatboy Slim y descubrir que su vida podía tirar por otros derroteros.

Y he recordado esta historia después de la proyección-presentación-estreno el jueves 17 de "Hollywood no existe" (1, 2, 3 y 4) donde me reuní con la mayoría de la gente con la que descubrí esa canción. Gente que siempre ha estado ahí en los malos y en los buenos tiempos. Que tengo nuevos amigos a los que también elogiar/alabar/poner por las nubes como debo y alguien muy, muy especial a quien cuidar (aunque no se deje). Porque da igual que te llames Norman, Quentin, Leo, Raquel, Cheronne, Cacho, Jacobo, Enrique, Cesar, Marcos, Vinchi, Misskiddo, Nixon, Richi, Galán, Clavijo, Cocreta, Maño´s, Cerro´s o Señor Insustancial lo importante es que descubras cuál es la música que quieres tocar y que esta suene bien y haga bailar a la gente y a ti mismo. También que el viaje sea emocionante, pero eso, claro está, ya es otra historia.

4 comentarios:

Edu Galán dijo...

A mí me molo lo de la poli, que nos desalojó como a los Beatles de la azotea de Apple.

Semos peligrosos, vaya.

Señor Insustancial dijo...

Ciertamente fue rejuvenecedor ver que todavía estamos en edad para enfrentarnos a la "pulicía". Y digo "pulicía" porque hacía años que un uniformado no me hablaba de manera tan chunga, la verdad.

Un abrazo.

jacobites dijo...

lo que no os disteis cuenta ninguno es que ese espectaculo final eran una compañia de teatro.

Señor Insustancial dijo...

Yo me sentí jovencísimo...