miércoles, 24 de marzo de 2010

Cosas del mundo interior.

Hay cosas que me hacen una gracia infinita pero que, en el fondo, me dan una pena infinita también. Es lo que Alex de la Iglesia definió hace años como "ascopena" y que Joaquín Reyes incorporó al vocabulario "chanante" como "dar cosica". No es bochorno, no es violencia, no es vergüenza ajena del todo porque, en todo caso, cuando uno siente "ascopena" o "cosica" se siente, por narices, algo de compasión.

A mi me pasa cuando la gente es enormemente interesada. Estando hace algunas fechas ya junto a un amigo muy querido en un local nocturno se nos acercaron unas muchachas con la sanísima intención de vacilarnos. Dirigía el cotarro del "ja-já" una mujer/modelo/actriz interesada en entretenerse un poco despedazando a dos pobres diablos, tal es nuestro aliño moral, que no se estaban metiendo con nadie (bien fuera por cansancio, bien fuera porque el alcohol, que es caprichoso, unas veces amodorra y otras te convierte en un hooligan).

Paralizados por la Diosa y su cohorte celestial que se aparecían ante nosotros con medidas y escotes ultraterrenos, gráciles movimientos que dejaban adivinar centímetros de piel desnuda tras los que se adivinaba un alto presupuesto en cremas y tratamientos o, peor, una privilegiada herencia genética nos dejamos zarandear y entre risas y presentaciones quedamos de nuevo frente a ellas, observados como la mujer barbuda y el hombre elefante, como los freaks de la Barnum, como los fetos deformes que descansan en las baldas de los laboratorios de las facultades de biología. Cuando me pasan esas cosas me da la sensación de que vivo dentro de una barraca de feria y que fuera hay un tío con un canotier y un bastón diciendo: "Pasen y vean, pasen y vean".

El diálogo posterior, sin embargo, dio un giro a los acontecimientos:

-"¿Y a qué se dedican estos chicos tan guapos?".

Nos disparó al corazón la Hembra-Alfa fenotipo "mujer/modelo/actriz" provocando un murmullo malintencionado entre su corte de amigachas . Cuando me dicen algo así se que estoy frente a una persona que tiene mal la vista o que tiene un gusto deplorable. A veces, ambas cosas. 










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