¿Se comerían ustedes una tarta de 52 pisos en las que se hubieran remezclado 52 sabores diferentes entre finas capas de bizcocho? ¿No les duele el estómago sólo de pensarlo?
Pues lo que sirve para la repostería sirve en España para hacer series de televisión. En casa nos hemos quedado huérfanos de nuestras citas con CSI, House, Perdidos, The Pacific y Hermanos de sangre y, ya sólo nos queda, disfrutar de "La que se avecina".
No es un mal plan en realidad. Pese a sus evidentes errores, la sal gorda, los chistes sacados de cintas de gasolinera, las tramas costumbristas y la puesta en escena sainetera "La que se avecina" es, posiblemente, la serie donde peor se habla, más barbaridades se escuchan, más violencia física se ve y menos mensaje se recibe. Es una comedia mostrenca que ha sabido leer perfectamente lo que es actualmente nuestro país: un lugar que se niega a perder lo peor de sus raíces casposas y, sin embargo, tampoco tiene empacho en recibir todas las cosas de la modernidad.
Miren a su alrededor y descubrirán que los paletos de hoy van vestidos como los de ayer pero con más colores y portan consigo una ingente cantidad de material tecnológica que les sirve, teóricamente, para comunicarse. Nunca la gente tuvo más cosas para decir lo que pensaba y, seguramente, menos cosas que decir.
Es la serie producida por José Luis Moreno una cosa, un invento, un asunto que se estudiará dentro de unos años como la demostración de que el revoltijo también vale pero, sobre todo, que en España nadie se conforma con poco y preferimos mezclar muchas cosas y ver si la cosa vale. "La que se avecina" apesta un poco a cocido porque, en realidad, está concebida bajo el mismo concepto que el cocido: echar cosas a un puchero con agua hirviendo a ver si nos sale una comida consistente que sea sopa, garbanzos, carne, ropa vieja, arroz al horno, croquetas...¿No es maravilloso?
En realidad en "La que se avecina" caben todas las series: hay un matrimonio de gruñones (Los Rodper), hay modernas con ganas de pillar cacho (Sexo en Nueva York), hay un bar (Cheers), hay familias hechas polvo (Matrimonio con hijos), hay peña casposa (La pareja basura), hay un político (Sí, señor ministro), hay amigos (Friends), señoras viejas (Las Chicas de Oro), artistas venidos a menos (Extras) y, sobre todo, y es algo que me sorprende un nivel de vitriolo democrático, es decir, es una serie que propone reírse de la clase media que es algo que no existía en otras series de éxito en nuestro país como "Los Serrano" o "Médico de familia" donde la gracia estaba en reírse de los paletos/as, de los mucamos/as y un largo etcétera de sirvientes y trabajadores de a pie.
Tiene su gracia que todo se desarrolle en un bloque de viviendas moderno en apariencia, es más, el propio edificio es un símil de lo que digo anteriormente: sus creadores han decidido trasladar a todas sus influencias y las han puesto a vivir juntas en el mismo bloque a ver que pasa. "La que se avecina" es una galería, un museo de la televisión donde se expone...quiero decir, es una barraca de feria donde se expone toda la chamarilería catódica de los últimos años. Siempre da la sensación de que cualquiera de las parejas podrían tener un "spin-off" propio pero que se ha optado por mezclarlo todo, por el cocido televisivo, y a ver que sale.
Por ahora les ha salido bien aunque sólo sea porque, ahora mismo, no tienen mucho rival entre la producción nacional (la extranjera nunca es un rival, ya se ha demostrado que las cadenas opinan que las series de éxito fuera son cosas "para frikis" como me dijo hace tiempo un señor muy importante) y porque en el fondo, cuenta en tono de parodia todos los problemas que uno se encuentra en el bloque y sus personajes de tan malos, odiosos, malhablados, gañanes, tristes, imbéciles y etc. se parecen tanto a los vecinos (o a nosotros mismos) que al final uno les acaba cogiendo ternura.
Que actores de la calidad de Jordi Sánchez (compañero de Joel Joan en el teatro y coescritor de Krampack y la enorme "Excusas" además de muy conocido en Cataluña por series como "Plats bruts") hayan acabando en esta serie dice mucho del olfato de la factoría Moreno para esto de los actores. La nómina cuenta además con Chiapella o Nathalie Seseña, Eduardo Gómez, Antonia San Juan (que parece que se interpretara así misma después de haber perdido aquel Goya en la gala que presentó)...
En definitiva "La que se avecina" funciona por casposa, por aborrecible, por chunga, por demente, por cochina, por tarada, por feísta, por casposa, por oler a patio de vecindad y también por moderna y tontorrona. Nunca tantos defectos sirvieron para tanto, la verdad.
Nota del Insustancial: "Burning down the house" es una canción de Talking Heads incluída en el disco "Speaking in tongues" (1983, Sire) y como hablaba de una casa y tengo debilidad por este grupo...pues aquí está.
Nota del Insustancial: "Burning down the house" es una canción de Talking Heads incluída en el disco "Speaking in tongues" (1983, Sire) y como hablaba de una casa y tengo debilidad por este grupo...pues aquí está.
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