domingo, 18 de julio de 2010

Harvey Pekar (1939-2010)




Se ha muerto Harvey Pekar. Era el padre de esa rama autobiográfica del cómic underground que han seguido alimentando autores tan dispares como Robert Crumb, Daniel Clowes, Peter Bagge o, en nuestro país,  Ramón Boldú (en los muy recomendables Bohemio pero abstemio y Memorias de un hombre de segunda mano) o Eduardo "Lalo Kubala" Giménez (Los bonitos recuerdos de Palmiro Capón, por entregas en El Jueves). 

Nacido en Cleveland (Ohio), ciudad donde residió toda la vida, Pekar básicamente descubrió que su vida y sus alrededores eran tan poco interesantes como para pasar a la historia. Tan interesante como para que Robert Crumb, ya toda una eminencia del cómic americano, se decidiera a pasar a limpio su biografía que irónicamente titularon como "American Splendor". Pekar y su primer dibujante se conocían porque ambos eran coleccionistas de discos de pizarra y habían estado frecuentando los mismos círculos, las mismas ferias y las mismas tiendas.

Representando siempre su papel de chiflado Pekar se dejó dibujar por Crumb como un sudoroso y poco amable ser humano obsesionado con ganar dinero y con recordarle a todo el mundo que era molesto e idiota. A pekar no le importó esa fama automática porque, gracias a ella, se convirtió en una especie de personaje público que acudía al programa de David Letterman cada semana a plantearle todo tipo de delirios. Las cosas con Letterman terminaron mal porque Pekar decidió ponerse una camiseta en apoyo de los trabajadores de NBC que estaban en ese momento en huelga y jamás volvió a ser contratado por el programa. Todo esto, y algunas cosas más, se cuentan en la curiosa "American Splendor" (Shari Springer Berman y Robert Pulcini, 2003), adaptación homónima del cómic, en la que se pudo ver a Paul Giamati interpretando a Pekar que, claro está, también salía en la película.

El trabajo de este guionista abrió el campo a otros, como ya he comentado, para contar sus propias vidas y apropiarse de eso que ampulosamente Pekar llamaba "la literatura del yo" y que, de algún modo, enraiza con "Ulises" de James Joyce o, al menos, con ese fascinante experimento de narrar las cosas sencillas como si fueran verdaderas aventuras.

La vida cotidiana de Pekar no tuvo nada de sencillo, en realidad, su trabajo en el archivo de un hospital (donde estaba rodeado de algunos freaks benignos) y sus charlas con los viejos faltos de adecuada medicación le dieron el material idoneo pero, lo interesante de todo, está en el ojo del propio Pekar y en su capacidad para darse de bruces, continuamente, con el absurdo cotidiana para ponerlo delante de nuestros ojos. La realidad, en manos de Pekar, era siempre triste y entrañable a la vez. Comparativamente el trabajo de Pekar siempre será más costumbrista que el de Crumb que, al explotar el mismo filón, se embarcó en un trabajo con el que pretendía exorcizar los muchos demonios que le han perseguido y, sobre todo, de normalizar sus propias chifladuras (las chicas fuertes, la casa familiar con olor a pis de gato, el lado más bajonero de la cultura de los 60...). Si Pekar siempre parece decir que "la vida es así" Crumb parece querernos decir "soy raro, aceptarme" y si no que se lo digan a Terry Zwigoff que dirigió "Crumb" (1994) el documental en el que el propio autor cuenta la historia de su vida.

En realidad había muchas similitudes entre ambos pero también muchas diferencias: Crumb disfruta de su fama hasta la saciedad (o más bien como vehículo para saciarse) y Pekar la utilizó para seguir viviendo en Cleveland con su esposa Joyce. Esplendor americano en estado puro.

Además de American Splendor Harvey Pekar deja detrás de él una estupenda carrera como crítico musical (centrada en el jazz) y dos albumes espectaculares: "Our Cancer year" (Premio a la mejor novela gráfica de 1991) y "The quitter", su último gran trabajo. Pero, sobre todo, la gran enseñanza de que cualquier cosa puede ser llevada a un libro, a una canción  o a una película sólo hay que tener la maña adecuada para que nos resulte interesante.

Nota del Insustancial:  Huddie William Ledbetter, más conocido como Leadbelly, es una de las grandes voces del blues y del flok americano. Guitarrista espectacular y gran intérprete se ganó la vida con la música desde muy joven pero, como también era un poco gambitero, se vio metido en problemas con la ley derivados de su gusto por andar frecuentando camas ajenas y por distintos delitos. Después de pasar quince años en prisión por intento de asesinato su vida delictiva pasó a mejor vida y volvió a centrarse en la música grabando temas como "Tell me where did you sleep last night", "The house of the rising sun" o "Midnight Special" no tengo ni idea de qué dinero le reportaron a Leadbelly pero sólamente esos tres temas, versionados por Nirvana, The Animals y Credence Clearwater revival se hicieron famosísimos. Ahí queda.

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