"Tocando el viento" (Mark Herman, 1996) es la historia de la banda de música de una mina del norte de Inglaterra allá por los años en los que Margaret Thatcher decidió deshacerse de todas las explotaciones de carbón inglesas y poner de patitas en la calle a unos cuantos de miles de trabajadores sumiendo en la miseria a gran parte del país.
¿Las razones? Según en qué sistemas es más rentable destruir empleo que generarlo. La película, agria y tragicómica, repleta de historias sangrantes y verdades como puños pasó casi desapercibida tanto en su país como, un año más tarde, en su explotación extranjera. Más que nada porque ese mismo año, otra película de corte parecido pero de espíritu mucho más amable titulada "Full Monty" (Peter Cattaneo, 1997) estaba arrasando en todo el planeta y, pese a que partía básicamente de la misma sinopsis (la destrucción del tejido industrial por parte de Margaret Thatcher) la historia se hacía cuanto menos mucho más tragable aunque solo fuera porque obviaba explicar la raiz del problema, cosa en la que escarbaba "Tocando el viento", y porque en el fondo "Full Monty" era un canto de esperanza, una especie de cuento de moraleja conformista donde los malos no existían y los buenos se podían ganar el pan desnudándose en un bar-cuchitril de una ciudad industrial comida por la crisis.
"Full Monty" era una de esas películas que encantan en Hollywood y, por ende, en todo el mundo. Ya sabes, los pobres son simpáticos, de buen corazón y como pobres que son tienen salidas para todo porque, todo el mundo sabe, que la gente que acumula buenos sentimiento acaba, de un modo u otro, saliendo hacia adelante...por lo menos en las películas y porque juguetea con una idea religiosa generalizada: el bien, aunque sea de manera muy loca, siempre acaba triunfando.
Este espíritu es bastante palpable en los remakes que Hollywood lleva a cabo de cuando en cuando: las versiones originales, normalmente europeas, suelen ser bruscas o contener detalles que a los americanos no suelen gustar. Hace poco se conocía que Will Smith había comprado los derechos de "Bienvenidos al Norte" (Dany Boom, 2008) para hacer un remake americano en el que, me imagino, que Will Smith será destinado a un estado del Sur Profundo o a Alaska donde dará cuenta de que, en el fondo, pese a las diferencias evidentes de civilización lo importante es que todos somos seres humanos y, ya sabes, sangramos, sudamos y lloramos por las mismas cosas que es una forma conciliadora de narración que gusta a todo el mundo porque todo el mundo quiere estar contento con sus cositas: vale, yo soy un cateto de Texas que creo que está bien segregar a negros y blancos en las escuelas y tu eres un neoyorquino estirado que cree que habría que tener más control de armas pero, ey, en el fondo somos iguales porque nos pirramos por las hamburguesas y se nos caen dos lagrimones cuando vemos una bandera con las barras y estrellas. ¿Mola no? Todos diferentes pero, en el fondo, todos iguales. Eso vende mucho más que la cruda realidad. De hecho, la adaptación de los guiones de la original "The office" han ido derivando en su versión norteamericana en otro tipo de producto cómico de gran calidad pero de espíritu francamente diferente. El jefe de la oficina inglesa caía mal y provocaba vergüenza ajena, el de la norteamericana, en la mayoría de los casos, produce una enorme ternura.
Menos mal que, de cuando en cuando, en todo este status quo de buenas intenciones, se cuela alguien que, obcecadamente, prefiere mantener su visión global de las cosas sin tener en cuenta frente a quien o para qué hace las cosas.
Mi sorpresa fue mayúscula cuando me enteré de que el cómico inglés Ricky Gervais había sido designado para ser el presentador de la Gala de los Globos de Oro. Solo hay que echar un vistazo a su carrera para saber que, a lo mejor, no es el tipo más indicado para dirigir una celebración de algo tan oficial y tan campanudo como la entrega de unos premios de la industria americana (o los críticos de cine...que lo mismo da). Gervais no es uno de esos humoristas cómodos, es más, es uno de esos cómicos que hace chistes de cosas profundamente dolorosas y que se caracteriza por tener un humor vitriólico a prueba de bombas. Por extensión Gervais es un cómico minoritario (pese a que la audiencia global de su producción pueda decir lo contrario) que siempre está más acertado cuando trabaja con su propio material que con material ajeno.
Ni que decir tiene que, hasta la fecha, Hollywood no ha sabido absorber el talentazo de Gervais, ni mucho menos entender que, por mucho que se empeñe, no va a ser capaz de convertirlo (ni a él, ni tampoco a ese naúfrago llamado Steve Coogan) en una pieza que encaje dentro del Star-system al uso. De hecho la carrera del inglés en tierras americanas ("Me ha caído el muerto", dos pequeños papeles en "Noche en el Museo" y la fallida "Increible pero falso") demuestran la incapacidad de las productoras americanas para encontrar un sitio donde encajar al creador de "The Office" o "Extras" y a su particular forma de entender el ejercicio de hacer reir.
El paso de Ricky Gervais por el escenario de los Golden Globes se ha solucionado de una forma tajante y algo ridícula: se le ha vetado. Así, directamente. Jamás volverá a presentar dicha gala porque, según los organizadores, muchos agentes de las estrellas presentes a las que hizo alusión (Charlie Sheen, John Travolta, Tom Cruise, Angelina Jolie, Brad Pitt...) han presentado quejas sobre el trato que sus representados recibieron del actor inglés.
En realidad Gervais solo hizo de Gervais que, hasta ahora mismo, es lo mejor que sabe hacer: sacar colmillo. Bravo por él, aunque solo sea por demostrar que está por encima del bien y del mal y que al star system mundial no le hace ni puta gracia que le anden tocando las narices. Da igual que Robert de Niro o Alec Baldwin tuvieran un ataque de risa público y que, literalmente, se les cayeran los mocos de la risa porque, seguramente, lo que opinen las viejas glorias (que vienen de un sistema donde el humor por muy bajonero que fuera era parte del juego y la crítica feroz era algo con lo que debías desayunar todos los días) porque lo que importa ahora es, básicamente, que nadie moleste a las grandes estrellas.
Contratar a alguien para hacer algo que no está dispuesto a hacer o, más lejos de ello, que no sabe hacer es una constante en el negocio del show bussiness. Lo que ocurre es que la mayoría de la gente traga o parece tragar con eso de ofrecer la cara más suave y menos afilada de su registro. Solo así se explica que cómicos tan grandes como Eddy Murphy o directores como Pedro Almodovar hayan preferido limarse las uñas a cambio de un puesto en el Olimpo. Es humano y es justificable, otra cosa es que todo el mundo esté dispuesto a jugar a lo mismo.
Gervais ha dado una lección de saber estar y, sobre todo, de como, a veces, es mejor hacer lo que a uno le de la gana antes de venderle el alma al diablo a cambio de unos réditos que, a la larga, no van a ser ni la mitad de jugosos de lo que uno espera. Si alguien se hubiera permitido perder el tiempo durante unos segundos para ver el pequeño monólogo que el cómico inglés hace en Extras se habría dado cuenta de que era un poco inútil hacer el esfuerzo de contratar a alguien cuyo humor resultará incómodo para una gran mayoría de personas. Los fans del cómico inglés nos quedamos a gusto sabiendo que todavía podemos disfrutar de él y de su forma de entender el humor. Enhorabuena, por la parte que nos toca.
La frase de Tom Hanks, la contestación de Tom Hanks y Tim Allen desde el escenario fue definitoria de lo que a un tipo de Hollywood le estaba pareciendo todo aquello:
-"¿Recuerdan cuando Ricky Gervais era un cómico algo gordito pero agradable?
-"Pues ya no es ninguna de las dos cosas".
Es posible que solo hubieran visto sus películas americanas.
7 comentarios:
Comentaba esa diferencia entre las The Office con Jordi Costa. Bueno, me lo comentaba él, porque yo no he visto la americana. (Pero lo importante de esa frase es que una vez hablé con Jordi Costa. Lo trajo Edu a un curso en la facultad.) Y a lo del veto a Gervais, ¡que se joda Hollywood!
Me he reido muchisimo con R.G. y la presentación (y me parecio que Baldwin tambien) y estoy con danihd: que se jodan!!!
Muy buen post. Cada vez dudo más del nivel cultural y de información que tienen los norteamericanos respecto a hechos palpables. Si hasta yo se de las andanzas de este tío...que por cierto se salió dando cerita. Yo siento discrepar pero que no les jodan a los yanquis no vaya a ser que les guste y nos quieran vetar el derecho a joder.
Hola a todos,
danihd,
Las diferencias son evidentes y se han ido ampliando con el tiempo. Los primeros episodios eran mucho más parecidos al original pero han ido endulzándose o, mejor, han ido tomando otra dirección y explotando otros mecanismos para hacer reir. Lo del veto de Hollywood...bueno, me decía hoy el amigo Carlos Clavijo que también podía ser una elegante forma de recolocar a Gervais como el cómico que es después de sus fracasos cinematográficos en los USA y devolverlo al sitio que le pertenece tanto en UK (donde le han dado mucha cera) como en USA.
Ya veremos.
AZUL,
Pues ya estás un poco contestado arriba. Yo me he partido el raca, por la desfachatez, la provocación y, sobre todo, por Baldwin que parecía que se lo estaba pasando muy bien. Me recordaba Clavijo el chiste que le hizo Steve Martin a Penélope Cruz en los Oscars con el título de la película "blow" (esnifar, chupar...tiene un amplio campo semántico muy macarra) pero, claro, no es lo mismo hacer un chiste con una actriz extranjera casi recién llegada que con Charlie Sheen.
6th Man,
Creo que es la primera vez que pasas por aquí...espero que no sea la última.
No se si tiene que ver con la falta de información o con el hecho de que se pensara que Gervais iba a hacer algo más al estilo Hollywood que, últimamente, estaba puliendo. Es una de esas cosas que te estallan en la cara como le ocurrió a Franco con Viridiana de Buñuel.
Un saludo a los tres y gracias por la confianza depositada en este blog...
En este blog de mierda, quería decir.
Recientemente, y debido a que estaba postrado, vi la peli "Increíble pero falso". Esos títulos me previenen.
Total, que me encuentro una explicación clarísima y muy real de la creación de los conceptos religiosos y su aplicación al control social.
No comprendí como un productor de hollywood, con lo pacatos qwue son en ese país con estos temas (más incluso que aquí) aceptara el guión.
Bien por Rick. El que no quiera que hablen de él, que se quede en casa y se busque un curro de oficina.
Un placer Señor Insustancial. Le prometo volver. Espero que no suena como una amenaza.
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