Ahí arriba está José Luis López Vázquez disfrutando de los encantos de la noche madrileña y gritando como un loco "¡Beatnik!" en la película de Mariano Ozores "Operación cabaretera" (1967). Las películas españolas de los 60 y los 70 están llenas de títulos y de sketches que tienen que ver con hacer humor de lo modernos desde lo convencional. Ye-yés de los que se criticaba su pelo largo, su música extranjerizante y a los que se acababa de reconducir con un corte de pelo al cero (Paco Martínez Soria en "¿Qué hacemos con los hijos?", 1967) , Alfredo Landa ejerciendo de hippie en "Una vez al año ser hippy no hace daño" (1968) o el simpar duelo musical que enfrentó a Manolo Escobar (y a la racial copla española) con Concha Velasco (y los ritmos modernos) en "Pero... ¿En qué país vivimos?" (1967) son solo tres ejemplos de lo mucho que al franquismo sesentero le gustaba sacarle punta y hacer un poco de sangre con la incipiente nueva ola.
Las carcajadas a costa de aquello que no entendemos o, directamente, sobre los usos y costumbres del prójimos son una costante en nuestro humor patrio que, repetidamente, se ha servido no solo de los ciudadanos más modernos si no también de los extranjeros (todos esos chistes que acaban con un español poniendo en evidencia a un francés y a un inglés...) que nos han servido como objeto de mofa tanto en chanzas como a la hora de pasarles facturas exorbitadas por una jarra de sangría (lease vinacho barato, gaseosa y fruta pasada). Ahora los alemanes se vengan de nosotros con este tema de la deuda pública, calculen lo caro que nos ha salido el cachondeo...
Sabiendo que este tipo de humor es tan agradecido y tiene tanta raigambre no me ha extrañado ni un pelo que José Mota hiciera una parodia de los Conciertos de Radio 3 (programa de la 2) donde se dedica básicamente a unir su linaje con el de aquellos grandes cómicos españoles repartiendo cinturonazos y golpes de cachava a un grupo "indie" que canta una canción absurda...una canción que los más cetrinos no tardarían en identificar como "GUACHIGUACHI" que es el descojone como adjetivo y que ha identificado a la discografía de todos los grupos de habla inglesa en nuestro país desde la llegada de The Beatles. Es esta.
Posiblemente lo más revelador de todo es que Juanma Ortega, tan unido a los 40 Principales (tan mainstreams, tan poco dados a la modernez, tan de los éxitos de toda la vida) sea el que propine unos cuantos y, seguramente, merecidos golpes a toda ese grupito de sinvergüenzas y enterados a los que, sin duda y como dice Mota haciendo un humorístico comentario, habría que "poner a zancochar". Que es una opinión que, sin duda, comparten muchos de sus espectadores y fans y que por eso les hace gracia porque, últimamente, todo lo que es verdad hace una gracia tremenda.
Si Jose Luis López Vázquez y Paco Martínez Soria aprendieron a la perfección que al español medio lo que le gusta es reírse de los demás, es normal que ahora Mota recoja el testigo y en su afán popular copie las artes y usos de toda una tradición tan española. Les dejo con un acertado ejemplo de español de toda la vida y con un grito finisecular.
Las carcajadas a costa de aquello que no entendemos o, directamente, sobre los usos y costumbres del prójimos son una costante en nuestro humor patrio que, repetidamente, se ha servido no solo de los ciudadanos más modernos si no también de los extranjeros (todos esos chistes que acaban con un español poniendo en evidencia a un francés y a un inglés...) que nos han servido como objeto de mofa tanto en chanzas como a la hora de pasarles facturas exorbitadas por una jarra de sangría (lease vinacho barato, gaseosa y fruta pasada). Ahora los alemanes se vengan de nosotros con este tema de la deuda pública, calculen lo caro que nos ha salido el cachondeo...
Sabiendo que este tipo de humor es tan agradecido y tiene tanta raigambre no me ha extrañado ni un pelo que José Mota hiciera una parodia de los Conciertos de Radio 3 (programa de la 2) donde se dedica básicamente a unir su linaje con el de aquellos grandes cómicos españoles repartiendo cinturonazos y golpes de cachava a un grupo "indie" que canta una canción absurda...una canción que los más cetrinos no tardarían en identificar como "GUACHIGUACHI" que es el descojone como adjetivo y que ha identificado a la discografía de todos los grupos de habla inglesa en nuestro país desde la llegada de The Beatles. Es esta.
Posiblemente lo más revelador de todo es que Juanma Ortega, tan unido a los 40 Principales (tan mainstreams, tan poco dados a la modernez, tan de los éxitos de toda la vida) sea el que propine unos cuantos y, seguramente, merecidos golpes a toda ese grupito de sinvergüenzas y enterados a los que, sin duda y como dice Mota haciendo un humorístico comentario, habría que "poner a zancochar". Que es una opinión que, sin duda, comparten muchos de sus espectadores y fans y que por eso les hace gracia porque, últimamente, todo lo que es verdad hace una gracia tremenda.
Si Jose Luis López Vázquez y Paco Martínez Soria aprendieron a la perfección que al español medio lo que le gusta es reírse de los demás, es normal que ahora Mota recoja el testigo y en su afán popular copie las artes y usos de toda una tradición tan española. Les dejo con un acertado ejemplo de español de toda la vida y con un grito finisecular.
BOLA EXTRA:
Aquí tienen el texto de la revista Rolling Stone íntegro y una pequeña reflexión: ¿Cómo es posible que se hable de un sketch que fue emitido el día 31 de diciembre casi quince días después? ¿Es que todo el mundo estaba viendo otra cosa? Y a tenor del texto: ¿Quienes son los círculos indies y quien ha demostrado su malestar?
3 comentarios:
Llámame carpetovetón, pero a mí los tres vídeos me han alegrado el día y a cada cual más.
Me apunto lo de gritar "¡Beatnik!" cuando baile en las discotecas.
¡Viva Es-can-di-na-via!
Hola a ambos,
Álex Martí,
Yo también. Lo que me hace gracia es que la gente no sepa de donde vienen los chistes de José Mota y cuál es su público.
Yo llevo años gritando ¡Beatnik! cuando bailo, es acojonante.
JBB,
¡Vi-va! ¡Vi-va Su-e-cia!
Un abrazo a ambos.
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