jueves, 20 de enero de 2011

Leche, Bisbal, avellanas y azucar...



Cuando veo un anuncio de Nocilla no puedo evitar acordarme de mi amigo Tiberiades que aunque ganó el Premio Escolar Nocilla de Dibujo  no pudo disfrutar de su bien merecida visita a WaltDisneylandia. . 

Las imágenes se pegan a mis párpados como legañas. La música tan pegadiza...la música tan pegadiza me hace mover el cabezón a izquierda y a derecha primero con un tic leve de Parkinson en primer estadio y luego con la energía de un boy scout en su primer día de excursión. 

David Bisbal es la energía pura, el bailoteo y el jipido el "yeah" y el "olé" todo junto. La gente que se mueve demasiado me pone nerviosa y el almeriense no es una excepción. Desde su despertar en OT me ha parecido un artista sospechoso, ya sabes, con tanto volatín y tanto gesto desencajado, con todo ese despliegue tan exagerado, pareciera que quisiera esconder a un vago enorme que vive en su interior y que sería feliz tumbado en el sofá comiendo panchitos. De hecho siempre me imagino que Bisbal gasta tanta energía en sus conciertos que no tiene más remedio que pasarse el día holgazaneando, postrado en una cama, diciendo "me duele todo, dame un Eferalgan a ver si remonto...". 

El caso es que estoy sentado en el sofá holgazaneando, proyectando al Bisbal imaginado por mi en mi mismo, y veo ese anuncio donde sale David, el ex de Chenoa, el tío que fue capaz de cortarse los rizos por una buena causa (las minas antipersona), cantando a un nivelaco de volumen de subwoofer y saludando a todo el mundo como si lo hiciera desde una webcam. Mi primera reacción es mirar a un lado y a otro...¿se estará refiriendo a mi? ¿Me estará hablando a mi? ¿Ya lo he conseguido? ¿Ya han comenzado las aluciones? ¿Era hasta aquí donde quería llegar? ¿A alucinar pensando que me habla Bisbal? ¿No hubiera sido mejor Dios o Elvis Presley? 

Pero no, es todo un jueguecillo, un truco de barraca audiovisual: quieren hacer que mire haciéndome creer que Bisbal me mira, pero nos mira a todos. A todos los holgazanes que estamos en casa acumulando energía inutil en forma de grasa abdominal convirtiéndonos en el manjar preferido para la Invasión Zombi: lentos,  cazables y fanegas. ¡A ver qué zombi le echa huevos y caza a un atleta-cantante como Bisbal! ¿Te imaginas las dotes que tiene para el baile pero puestas en favor del valetudo? 

Bisbal canta por medio de una webcam, acompañado de un coro de jóvenes a la moda que parecen sus colegas. Otro truco. O no. Bisbal es muy de la gente, es percibido como un chico sanote, de esos que todo el mundo quiere tener en casa: le gusta bailar, cantar, apoyar causas nobles y acometer abrazos y muestras de cariño...además no se mete en política, no tiene opinión que se sepa. Y eso gusta mucho, su falta de incomodidad, va a quedar bien lo pongas donde lo pongas porque es cómodo, es un chaval cómodo, seguro que es un trozo de pan. 

El caso es que Bisbal canta: "Nada como una sonrisa para poder soñar/ para que este día vaya genial/porque lo bueno es compartir/disfrutar la vida y ser feliz" (dos veces). Y luego: "Algo único de verdad/Que Nocilla hace realidad/un momento para sonreir/y a tu amigo tu le harás feliz. Y luego al comienzo de la canción otra vez con palmas (dos veces) y luego un emocionante: "¡Leche, Cacao, avellanas y azucar! ¡Nocilla". Esto último dicho con mucho Bisbalismo, con mucho sentimiento. En algunas sectas, para convencerte de que de verdad eres uno de los elegidos para subirte a la nave que viene detrás del cometa Halle Bopp a rescatar a un selecto y exquisito grupo de representantes humanos, se repite menos el mensaje, te obligan a repetir el mantra menos veces pero, bueno, mola. De hecho no es baladí que la marca de la crema de cacao haya elegido a un tío como Bisbal que en su paso por OT se hacía unos mastodónticos bocadillos de Nocilla que deglutía con apetito de colegial hiperactivo. Otro truco de feria catódica: aquella imagen tan simpática trae al espectador a esta otra tan vital. Nostalgia instantánea, ganas de aferrarte al tiempo feliz en que pensábamos que ganar Eurovisión era un reto al alcance del esfuerzo de toda una nación volcada en ese objetivo...

La sensación de estar escuchando no un mensaje publicitario si no, en realidad, una canción de Bisbal me ataca. Es verdad, es un texto sencillo, que habla de amistad, de pasarlo bien, de coleguear, de tomar algo dulce que puedes compartir con un ritmo trillado pero agradable, como de canción de misa. Es decir, si cierras los ojos y dejas de ver los logos que se repiten en el anuncio te parece que estés ante el próximo single, del próximo disco del cantante ¿No? O sea, a ver, que incluso el momento en el que dice lo de "Que Nocilla hace realidad" lo dice como rápido, como para pasar inadvertido en plan truco auditivo. Sí, me imagino al cuentas y al creativo y al compositor del jingle diciendo "esto se dice rápido, como sin sentir, que la gente crea que lo que dice la canción es "Que las ardillas hacen realidad" y que el que no esté viendo la tele, el tontaina que esté haciendo otra cosa con la tele de fondo piense "¿Bisbal ha dicho ARDILLA?...jejjejee...un rollo raro en el que la marca solo la capte un perro o el nivel subconsciente de un ser humano". Gente malvada y ladina. 

El caso es que, todo esto, el anuncio y tal, estos encabezados tan largos, estas curvas tan delirantes que hago para hablar de las cosas me llevan a una reflexión: La ejecución técnica de algo, el modus operandi, la forma de hacer, la forma de comunicar, la composición y todas esas cosas puede estar al servicio de lo que sea, del mensaje que queramos pero lo importante, en realidad, es lo que decimos. Es el mensaje en sí. 

Ahí tienes a Bisbal que es capaz de cantar con el mismo sentimiento, con el mismo canon, con los mismos gestos y con el mismo énfasis al amor, a las minas antipersonas o a la crema de Cacao Nocilla. Da igual, el mensaje es intercambiable para algunos artistas. Miren a Warhol que igual te hacía una campaña de Mercedes que se marcaba unas marilynes estupendas como ensalzamiento de lo popular, del pop elevado a la Alta Cultura siendo colgado en museos y después con las mismas técnicas vendía cuadros parecidos e inmortalizaba a Miguel Bosé o Pitita Ridruejo ¿No? 

Cuando no hay nada que decir, solemos acudir al discurso de lo técnico, de la perfección con la que algo está hecho. No hay nada más falso: recuerden ustedes cuando eran niños, hagan un viaje regresivo en el tiempo y plántense delante de un resplandeciente tiovivo. De esos tiovivos con caballos y coches de carreras con un casco de plástico atado a las barras con una cuerda y camiones de bomberos, dibujen en su mente las luces atrayentes, la música seductora, todo el maldito andamiaje de lo atractivo. ¿Están ahí? Den unos pasos, miren en el bolsillo, extraigan de él una reluciente moneda de 100 pesetas y caminen hacia la taquilla. Sientan la emoción de que, en breves segundos, van a estar cabalgando sobre un corcel magnífico, conduciendo un formula 1 hacia la meta. Lleguen a la taquilla, aúpense sobre las puntas de sus pies y depositen la moneda en el mostrador metálico plateado y reluciente. Miren al taquillero y escuchen decirles: "Es un  tiovivo precioso, pero no funciona, no somos capaces de que funcione, lárgate chaval/a". 

Pues esa es la sensación frustrante que quiero que noten, que sientan. El trabajo bien hecho, el enfoque perfecto, la línea bien rematada la mayoría de las veces (y siempre hay excepciones de canciones y películas que están dirigidas a algo, pretendidamente sin mensaje como es el puro divertimento) no vale absolutamente para nada. 

Ahí está Bisbal  entonando impecablemente, haciendo sus gestos de fuerza juvenil, apuntando a la pantalla, impecablemente desaliñado, la imagen pura y dura de la alegría, del saber estar, de la cosa sana y le canta a la Nocilla. Solo quiere que te comas un bocata de Nocilla o de ardilla...que todavía no lo tengo claro. 

5 comentarios:

Maivista dijo...

Magistral. No sabría describir mejor la sensación de vacio que deja esta pieza.

Lajarín dijo...

Buen cambio de look, qué luminoso está su blog, sr.Insustancial.

Por cierto, ya tiene usted tallas fashioner bigger. Contacte conmigo que le propongo un trato, jejeje


saludos

cesc dijo...

Jajaj, cuánto hacía que no oía la hstoria de tu amigo Tiberiades!!

Señor Insustancial dijo...

Hola a ambos,

Maivista,
Pues muchas gracias.

Lajarín,
Gracias.

¿ A qué e-mail? jejejeje

Un saludo a ambos y muchas gracias.

Señor Insustancial dijo...

CESC,
La historia de Tiberiades es una historia preciosa. De llorar lágrimas de alegría.

Un saludo.