Entre 1999 y 2000 se emitió en Estados Unidos la serie "Freaks and Geeks" creada por Paul Feig y que tuvo como cabeza del proyecto (en el papel de productor ejecutivo, que es decir casi todo en TV) a Judd Apatow. La serie, que fue cancelada a los 12 episodios, contaba la historia de dos grupos -uno de freaks y uno de geeks, entendiendo a los "freaks" como los macarras de clase social media-baja inadaptados y a los "geeks" como a los empollones amantes de la cultura popular- que acudían a un instituto de Chippewa (Michigan) -una ciudad satélite de Detroit- en los años 80, un poco antes de que la zona fuera arrasada por el cierre de General Motors que se trasladó su producción a México con las consecuencias que Michael Moore narra en el indispensable documental "Roger y yo".
Pese a que la crítica aplaudió la aparición de esta serie rara (episodios de más de 40 minutos, temática entre la comedia y el drama, actores desconocidos que interpretaban en muchos casos la edad que tenían en realidad) de saborcillo agridulce lo cierto es que la siempre cambiante NBC -capaz de mantener SNL todavía pese a los escándalos que provoca o de preferir a Leno que a Letterman- nunca se sintió a gusto con una producción que no era capaz, básicamente, de entender que es un problema que muchas cadenas en todo el mundo tienen con ciertas series que producen: ¿A qué público va dirigida? ¿Cual es la mejor ventana que puedo darle? ¿Necesita mucha promoción o poca? ¿Por qué no salen estrellas? ¿Nos arriesgamos a que, de pronto, se convierta en una serie sobre la desindustrialización americana y nos estalle en las manos? ¿Esperamos a que se dulcifique?
Es curioso que "Freaks and geeks" corriera la misma suerte que Star trek (curiosamente emitida por la misma cadena en los 60, eliminada y vuelta a reponer) y que otras series que hoy se consideran de culto como "Wonderfalls" (injustamente cancelada a los 3 o cuatro episodios y luego vendida en DVD con 13) o "Tan muertos como yo" (las dos creadas por Bryan Fuller que, ops, curró en Star Trek: voyager y sufre el sambenito de "bueno pero demasiado complicado" con su serie "sin posible etiqueta" Pushing Daisies). De hecho Paul Feig ya había sido un actor fijo del elenco de "The Edge" aquel estupendo show cómico creado por David Mirkin y emitido entre 1992 y 1993 que fue suspendido pese a su enorme calidad.
Por encima de la calidad que supuran todos estos títulos el hecho de que fueran canceladas les ha conferido la etiqueta de "Serie de culto" pese a que todas, creo yo, estaban bastante lejos de querer ser series para minorías.
Lo sorprendente de "Freaks and geeks" es que reuniera a un reparto que incluía a actores como James Franco, Jason Segel, Seth Rogen, John Francis Daley, Martin Starr (que ahora son estrellas) o que, incluso, entre las apariciones pequeñas se permitiera elegir, con buen ojo, a actores como Shia Leboeuf, Jason Schwartzmann o Rashida Jones (como me gusta a mi esta actriz).
Feig, más conocido como actor y como director de TV, se sacó de la manga esta serie que ha puesto las bases de las producciones posteriores de Appatow y que parece un ensayo a gran escala de su éxito "Supersalidos" aunque solo sea por ese tono entre la comedia y la tristeza que sale de cada línea de "Freaks and geeks" y su obsesión no por retratar a gente especialmente reseñable si no, más bien, por destacar una especie de cuento heróico de lo cotidiano y, más allá de eso, aplicarse con tino en pintar una especie de panorama que aclara las relaciones un tanto absurdas en las que vive el adolescente medio americano que, me imagino que a estas alturas, ya estarán siendo absorbidas y mimetizadas aquí en la colonia.
Cuando he visto "Freaks and Geeks" me he acordado de un vídeo que mi amigo Edu se trajo de su Instituto americano en el que unos cuantos "freaks" fumaban en las afueras del centro ante las risas de un grupo de jugadores del equipo de Fútbol Americano y que el asunto terminaba cuando uno de ellos aporreaba inimisericórdemente a uno de los fumadores con la simple intención de echarse unas risas.
Rodada con más intenciones cinematográficas que televisivas y con unos guiones que rezuman un trabajo bien hecho entiendo que la serie acabara por desaparecer entre la furia de muchos fans pero sin alcanzar las cuotas de pantalla que se esperaba de una serie de gran producción. Me imagino que a nadie le apetece sentarse delante de la tele para ver una serie que tampoco puede colocar en ningún sitio y que está demasiado pegada a la realidad cotidiana como para entretenernos. Es el caso parecido de "Episodes" la estupenda serie emitida por Showtime que trata sobre las peripecias de un matrimonio de guionistas que viaja a Estados Unidos para hacer la versión USA de su serie y que, por ser excesivamente realista, no puede dejar indiferente a ningún currela del audiovisual...es más, provoca bastante rechazo y muy poca risa al que ha sufrido en sus carnes una reunión de guión en una cadena de televisión.
¿Lo mejor? Echarle un vistazo, me parece que ver "Freaks and Geeks" es esencial para saber por donde van los tiros y, sobre todo, de donde salen las últimas películas cómicas (o no tanto) norteamericanas.
1 comentario:
Qué recuerdos, y qué buena serie. Ahora Martin Starr está en una serie de HBO que se llama Silicon Valley. Tienen que verla.
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