lunes, 7 de marzo de 2011

Messina, no country for trainers


Sergio Scariolo la cagó en el Real Madrid. Se llevó una liga extraña, último partido en el Palau con un Djorjevic excelso y haciendo el yugoslavo, pero lo demás fueron todo escándalos. El último fue intentar largar a Alberto Herreros porque, como dice la norma, nadie puede brillar más en la plantilla que un entrenador estrella de esos brillantes. En el Madrid se ha sufrido a Fabio Capello y en el Atletico se sufrió con Sacchi (los dos italianos), todos los equipos en los que ha metido la mano Javier Clemente han sufrido el Síndrome de "solo una estrella en este equipo y esa estrella es su entrenador" y otros botarates con más o menos estilo han seguido esa línea de enfrentamiento entre el entrenador y sus mejores jugadores. 

Sabía que, más tarde o más temprano, Messina acabaría por hartarse de él mismo. Le está pasando a Mourinho en el equipo de fútbol de la misma entidad: vienen a España con la etiqueta de grandes, con la etiqueta de implacables, con la etiqueta de algo sentenciosos ante la prensa y, esos mismos pecadillos, le son devueltos y multiplicados por mil por unas entidades cuyos cargos directivos son capaces de creer que saben más que ellos, con una afición que puede ser más displicente que ellos y con una sensación general de que cualquiera puede hacerlo mejor que ellos. Bienvenidos a un país de irreductibles sabihondos llamado España. 

Nadie puede dudar del carácter algo tramontano de Messina, de que tiene ese rollo de megalómano detrás de una pizarra que ensayan otros megalómanos de nivel en la NBA como Phil Jackson. Tampoco de ese mismo caracter de "all mighty" que se ha gastado Mourinho o del que hizo gala Van Gaal que fue ridiculizado cientos de miles de veces por su obsesión por manejar los aspectos más bobos de la plantilla desde la forma en la que se colocaban en la foto hasta lo que comían sus jugadores. 

Todos ellos, todos los que he nombrado, se han llevado a matar con la prensa deportiva internacional sacando las garras en ruedas de prensa, cortando el acceso de los profesionales a los jugadores e intentando poner a cada uno en su sitio. Las agarradas de Messina con los medios griegos o las de Mou con los ingleses han sido históricas. Lo bueno de por ahí fuera es que, cada uno, tras la batalla recoge los bártulos y aquí paz y después gloria. 

No así en España donde jamás, y digo jamás, olvidamos una afrenta y donde cada equipo (incluso los de los deportes que parece que no tienen un especial seguimiento) sufren una acoso y derribo continuo desde la sala de prensa y llega hasta ese mundo ideal llamado "los despachos" que son un sitio raro y desconocido como "los mercados". 

España es un mal sitio para labrarse una carrera porque no es como el resto del mundo. No. Decimos que sí, que somos Europa pero...definitivamente no. 

Aquí todo el mundo sabe más que todo el mundo y, por tanto, no podemos permitir que nadie intente saber más que nosotros. Se llame Messina, se llama Van Gaal o se llame Quique Sánchez Flores. No importa. Nosotros, la gente, sabe qué pivot es el que mejor le viene al Estudiantes incluso más que su propio equipo técnico. 

La sección de baloncesto del Real Madrid es un enorme desastre. Desde la marcha de Plaza, mejor, desde la primera temporada de plaza, no se  han vuelto a ganar títulos. un Barça arrollador acapara todas las competiciones y, cuando no es el Barça, son equipos de presupuesto parecido (como el Caja Laboral) los que se llevan los laureles. El desfile de jugadores, técnicos, directivos y demás personal (y en el Madrid parece que hay mucho) es insuficiente para taponar la herida y da la sensación, la mala sensación, de que cada año la sección no es más que uno de esos famosos proyectos deportivos descabezados que proponía Jesús Gil en su Invicto Atleti. 

El primer año Messina, a sabiendas de que se le exigirían títulos, decidió tirar de veteranos. Fue un desastre no solo por la elección de los mismos si no, también, porque las expectativas no se cumplieron y, sobre todo, era un equipo demasiado poco físico para aguantar tres competiciones muy exigentes. Se acabó. No hubo manera de levantar el desastre. Este año ha habido un NO general a aumentar el gasto y a fichar a Ingells o Anderson (por precios que no superan el de un juvenil con vitola de futura estrella futbolera) que ahora militan en el Barça. ¿En medio? La dimisión de un director general llamado Antonio Maceiras que resultó absurda y la contratación de otro que viene con la idea de que un entrenador discreto y español como Pepu Hernández podía sacar petroleo de una plantilla menos competitiva. 

Soy fan de Pepu pero, sinceramente, sus mayores logros los ha conseguido con una selección nacional donde cohabitaban seis jugadores que militaban o militarían en la NBA(Pau y Marc Gasol, Juan Carlos Navarro, Sergio Rodríguez, Jorge Garbajosa, Calderón, Rudy Fernández...) y otras tantas estrellas nacionales al máximo nivel (Berni Rodríguez, Carlos Cabezas, Felipe Reyes...). No dudo de la capacidad pedagógica, de que Pepu entiende el baloncesto como me gusta a mi entenderlo (ataque rápido, desprejuiciado, fortaleza abajo, contraataque, corte...) pero necesita de algo más que de esas buenas intenciones. 

Y justo, para acabar de rematar el asunto, ahi tenemos a Jorge Valdano, ese señor que es el asesor deportivo de Florentino Pérez y que tiene en su haber todo tipo de fracasos como el hecho, insalvable, de que parece ser que nadie aprueba su gestión ni futbolística, ni baloncestística...lo que me hace preguntarme que qué narices sabe Jorge Valdano de baloncesto para recomendar que se reduzca el presupuesto, se de luz verde a este o a otro fichaje y cosas así. 

En medio de la decisión de Messina de poner tierra de por medio (en un momento bueno para él pero malo para la plantilla, protagonizando la enésima italianada) coexisten todos estos factores de enfrentamiento institucional, de echarle los perros de la prensa encima al técnico italiano y también algunos misterios como, por ejemplo, que Sergi Vidal o Velicovick que vinieron como estrellas apenas estén tocando bola. Y más allá de eso el hecho secundario más sangrante: Messina decide despedir a Jorge Garbajosa para traer a Begic y este, en lugar de marcharse, se queda en la plantilla pero sin ficha. ¿No es raro? ¿Ustedes se imaginan que los despiden pero los dejan en su sitio, sin trabajar, hasta que expira el contrato? 

No dudo de que Messina se ha confundido en algunos casos (en los anteriores, en algunos fichajes) pero lo cierto es que es feo contratar a alguien para hacer justamente lo contrario de lo que te recomienda y mucho más es darle menos presupuesto del prometido y, además, no dejar que lo gestione directamente. No dudo, tampoco, de que el silencio del técnico italiano es algo más que un signo de elegancia, es la señal inequívoca de que sabe que el Real Madrid de Baloncesto es una institución volátil, mal manejada y que suele tomar decisiones absurdas por lo que, no es improbable que, el día de mañana, se le vuelva a convocar para sentarse en el mismo banquillo como ya se hizo con George Karl. ¿Quien sabe? 

Este no es un buen país para venir con etiqueta de nada y, mucho menos, con la etiqueta de querer hacer las cosas a tu modo. Ahí está el ejemplo de Guardiola que se tiene que morder la lengua en cada aparición pública para que nadie lo acuse de querer ser más que el periodista que lo entrevista, más que el aficionado que ahora lo aplaude y, sobre todo, más que la institución que lo sustenta. Da igual que él sea el artífice de los éxitos, que él sea el que pone la máquina a funcionar todos los días, da igual que él sea el tío capaz de manejar la pizarra porque todos sabemos, y él que es muy listo también, que cualquier desliz le puede costar el cuello, el insulto y la marcha a un club extranjero. En realidad, los tratamos como a nada y siempre pensaremos que están ahí gracias a nosotros. 

Hacemos las cosas como nos viene en gana, desoímos a los expertos, preferimos tirar por la calle de en medio...y si así funcionan las instituciones más conocidas de nuestro país díganme si esto no es un reflejo general de lo que ocurre en otros estamentos. Así nos luce el pelo. 

3 comentarios:

6th Man dijo...

A parte de la consideraciones sobre nuestra diferencia con Europa, con las que estoy de acuerdo,pero también creo que el problema lo fomenta la propia entidad. Primero, no hay una persona responsable y con oficio que se encargue de tener a la plantilla concentrada en su trabajo, que evite que los jugadores tengan desplantes publicados en la prensa y que gestiones el presente y el futuro de la sección. Además esta persona ha de ser alguien con peso, como pasa con Creus en el Barça. Si esto no ocurre los jugadores empiezan a tomar las riendas del vestuario como ha sucedido esta vez o como sucedió en la época de los Biriukov, Antonio Martín y compañía. En segundo lugar tiene que haber un mayor compromiso económico. Para poder traer a los mejores jugadores hace falta dinero, es así de simple.Pretender ganar la ACB y/o la Euroliga con jugadores como los que ahora mismo tiene el Madrid es una tarea quimérica.
Messina ha acabado como lo que se veía, un Cesar apuñalado por sus propios hombres.

supersalvajuan dijo...

No era el momento de largarse. NO lo era.

Señor Insustancial dijo...

Hola a ambos,

6th Man,
Creo que el error es que hay demasiados responsables que no tienen ni idea del jardín en el que se meten y que se cree que se puede construir un equipo ganador alrededor de un entrenador lo que es absurdo.

Supersalvajuan,
Es ridículo que se haya ido así.