Me declaro en huelga. Este año no celebraré la navidad. No saldré en Nochevieja, ni Nochebuena, ni nada.
Me niego a volver a ver Los Fantasmas atacan al jefe por enésima vez. Lo juro. Y eso que esa película me encanta.
Me niego a los espumillones, los belenes, los arbolitos, las bandejas con chorradas dulces y, como cada año, intentaré darme de leches con alguien que lleve un absurdo gorro de Santa Claus, si es con luces mejor que mejor.
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