Este contribuyente que escribe aquí le debe a la Agencia Tributaria 9,62 euros. Me he quedado francamente sorprendido de que tan magna organización me reclame una suma de dinero cuando, el año pasado, ya la crisis me estaba mordiendo las desnudas y pilosas canillas con su conocido desprecio por el dolor ajeno. Es decir, que no tenía donde caerme muerto y dormía en la intemperie...este año, por el contrario, ya se me ha prohibido caerme (hay un impuesto de Spectra/Octopus -que son los que gobiernan Madrid- que grava a los laxos ciudadanos que deciden irse de morros contra el asfalto) y el banco me ha embargado la intemperie que tantos años me ha costado comprar por adeudarles los tres últimos plazos y dos cuotas de un crédito personal que pedí para comprarme un Ab-flex (¡Que sorpresa al descubrir que no era una máquina para matar zarigüeyas si no un estúpido aparato para hacer abdominales!). O sea, a día de hoy bien, gracias. Les he pedido a los de Hacienda pagarles en carne pero me han soltado que "Al rey la hacienda se le ha de dar pero que la honra, la honra sólo es de Dios...", bueno, les he pedido que ya me que iban a sacar la pasta al menos no se pusieran en plan "El alcalde de Zalamea" y he colgado.
Me gustaría fumar mucho para quitarme los nervios de saber de donde voy a sacar los casi diez eurazos que me reclama la administración que, tonto de mi, quería gastar en cosas inutiles como comer o invertir en Madoff (una inversión segura, un tipo con un apellido de creador de champús no puede ser malo) pero el tabaco ha subido mucho...como siempre le he puesto al buen tiempo mala cara y he contratado al tonto del barrio para que me recoja las colillas del suelo con un bote que le he proporcionado y por el cuál le cobro un alquiler al no estar dado el muchacho de alta en autónomos. Lo comido por lo aspirado, mi cáncer va a tener los restos del ADN del vecindario...las perspectiva no puede ser más brillante.
Sin dinero, sin trabajo y sin tabaco creo que la solución más realista habría sido intentar participar en el programa ese de las tribus y las familias...ciertamente esa gente parece vivir con poco, de hecho los cachondos de los Mentawais (tengo la sospecha de que eran caníbales hasta 1987) fuman unos porros rectangulares de lo más chocantes y los Bosquimanos van con unos tangas que, pese a que me masco no me harán mucha figura, al menos me permitirán recibir el cálido viento de la sabana en toda la entrepierna. De hecho, y ahora que hay más gurús y entendidos en redes sociales que usuarios, había pensando en largarme hasta esas zonas del mundo tan alejadas para predicar con los beneficios de la web 2.0 y de las ventajas de disfrutar de una conexión wi-fi para abrir mercado y convertirme en entrepeneur abriendo una agencia para asesorar a todas esas buenas personas. Por desgracia tampoco he caído en la cuenta de que no puedo pagarme la manutención de una familia y que, de haberla tenido, me hubiera abandonado fulminántemente en cualquier gasolinera o chaflán por mi absoluta carencia de líquido, sólido y, claro está, metálico (en el jardín botánico).
Y ya ven, como decía "El Niño Gusano", miro el péndulo y me pongo feliz, feliz porque pago mis impuestos y soy un honrado ciudadano que ve brotes verdes a casa paso, se aguanta las arcadas cuando escucha según que cosas y domina sus pulsiones violentes cuando ve otras tantas; se extasia delante del televisor viendo la Copa Confederaciones (una especie de exótico torneo de verano con más cartón que una película de serie B y que para sí quisiera la calidad, el juego y el arte del Trofeo Ramón de Carranza), se disgusta si David Villa no ficha al final por el Real Madrid y tenemos que ver como uno de nuestros últimos intelectuales toma el camino del exilio hacia Inglaterra o Italia o se solidariza con esas 60.000 almas que tomaron las calles de Sevilla para protestar por la bajada del Real Betis Balompié a Segunda División (yo tengo más razones que nadie que mi primo Damiá juega en dicho club...y no hay derecho, primo, que no tengas asegurada la titularidad y luego pasa lo que pasa...).
Y no me importa ni el tabaco, ni la comida, ni los cochinos 9,62 euros que ya le levantaré a algun niño a punta de pistola a la puerta de una piscina, ni el exilio de Villa y la fuga de cerebros y medio centros o que me masque que la cosa sólo puede empeorar. Si pudiera quitarme esta sensación de estorbar en todas partes ya tendría suficiente...lo juro.
Y ahora disculpen porque acabo de recibir un burofax donde el tontico que me recoge las colillas me expresa su intención de llevarme a los tribunales...y es que vivimos unos tiempos infaustos aunque siempre nos quedará Serrat del que me acuerdo mucho últimamente.
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