Hace meses, con lo de la tregua de ETA, me permití el lujo de hacer media gracieta comentando que "Los Millones", la novela de Santiago Lorenzo, era algo así como medio indispensable para leer el proceso de desintegración de la banda terrorista o algo así. Proponía, sin mucha fortuna como siempre, una especie de juego tontorrón en el que el otrora miembro de la organización que contaba con unas cuentas saneadas y un cierto apoyo popular se había convertido en ese hambrón que se pasea por un barrio obrero que es el protagonista de la novela de Lorenzo esperando que alguien se comunique con él y esperando, claro está, tener un DNI para poder cobrar los millones que le acaban de tocar en la lotería primitiva.
Sin duda y porque utilicé una de esas "técnicas mixtas" en las que intento con torpeza que unos temas solapen a otros para que tengan ustedes conciencia de lo que es vivir con una cabeza que piensa en 300 cosas a la vez ("y ninguna de ellas demasiado útil o demasiado buena" que dice mi compañero de piso) simplemente catalogué a "Los millones" como una "maravilla". Adjetivo un poco corto para definir lo que este libro es en realidad, un adjetivo que si bien vale para que sepan ustedes lo que me pareció en general queda bastante lejos de definir en su totalidad lo que este libro supone para un servidor.
"Los millones" es una maravilla pero también es muchas otras cosas: es una estructura estupenda, una historia de esas que no se encuentran normalmente y, sobre todo, es algo que vengo echando de menos desde hace tiempo en la literatura española en general que no es otra cosa que una forma propia de mostrar las cosas.
De los cortos de Lorenzo y de sus dos películas siempre me maravilló que pudiera darle a los personajes una especie de toque inconfundible, una manera de hablar propia que respetaba el juego de hacer de la trola algo completamente real, es más, algo tan real que pasaba por ser más realista que la propia vida. Eso me lo volví a encontrar en "Los millones". Y me encantó. Olvidándonos de comparaciones odiosas: Auster juega a eso todo el tiempo y cualquier gran escritor del siglo anterior (y no digamos ya del XIX o anterior al mismo) ha jugado a dotar a sus personajes y a sus historias de esos juegos sin los que, sinceramente, me falta algo.
Sin duda es la mejor novela que he leído en mucho tiempo y, sin duda, me parece innegablemente la novela del año anterior.
¿Y a qué viene repetirse? Pues que los señores de notodo.com han nominado a "Los millones" como una de las novelas del año y se requiere, para que se le entregue el galardón, que ustedes voten en la página. Yo ya lo he hecho y ustedes deberían.
Le dejo el enlace por si quieren hacer ustedes uso de ese derecho inalienable que es demostrar que tienen un gusto infinito para las cosas de la literatura.
Se vota desde aquí.
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