jueves, 18 de septiembre de 2008

Vidas y esfuerzos









Mientras que La 2 elegía un horario innoble para emitir el documental Pablo G. del Amo (Diego Galán, 2005) en Telemadrid emitían Territorio Comanche.



En el primero se podía ver el repaso a una carrera y a una vida completamente plena contada por su propio protagonista y algunos personajes de excepción como Manuel Vicent, Carlos Saura o Fernando Fernán Gómez o Pepe Salcedo. Del Amo era un currante del cine, de profesión montador, un sastre de imágenes que le arregló los primeros trajes a Saura (La caza, 1966) entre otras cosas. De caracter difícil a veces el documental rescata una abrupta e interesante charla sobre el oficio de hacer películas que el maestro sostuvo con algunos alumnos improvisados como Eloy de la Iglesia o Jaime Chávarri en el homenaje que la Mostra de Valencia le dedicó en 1987. Un documental divertido e interesante, un buen show que se podía disfrutar supieras o no de la existencia de su protagonista.



Si zapeabas caías en el abismo de Telemadrid y su late night (Territorio Comanche) presentado por Cristina Tárrega. Un compendio del horror que si es sustituído por un programa cuyo único objeto es ofrecer imágenes de encapuchados destripando cachorritos y ahogando mininos en calderos de agua hirviendo para luego comerse el resultado nadie echaría en falta a la Tárrega, bueno sí, porque Territorio Comanche seguiría siendo recordado como un horror peor.



En realidad es normal que existe un programa como ese: es muy barato y necesita de muy poco esfuerzo técnico y ético para levantarlo. Poco esfuerzo. Lo malo es tan abundante que, de hecho, crece dentro de nosotros. Sacarse de la manga un shows de freaks u otros espectáculos del mal rollo de toda índole dirigido por casposos que traen a otros casposos para hablar de cosas casposas es viejo como la mierda. El documental sobre un cineasta merece de mucha más enjundia, más trabajo, un poco más de dinero pero, sobre todo, una enorme dósis de buenos sentimientos que es algo que no crece en los árboles.


Ayer le tocaba largar a Jaime Peñafiel que se comportó como las hienas de El Rey León: se puso a echarle la peta a la Infanta Leonor. Se le caían las babas blancas por las comisuras de los labios y daba mucho asco y mucha pena que alguien pueda hablar de los mismos temas durante dos horas diarias en diferentes programas de una misma cadena sin que nadie desfallezca de puro empacho.



Pablo G. Del Amo decía que jamás había vendido su integridad profesional ni ideológica poniéndose al servicio de un trabajo que la comprometiera y por esas cosas fue encarcelado y depurado. El ex bufón de la Corte se ha vendido tantas veces que ya no hay manera de escribirle un precio legible en la etiqueta ni manera de escribir el nombre de otro dueño en la filiación canina.



Maneras de vivir, cuestión de esfuerzo...Por 72.000 euros puedes disfrutar de la presencia en plató de la novia del tipo que mandó a la UCI al profesor Jesús Neira para recriminarla, insultarla y decirle que es una mala persona. En el mismo precio va incluído que, al final de la charla, le recomiendes que si quiere tener limpia su conciencia lo done a una Asociación de mujeres maltratadas...sin decir claro está que Telecinco debería de haber hecho lo mismo con el dinero que esa noche recaudó en publicidad gracias a tan mediática presencia.

Eso es como si un señor contrata a una prostituta y, después del servicio, le entra la mala conciencia, cae en la cuenta de lo que ha hecho, y le dice a la profesional que done el dinero a la iglesia si es que no quiere ser toda la vida una pecadora y, al salir de allí, el chulo te da una propina.

Dice Pablo G. del Amo en su documental que su madre tenía una vieja máquina de coser Singer..."un día vino un señor de la marca y le cambió el pedal de la máquina por un motor para que no tuviera que hacer el esfuerzo. Estuvo, yo que sé, toda la mañana o toda la tarde enseñándole a manejar aquellos botoncillos...pero mi madre ya sabía coser, si mo madre no hubiera sabido coser ojales ¡Para qué le serviría tanta tecnología!"

Pues con la tele es igual. A veces da la sensación de que las que la manejas saben bien como se rompe un ojal pero no arreglarlo y mucho menos coser y mucho menos manejar todo el amasijo de cables y de cámaras y de conciencia y alguien tendría que enseñarlos. Quizás así no tendríamos miedo de hacer zapping.

7 comentarios:

manu dijo...

jamás había vendido su integridad profesional ni ideológica poniéndose al servicio de un trabajo que la comprometiera
Ya quedan pocos así, una especie en extinción.

La foto de C.T., ¿es de antes de ir a la Casa de Campo o de después?

A mí me va el zaping gore: Interconomía, El gato al agua. Para estómagos curtidos :(

P.D.: he recuperado mi personalidad... la "afoto", quiero decir.

Anónimo dijo...

Gran Documental realizado por Don Diego Galán

Señor Insustancial dijo...

La verdad es que es una de las mejores cosas que ha programado la 2 este año.

Señor Insustancial dijo...

Manu...¿Por qué te haces tanto daño viendo esas cosas?

Enhorabuena por tu recuperada personalidad

Lajarín dijo...

con todo el respeto que me mereces he de decirte lo hijoputa que eres para elegir las fotos del personal, jajajajaja

Joder la de Cristina Tárrega, hahaha
Con esa foto no es necesario que digas nada, NADAAAA
(joer qué risa)

Borja Prieto, ¡Está pasando! dijo...

Estimado insustancial.
Llámeme.
Borja.

Señor Insustancial dijo...

Lajarín,
esa se merece la foto y el patíbulo.

abrazos