lunes, 1 de septiembre de 2008

El tigre de Putin y otros cuentos de la edad madura



Al parecer, y según este vídeo de aquí, Vladimir Putin ha salvado la vida a un grupo de periodistas disparándole un dardo tranquilizante a un tigre. Vale. No voy a ser yo el que dude de Rossiya, la cadena que ha dado la noticia…eh…Putin, periodistas, un tigre, un dardo con dormidina…lo malo es que no aguanta la prueba de la confrontación con otra noticia falsa. Tu escribes mañana “Se confirma que Teresa de Calcuta salvó la vida de unos periodistas de las fauces de un tigre lanzándoles higos blandos y por ello será ascendida a santa” y la segunda trola es más creíble.


¿Y por qué parece falsa? Pues lo primero porque Putin tiene más fama de matar periodistas que de salvarlos, básicamente, y después porque no se entiende muy bien que favor nos ha hecho Putin poniendo a buen refugio la vida de unos cuantos gacetilleros: ¿Salvaríamos de las garras de una fiera corrupia a un contigente de personitas formado por eso que ahora se llama periodista?


Pongamos por caso que tu tienes un rifle cargado con un dardo paralizante y ves, en el horizonte, como van por el campo todos estos personajes (Jaime Peñafiel y Jorge Javier Vázquez charlando de sus cosas, por ejemplo) y como, nítidamente, un pedazo de tigre se acerca hacia ellos…¿No te encontrarías en un dilema moral? ¿Duermo al bicho o salvo a la audiencia? Yo lo tengo claro, dispararía al animal para que no se envenenara o quizás no y esperaría a que lo hiciera porque siempre he querido hacerme un disfraz de tigre como el de El Sentido de la vida.
Al parecer Putin es un hombre inseguro que necesita demostrarnos que está en plena forma, que ha dejado la presidencia pero que sigue en forma.



Cumple 55 años en octubre y es posible que esto sólo sea un arranque de pitopaúsico, Vladimir está en ese momento de su vida en que puede elegir entre ponerse con viagra o conseguir el efecto parecido con unos cuantos titulares.


Cada uno, según sus posibilidades lucha contra la inseguridad propia de la edad madura: Sarkozy cazó a Carla Bruni (no se sabe si usando la misma técnica), Silvio Berlusconi sacará un disco de canciones románticas en navidades que, a poco que se empeñe, llegará al número 1 de las listas de éxitos y se ha operado la cara hasta darle ese aspecto inconfundible de latex para condones que luce, su majestad le disparó al osito Mitrofán y Aznar, eh, bueno, Aznar se conforma con que El Mundo le regale una doble página en interior donde despacharse a gusto y contarnos lo bien que lo hizo, lo nada que se equivocó, lo sana que estaba la economía y que lo de la reunión de las Azores fue el momento más trascendente de la historia de España en los últimos 200 años.


¿Por qué 200 años? ¿Cuál fue la otra cosa trascendente que pasó 200 años antes de la cumbre de las Azores, en 1703, que fue tan importante? ¿La designación del Archiduque Carlos de Austria como Rey de España? ¿La firma del Tratado de Lisboa? ¿La fundación por parte de Fray Isidoro de Sevilla de la orden de la Divina Pastora de las ánimas? ¿O es que es una cifra así, dicha sin reflexionar mucho? No se, no se…


De todas maneras lo que más palote pone a un cincuentón con mando es una buena demostración de fuerza: Putin la lía en Georgia (dicen que han cambiado de presidente pero jajá-jijí) y Bush en Iraq. Aznar también, que tomó el Islote Perejil “Al alba, y con un tiempo duro con viento de levante de 35 nudos...” según palabras de ese mitad poeta-mitad guerrero (todo caradura) que era Federico Trillo. En la estupenda entrevista que la revista GQ en su edición americana le hizo a Colin Powell, recién depuesto, no dudó en afirmar que “aquél conflicto era el más embarazoso y estúpido conflicto en el que había tenido que mediar” quitándole toda la épica al asunto.

Powell recordaba con amargura y fastidio como había sido despertado en mitad de la noche por la administración española para informarle del asunto y que, aunque quiso quitarle hierro al asunto, no pudo evitar que ambos países no se pusieran de acuerdo ni siquiera en la forma de nombrar al islote de la crisis en la declaración oficial americana (“laila” para los marroquíes, “perejil” para los españoles…”laila” significa "perejil" en árabe) y tuvo que hacerlo por sus coordenadas.


En descargo de las diplomacias de ambos países nosotros diríamos que el momento más embarazoso y estúpido del ex secretario de seguridad fue el momento en el que se presentó a la ONU con unas cuantas láminas A3, una presentación en Power point con ilustraciones en corel draw y un tubito lleno de un líquido blanco que decía que era anthrax líquido (que digo yo como nadie puede ir tranquilamente con un veneno semejante en el bolsillo sin ninguna medida de seguridad...) para hacernos tragar el sapo calentico de que Iraq era una diabólica potencia nuclear y química. Algo, que por cierto, también protagonizó como un acto absurdo de vanidad que pensó lo catapultaría hasta la Casa Blanca...

Y es que se hacen muchas estupideces bien sea por poder, por inseguridad o por salir en los papeles...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me da mas envida el Sarko,joer menudo bombon se ha pillao que el Puton,huiii en qeu estaria pensando,que el Putin.Menuda tigresa tiene que ser la Bruni a esa si qeu la cazaba.

Josea.

Anónimo dijo...

Que aprendar de Aznar y se dejen de zarandajas.Ese macho español.Solo un periodico independiente y veraz como el marroqui se ha atrevido a contarnos la verdad.

Josea.