Definitivamente Emma García (Tele 5) y Patricia Gaztañaga (Antena 3) se han convertido en las presentadoras con un curriculum más regulero de sus respectivas cadenas. La primera presenta Hombres, mujeres y viceversa, una especie de mercado de carne donde la gente va a buscar novio/novia, mostrarnos su retorcido sentido de la moda y su psicodélica noción de la palabra romanticismo y la segunda está bregando con No es programa para viejos. ¿Qué? Vale, lo has adivinado, es una gilipollez ya desde el título...¿Podrías confiar en un programa que se llama así? Bueno, digamos que sus creadores saben tanto de la juventud como de cine de los Coen. Espero que les caíga una enorme demanda.
Si uno atiende a los contendientes e invitados de ambos programas quiere, inmediatamente, que eso del suicidio asistido sea una realidad cuanto antes y, predigo, que las solicitudes de dicho tratamiento paliativo extremo se multiplicarán tras un visionado de cualquiera de ambos programas. Bien sean combinados, bien por separado.
En realidad son cosas así las que te enfrentan a cómo es, en general, el personal. El jueves pasado hablando con dos blogueros de pro (Clavijo y Galán, sí, hay otra vida más allá del ciberespacio) llegaban a la conclusión de que, en realidad, muchos de nosotros vivimos completamente alejados de la realidad. Tenían razón. Ni veo las series que le gustan a la gente, ni leo las cosas que le gustan a la gente ni, claro está, escucho las cosas que le gustan a la gente, es decir, no soy público objetivo para ninguna de las cadenas, publicaciones o radios de este país y, por tanto, no tengo más remedio que embozármela y colarme mis bien formadas opiniones por el recto.
Será por eso que el espectáculo de una gente tronada ligoteando en un programa de tercera o la visión de un grupo de cien adolescentes atendiendo a las explicaciones de lo que es el "petting" dadas por Tamara, una ex de Paquirrín (¡Fuerza y Honor!) me aterra. Sí porque pienso que toda esa buena gente es la que tiene que pagarme la pensión en el futuro y, la verdad, no los veo yo muy preparados. Es decir, que aprenden a leer o voy a tener que seguir trabajando hasta los 80 más o menos...
Por cierto, que a Tamara y a los presentes les hubiera venido muy bien ver el documental heavy petting (1989, Obie Benz & Joshua Waletzky) un divertidísimo documental donde gente como William S. Borroughs, Allen Gingsberg, David Byrne y un largo etcétera explican sus primeros escarceos sexuales sin penetración...aunque también es verdad que los anteriores nombres les sonarán menos que el de Tamara "la ex de Paquirrín"...no a vosotros claro, quiero decir a los que estaban anoche en ese programa.
Allá por el Pleistoceno le eché una bronca a un redactor por no saber quién era Ben Fong Torres. Quería darle a aquella publicación cierto rollo de la Rolling Stone original, ya sabes, ese rollo canalla, intelectualoide y gamberro a la vez y Torres es uno de los periodistas punteros de los años 70 y su biografía de Gram Parsons una pequeña joyita de la literatura rockera. La bronca comenzó justo en el momento en que se tomó a cachondeo la sugerencia de leerse algo del tipo, de buscar algo sobre él, de interesarse. Creo que todavía se me recuerda por todo aquello, más que nada porque tampoco sabía quién era Dirty Sánchez, el performe que sustituyó en la MTV la emisión de Jackass...¿Le costaba tanto ver la MTV? Por cierto que Torres sale como personaje de Casi Famosos (2000, Cameron Crowe)...¿Tanto nos cuesta estar un poquito atentos? ¡Coño que esa película la ponen cada tres meses! He de decir que estaba hablando con un tipo que tiene un pedazo de título universitario y no con una stripper.
Desde aquí lo digo, era yo el que me equivocaba, se puede ir por este mundo sin saber nada de nadie, siendo un completo ignorante ¿A quién coño le importa?
La absurda acumulación de cultura (discos, libros, fechas...) os convertirá en unos pulidos jugadores de Trivial pero, la verdad, todos esos que dicen que la mayoría de lo que estudiamos no tiene valor práctico tienen razón.
Ya lo dijo Defcon dos cuando advertía del advenimiento de una nueva dictadura del culogordismo. Ya está aquí, ya estamos invadidos y, desgraciadamente, no hay nada que hacer y, si no, echadle un vistazo a los programas de Emma y Patricia (por cierto, ya un poco talludita para estas lides) y luego me contáis. Es posible que os unáis a mi en mis planes por convertir El Prado en una gran Macrodiscoteca.
Por cierto que, mientras que se emitía ese programa en Antena 3, Telemadrid programaba a Dragó y su ombligo tertulia donde Montero Glez, Garci y David Gistau le dedicaron algunos comentarios a Hemingway comentando jocosos la frase "la literatura es más arquitectura que decoración de interiores" y dejándonos bastante claro que a cierta facción de nuestros escritores les sigue poniendo el mitad intelectual/mitad aventurero que siempre interpretó Don Ernesto...y eso, buff, eso tampoco, porque escuchar sandeces sobre un mediocre también le dan a uno ganas de acabar de una puñetera vez con la cultura o que Anton Chigurh monte una buena escabechina de asnos e intelectuales. Yo mismo tiraré la primera moneda.
2 comentarios:
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Esas dos señoritas, ¿estudiaron -es un decir- juntas Periodismo Carnicero?
Eso es un misterio, pero la verdad si alguna de las dos cadenas compra los derechos para la emisión de las ejecuciones públicas de Irán seguro que les toca presentarlo a ellas....dan mal rollo.
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