domingo, 22 de marzo de 2009

Los malvados no gastan en palabras





Para ser malvado hay que valer pero, sobre todo, no dar ni una justificación a tus actos. Punto. No respeto a los criminales de guerra pero mucho menos a los que se pierden en un discurso del tipo "la historia me absolverá", para justificar sus crímenes. Cuando te pillan con las manos en la masa lo mejor es callar y cargar con las consecuencias. Si has perdido la vergüenza que, por lo menos, no te pillen perdiendo la poca dignidad que te queda. Es mejor pasar a la historia como un desfalcador o un asesino que como un mamarracho balbuceante. Yo me acuerdo mucho del show que ese japo-peruano silencioso llamado Fujimori montó para reírse de Abimael Guzmán, dirigente de Sendero Luminoso. Lo vistió de preso de peli de Chaplin y lo encerró en una jaula para mostrárselo a la prensa internacional a sabiendas de que el loquito terrorista no sería capaz de mantenerse en silencio y que comenzaría uno de sus berreantes y berreantes discursos que lo retrararían para siempre como un loco acabando con el poco crédito que la sanguinaria organización podría tener a ojos del mundo pero, sobre todo, para asegurarse de que sus actos (los de Fujimori) se verían con mejores ojos desde entonces. Punto para el señor de los ojos rasgados.

El malvado ha de ser letal y silencioso, como el kabuki e impenetrable como el significado de la obra musical de Mecano y, sobre todo, un arte criminal simplemente gestual como el mimo. El silencio provoca preguntas y esas preguntas artículos y libros llenos de hipótesis sobre el por qué de esos horribles actos. En el fondo es el último gesto de los crueles de camino al patíbulo: dejarte, ahí, con las ganas pero, sobre todo, con la imposibilidad de saber si otro tan cruel como el malvado volverá a actuar siguiendo esos secretos parámetros.



La maldad y la malicia son empresas gigantes que merecen un enorme esfuerzo pero, sobre todo, el silencio y, por ello, no están a la altura de mucha gente. Para ser malvado y malicioso hay que valer, y mucho, porque si no tus intentos por ser Lex Luthor te acaben convirtiendo en Pierre Nodoyuna.



La maldad y la malicia merecen de mucho temple y frialdad. Dejarse llevar por el odio es algo que, definitivamente, pese a lo agradable de la sensación deben de quedar para mejores ocasiones.

Los ingleses, que de asesinato entendido como un bello arte, saben un huevo han trasladado toda esa sabiduría a la crítica musical. Elegancia, savoir faire...la entrevista y la crítica tienen mucho de baile mortal, de agarrarte a la presa y buscarle la oquedad entre las dos costillas para clavarle el estilete y que se desangre mientras tu abandonas tranquilamente y sin una mancha de plasma en el cuello de la camisa. Las mejores malas críticas sobre grupos se pueden leer en Q, Modjo, Kerrang...de ahí es donde queremos todos aprender, claro. Pero trasladado el fenómeno a nuestro país nos encontramos con que seguimos gustando del crimen de Puerto Hurraco y que, de ahí, no somos capaces de pasar.




El sábado, como otras tantas almas, asistí al concierto de Def Con Dos. ¿Qué esperaba? Que estuvieran como siempre, es decir, muy bien. No me decepcionaron. En directo son brutales, eléctricos y pese a que la sala estaba medio vacía (mala publicidad, el puente del Día del Padre...) se sobrepusieron a eso y a los problemas técnicos de una sala, La Riviera, que tiene un eco que recuerda al Cañón del Colorado y a un anuncio de una achicoria soluble. Al parecer, Fernando Neira, de El Pais asistió a este concierto pero lo vio con otros ojos. Los suyos. Ahora podéis decir: "Claro, Insustancial, es que tu eres amiguito de Strawberry". Pues sí, claro, y me puedo permitir el lujo de decirle: "Nene, este concierto ha sido un truño". Pero es que, la verdad, hubiera faltado a la verdad porque el concierto no estuvo nada mal. Es una pena que El Pais gaste media página de su edición de Madrid para poner a caer de un burro no ya a DCD, que también, si no para centrarse básicamente en la edad del cantante del grupo y en si va o no va al reumatólogo. Diré que Neira, que es del 71, tampoco se va a salvar de visitar al fisio como tampoco lo hará este servidor de ustedes. Eso son cosas que sobran o que se incorporan de manera más elegante. Por Alá.

La crítica es, como el asesinato, el arte de la contención cosa que no tiene Neira al que le queda bastante por aprender sobre ironía, sarcasmo y un largo etcétera de cosas que tampoco sabe ni entender, ni valorar, en el discurso de Def Con Dos que, por cierto, es de los pocos grupos que habla actualmente en contra de la violencia de género (Aído, te echamos de menos), el precio de las hipotecas y otros temas de estos tan espinosos. Mi acompañante en el concierto me dijo: "cuando se te ocurre meter un poco de discurso en las canciones automáticamente te caen palos de todas partes, es inevitable". Lo esperaba de El Mundo, pero nunca de El País, la verdad. Nos queda mucho de aprender de los críticos ingleses, de esa clase alta de los destripadores elegantes. Será por eso que los asesinos británicos entierran a sus víctimas en el jardín y nosotros las dejamos con las tripas desparramadas en medio de la calle clamando mientras la policía se nos lleva contra la propia víctima y diciendo, al que nos quiere escuchar, que en realidad somos completamente inocentes.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, estimado Insustancial, acabo de leer con cierta sorpresa el libelo criticoide del Sr. (ante todo, educación) Fernando Neira. Bien. Vale. De acuerdo.

Más allá de que sigo sin explicarme porqué Vd. no es redactor-jefe de alguna revista de tendencias, o porqué el citado Fernando Neira no estaría más guapo entrando en coma como su homónimo apellidante, o incluso porqué estoy hablando de algo relacionado con la música cuando tengo un oído bethoveniano (quiero decir "sordo", no "clásico"), entiendo a la perfección su malhumorado post, por encima de la estrecha relación que le una al estimado César. En el artículo parece que al "crítico" le interesa más criticar una actitud que una actividad, el mensaje que las buenas (o no, yo que sé) artes del mensajero. Y todo tintado con una sosería gafapastiana de payaso que suelta boutades con unos colegas en un café de Chueca:

- Y voy y suelto "No han dejado, claro, ni una sola brocha gorda en las estanterías del Leroy Merlín"... ¿Soy o no soy genial?

- Jiiiji, Fer, eres iconoclásticamente divertido! ¿Hace otra raya?...

Puede que sea más de pueblo de lo que pensaba, y por eso me desconciertan artículos como éste (yo que pensaba que las críticas musicales debían hablar de música y no de diseccionar el antisistemático comportamiento de los artistas). No sé, a lo mejor me estoy volviendo viejo de golpe...

A lo mejor es que yo también soy raro.

Afectadísimos y solitareáceos saludos.

PD.- Palabra de verificación: "undebe"; "expresión coloquial de asombro; vulagrización de "hay que ver"; "debajo", en alemán".

manu dijo...

Lo de Mecano me ha llegado al fondo del alma... ¿No han invitado a DCD a uno de esos discos de duetos u homenaje que tiempo ha estuvieron de moda?

Sinceramente, dudo que el crítico de La Perdiz capte el matiz irónico de este post y su título. ¿No cerró la reseña con un "¡Arriba la SGAE!"? Debe ser de esa especie animal (o de alimañas) que entiende la crítica como el arte del despelleje o la matanza.

Veamos el lado positivo: les hicieron la reseña de la actuación, cosa que otros ya quisieran.

Señor Insustancial dijo...

Hola Escuadrón de las Sombras,

Grom,
Es que así no se puede ¿Qué prensa musical es esta que se empeña en seguir los parámetros de la prensa musical anglosajona sin enterarse de nada? Horrible, simplemente.

Kiko Amat, que está bastante de moda o algo así, ha abierto un poco la veda de este tipo de crítica de destripe que no lleva a ninguna parte: él la hizo sobre un concierto de Saxon en la sala Razzmatazz y puede leerse aquí.

http://blocs.mesvilaweb.cat/media/aGVhdnk=_47295_1_6449_1.pdf

No se diferencia mucho de la crítica de Neira ya que ambas dejan claro que la sensibilidad de sus autores es mucho mayor que las del grupo (SAXON y DCD) y, claro está, de todos los tontos que han pagado una entrada o han comprado un disco. Claro, claro. Hubiera estado bien que, esto mismo, lo hubiera escrito Amat/Neira sobre cualquiera de los muchos y destacados artistas de nuestro entorno que venden sus discos apoyados por algún grupillo mediático. Mola, mola. Con decir que todos son unos machistas y unos becerros es suficiente...ya si le das al rollo un toque viejuno ("Me mola Miki y los Tonys") ya flipas.

Solo siento tristeza, no por tí, querido extraterrestre si no por todo lo demás...eso informe de ahí fuera.

Manu,
No deshecho que Mecano o Amaia Montero hagan unos temas de DCD en rollo música de cámara para que así puedan ser digeridos por nuestra interesante crítica musical. El crítico matachín es un clásico, se acepta si lo hace con gracia y si está justificado si es para ponernos colorados a lo mejor deberían de callarse.

Un abrazo a ambos. Enorme.

Tomás Verléin dijo...

Pues yo prefiero no decir en qué condiciones he visto a Neira en según qué conciertos. Y, también, he de obviar mi cara del día siguiente al leer una completa crónica en la sección de cultura de El País, una crónica escrita con pelos y señales (algún fallito menor como mencionar una canción que no tocaron, nada... naderías). Cada uno en su sitio.

A mí no me gustan DCD (perdón por la puñalada Señor Insustancial), vaya por delante, pero este tipo de críticas no se las merece nadie. Para mí es mucho mejor es mandar a un periolisto que sí que le guste el grupo o artista con pelo de Hollywood que a alguien, como Neira (que en este caso parece que César Strawberry le debe dinero).

perdón por al salida de tono, pero necesito aliento:

Señor Insustancial, dígame algo a lo que agarrarme para lo que hoy va a pasar en el pabellón más irónico de la historia del baloncesto. Tengo sueños llenos de sudores fríos donde Plaza deja a algún jugador en el banquillo por el artículo 33 y Kennedy Winston (los padres lo hicieron a mala leche, lo de la coincidencia de nombres y apellidos ilustres) tiene más protagonismo del necesario.

Señor Insustancial dijo...

Hola Tomas,

Pues mira, ahora que lo dices yo a Neira ni lo recuerdo de nada pero sí he visto a algún compañero un tanto perjudicatti viendo un concierto o marchándose media hora antes para luego hacer una crítica completa. Como deben de estar avisados se permitió el lujo de decir que al final los habían jaleado al grito de "hijos de puta". Cierto.

Si no recuerdo mal Neira estaba en la misma barra que yo con cara de aburrido y tapado por el palmeral central de La Riviera.

Efectivamente nadie se merece una cosa así, ya digo, me recuerda a la sobrada que se metió Kiko Amat con Saxon que no es que sea un grupo que me flipe pero tampoco se merecían semejante clavada.

Dudo mucho que Strawberry le deba ni un duro a Neira pero neira le debe unas cuantas disculpas. De eso no hay duda.

Sobre lo de esta tarde noche, en el palacio de la Paz y la Amistad, le diré que nos va a tocar sufir si seguimos por el camino mostrado ante el Pamesa. Nos salvó Van Der Spiegel, no hay más que decir...espero que siguiendo esa línea Kennedy Winston se quiera cobrar venganza de su viejo equipo y les clave 20 o 30 puntos. Bueno eso lo he soñado. Sufriremos, mucho, se olvidará de Marko Tomas, como siempre....no se, tiemblo, mucho.

Un abrazo enorme.