domingo, 25 de octubre de 2009

El "jevi" con más enemigos del mundo...


De todos los misterios de la historia de la música seguramente el más sorprendente sea el de la supervivencia del heavy Metal. Los directores, Sam Dunn y Scot McFayden, estudian el fenómeno de la "lon-heavy-dad" en su documental "Metal: a headbanger´s journey"(2005) haciendo un estudio antropológico de las raices del sonido metalero y de las circunstancias sociales que afectan a un fenómeno musical que emana de los cinturones industriales de las sociedades industriales y que ha acabado convirtiéndose en un fenómeno transversal seguido con el mismo énfasis por un paleto del medio Oeste Americano, un estudiante de Informática sueco o un pijo de La Moraleja. Curiosamente mientras otras tribus urbanas han desaparecido antes de los años 90, los "jevis" han convivido con todas las modas posibles sin apenas sufrir bajas o deserciones.

Excesivo en todas sus formas (heavy, trash, power...) alberga en sus casi cuarenta años de historia (las primeras bandas de rock duro aparecieron a comienzoz de los 70) algunas de las mejores anécdotas de la historia de la música popular y ha lanzado al estrellato a tarugos de todo el planeta. Ozzy Osbourne, King Diamond, Alice Cooper, John Bonham, James Hetfield, Lars Ulrich, Bon Scott, Lemmy Kilmister, Tommy Lee, David Lee Roth, Axl Rose y un largo etcétera de celebrities han llenado páginas y páginas con sus devaneos, chifladuras, peleas, ligoteos...

De todos ellos, sin embargo, me quedo con la historia de Dave Mustaine. Dave Mustaine comenzó su carrera de "Rock Star" en Metallica. Aguantó en dicha banda sólamente un año y, pese a su pequeña militancia, ha sostenido durante toda la vida que él y James Hetfield, cantante y segunda guitarra de Metallica, fueron los verdaderos padres del Trash Metal. Mustaine y Hetfield tenían mucho en común, ambos eran californianos y eran unos mostrencos que se pirraban por las strippers de enormes pechos, el alcoholazo y las drogas. Los dos soñaban con tener una mansión con un garaje enorme para guardar una colección de coches, eran conservadores convencidos y pensaban que las armas de fuego molaban bastante. Ambos eran de baja extracción económica y contaban con una pobre formación académica y pronto se hicieron inseparables. Mustaine comenzó a demostrar que las drogas y el alcohol le sentaban bastante mal y muy pronto, incluso antes de que Metallica se convirtiera en "ese Monstruo", ya daba muestras de no dar pie con bola en los conciertos, a los que asistía chuzo, y de cierta conducta errática.



En cierto modo Mustaine pensó que su amistad con Hetfield estaba construída a prueba de bombas y los dos tenían como objetivo de sus bromas al batería de la banda llamado Lars Ulrich. Ulrich, en realidad, era la némesis de ambos: europeo y nacido en una familia acomodada Lars se trasladó a California cuando su padre lo inscribió en una Academia de Tenis donde, a priori, debería de completar su educación para convertirse en una estrella del deporte de la raqueta y la pelotita. Su padre, Torben Ulrich, era un tenista chiflado amante del arte, la música y del cine que le transmitió esas pasiones y otra más importante: la ambición de ser el mejor hiciera lo que hiciera. Ulrich se enfrentó a su padre para decirle que no volvería a coger una raqueta y que se convertíría en batería y Torben le dijo: "hazlo pero no pierdas el tiempo y conviértete en el mejor".

Ulrich era un empollón (algo no tan poco habitual entre los metaleros) y los otros dos miembros unos descerebrados...pero con lo que no contaba Mustaine era con que Hetfield era aún más ambicioso que Ulrich y que ninguno de los dos tendría empacho en despedirlo de la banda en cuanto su conducta pusiera en peligro el objetivo final de ambos: ser la banda más famosa del mundo.


Mustaine se convirtió en un malrollero constante y en un bromista pésimo: no sólo martirizaba a Ulrich también Don McGovney, el primer bajista que tuvo la formación,  fue objetivo de sus cosejas. La más sonada: estando completamente borracho tuvo la ocurrencia de derramar una lata de cerveza sobre las pastillas de su bajo. Cuando McGovney lo encendió recibió una descarga que, me imagino, le erizaría la melenaza y lo lanzó contra una de las paredes provocándole un shock brutal.

Pese a todo Mustaine viajó con Metallica a Nueva York para grabar el primer disco de la banda pero, dos noches antes de entrar en el estudio, protagonizó una sonada borrachera. Ulrich, muy ladino, convenció a Hetfield para que sustituyera a Mustaine la mañana misma de la gran resaca y así lo hicieron. Para más inri, ambos, que tienen fama de ser algo agarrados, sólo fueron capaces de comprarle un billete de autobús y de empaquetar sus cosas para que se las llevara de vuelta a California.

Al pobre guitarrista, famoso por ser pelirrojo, se le vino el mundo encima e intentó jugar la carta de la amistad con Hetfield pensando que eso le salvaría de la quema pero, ah la ambición, el frontman de Metallica lo largó con cajas destempladas.

El viaje de vuelta a casa fue demoledor...y largo. En él Dave Mustaine pensó todas las venganzas posibles contra el "traidor hijo de puta" de Hetfield y contra el "danés maricón". Pensó en matarlos, eso ha confesado, mientras leía un panfleto político en el que descubrió el término "Megadeath". Dicha palabra es la que el ejército americano utiliza para referirse a un conflicto en el que se ha alcanzado el millón de víctimas. Obviamente inspirado por las imágenes de millones de cadáveres apilados Mustaine decidió tomárselo con calma por primera vez en su vida y dibujar un plan de venganza terrorífico: se conjuraría para fundar la mejor banda de Trash Metal del mundo, la banda más grande de la historia, aquella que borraría a esos hijos de puta de Metallica de la faz de la tierra.


Un año después de aquello Mustaine vio como su antigua banda, sin su permiso, incluía cuatro de sus temas en el disco Kill´em All", ese primer album que nunca llegó a grabar, y juró venganza contra el sustituto Kirk Hammett al que consideraba indigno de tocar su música. Para su desesperación Metallica alcanza un discreto éxito de ventas (300.000 discos...aunque a día de hoy ya van por los casi 4 millones) pero un gran éxito de crítica que se ve refutado al año siguiente con la publicación de "Ride the lightning" que se convierte en la confirmación de la banda y los lanza hacia las grandes giras...el disco incluye, como no, dos canciones co-escritas por él y Hetfield. También se había negado a que aquellas canciones fueran grabadas por nadie.

Mientras sus ex amigos triunfan él funda Megadeth que convierte rápidamente en su propio monstruo. Incapacitado para aceptar que siempre sería considerado un segundón, más que nada porque él mismo se posiciona siempre como un tipo resentido incapaz de olvidar a su primera banda y aceptando por tanto que son mejores que lo que tiene entre manos, Dave Mustaine además compite contra sus propias adicciones y su absoluta y total carencia de habilidades sociales que lo hace enfrentarse con todo el mundo: prensa, discográficas y, sobre todo, compañeros de escenario.


A través de los años 80 Mustaine se pelea con Slayer, Guns & Roses, Anthrax, Pantera...en lo que parece más la rabieta de un tipo más interesado en echar mierda a los demás y en clamar por su propia autenticidad frente a otros grupos competidores a los que, magnánimamente, califica de "putos fraudes" que en disfrutar del propio éxito. Mustaine, conscientemente o no, se enroca en el sonido de su banda que, al finales de la década comienza a recoger los frutos de su trabajo pese a que el consumo de alcohol, drogas y las facturas de los topless más chungos pudieran decir lo contrario. Siempre encabronado e incapaz de no entrar al trapo de cualquier puya lanzada por el malvado Lars Ulrich, un cabrón con pintas, se las ingenia para esconder su evidente talento como guitarrista y aparecer ante los medios como un retrasado o un rencoroso. Sus logros son innegables (Megadeath está considerada con una de las mejores bandas de metal de todos los tiempos junto a Slayer, Anthrax y, como no, Metallica) pero nada hace pensar que Dave haya sido feliz ni un sólo instante de su dilatada carrera profesional.

En 1992 los cucos directivos de MTV le encargan cubrir la Convención demócrata de la que saldría elegido Bill Clinton a sabiendas de que Mustaine es un conservador convencido que cree que el Partido Republicano es demasiado blando y se crea alrededor de sí mismo la imagen de ser un "real american" ("auténtico americano" o, lo que es lo mismo, "chiflado patriota enamorado de las barras y estrellas). Como la fama le gusta entra en una especie de espiral de creación menos ruidosa y más clásica pero, curiosamente, Ulrich declara que le gustaría ver como Megadeath hace un sonido más duro. Mustaine incapaz de aguantar que nadie le diga lo que tiene que hacer vuelve al Trash y se cuelga con el noise...mientras, paradójicamente, Metallica saca entre 1996 y 1997 dos discos clasificados como "Rock alternativo", se cortan las melenas y abandonan el logo que los identifica. Dave, encabronado, tacha el nuevo trabajo de Metallica como de "porquería" e invoca por enésima vez la autencidad de su sonido. Esta vez la deriva de Metallica hacia un sonido aparentemente más comercial es tan grande que la gente le hace caso...


Como se cree sólo en la cumbre o está demasiado ciego para darse cuenta de que está acompañado rápidamente comienza a perder el interés por la música y se dedica a intentar concienciar a la gente para "echar a esos comunistas que ocupan la Casa Blanca". Sí, a finales de los 90, Dave Mustaine que había reconocido haber renunciado a su fe protestante para abrazar los cultos chiflados de la new age (esa brujería moderna) y enredar un poco con el satanismo se embebe de nuevo del significado de la Biblia, vuelve al rebaño conservador, renace como cristiano y comienza a leer sobre todas las conspiraciones posibles que tienen quen ver con un gobierno judío en la sombra que actúa con la connivencia de las poderes ocultos de la masonería y que está, a su vez, dominado por unos extraterrestres reptilóides que viven entre nosotros con forma humana y que están dirigidos por la Reina de Inglaterra. Chiflado, ayuda bastante ser drogadicto y alcohólico para creerse esas cosas, le da por tragarse todas las porquerías que encuentra por internet y a ser un abanderado de esas ideologías conspiratorias que creen que quieren ponernos a todos un chip.

Con los Megadeth de capa caída en 2001, Marty Friedman el guitarra se había marchado para iniciar una carrera como presentador en la televisión japonesa porque estaba harto de aguantar el mal rollo general, reaviva la enemistad con Metallica. Un año antes  habían llevado a juicio a Napster y curiosamente la imagen que Mustaine había intentado transmitir de Metallica era la que aparecía en los medios: Metallica eran unos cabrones codiciosos, unos fríos empresarios con pelo largo que no tenían empacho en revolverse en contra de cualquiera que amenazara sus beneficios, eran unos falsarios, malvados hasta la médula...¡Eran un fraude! ¡Unos vendidos sin talento!


El proceso debilitó hasta límites insospechadoss a Metallica que vio como su fama se esfumaba y las peleas entre sus miembros crecían y crecían. El ideal de Ulrich y Hetfield se tambaleaba y amantes de la lealtad ferrea al proyecto vieron con malos ojos que el bajista Jason Newsted tonteara con un nuevo grupo llamado EchoBrain. Ulrich era de los que opinaba que aquella gilipollez restaba tiempo de ensayo y concentración al bajista y Hetfield obstaculizó cualquier posibilidad de que Newsted publicara un disco con su proyecto paralelo. Harto Newsted decidió largarse justo en el momento en el que Metallica intentaba grabar un nuevo disco. Por si fuera poco las malas relaciones de la banda, reflejadas en el megadocumental "Some kind of monster", terminan con el ingreso de Hetfield en una clínica de desintoxicación. El proceso dura casi un año y, ese momento de debilidad, es aprovechado por Mustaine para intentar darle la estocada mortal a Metallica: anuncia a bombo y platillo (bueno, no tanto, sólo en la revista Kerrang) que va a fichar a Jason Newsted como bajista de Megadeth. Lo curioso es que no se lo ha comunicado al bajista de su banda, David Ellefson, que flipa con la noticia de la que se entera, como si fuera un presidente del Estado Español, por la prensa. Flipa más cuando Newsted dice que en su vida tocaría para un chiflado como Mustaine.

Mustaine acaba de dar la puntilla a su propio grupo y en 2002 anuncia la disolución de Megadeth (está enfermo y quiere desintoxicarse entre otras cosas) mientras que Metallica en 2003 vuelve por la puerta grande con el album "St. Anger" que vende 2 millones de discos.

En 2004 Metallica estrena el documental "Some kind of Monster" en el que se resumen todos los problemas de la banda (y que se mueve muchas veces en la comedia pura...sobre todo en las escenas en las que Ulrich, Hammett y el productor Bob Rock acuden a un concierto de la banda de Newsted para hacer las paces con él y este se despide a la francesa sin querer saludarles). Durante la grabación de dicho documental, que abarca una especie de rpoceso de terapia psicológica Ulrich y Hammett invitan a Mustaine a una de sus reuniones de terapia para que se exprese toda la frustración que le supuso su paso por la banda. Acude de buena fe y es grabado pero, cuando sale de allí, se arrepiente y les informa de que no pueden utilizar ese material. Se lo pasan por el forro y lo montan en la versión final.  Mustaine toma esto como la "última traición" y anuncia la vuelta de Megadeth a los escenarios.

Desde entonces el concurso de Megadeth ha sido decepcionante. Mustaine ha recuperado su faceta de chiflado por la "libertad y la individualidad" y se ha convertido en una caricatura de sí mismo volviendo al ruedo, la mayoría de las veces, para clamar a favor de una mano mucho más dura contra Irak y convertirse en un conspiranóico de libro. Curiosamente sus opiniones políticas, que suelen ser las mismas que las de Hetfield que declaró sentirse muy orgulloso de que su música sirviera para torturar a los presos de Guantánamo, siempre suenan mucho más estridentes y más chungas. Más de coña. Relegado a la categoría de caricatura Mustaine dijo estar convencido de que existía un plan para implantar un chip a todos los americanos y de que Rockefeller (la familia, no el muñeco) estaba detrás de un nuevo plan de dominación mundial que llegaría a su culminación en 2012. Este mismo año, y ante la bajísima repercusión de su nuevo album "End Game" (inspirado en el conspiranóico documental del mismo título firmado por Alex Jones), ha vuelto a las andadas declarando que Barack Obama es una especie de agente doble, un negro resentido y un mal presidente colocado ahí por la malvada ONU que, al parecer, es la institución a la que quiere entregar el control del gobierno norteamericano. Dicha filosofía se recoge en el disco y en esta entrevista concedida al siempre divertido (desde una siniestra perspectiva) Alex Jones.



Sin duda es un testimonio que nos hace dudar sobre si ha abandonado de verdad las drogas.

Por si fuera poco, y en plena promoción, Mustaine concedió otra entrevista a un medio noruego en el que volvió a cargar contra Metallica. La periodista, Kristin Winsent, una reputada metalera, publicó la entrevista íntegra pese a que, desde la promotora de Megadeth, se prohibió cualquier mención al manido tema. El frontman pelirrojo lanzó un comunicado en el que amenazaba a "ese periodista" con mandarlo al hospital por publicar falsedades. El medio, Lydverket, se vio en la obligación de publicar el vídeo con la entrevista íntegra para demostrar que no mentían dejando a Mustaine en muy mal lugar.

El futuro de Megadeth, además, se enfrenta a un episodio mucho más doloroso para su fundador: una gira en la que compartirán cartel con Slayer...banda a la que se enfrentó en el pasado y que convirtió en otro de sus enemigos mortales. Mientras que Mustaine se pelará este año el culo tocando por Canadá y en algunas salas de Europa arrastrando sus malas vibraciones por todo el mundo, Metallica ha vuelto por la puerta grande con su disco Monster Magnet y ha convertido su megagira mundial en un exitoso tour donde no han dejado de recoger todo tipo de elogios...si yo fuera Dave Mustaine también pensaría que todo el mundo se ha vuelto contra mí y que los hilos de mi destino están siendo manejados por un retorcido cabrón, posiblemente ese "europeo maricón" que toca la batería con los que solían ser mis amigos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Especatcular Post. Cuando vi Some kind of monsters, uno de los momentos más memorables/patéticos/impagables, es el el de Mustaine confensando sus frustraciones a Ulrich. De todas formas el documental es impagable de cabo a rabo.
Este tal Mustaine de todas formas parece estar haciendo un master sobre cómo no pasar página en la vida. Debía ser chungo de verdad estar en Metallica cuando aún eran unos criajos...
En cuanto a documentales chungos conspiranoicos, me quedo con Zeitgeist, que a ratos parece que te va a dar todas las claves sobre el ser humano, y ratos también funciona como una comedia extraña...

eduardoritos dijo...

Qué bonito, el mundo del rock.

De todas formas, si queréis una auténtica novela de terror/humor, la biografía de Richie Blackmore.

Ese sí que tiene tela.

seeyouinthenextlife dijo...

Sigo pensando que Mustaine por muy loco que este es un puto genio, quien de Metallica toca mejor que él, nadie. Metalica son muy grandes pero le deben parte de ello a Mustaine, es innegable.

Gran post.