Cuatro músicos españoles intentaron ser un día algo así como los "Still, Crosby & Nash" o, quizás, los "Still, Crosby, Nash & Young" del panorama nacional.
Ellos, uniendo dos nombres de sus componentes y dos apellidos, formaron "Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzman". La verdad es que, al igual que el combo norteamericano, eran una especie de superbanda: Juan Cánovas había tocado la batería en Los Módulos y en el menos reconocido grupo instrumental Franklin (una suerte de banda de rock americano progresivo), Guzmán y Rodrigo habían sido miembros de Solera (una banda de un sólo disco con muchísimo éxito y con un tema titulado "las calles de París" que fue un hitazo en el mercado hispanoamericano) y Adolfo había sido guitarrista de Los Ibéricos. Por contra ellos más que unos artistas (y sólamente artistas) eran unos currantes de la música que siempre tuvieron otras ocupaciones como productores o músicos de estudio.
C.R.A.G. fueron quizás la primera banda española en hacer pop para adultos haciendo confluir sensibilidades tan dispares como la folk o el rock americano, algo de psicodelia, algo de sinfónico, algo de The Beatles, algo de Beach Boys...en cierto modo la formación se posicionó en una tierra de nadie entre las bandas abiertamente experimentales y las directamente comerciales. Un lugar raro e inclasificable que siempre resulta peligroso más que nada porque, ante la falta de una etiqueta la gente suele ponerse francamente nerviosa.
Para explicar lo que digo lo mejor es echarle un vistazo a "Señora Azul", uno de los hits de la banda cuyo significado sigue todavía hoy siendo un enigma. Es más, incluso su título, por cuestiones fonéticas, siempre ha creado controversia: ¿Les pasó a ustedes como a un servidor que durante una gran parte de su vida pensó que la canción se titulaba en realidad "Señor Azul"? Pues es bastante más común de lo que se creen.
De hecho, fue el propio Juan Cánovas (con el que trabajé durante unos meses en la producción de un musical) el que me sacó de mi error cuando, charlando un día en una comida, alguien sacó a colación la canción y escuché de él mismo comentar la gracia de que mucha gente no supiera bien el título.
Con Cánovas, gran tipo, fue con el que charlé muchas veces sobre C.R.A.G. pero más que sobre su paso por la banda (un paso relativo porque siguen ofreciendo conciertos de manera intermitente...aunque sin la participacíon de Rodrigo) sobre el paso del propio Cánovas por el panorama musical español, sobre personajes concretos, discos concretos y, sobre todo, algo que me ha interesado siempre un montón: como se componía, qué trabajo se hacía...
El caso es que, si no recuerdo mal, ni siquiera el propio Cánovas me dio nunca una explicación muy exacta del contenido y la intencionalidad de "Señora Azul", es decir, que me contó que era una especie de declaración de intenciones frente a los críticos, o posiblemente, frente a la falta de entendimiento que siembre existe entre los críticos y los artistas. Ni que decir tiene que, como en la actualidad, muchas grandes formaciones de la época pasaron sin pena ni gloria ante los medios de comunicación de país y que, adrede, fueron completamente ignorados o casi ignorados provocando que grandes proyectos musicales dieran con su culo en el olvido.
Pero, lo que me resultaba más curioso, era que me daba la sensación de que cada miembro de C.R.A.G. tenía una idea completamente diferente de la interpretación que había que darle a "Señora Azul" y que, las declaraciones alrededor de la misma, habían ido mutando con los tiempos no ya solo desde el seno de la misma banda (entre los que se encuentra uno que compuso aquel jingle que el Alianza Popular utilizó para las elecciones europeas, autonómicas y locales del año 87 con un estribillo que decía "Porque corren buenos tiempos/ Alianza Popular" con la música de "The Final Countdown" de Europe y otro que aparecía regularmente en los mítines del PSOE de Madrid para ofrecer un concierto) sino también entre los oyentes que la han ido reinterpretando según pasaban los años.
La lista de interpretaciones más popular parece esta:
1. La canción es una crítica a la crítica musical.
2. La canción es una crítica al Franquismo.
3. La canción es una crítica a la gente que critica a los demás.
4. La canción es una crítica al conservadurismo reinante.
5. La canción es una crítica a la Falange.
Seguramente tendremos que esperar a que los propios miembros de C.R.A.G. se reúnan para ofrecer una rueda de prensa conjunta y explicar el significado de la misma. Pero, cuidado, porque también es posible que los propios músicos no se acuerden bien de las motivaciones que les llevaron a grabar un tema como este ¿No?
En estos días se ha inaugurado en Madrid una exposición sobre el fotógrafo Guy Bourdin, una muestra de 75 fotografías de este señor francés que destaca por estar entre los mejores foteros de moda de la historia. En un telediario, creo que el de La Sexta, la redactora comentaba que esperaba que la reunión de este trabajo ofreciera a los asistentes el verdadero significado de la obra de Bourdin y, sobre todo, del mensaje que había estado intentando transmitir.
Ya ven, necesitamos un significado para quedarnos tranquilos. Algo a lo que agarrarnos intelectualmente, una etiqueta.
Pero, ¿Puede una fotografía de moda transmitir un mensaje? ¿Una ideología? ¿Una cosmovisión? ¿Una declaración de intenciones?
Aquí les ilustro lo que mi amigo, el estilista Cesar del Olmo dijo cuando me quejé de los colores de una editorial de moda: "Este año se lleva el rosa para los tíos y si no te gusta el rosa o no te sienta bien, pues mira, lo vas a pasar mal". Punto.
La fotografía de moda, como otras fotografías, no tiene por qué tener una carga más allá de la estética. Si así fuera, sería incontestable pensar, que si uno le echa un vistazo al catálogo de moda de la temporada otoño-invierno 2010 de El Corte Inglés tendríamos un testimonio exacto de lo que es El Corte Inglés. No es así. vean como ese catálogo de ropa va cambiando año tras año y que los grandes almacenes siguen dedicándose a lo mismo.
La conciencia estética está, muchas veces, completamente ausente y vive paralela a los condicionamientos del momento. Es más, cuando la conciencia estética se globaliza y pasa de ser algo que sólo exhibe un pequeño grupo a popularizarse por completo, descubrimos un proceso de absorción que se hace sin más fracturas y que, simplemente, se acepta o se modela para que sea aceptado por la mayoría. Las crestas de color naranja y los imperdibles punk comenzaron a popularizarse por medio de una serie de diseñadores con la etiqueta de underground, como Vivienne Westwood, y pese a la ruptura que supusieron (tanto con lo anterior, como con lo posterior) acabaron asentándose entre la población y a formar parte de las colecciones de las grandes cadenas de ropa.
¿Tiene por tanto "Señora Azul" que tener un significado que debiéramos conocer? Vale, ya hemos hablado de que es algo que nos inquieta, lo desconocido nos molesta profundamente.
Y si nos molesta y nos inquieta es porque, por un lado, alguna vez hemos sido estafados desde el punto de vista cultural, político o religioso. Si vamos a perder el tiempo escuchando algo, si vamos a perder el tiempo en dedicarnos a algo (aunque sea muy poco) necesitamos sentirnos reconfortados por el hecho de que ese esfuerzo es en aras de algo que vale la pena.
¿Han escuchado "Ojalá" de Silvio Rodríguez? Es una canción que, también, produce bastante controversia, por lo menos, entre los progres. Hace ya muchos años, una pandilla estábamos reunidos y del radiocassette salía la dichosa canción. Para mi es una canción que va de cómo te sientes después de una ruptura, un asunto de encajar mal el golpe, una cosa amarga que ocurre cuando alguien que te importa mucho (hasta el punto de pensar que ni la luna puede salir si no es por ella/él y que la tierra le besa los pasos) se larga y a quien esperas que, alguna vez, se sienta como tu te sientes en ese preciso instante.
Pues alguien de ese grupo dijo que la canción estaba dedicada a Franco y a Pinochet y que, era evidente, que Rodríguez esperaba que a ambos se los llevara un disparo de nieve "para no verlos tanto, para no verlos siempre, en todos los segundos, en todas las visiones". Aunque aquello me produjo risa luego he escuchado a más gente aludir al significado secreto de "Ojalá" como algo unido a la crítica de todos los totalitarismos y, claro está, hace poco que escucho a los nuevos cachorrines de la progresía decir que "Ojalá" es una canción en contra del Castrismo que Rodríguez escribió para castigar al régimen de forma velada.
El recorrido de "Ojalá", por lo tanto, iría también con los tiempos: una canción de amor que se convierte en una canción en contra de los totalitarismos hecha desde Cuba y, en estos tiempos en los que se mira tan mal a Cuba, nos encontramos con que mucha gente declaradamente de izquierdas prefiere tragarse el cuento de que es una canción hecha contra Castro para poder seguir escuchando a Silvio Rodríguez sin sentir que, de algún modo, está apoyando el Castrismo.
En todo caso nadie que mantiene esa teoría en público es capaz de explicar porqué Silvio Rodríguez pensó que Franco, Castro y Pinochet eran los dueños de una "mirada constante, una palabra precisa, una sonrisa perfecta". Y, mucho menos, porqué Silvio Rodriguez deseaba "ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo".
Pero es que "Señora Azul" no deja más que resquicios a la duda y, si ustedes la escuchan con atención, se darán cuenta de que es capaz de encajar en cualquiera de sus explicaciones populares y, lo que es mejor, puede incluso encajar en predicciones futuras. Por internet ya pululan vídeos con fotos de Esperanza Aguirre y la cancioncita, es decir, "Señora Azul" es tan buena que se acomoda a los tiempos y también sirve para definir a un personaje 36 años después de haber sido compuesta. De hecho es que puede ser achacada a cualquier persona fastidiosa que ve los toros desde la barrera o que se empeña en dibujar una realidad diferente a costa de ser sentenciosa.
En realidad creo que "Señora Azul" es toda una lección sobre gran parte del parte del pop porque el pop, como casi todas las artes que persiguen en primer lugar la plasmación de cierto grado de belleza, no necesitan una declaración de intenciones para ser disfrutadas y, en cierto modo, al sólo querer trasladar un cierto estado de ánimo (en este caso un enfado con alguien, o una ruptura o un que bien me va contigo y que hermosa se te ve) no necesitan una carga ideológica que las sustente.
Y ahí, creo que está la complejidad del pop: saber hacer algo bonito que sólo tiene utilidades sensitivas y, que pese a no trasladar nada más allá de unas cuantas imágenes, es capaz de predisponernos el ánimo y, lo que es mejor, tocarnos cinco o seis botones de la cabeza y predisponernos también a realizar un ejercicio intelectual que nos lleve a preguntarnos qué escuchamos en realidad y, sobre todo, si conecta con nosotros a más de un nivel.
El logro de cierta parte del pop es, a mi entender humildísimo, ser capaz de trasladar las grandes cuestiones de la vida a los rincones más pequeños de la misma, de extender ideas y de hacerlo bien. Lo bueno del pop es que si es bueno parece un entretenimiento leve concebido por mentes complejas. Sin duda, el background sónico e intelectual de C.R.A.G. y de algunos músicos de su época era, por extensión, más grande que el de Formula V, Los Diablos o Los Brincos y eso les permitía escribir algo un poco más complejo, enrevesado y otoñal.
Puedes decir muchas veces "te quiero", claro, pero la gracia consiste en hacerlo con gracia. Puedes decir muchas veces "A la mierda" pero siempre está bien que puedas hacerlo de manera interesante y, sobre todo, por un instante puedes permitirte dejar de ser adulto. No me cabe duda que Los Planetas, Manos de Topo, Love of Lesbian, Francisco Nixon, Nudozurdo y todos los grupos que ustedes quieran meter en el saco de lo pop y de lo indie pertenecen a una escala de músicos que provienen de unas influencias más lejanas pero que, sin duda, son capaces de traducirlas a un idioma más universal. A veces, incluso, prescindiendo de un mensaje intelectual profundo. Lean ustedes a Ricardo Vicente o a Francisco Nixon hablar en sus blogs sobre pintores del siglo XVIII, sobre escritores como Borges o a Jota Planetas comentando la discografía de Morente o escarbando en los padres del nuevo flamenco y se darán cuenta de que esas influencias están ahí, aunque sea en forma de, paradójicamente, ausencia.
No me cabe duda de que, para escribir canciones que dicen "te quiero" (al menos las canciones que a mi me gustan y que dicen "te quiero") se necesita un poquito de todo esto. Aunque sólo sea para darme cuenta de que conecto con los tíos que están detrás de la guitarra y que pertenezco a una sensibilidad más amplia. Incluso me siento reconfortado si alguien me cuenta la misma historia desde un punto de vista nuevo o, a veces, me cuenta una historia diferente desde la perspectiva de siempre.
El pop permite eliminar el mensaje y, con él, la carga de análisis que todo mensaje conlleva. Nos permite disfrutar mientras somos receptores inconscientes de un corpus cultural y eso ya me tranquiliza. El pop, a veces, puede concebirse sólamente como un discurso estético, como un entretenimiento, como una plasmación de imágenes consecutivas que sólo esperan llamar tu atención lo que siempre depende de que estén bien hechas. Una buena canción pop es como un gran arbol bajo el que uno se puede sentar simplemente a resguardarse del sol sin pensar demasiado en nada, en medio de una caminata. Una buena canción pop es un McGuffin, una pequeña engañifa para soportar mejor la trama de la vida diaria. Una buena canción pop es, en definitiva, dos rebanadas de pan de sandwich que puedes rellenar de lo que quieras...otra cosa es que el pan sea bueno y que el relleno sea el correcto. Por contra una mala canción pop sería uno de esos sandwiches de máquina rellenos de esa cosa espesa que sabe a algo indescifrable que la etiqueta dice que es "ensalada de atún".
Una buena canción es un pinball que entretiene y que, además, siempre esconde la posibilidad de sacarle una bola extra.
Para explicar lo que digo lo mejor es echarle un vistazo a "Señora Azul", uno de los hits de la banda cuyo significado sigue todavía hoy siendo un enigma. Es más, incluso su título, por cuestiones fonéticas, siempre ha creado controversia: ¿Les pasó a ustedes como a un servidor que durante una gran parte de su vida pensó que la canción se titulaba en realidad "Señor Azul"? Pues es bastante más común de lo que se creen.
De hecho, fue el propio Juan Cánovas (con el que trabajé durante unos meses en la producción de un musical) el que me sacó de mi error cuando, charlando un día en una comida, alguien sacó a colación la canción y escuché de él mismo comentar la gracia de que mucha gente no supiera bien el título.
Con Cánovas, gran tipo, fue con el que charlé muchas veces sobre C.R.A.G. pero más que sobre su paso por la banda (un paso relativo porque siguen ofreciendo conciertos de manera intermitente...aunque sin la participacíon de Rodrigo) sobre el paso del propio Cánovas por el panorama musical español, sobre personajes concretos, discos concretos y, sobre todo, algo que me ha interesado siempre un montón: como se componía, qué trabajo se hacía...
El caso es que, si no recuerdo mal, ni siquiera el propio Cánovas me dio nunca una explicación muy exacta del contenido y la intencionalidad de "Señora Azul", es decir, que me contó que era una especie de declaración de intenciones frente a los críticos, o posiblemente, frente a la falta de entendimiento que siembre existe entre los críticos y los artistas. Ni que decir tiene que, como en la actualidad, muchas grandes formaciones de la época pasaron sin pena ni gloria ante los medios de comunicación de país y que, adrede, fueron completamente ignorados o casi ignorados provocando que grandes proyectos musicales dieran con su culo en el olvido.
Pero, lo que me resultaba más curioso, era que me daba la sensación de que cada miembro de C.R.A.G. tenía una idea completamente diferente de la interpretación que había que darle a "Señora Azul" y que, las declaraciones alrededor de la misma, habían ido mutando con los tiempos no ya solo desde el seno de la misma banda (entre los que se encuentra uno que compuso aquel jingle que el Alianza Popular utilizó para las elecciones europeas, autonómicas y locales del año 87 con un estribillo que decía "Porque corren buenos tiempos/ Alianza Popular" con la música de "The Final Countdown" de Europe y otro que aparecía regularmente en los mítines del PSOE de Madrid para ofrecer un concierto) sino también entre los oyentes que la han ido reinterpretando según pasaban los años.
La lista de interpretaciones más popular parece esta:
1. La canción es una crítica a la crítica musical.
2. La canción es una crítica al Franquismo.
3. La canción es una crítica a la gente que critica a los demás.
4. La canción es una crítica al conservadurismo reinante.
5. La canción es una crítica a la Falange.
Seguramente tendremos que esperar a que los propios miembros de C.R.A.G. se reúnan para ofrecer una rueda de prensa conjunta y explicar el significado de la misma. Pero, cuidado, porque también es posible que los propios músicos no se acuerden bien de las motivaciones que les llevaron a grabar un tema como este ¿No?
En estos días se ha inaugurado en Madrid una exposición sobre el fotógrafo Guy Bourdin, una muestra de 75 fotografías de este señor francés que destaca por estar entre los mejores foteros de moda de la historia. En un telediario, creo que el de La Sexta, la redactora comentaba que esperaba que la reunión de este trabajo ofreciera a los asistentes el verdadero significado de la obra de Bourdin y, sobre todo, del mensaje que había estado intentando transmitir.
Ya ven, necesitamos un significado para quedarnos tranquilos. Algo a lo que agarrarnos intelectualmente, una etiqueta.
Pero, ¿Puede una fotografía de moda transmitir un mensaje? ¿Una ideología? ¿Una cosmovisión? ¿Una declaración de intenciones?
Aquí les ilustro lo que mi amigo, el estilista Cesar del Olmo dijo cuando me quejé de los colores de una editorial de moda: "Este año se lleva el rosa para los tíos y si no te gusta el rosa o no te sienta bien, pues mira, lo vas a pasar mal". Punto.
La fotografía de moda, como otras fotografías, no tiene por qué tener una carga más allá de la estética. Si así fuera, sería incontestable pensar, que si uno le echa un vistazo al catálogo de moda de la temporada otoño-invierno 2010 de El Corte Inglés tendríamos un testimonio exacto de lo que es El Corte Inglés. No es así. vean como ese catálogo de ropa va cambiando año tras año y que los grandes almacenes siguen dedicándose a lo mismo.
La conciencia estética está, muchas veces, completamente ausente y vive paralela a los condicionamientos del momento. Es más, cuando la conciencia estética se globaliza y pasa de ser algo que sólo exhibe un pequeño grupo a popularizarse por completo, descubrimos un proceso de absorción que se hace sin más fracturas y que, simplemente, se acepta o se modela para que sea aceptado por la mayoría. Las crestas de color naranja y los imperdibles punk comenzaron a popularizarse por medio de una serie de diseñadores con la etiqueta de underground, como Vivienne Westwood, y pese a la ruptura que supusieron (tanto con lo anterior, como con lo posterior) acabaron asentándose entre la población y a formar parte de las colecciones de las grandes cadenas de ropa.
¿Tiene por tanto "Señora Azul" que tener un significado que debiéramos conocer? Vale, ya hemos hablado de que es algo que nos inquieta, lo desconocido nos molesta profundamente.
Y si nos molesta y nos inquieta es porque, por un lado, alguna vez hemos sido estafados desde el punto de vista cultural, político o religioso. Si vamos a perder el tiempo escuchando algo, si vamos a perder el tiempo en dedicarnos a algo (aunque sea muy poco) necesitamos sentirnos reconfortados por el hecho de que ese esfuerzo es en aras de algo que vale la pena.
¿Han escuchado "Ojalá" de Silvio Rodríguez? Es una canción que, también, produce bastante controversia, por lo menos, entre los progres. Hace ya muchos años, una pandilla estábamos reunidos y del radiocassette salía la dichosa canción. Para mi es una canción que va de cómo te sientes después de una ruptura, un asunto de encajar mal el golpe, una cosa amarga que ocurre cuando alguien que te importa mucho (hasta el punto de pensar que ni la luna puede salir si no es por ella/él y que la tierra le besa los pasos) se larga y a quien esperas que, alguna vez, se sienta como tu te sientes en ese preciso instante.
Pues alguien de ese grupo dijo que la canción estaba dedicada a Franco y a Pinochet y que, era evidente, que Rodríguez esperaba que a ambos se los llevara un disparo de nieve "para no verlos tanto, para no verlos siempre, en todos los segundos, en todas las visiones". Aunque aquello me produjo risa luego he escuchado a más gente aludir al significado secreto de "Ojalá" como algo unido a la crítica de todos los totalitarismos y, claro está, hace poco que escucho a los nuevos cachorrines de la progresía decir que "Ojalá" es una canción en contra del Castrismo que Rodríguez escribió para castigar al régimen de forma velada.
El recorrido de "Ojalá", por lo tanto, iría también con los tiempos: una canción de amor que se convierte en una canción en contra de los totalitarismos hecha desde Cuba y, en estos tiempos en los que se mira tan mal a Cuba, nos encontramos con que mucha gente declaradamente de izquierdas prefiere tragarse el cuento de que es una canción hecha contra Castro para poder seguir escuchando a Silvio Rodríguez sin sentir que, de algún modo, está apoyando el Castrismo.
En todo caso nadie que mantiene esa teoría en público es capaz de explicar porqué Silvio Rodríguez pensó que Franco, Castro y Pinochet eran los dueños de una "mirada constante, una palabra precisa, una sonrisa perfecta". Y, mucho menos, porqué Silvio Rodriguez deseaba "ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo".
Pero es que "Señora Azul" no deja más que resquicios a la duda y, si ustedes la escuchan con atención, se darán cuenta de que es capaz de encajar en cualquiera de sus explicaciones populares y, lo que es mejor, puede incluso encajar en predicciones futuras. Por internet ya pululan vídeos con fotos de Esperanza Aguirre y la cancioncita, es decir, "Señora Azul" es tan buena que se acomoda a los tiempos y también sirve para definir a un personaje 36 años después de haber sido compuesta. De hecho es que puede ser achacada a cualquier persona fastidiosa que ve los toros desde la barrera o que se empeña en dibujar una realidad diferente a costa de ser sentenciosa.
En realidad creo que "Señora Azul" es toda una lección sobre gran parte del parte del pop porque el pop, como casi todas las artes que persiguen en primer lugar la plasmación de cierto grado de belleza, no necesitan una declaración de intenciones para ser disfrutadas y, en cierto modo, al sólo querer trasladar un cierto estado de ánimo (en este caso un enfado con alguien, o una ruptura o un que bien me va contigo y que hermosa se te ve) no necesitan una carga ideológica que las sustente.
Y ahí, creo que está la complejidad del pop: saber hacer algo bonito que sólo tiene utilidades sensitivas y, que pese a no trasladar nada más allá de unas cuantas imágenes, es capaz de predisponernos el ánimo y, lo que es mejor, tocarnos cinco o seis botones de la cabeza y predisponernos también a realizar un ejercicio intelectual que nos lleve a preguntarnos qué escuchamos en realidad y, sobre todo, si conecta con nosotros a más de un nivel.
El logro de cierta parte del pop es, a mi entender humildísimo, ser capaz de trasladar las grandes cuestiones de la vida a los rincones más pequeños de la misma, de extender ideas y de hacerlo bien. Lo bueno del pop es que si es bueno parece un entretenimiento leve concebido por mentes complejas. Sin duda, el background sónico e intelectual de C.R.A.G. y de algunos músicos de su época era, por extensión, más grande que el de Formula V, Los Diablos o Los Brincos y eso les permitía escribir algo un poco más complejo, enrevesado y otoñal.
Puedes decir muchas veces "te quiero", claro, pero la gracia consiste en hacerlo con gracia. Puedes decir muchas veces "A la mierda" pero siempre está bien que puedas hacerlo de manera interesante y, sobre todo, por un instante puedes permitirte dejar de ser adulto. No me cabe duda que Los Planetas, Manos de Topo, Love of Lesbian, Francisco Nixon, Nudozurdo y todos los grupos que ustedes quieran meter en el saco de lo pop y de lo indie pertenecen a una escala de músicos que provienen de unas influencias más lejanas pero que, sin duda, son capaces de traducirlas a un idioma más universal. A veces, incluso, prescindiendo de un mensaje intelectual profundo. Lean ustedes a Ricardo Vicente o a Francisco Nixon hablar en sus blogs sobre pintores del siglo XVIII, sobre escritores como Borges o a Jota Planetas comentando la discografía de Morente o escarbando en los padres del nuevo flamenco y se darán cuenta de que esas influencias están ahí, aunque sea en forma de, paradójicamente, ausencia.
No me cabe duda de que, para escribir canciones que dicen "te quiero" (al menos las canciones que a mi me gustan y que dicen "te quiero") se necesita un poquito de todo esto. Aunque sólo sea para darme cuenta de que conecto con los tíos que están detrás de la guitarra y que pertenezco a una sensibilidad más amplia. Incluso me siento reconfortado si alguien me cuenta la misma historia desde un punto de vista nuevo o, a veces, me cuenta una historia diferente desde la perspectiva de siempre.
El pop permite eliminar el mensaje y, con él, la carga de análisis que todo mensaje conlleva. Nos permite disfrutar mientras somos receptores inconscientes de un corpus cultural y eso ya me tranquiliza. El pop, a veces, puede concebirse sólamente como un discurso estético, como un entretenimiento, como una plasmación de imágenes consecutivas que sólo esperan llamar tu atención lo que siempre depende de que estén bien hechas. Una buena canción pop es como un gran arbol bajo el que uno se puede sentar simplemente a resguardarse del sol sin pensar demasiado en nada, en medio de una caminata. Una buena canción pop es un McGuffin, una pequeña engañifa para soportar mejor la trama de la vida diaria. Una buena canción pop es, en definitiva, dos rebanadas de pan de sandwich que puedes rellenar de lo que quieras...otra cosa es que el pan sea bueno y que el relleno sea el correcto. Por contra una mala canción pop sería uno de esos sandwiches de máquina rellenos de esa cosa espesa que sabe a algo indescifrable que la etiqueta dice que es "ensalada de atún".
Una buena canción es un pinball que entretiene y que, además, siempre esconde la posibilidad de sacarle una bola extra.
1 comentario:
Unas correcciones al texto. El album de Solera desgraciadamente en su época pasó sin pena ni gloria y no tuvo ningún tipo de éxito. Décadas después sí ha sido considerado un disco de culto y se han recordado sus canciones. CRAG con sus album Señora Azul tampoco obtuvieron éxito y no fue hasta años más tarde, ya fuera de Hispavox que se plantearon grabar otro LP.
El grupo de Adolfo se llamó los Iberos (no los ibéricos)
Un saludo
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