jueves, 14 de octubre de 2010

¿Truco o trato, Rouco?



Al parecer la Conferencia Episcopal ha emitido una de sus simpáticas notas invitando a los niños a que, en la víspera del día de todos los santos (Halloween), se disfracen de santos en lugar de en brujas, zombis y cosas así macabras. La noticia aquí.

Bien.

Rían a gusto, a mi me duelen los riñones ya de hacerlo. 

Bueno, en cierto modo no es faltar a esa recién adquirida tradición anglosajona: se trata de que los niños opten por otra modalidad de personaje imaginario o inventado para disfrazarse.  ¿Mola, no? De hecho hay una gran cantidad de personajes sangrientos de los que pueden vestirse: San Sebastián asaeteado y atado al tronco de un árbol, San Lorenzo en la parrilla, La santa esa que llevaba los pechos cortados en una bandeja. El martirologio católico da para una gran cantidad de gente asesinada en las peores circunstancias y para retratar las escenas más viles de crueldad. Es más, uno puede vestirse de otros personajes de la Biblia como la María Magdalena recién lapidada o Judas colgando de un árbol. Otra cosa es que en la tienda de disfraces baratos se les agoten las existencias de túnicas y las barbas "a la moda" hebrea. Eso ya, que cada uno se lo comente en su punto de venta o tienda de chinos habitual.

Alguien debería de decirle a la Conferencia Episcopal que, si quiere adelantar la fecha de los Santos Inocentes (mira, otro disfraz bueno, niño degollado) lo primero que tiene que hacer es advertir al personal o que, si la cosa va en serio, se les comente así en plan bien de que están quedando, como siempre, como unos aguafiestas de lo peor.

A su manía por condenar cualquier tipo de práctica sexual (incluso la masturbación que, ya ves tú, que es una cosa pues que la haces muchas veces por aburrimiento o por retrasar alguna tarea más engorrosa como ponerte a estudiar), se le une ahora la "recomendación" de que tampoco nos disfracemos. Qué paradoja: miren al Papa que siempre va por ahí vestido de esa manera tan chocante, que no hay manera de que se ponga un rollo así de sport ni siquiera cuando visita tierras de infieles.

Lo que más me gusta es que a los curas les parece que estaría bien que la víspera de todos los santos se celebrara como se celebraba antes. Disculpen pero al no haber nacido en un hogar muy piadoso (que se me nota, mogollón) no entiendo muy bien como era eso de la fiesta de todos los santos antes. En la memoria tengo sólamente un recuerdo que no es otro que tener que acompañar a la tía de un amigo mío al cementerio para limpiar una tumba. Aquel día, justamente, aprovechaban los operarios para sacar exhumar un cadáver de una tumba con una máquina excavadora rodeada por un grupo de familiares que cuchicheaban sobre la buena calidad del ataud. Fue un espectáculo que, con doce o trece años, me pareció bastante molón. ¿Esa era la celebración antes? ¿Ir a ver como sacaban a los muertos de sus tumbas? No lo creo.

Sin duda la Iglesia Católica en nuestro país está jugando otro partido, es más, creo que juega a otro deporte, en otro campo, con otra pelota y en otra liga. Y no lo digo porque les parezca mal que los niños se les disfracen de brujas y de duendes (no encontrarán aquí ningún chiste que tenga que ver con curas y con infantes...es demasiado fácil) sino porque en tiempos de Wii, de PlayStation y de películas de zombis y de una laxitud tremenda en las costumbres recomendar a la muchachada que se entretenga disfrazándose de santo y asistiendo a rezos y vigilias (o haciendo galletas ¡Galletas! ¡Con lo buenas que están las de Hacendado!) me parece que es pedir demasiado cuando la tendencia marca que los niños tienen que salir a pedir caramelos y los mayores a churrarse aprovechando que, tan simpática fecha, cae justito a principios de mes y se tiene la cartera un poco más llena de lo habitual.

Al parecer también parece molesto que los diablillos se disfracen de idem (permitiendo que veamos su cara real, la más cruel) porque, en el fondo, no lo hacen por venerar a los santos si no por asuntos más profanos. Claro, los niños y sus putas manías de comer chuches cuando bien podrían estar rezando por el Papa Benedicto y toda su corte celestial de Arzobispos, Obispos y Cardenales.

Si la Iglesia quiere que los chiquillos se disfracen de santos en Halloween ya pueden ir metiendo en el santoral a lo Gormitti o a Bob Esponja...verían como, en ese momento, los intereses de infantes y Conferencia Episcopal coincidirían en un mismo punto.

De hecho, no se de qué se queja la Conferencia Episcopal porque, en nuestro país, en todas las noches de Halloween los mejores pubs y los bebederos más selectos se llenan de gente vestida de monja y de cura...vale de monjas rollo putón y de curas endemoniados pero, cuidadín, que la adolescencia (y la post adolescencia) es un gran mercado, un buen semillero donde recolectar almas.

No tengo ningún interés en solicitar de la Conferencia Episcopal o de la propia Iglesia católica ningún giro en esa costumbre de aparecer ante la opinión pública como una organización fea que dice cosas loquísimas. No me veo con fuerza puesto que no pertenezco y, por tanto, mientras que no instauren de nuevo a la Santa Inquisición y que esta se pasee por ahí soliviantando al personal lo que hagan o dejen de hacer me produce un rollo francamente refractario. Vamos, que paso.

Pero lo que no me gusta nada de estos señores tan aguafiestas es que se dediquen, paradójicamente, a cargar siempre contra los que no se pueden defender, que se permitan el lujo de señalar con el dedo las actividades más inocentes como si de pecados capitales se tratase. Eso es, incluso desde la distancia, un puntito molesto.

Nota del Insustancial: He querido pincharles este tema de Roy Orbison incluído en una de las secuencias más acojonantes de "Terciopelo Azul". Ahí tienen lo que tendría que ser una buena noche de desmelene: un tipo haciendo un playback de una canción triste en un tugurio y un público formado por una pandilla de descerebrados comandados por un tipo que está mal de la cabeza.


BOLA EXTRA:

Para terminar me he permitido rescatar algunos comentarios de un par de páginas que recogían la noticia. Más que nada por entender que, incluso las cosas que parecen tener el menor sentido, calan hondo en algunos ciudadanos. Esta inclusión de material me la inspira el fantástico artículo de Santiago Lorenzo publicado en "El Butano popular" que puede leerse aquí. Ahí van algunas "sandunguerías del pueblo llano":

jorgegvr dijo el día 13 de Octubre de 2010 a las 21:41:32:



Bueno, aquí tenemos el Día del Padre, el de la Madre, el de los enamorados. En vez de gastarlo en un perfume o una corbata y cena correspondiente, nos lo gastamos en nuestros hijos para que pasen una tarde divertida y feliz.


También aportamos un gran día, como por ejemplo la Noche en Blanco de Madrid, para que atraquen a los chavales.


Para los de fuera de Madrid es una noche en la que salen muchos "artistas" y perroflautas a mostrar su "arte", los museos tienen colas de tres horas para ver gratis los cuadros. Se me olvidaba, también es una noche en que los empresarios del servicio, los que te venden bocatas y latas y los carteristas "hacen su agosto".

jorgegvr es un claro ejemplo de ciudadano opinador al que el tema no le parece mal del todo pero, como tienen que poner la nota amarga, se dedica a hablar mal de La Noche en Blanco que, al parecer, es un nido asqueroso de perroflautas y carteristas que sale de los bolsillos de los contribuyentes. Por ahora la Conferencia Episcopal no ha dicho nada de esa celebración del culturetismo y la noctivaguez.

Anónimo
bueno amigo, la Iglesia cuando empezó no la formaban más que unos 12 apóstoles asustados y algunas mujeres piadosas. Esto va por fases. La Iglesia al final siempre vence. La daban por muerta con Nerón y también en el Siglo de las Luces, en el XIX.... Pero Cristo dijo que duraría hasta el fin del mundo y que tendría su especial protección. Y ahí sigue. Respecto a la fiesta, debemos conservar la de Todos los Santos. La Fiesta de halloween no es más que un invento del demonio. Y lo digo literalmente, porque ese día, sectas satánicas raptan niños (generalmente de padres emigrantes sin papeles, asegurándose así de que no van a ser denunciados) para realizar sacrificios a Satanás. Halloween no es más que el cumpleaños del diablo. Yo prefiero visitar el cementerio y rezar por mis difuntos. Lo de las flores está muy bien, para los difuntos les dan lo mismo las flores, prefieren las oraciones que les sirven bastante más.


Los ciudadanos que firman bajo el seudónimo de "Anónimo"  demuestran  poca imaginación para elegir su nomme de guerre pero lo compensan ofreciendo siempre información calentita y de primera mano como que "las sectas satánicas" raptan niños en Halloween.

Anónimo
Mi familia se ha disfrazado muchas veces y la verdad es que lo hemos pasado muy bien; pero en el fondo reconozco que hay algo malo en esos disfraces. Ese ocultismo y ese morbo por lo oscuro y la brujería no es bueno. ¡Hay que defender la alegría, lo bueno y lo bello; no lo oscuro! Por eso, como católico y aun sabiendo que la gente que lea esto me va a poner a caer de un burro no descarto que el diablo esté detrás de esto.


Es posible que Ned Flanders, vecino de Springfield, esté detrás de "anónimo". El Diablo, de nuevo, atrayéndonos con el morbo de ponernos un disfraz barato...qué cabrón.

Anónimo
Bueno, lo de Hallowen quizá sea macabro: noche de muertes con niños pidiendo caramelos y cantando lalala por los portales....pero lo de vestirse de Santo.....no sé, un poco fuerte pa los niños no?? y eso que soy católico, a ver cómo les explicas siquiera lo que es un santo?? bastante con que tengan claro lo de maría, josé y jesús y el portal de belén, y con eso hasta hay veces en las catequesis se complican, que síiii....lo que tenían que hacer los sacerdotes por lo menos y para empezar a fomentar si quieren esta tradición es repartir octavillas por los portales con las indumentarias de los santos y por detrás su descripción, así por lo menos informan, culturizan, y a lo mejor hasta alguno se anima luego a vestirse de santo....o por lo menos seguro a intercambiarse octavillas hasta conseguir la colección completa!!

Y aquí Anónimo se hace un lío y que, pese a no tener una opinión formada ejerce de opinador. Lo mejor es que ofrece curiosas soluciones: que los curas repartan octavillas por los portales con imágenes de santos y una explicación al dorso (en plan colección de cromos...¿curas esperando a niños en los portales? ¿En serio?). Un dato curioso: los misioneros que viajaron a América se dieron cuenta de que la tarea de convertir a todos aquellos indígenas era dificililla. No se les ocurrió mejor cosa que hacer unos libros donde por un lado se veía a un santo católico y, al dar la vuelta a la hoja, a un Dios de aquellas tierras equiparando a ambas entidades. De esa forma los indígenas aquellos se convirtieron al catolicismo pensando que era, sólamente, una forma diferente de honrar a sus propias deidades. Con el tiempo esta práctica panteísta adquirió el sonoro nombre de "santería"...y digo yo que eso si que es macabro y malrollero pero, bueno, no me hagan caso.

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