domingo, 7 de noviembre de 2010

Mitch Hedberg: Hacer reír mata.


"Cuando era un crío tenía una ruta de reparto de periódicos. Era repartidor. Mi ruta incluía 2.000 casas o 2 basureros". 
(Mitch Hedberg).

Mitch Hedberg es una de las figuras más trágicas de la comedia norteamericana. Una de esos profesionales de la carcajada que te hace preguntarte si eso de hacer reír no será, en realidad, más que una profesión una especie de disfuncionalidad grave. 

De pequeño fue un chaval tímido aquejado de una enfermedad de corazón grave lo que le impidió tener una vida  de niño normal y, como adolescente, fue una especie de desastre con patas. Ya saben, mal estudiante y bastante gambitero. 

Sin que su familia supiera nada de las ansias viajeras de Mitch, nada más graduarse en el instituto, este metió toda su ropa en algunas bolsas y se largó a vagabundear en plan beatnik por Estados Unidos hasta establecerse en Florida donde comenzó a vivir casi de la nada. En aquella época Mitch comenzó a anotar en su diario personal (al parecer era un escritor compulsivo) una especie de guía de la lampancia titulada Drifter´s Handbook  (el manual del "culo de mal asiento"...o algo así) en el que recogía algunos útiles consejos para sobrevivir casi sin un centavo. Fue aquella una época de sableos constantes a la familia que, un poco harta de tener un hijo casi vagabundo, le rogó que buscara un trabajo amenazándolo con cortar el grifo. 

Mitch trabajó de camarero, pinche de cocina, vigilante de noche, repartidor...y, trabajando en un establecimiento, fue animado por los colegas a iniciar una carrera como "stand up comedian". 

El material cómico que manejaba el mozo en aquellos tiempos tendría que ser sumamente bueno ya que, ni en aquel entonces ni después, destacó por su capacidad para conectar con las personas. Pelo largo con el que se tapaba la cara y gafas de sol (tanto fuera como dentro del escenario) fueron las armas con las que Mitch evitaba mirar a la cara a la gente. Al parecer no soportaba la idea de estar en el escenario y descubrir que alguien entre la audiencia no estaba riéndose. 

Mientras que iniciaba una extraña carrera como cómico en diversos bares conoció a su primera novia, Jana Johnson. 

Y digo extraña porque Mitch Hedberg (un poco al estilo de Andy Kauffman) no era un cómico clásico de micrófono, es más, fracasaba bastante cuando intentaba contar una historia lineal así que comenzó a centrarse en un estilo ametralladora de frases cortas y golpes rápidos de efecto convirtiéndose en uno de los mejores "one-liners" de la historia. Cada una de aquellas construcciones eran, en sí, grandes historias cortas en las que mezclaba cierto grado de surrealismo y muchas dosis de humor de observación. 

De 1989 a 1991 Mitch Hedberg estuvo puliendo su material cómico hasta trasladarse a Seattle donde siguió actuando esta vez delante de una audiencia más agradecida con los experimentos que la de los clubes de Florida. El traslado de Mitch hacia Seattle tiene algo de acierto (no se sabe si buscado o no) ya que, en aquellos años, la ciudad del norte de los USA se había convertido en la capital del  "grunge". Ya saben, una nueva música arrastraba también a un grupo de artistas de otras categorías a hacer "algo grunge" ya fuera una película, una novela, una revista o...un cómico. 

El caso es que el estilo de Mitch, algo amargo, descreído y honéstamente colgado, encontró el lugar ideal desde donde sobredimensionarse a nivel nacional. Si el grunge amaba lo raruno era normal que adoraran a un cómico de lo raruno. 

Pese al éxito local del cómico fueron años bastante duros en los que Mitch y su novia Jana vivieron algunos momentos duros por el carácter indomable y errático del primero que, además, comenzó un intenso idilio con el alcohol y la droga (heroína, principalmente) que los tenía siempre con la cuenta a cero. 

Entre 1996 y 1998 se produce el despegue definitivo de Mitch Hedberg que hace una brutal actuación en el Festival Just for Laughs de Canadá y se convierte en una presencia fija en los shows de David Letterman y Conan O´Brien.Pese a todo su estilo no es algo que sirva para una audiencia mayoritaria y, pese a su talento, no acaba de conseguir los contratos que otros stand-up comedians consiguen como apariciones regulares en programas como SNL y otros shows de comedia...el paso por Hollywood, claro está, queda completamente lejos de las aspiraciones de Mitch Hedberg que, pese a no comportarse como uno de esos tíos distantes que clama en contra de la gran industria del entertainment, es tratado más como un personaje de culto que como un comediante al uso. Las actuaciones son raritas (pelo sobre la cara, gafas de sol, demostraciones de frustración ante el fallo de un chiste que no están en el guión) y el material cómico es tan personal (horarios de lavandería, por ejemplo) que ahuyenta de su puerta a los ejecutivos de los grandes estudios. 

Sirva como ejemplo de esta indefinición de Mitch Hedberg como estrella el hecho de que la todopoderosa FOX (siempre tan activa en la búsqueda de talentos) le firma un contrato de 500.000 dólares como opción previa a una futura colaboración del cómico en la cadena. El contrato se agotó sin que el canal supiera exactamente bien donde hacer útil el trabajo del cómico. 

En 1999 Jana Johnson abandona a Mitch Hedberg y este se larga a Canadá para liarse con Lynn Shawcroft a la que había conocido en Montreal unos años antes. Ese mismo año publica un CD titulado Strategic Grill Locations que es un éxito pequeño pero que resulta ser un homenaje a su excéntrico autor: aparece sin cortes, sin ediciones, conservando los momentos de duda del cómico o los silencios con los que son recibidos algunos de los golpes de efecto de Mitch. Ni que decir tiene que se lo autoeditó porque, pese a negociar con varias cadenas interesadas en su proyecto, ninguna aceptó las negativas del cómico a la no edición de su trabajo y a que este apareciera completamente desnudo, tal como se producía. 

Ese mismo año Mitch Hedberg dirige, escribe y protagoniza una película titulada "Los Enchiladas!" que resulta un atronador fracaso. Es más, Hedberg recibe la negativa de MTV de iniciar un nuevo proyecto no tanto por el fracaso de la película sino porque, al parecer, Norteamérica acaba de descubrir a un cómico cuyo surrealismo sí parece hacer más gracia y ser más vendible: Tom Green. Curiosamente Green, que sí parecía una gran apuesta, se desinfló un par de años después. 

Renunciando a triunfar fuera de los clubs de comedia Mitch Hedberg sigue su camino acompañado de Lynn Shawcroft y ambos se embarcan en una tour sin fin por Estados Unidos y Canadá. Punto. No tienen casa y viajan a todas partes en furgoneta utilizando el avión lo menos posible...una decisión inteligente ya que ambos son heroinómanos y los controles de los aeropuertos son algo indiscretos. Se establecen en hoteles durante días y no salen de la habitación nada más que para actuar, pillar y volverse a meter en la cama para comer comida mexicana y ver películas de miedo. El lujazo padre, vamos. 

Pese a los escándalos que la pareja protagoniza, las peleas y todo lo que conlleva la vida de los yonquis la máquina sigue funcionando y Hedberg se mantiene dando saltitos en la cuerda floja alternando actuaciones fantásticas con fracasos tremendos. Comienza a dar señales de agotamiento en escena, su salud se resiente y, lo que desde el punto de vista del show bussiness es peor, se le ve cada vez más borracho y drogado. 

La cosa, la vida convertida en gira de provincias, culmina abruptamente cuando en 2003 Mitch Hedberg es detenido en un aeropuerto de Texas por posesión de drogas. Es entonces cuando uno de los médicos de la cárcel descubre que tiene una enorme infección en la pierna (se chuta en el tobillo) y es ingresado de urgencia en un hospital de Houston donde le operan. Se queda cojo. 

Tras recuperarse y hacer propósito de la enmienda inicia una nueva gira bestial en la que recae en los malos hábitos ya de forma definitiva. Es detenido un par de veces por escándalo público y sus actuaciones se convierten, por momentos, en verdaderos debates entre sus fans y los que han ido a ver como el tipo se ha ido por el water definitivamente. Son los cómicos Dave Chappelle y George Carlin los que se encargan de echarle una mano en ese momento de bajona. Chappelle, que por ese momento era una de las estrellas de Comedy Central, convence a sus patronos para que lo vuelvan a colar en alguno de los programas de la cadena y Carlin, que era un señor con evidente buena mano con la HBO que siempre le dejó decir lo que quiso y que sacó a cambios grandes beneficios de su talento, convence a los suyos para que graben un programa especial que supusiera la recuperación de la estrella de Mitch Hedberg. 

Desgraciadamente ninguna de estas cosas se llevó a cabo porque en 2005, y ya en muy malas condiciones, Mitch Hedberg fallecería en Nueva Jersey de complicaciones cardiacas debidas a la enfermedad que había arrastrado toda su vida. 

¿Qué lleva a un tío con una vida miserable, enfermo de corazón y con una personalidad adictiva, a un tío con un montón de problemas de verdad, a dedicarse a hacer reír a los demás y, encima, a hacerlo bien? 

Curiosamente la gente que hace películas tristes o que se dedican al realismo como forma artística en cualquiera de sus facetas suelen tener unas vidas estupendas completamente alejadas de la tragedia y, sin embargo, los clubes de comedia de todo el mundo están llenos de tipos y tipas que arrastran déficits de personalidad acojonantes, que lo han pasado mal o que lo pasan mal...no digo que no existan cómicos que de verdad sean unas personas estables y decentes (incluso aburridamente respetables) pero, sin duda alguna, hay una especie de mecanismo de defensa en el ejercicio de la comedia, unas ganas enormes de reírte de ti mismo o de, a lo mejor, haber descubierto el truco demasiado pronto y tener una enorme insistencia en denunciarlo ante los demás. 

Sigo sosteniendo que alguien que te hace reír quiere enseñarte algo con una mano y esconderte algo con la otra, que aprovechando el momento en el que cierras los ojos para dibujar una carcajada puede aprovechar tu ceguera momentánea para taparse una mancha que trae en la camisa o para arreglarse el pelo y parecer más digno...o a lo mejor es que prefiere hablar de otras cosas que de sí mismo o porque sabe que, de mirar ahí dentro, tendría que gastarse un dineral en psicoanálisis y pastillas...o a lo mejor es que sabe que todo es una broma y que es mejor contar la cosa como tal para ser fieles al asunto. 

Los que te quieren hacer llorar, destapar tus emociones, arrastrarte a la compasión, hacer brotar unas lágrimas, suelen ser personas que se encuentran limpias por dentro porque para emitir juicios morales hay que sentirse muy limpio por dentro. Eso no es necesario para hacer chistes. 

Miren a los directores de cine realista, a las escritoras de novela romántica, a los columnistas de los periódicos y díganme si no parecen todos unas personas sanas y bien vestidas que pasean esa elegancia personal por un mar de catástrofes personales y económicas, divorcios, crisis, rupturas sociales, amores imposibles, adulterios, desigualdades, insolidaridades, olvidos...díganme si estas personas no parecen un tanto ajenas a todo ello pero que tienen una estupenda capacidad para llevarte de la mano y sumergirte en la tragedia para que, de algún modo, puedas sufrirla tú también en tus propias carnes. 

El mundo es casi tan chocante como una actuación de Mitch Hedberg. 

BOLA EXTRA: 
Desgraciadamente no he encontrado apenas material de Mitch Hedberg subtitulado para ofrecérselo pero, como yo, si rebuscan un poco se darán cuenta de que el cómico ha sido uno de los más plagiados de los últimos años y que, muchas de las frases que escuchamos en películas o series de televisión son efectivamente suyas (y no digamos ya de las que leemos en el twitter). En nuestro país, pese a ser casi un desconocido o quizás por ello, mucha gente se ha nutrido de material de este cómico (como el de tantos otros) para utilizarlo como base o, directamente, para fusilarlo. Como dice mi amigo Fran el problema no es copiar. Y estoy de acuerdo, creo que es bueno tener influencias y explotarlas para que sean la base de nuestro propio trabajo, a eso se le llama "tradición cultural". El problema reside en que mucha gente prefiere obviar sus influencias no tanto, creo yo, por no tener ingenio como por estar intoxicado de que el verdadero arte nace por generación completamente espontánea, de forma pura y sin contaminaciones externas. 

Les dejo a ustedes el siempre apasionante trabajo de indagar un poco más sobre este cómico y de hacerlo suyo o de advertir de su presencia a su entorno. Yo sólo les quería contar una historia y hacer una larguísima reflexión. Como siempre.  

MATERIAL EXTRA: Algunas de las mejores frases de Mitch Hederg (traducidas, las originales aquí).

"Estoy harto de perseguir mis sueños así que lo que hago ahora es decirles a donde van y quedar más tarde con ellos". 

"Me encanta el Black Jack. No soy adicto al juego. Soy adicto a sentarme en semicírculo". 

"Estoy enganchado a la heroína. Tengo que acostarme todos los días con alguna mujer que le haya salvado la vida a alguien". 

"El futbolín mezcla perfectamente el fútbol y los pinchos morunos". 

"Ahora estoy muy metido en el tema de las esculturas de hielo. Anoche hice un cubo de hielo. Esta mañana he hecho una docena, soy un tipo prolífico". 

"Llevar (un jersey) de cuello alto me provoca la sensación de estar siendo estrangulado todo el día por un tipo sin fuerza. Llevar cuello alto y una mochila me da la sensación de que un enano sin fuerza está tratando de tirarme al suelo". 

"Cuando alguien te está dando un flyer lo que te está diciendo es "ey, tira eso un poco más lejos". 

5 comentarios:

Azul Sanchez dijo...

Que bueno era este tío...me parece que era la 10 en la TDT que reponía viejos standsup de la Comedy Central y le escuche esta frase que me hizo reir: quisiera ser una escalera eléctrica,las escaleras eléctricas nunca se rompen...lo peor que les puede pasar es que solo sean escaleras.. (la escribo de memoria puede contener algunas imprecisiones)

Sara Mansouri "Saroide" dijo...

BRUTAL. No lo conocía, y como bien dices, voy a investigar sobre él. ¡Gracias!

Jo dijo...

Entre las crónicas urbanas uno se atavia de casi cualquier personaje.si me diera por la literatura una Musa me gustaria ser, aunque eso de meretriz o sirena podria funcionar muy bien la tragedia siempre es la contraposición de la comedia pero para ser trágico supongo que hay que convenir ser consientes para que el mito se concrete.


creo que he caido en cuenta de muchas cosas conforme te he ido leyendo

tal vez si es un mecanismo de defensa.
no lo se de cierto
lo que si se es que prefiero reir de mi a llorar ahora
y mira que si mi azotades dapara bastante material ... supongo que el reir o el ser melodramatico da en proporcion a la intensidad de como uno sea


mientras que inventan el valium para untar en las galletas espero no necesitar de otros asideros antidepresivos mientra spueda controlar mi vida

:)

Señor Insustancial dijo...

Hola a todos,

Azul,
Era muy bueno. Muchísimo. Es curioso que una cadena como La 10 está comprando material de Comedy Central tan interesante, he visto cosas geniales allí y, curiosamente, muy bien cuidadas.

Saroide,
Es un reto, es uno de los grandes.

Jolie,
Ya te digo que no tengo clara, para nada, la motivación del cómico para salir ahí y ser utilizado como diana. Me parece que es una especie de entrega acojonante.

El ejercicio cómico suele ser, bien usado, una reflexión más certera sobre la realidad porque se basa en no ponerse límites, en dar una mirada siempre propia mientras que el drama se atiene a un montón de clichés acojonantes y mil veces repetidos que el autor utiliza como mecanismo de defensa.

Para hacer comedia hay que vivir las cosas mientras que para hacer drama uno bien puede tomar una postura y dejar que la cosa fluya.

El número de cómicos con vidas miserables es larguísimo. Es una cosa rara.

Espero que el valium para untar lo inventen cuanto antes.

Gracias a todos por vuestra asistencia y reciban un cordial saludazo.

ColrS dijo...

Gracias. Fue un gustazo leerte; por fin encontré lo que buscaba sin saber lo que en realidad era.