martes, 2 de noviembre de 2010

Museo Coconut: ¿Lo primero era mejor?


Muy acertadamente Manos de Topo tituló a su segundo álbum “El primero era mejor”.

"Ortopedias bonitas", su primer largo, había sido un enorme éxito si tenemos en cuenta los parámetros artísticos de la banda y el lugar que un proyecto de estas características podría haber ocupado de no haber sido descubierto por una crítica musical entusiasmada con el hecho de apuntarse el tanto del descubrimiento de una rareza, tan extraña, en nuestro propio mercado.

Era inevitable pues que, tras este hit, el recibimiento de la segunda obra de Manos de Topo  fuera recibida con muchísima más frialdad no sólo porque el grupo ya no era una novedad a la que colgarle la siempre agradecida etiqueta de “revelación” sino también porque, de pronto, Manos de Topo era algo que estaba en boca de todo el mundo y, por lo tanto, ya no era ni tan raro, ni tan exclusivo.

Podría decirse, por ejemplo, que “El primero era mejor” era un disco que asentaba definitivamente el estilo del grupo o que canciones como “Lógico que salga mal” o “Eva Sannum” eran la certificación de que algo andaba muy bien  (o clínicamente fatal) en la cabeza del grupo pero, al parecer, lo que un año antes de era de un insoportable ingenio al pasar el tiempo no era más que una desesperante cucharada más de algo que ya se había probado con anterioridad. Al parecer ni siquiera rayar al mismo nivel puede considerarse como bueno.
Lanzados pues al ejercicio comparativo los críticos siempre suelen quedarse con el flechazo que tuvieron con las primeras obras de los artistas que les sirven después como medidor de calidad. La sensación de estar frente algo único y genuíno es tan perdurable que, bueno, suele lastrar cualquier trabajo posterior con un sincero: “El primero era mejor”.

Muy pocos apreciaron el hecho de que Manos de Topo estuviera tan agudo a la hora de elegir el nombre de su segundo álbum adelantándose a lo que las críticas, previsiblemente, dirían de este segundo trabajo. Es más, pareció sentar mal. Tan mal que muchos contestaron a la broma con un seco: “tienen razón”.  Comentario, que por otro lado, no deja duda de lo en serio que se toma la crítica así misma y que, aunque suele demanar autenticidad y principios, normalmente deriva en sus gustos tanto que es imposible saber como acertar por ser, muchas veces, tan permeable y variable como la moda de temporada.
Cuando Paramount Comedy se la jugó produciendo un programa tan raro como “La Hora chanante” nadie, ni siquiera dentro de la propia casa, podía haber calculado el impacto de la serie. De hecho, en un acto sin precedentes, “La Hora chanante” fue creciendo poco a poco sin más objeciones internas esperando a que, por fin, alguien se diera cuenta de su presencia.

La carrera como stand up comedians de Joaquín Reyes primero y de Ernesto Sevilla después era más conocida que el propio programa que vivía en la división de los que creían estar frente a un programa para “frikis” o frente a un programa hecho por gente que no tenía ni puta gracia.

Su entrega mensual permitía que la cadena repusiera muchos episodios y, poco a poco, el humor chanante fue tomando la atención de un grupo pequeño pero muy fiel de seguidores que repetíamos ya las consignas gambiteras e incorporábamos los giros de los personajes de “Testimonios” (Karpov, Gorbachov…).

De hecho en mi testimonial (y técnico)  paso por el programa (lo que seguramente me convertiría en una 
especie de Pete Best Chanante o en esos parientes lejanos de los famosos que escriben biografías sobre estos) se respiraba un ambientillo de libertad creativa tan agradecida como sorprendentemente rara. Creo que en menos de tres semanas repetí como 450 veces la frase “¿Pero esto, quiero decir, va a pasar?”. Y pasaba.

En 2004 una revista en la que yo trabajaba le dedicó el primer espacio largo (una doble que incluía un diccionario de términos “chanantes”) al programa. Llevaba dos años en antena y, curiosamente, en esa redacción había tres “fans” del programa. Como fans habíamos visto el programa crecer y sabíamos que conectábamos con el humor del mismo como muchos lectores que demandaban saber más del programa o, por ejemplo, muchos que nos escribían preguntándonos qué coño era aquello que habían visto en Youtube.

El interés de la prensa generalista por las actividades “chanantes”, hasta ese momento, había sido francamente pequeño o nulo y, aunque ya Joaquín Reyes, disfrutaba de cierto status de outsider y se adivinaba como una figura del humor patrio (Antena 3 incluyó un rarísimo especial de “LHC” en su programación navideña que no llegó a ninguna parte en 2003…por cierto un apreciadísimo esfuerzo por salir de la caspa habitual) parecía que les costaba salir adelante pese a que la incorporación de talentos como Julián López o Carlos Areces al equipo original aumentaba las fronteras del programa.

Cinco años después (2002-2007) y cuando parecía que Paramount Comedy había decidido echar el cierre tras un tiempo sin producir nuevos programas LHC era un hito, un fenómeno y sus componentes (en grupo y por separado) reclamados en todo tipo de producciones.

LHC se reconvirtió en septiembre de 2007 en Muchachada Nui  y, bueno, se notó que el equipo de humoristas estaba en la tostada. Quiero decir, de pronto, todo el mundo era un entendido en La Hora Chanante y todo el mundo parecía exigir el nivel de calidad presuntamente perdido del programa original.
Siempre me han dado ganas de preguntar: “¿Y donde cojones estábais vosotros cuando se estaba obrando el milagro?”. Quiero decir, daba la sensación de que todo el mundo había visto todos los programas desde el día en el que Joaquín apareció en pantalla imitando a David Hasselhoff en la azotea de un edificio madrileño.
Los índices de audiencia y, sobre todo, el éxito lento de LHC hablan por sí solos de este particular. Incluso, yendo un poco más allá, hablan del absoluto desinterés sobre un programa pequeño producido por una cadena temática. ¿Hacia donde estaba mirando la gente en ese preciso instante? Pues nadie lo sabe a ciencia cierta.

Sin embargo si era bastante revelador el hecho de que, de pronto, si lo agradecido unos meses antes era saberse de pé a pá los contenidos del programa lo que en ese momento se puso en boga fue tirar del caballo a Muchachada Nui entonando un certero: “El primero era mejor”.

El suavísimo impacto en la red del estreno de “Museo Coconut” en Neox ayer (no en audiencia, que la muchachada tuvo un 4´5) no deja dudas de que Reyes y compañía bien pueden felicitarse y decir eso de “Ya hemos llegao”. Sí, pese a haber trabajado en Paramount, La 2 y ahora Neox no me cabe duda de que el caudal de comentarios apunta a que ya se comienza a tratar al fenómenos Chanante como un ex fenómeno en toda regla y que, a partir de ahora, van a volar mucho más solos.   

Ya nadie quiere darse por sorprendido ante los chistes de estos cómicos y muy pocos están dispuestos a apreciar el hecho de que, pudiendo ofrecer un poquito más de lo mismo, los “Chanantes Nui” (¿?) se hayan arriesgado en un nuevo formato para ellos como es el de la sitcom.

Aprecio, en lo personal, que los dos primeros episodios de “Museo Coconut” me recordaran a “The Mighty Boosh” y, sobre todo, a las producciones británicas de BBC tanto en su puesta en escena como en su planteamiento. Agradezco el interés del grupo de Reyes por ir un pasito más allá en el actual panorama y de ser fieles a una idea y a unos planteamientos cómicos iniciales sin recaer en lo visto anteriormente que hubiera sido facilísimo.

“Museo Coconut” parece que no le va a cambiar la vida a nadie pero, sin duda, para muchos es una especie de hito esperanzador: demuestra que se pueden hacer cosas diferentes sin temor.

El viernes pasado hablaba con un buen amigo del momento en el que se estrenó “Acción mutante” (¡qué vejez la nuestra!) y de cómo nos tomamos aquel estreno como una especie de acto fundacional. A partir de entonces, pensamos, se harían más cosas, cosas más cercanas a nosotros. Luego la historia te atropella pero, bueno, no deja de ser interesante que se hagan cosas completamente nuevas.

“Museo Coconut” es un trabajo todavía por hacer y, si no recuerdo mal, muy pocas series de TV consiguen alcanzar la perfección en las primeras emisiones. La sensación es que irá creciendo y que irá ofreciendo más. Eso es bueno. Que lo haga poco a poco también lo es.

Comparar este nuevo trabajo con lo anterior es completamente absurdo porque tiene muy poco que ver con lo visto hasta la fecha. Habrá que esperar. Por ahora lo que hay me gusta y me parece sujeto a los parámetros cómicos de los tíos estos que aterrizaron en Albacete.

No hay que pedir paciencia, ni una oportunidad. Eso sería ridículo. Cuando el humor se convierte en algo personal es muy difícil que sea trasladable y, si no te gusta, si no comulgas con este tipo de humor es mejor que veas otra cosa. La risa es un mecanismo fundamentado en un movimiento propio y muy pocas veces compartido. Así es “Museo Coconut”, un paso más allá. Veremos hacia donde nos lleva. A mi, por lo pronto, me gusta.   ¿Lo primero era mejor? No creo, era simplemente diferente. 

11 comentarios:

Birubao dijo...

Puedes escribir todo lo que quieras para intentar justificar lo injustificable: que la serie es un coñazo y no tiene gracia. Y vale que el segundo disco de manos de topo no es tan bueno como el primero pero no es un truño como el museo cococrash éste que no hay ni por donde cogerlo. Lo que me estoy dando cuenta es de que estos chavales se han amasado una gran horda de amiguetes en los medios lo que les asegura una cancha y una consideración que no se tiene con otra gente. Si el capítulo del otro día lo emiten sin que se supiera quienes eran los guionistas y con otros actores, le hubiera caído una somanta de hostias a base de críticas en los periódicos que ríete tú de taller mecánico.

Mejor ponerles en su sitio cuanto antes para que no pierdan el tiempo haciendo sitcoms para las que dió no les otorgó talento y vuelvan a lo que realmente saben hacer: gags, imitaciones chorras y doblajes absurdos.

Si no sabes torear sitcoms pa qué te metes..

Señor Insustancial dijo...

Hola Birubao,

me temo que opinas desde una perspectiva un tanto prejuiciosa: los Chanantes se han montado en el dólar y han generado a su alrededor una especie de red y/o salvoconducto hacia el éxito.

No es así, ni mucho menos. De hecho, creo yo, que si así fuera la muchachada estaría en un canal generalista programados en prime time y rodeados de una fuerte campaña publicitaria. No es el caso.

Creo que el recorrido del humor chanante se ha desarrollado (hasta la fecha) en canales pequeños y que su conversión a "fenómeno" ha sido un larguísimo proceso de 8 años.

Partes también de un curioso "y si..." haciendo una hipótesis un poco repolluda: si Museo Coconut hubiera sido una obra anónima y sus actores otros hubiera recibido más palos. Desgraciadamente no podemos comprobarlo. De hecho si los actores hubieran sido otros, francamente, creo que la serie hubiera sido otra completamente diferente.

Por otro lado tiras la piedra y escondes la mano cuando dices que han amasado una gran horda de amiguetes en los medios...vaya...para luego decir que con "otra gente" no se tiene tanta consideración: deberías de apuntar cuáles son los amiguetes y cuál es esa otra gente maltratada o a la que no se presta atención.

Me da la sensación también de que intentas esconder todo este prejuicio en un discurso vehemente que, al parecer, tiene como objeto "ponerles en su sitio". Creo que no es labor del público ni de la crítica poner a nadie en su lugar porque ese sitio al que te refieres, en todo caso, habrá de ser elegido por el artista que, al tener libre albedrío, bien puede hacer hoy La Hora Chanante y mañana Museo Coconut.

El público, en todo caso, deberá de decir si quiere consumir este tipo de producto y el de la crítica en juzgarlo no desde la opinión sino desde un ejercicio académico.

Y, finalmente, si no te has enterado de que el segundo disco de "Manos de Topo" me parece tan bueno como el primero es que, en realidad, has entrado aquí para decir que Museo Coconut te parece mal y no para leer el articulillo.

Puedes aplicarte el cuento y escribir lo que quieras para justificar que lo que quieres es que estos señores se repitan una y otra vez el mismo chiste.

Qué aburrimiento, ¿no?

Un saludo.

Señor Insustancial dijo...
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Biruvito dijo...

jajja cuando tenga tiempo te responderé en su justa medida, en realidad estoy bastante mosqueado porque me hicieron perder 30 minutos de mi preciado tiempo

Biruvito dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Biruvito dijo...

Estimado señor insustancial, lo primero que he de decir es que ciertamente me has pillado en que no me leí tu entrada por completo y es que me resulta realmente incómodo a la vista leer tanto tiempo un texto blanco sobre negro. Ya sé que mi blog tiene exactamente los mismos colores pero he de admitir que por fin he entendido a la gente que me escribía diciéndome que cambiara los colores de la página, que así quedaba muy bonito pero que leer era un tremendo coñazo porque, aparte de que hace daño a la vista, al cabo de un rato si mirabas a otro sitio veías rayitas blancas y negras, recuerdo reflejo de haber pasado demasiado tiempo leyendo blanco sobre negro. Hoy en día todo el mundo considera a Sánchez – Dragó como un pervertido y un retrasado mental pero al menos el tío sabía lo que decía cuando llamó a su programa “negro sobre blanco”. Así que aplícate el cuento, yo ya estoy mirando diseños nuevos.

También he de decir que se hace particularmente cuesta arriba leer un texto tan profuso en un blog. No me parece un post sea el formato adecuado para volcar 4 páginas de texto, sobre todo con un ancho de 400 píxeles. Al final lo que he tenido que hacer es copiar el texto de la entrada y pegarlo en un documento Word para poder leerlo cómodamente, en negro sobre blanco, con un ancho y un formato más adecuado a una lectura pausado. Por cierto, que te recomendaría que lo hicieras tú también, porque en seguida me ha saltado la autocorrección en palabras como “genuíno”, “demanar” o “estábais”. El Word es tu amigo, aunque sea un invento de Bill Gates.

En fin que me lío, íbamos a por qué Museo Coconut es una mierda y si el primer disco de Manos de Topo es mejor que el segundo o no y si los chanantes han tejido una red de aduladores en derredor que los proteja de las críticas. Vayamos por partes.

Que el segundo disco de Manos de Topo es peor que el primero no tiene que ver ni con los críticos ni las bocanadas de aire fresco ni nada de eso, simplemente, las canciones no enganchan y punto. Si hubiera sido mejor, la gente no tendría ningún problema en admitirlo como se hizo en su día con el Padrino 2, y aunque no lo admitieran, cantarían las canciones en los conciertos, como cantan las del primero y desgraciadamente, no es así. Tampoco veo qué tiene que ver Manos de Topo y los chanantes, ya que en el caso de estos últimos no se trataría del segundo disco, sino del tercero y el discursito que te has marcado sobre las segundas partes quizá sí te lo hubiera admitido cuando estrenaron Muchachada Nui pero no en este caso.

Aún diría más, también me llevé un poco de decepción cuando vi el primer capítulo de Muchachada Nui, sobre todo porque el Mundo viejuno no le llegaba a la suela de los zapatos a los “retrospecters” pero, aunque se notaba que aquello empezaba un poco flojo, todavía había posibilidades de remontar, todo lo contrario de lo que sentí cuando vi museo cacanut. Respecto a dónde estaba yo mientras emitían “la hora chanante” te diré que no eran aquellos tiempos en los que yo me permitiera tener tele por cable o satélite con Paramount Comedy y que si LHC se hizo tan famoso fue precisamente gracias a youtube y a gente como yo, que ya veo que somos fans de segunda para ti, que lo descubrió porque se podía ver abierto por fin.

Respecto a lo de tirar la piedra y esconder la mano, te diré que esa gente de los medios de la que hablo que no se atreve a emitir una opinión imparcial podrías ser tú perfectamente, porque como muy bien señalas estuviste trabajando con ellos una temporada. No me refiero a que se hayan montado en el dólar y ahora sobornen a los críticos sino a algo mucho más sutil, a una red de amistades y simpatías forjadas en sus muchas apariciones en distintos medios que les permitiría contar con unos cuantos puntos extra cuando perpetran un programa como Museo Cacanut sin que los en otras ocasiones insaciables críticos les salten automáticamente a la yugular.

Seguiría escribiendo pero ya me he cansado, espero que te haya hecho reflexionar un poco.

Hala, agur

Señor Insustancial dijo...

Hola Birubao/Biruvito,

Ya veo que repartes hostias como si fueras un beltza. Guay.

Te comento: hay una fina línea entre lo irónico y lo faltón. Búscala. Manejas fatal el rollo ponzoñoso, míratelo.

Tomo nota de que no te gusta el diseño y en que te has fijado en que pongo faltas de ortografía. Guay.

Publico sin corregir faltas de ortografía. Soy así, un poco indolente.

Sobre la extensión de los artículos: eres muy libre de leerlos si te apetece y de no hacerlo si no te apetece. Escribo mucho, qué le vamos a hacer. Si te van las extensiones cortas lee más twitter.

Pasemos pues a lo que nos ha traído aquí:

Manos de Topo: emites opiniones personales como si fueran preceptos globales. A ti te parece mejor el primer disco que el segundo, vale, eso está muy bien pero, ¿en qué lo fundamentas? ¿En que la gente no canta las canciones del segundo con tantas ganas como las del primero? ¿No podrías pensar que, a lo mejor, es que el público ha tenido un año para aprenderse el temario y que no ha tenido tiempo de hacerlo con el segundo? ¿Conciertos? ¿A cuantos conciertos de MdT has ido? ¿A uno, dos,tres? Quiero decir ¿qué muestra de población manejas para ser tan vehemente en tus afirmaciones?

¿El Padrino II? Vuelves a sentar cátedra poniendo a "la gente" como prueba ¿A qué gente te refieres? De hecho pones como ejemplo una secuela (que en realidad no sería una secuela) como ejemplo. Sólo una.

¿No entiendes la conexión que hay entre un caso y otro? Pues estás apañado. Yo creo que es evidente y que pone de manifiesto una práctica torticera de la crítica que, incapaz de emitir otra cosa que opiniones personales, se dedica al ejercicio comparativo chusco.

Es decir, los mismos endebles argumentos que utilizas tu aquí son utilizados por una gran mayoría de la crítica cultural. Enhorabuena.

Con esto quiero decir que las opiniones son libres pero que no lo es el ejercicio crítico que debe de apoyarse sobre argumentos claros y contrastables.

Decir "Museo Cacanut" es una cosa propia de Jiménez Losantos. Ironía vs. faltonismo. No vuelvo sobre el tema.

Por otro lado pareces no tener muchas ideas propias: muchos presuntos fans de LHC se sintieron "traicionados" con MN. Es un problema de los fans que creen, como tu, que son los adalides y/o poseedores de la obra y que tienen el derecho a manejarla a su antojo. Por suerte el autor se puede permitir el lujo de hacer lo que quiera y, sinceramente, entiendo que después de 7 años quieran cambiar de tercio.
Es curioso: los fans sois así. Cuando la cosa no va como queréis os sentís como frustrados y pataleais y esas cosas. En este caso da igual que la masa fan sea la de Alejandro Sanz, que la de KISS o Def Con Dos.

Si cuento que he trabajado con ellos es para que no haya suspicacias. Nada más. Conozco a algunos chanantes lo suficientemente poco o mucho como para poderles expresar mi opinión libremente. Si no crees que sea así es cosa tuya.

Señor Insustancial dijo...

(y II)

Ah, y si digo que descubrí el fenómeno muy pronto no es porque quiera diferenciar entre aficionados de primera o de segunda sino para dejar constancia de que estaba allí cuando se rompió el huevo de dinosaurio y que fue fantástico verlo crecer.

Es un poco rastrerillo por tu parte decir que no lo descubriste porque no tenías dinero para pagar la cuota...bueno, a lo mejor quieres hacerme sentir mal porque yo si me la podía permitir dando a entender que yo era un cabrón con suerte que sí se lo podía permitir. yo, igualmente, podría pensar que eras un vago que no quería currar para pagarse la tele por cable pero eso sería ser prejuicioso.

En todo caso muchos cabrones riquísimos como yo veían Paramount Comedy y tampoco repararon en la emisión del programa.

Sobreentiendo además que crees que soy un pelotillero que hablo de mis amigos. OK. Vale. Ahora, tu definición de como se llega a la fama y, como desde ahí, se consigue una red de amistades influyentes es digna de Grisham pero igualmente falsa. Se nota que no has leído ninguna de las críticas que le han hecho a Museo Coconut.


Y nada, que yo también me caso muy rápido.

Gero Arte.

Álvaro dijo...

Birubao, no os conozco ni al Sr. Insustancial ni a tí, pero leyendo ambos blogs y tras comparar escritura, argumento, creatividad y nivel de análisis crítico, deberías retirarte lejos, bien lejos, y aprender de personas que, claramente, saben mucho más que tú.

Eso sí, si nos basamos en el diseño del blog, en ocurrencias chuscas (aparte de Cacanut, ¿creaste tú el mítico Gregorio Heces Barba?) y en que pones menos faltas de ortografía que él, te lo llevas.

Saludos,

Biruvito dijo...

hoy seré más concreto, he ido a 3 conciertos de manos de topo y cuidado, no estoy diciendo que el segundo fuera malo (la del ejército ruso está muy bien por ejemplo) sino que el primero era mejor.

ok no citaré al padrino 2, pero segun tu teoría todos los segundos discos partes o temporadas son considerados peores que los primeros por los fans, lo cual querría decir que la popularidad va siempre cuesta abajo. Si eso fuera verdad los grupos sólo sacarían segundos discos.

Museo cacanut no fue invención mía, búscalo en google y verás que es un término que se ha extendido bastante.

Mi argumento es tan rastero como el tuyo ni más ni menos, siento mucho que te moleste que no tuviera dinero para pagar tele digital en ese momento.

y por cierto álvaro no conozco al señor insustancial ni a tí, pero creo que deberías retirarte bien lejos con tus heces, tus barbas y tus argumentos chuscos correspondientes.

un besito a todos

Señor Insustancial dijo...

Hola a ambos,

Alvaro,
Gracias por intentar poner paz.

Birubao/Birubito,
¿Qué es un cacanut? Es algo que no me explico, chico. ¿Qué es un cacanut? Cacanut eres tú (canturreese en la ducha con la música de Enrique y Ana)

Un saludo...y un besito...a todos.