martes, 1 de febrero de 2011

Holocausto de paparruchas


Hay un fantástico episodio de "South Park" donde los protagonistas intentan calcular el tiempo en el que un asunto puede ser objeto de una broma. ¿Cuando es correcto comenzar a hacer chistes sobre el SIDA o sobre el atentado de las Torres Gemelas? 

No me ha costado nada entender los palos que le están cayendo a Vigalondo porque, sinceramente, hay una gran parte de la población española (o de la población de la red o de lo que cojones sea) muy preocupada por hallar el más mínimo resquicio de debilidad en esta persona, y en otras tantas, para lanzarse a eso de "duro y a la encía". No es difícil entender que un tema tan delicado como el Holocausto judío sea pues material del suficiente tonelaje ideológico como para lanzar una interesante tautología igualmente falsa: si es español y cineasta es amigo de la SGAE y, por tanto, siendo amigo de la SGAE y siendo uno de esos que se zampan nuestros impuestos es muy posible, es más que probable, que además mantenga argumentos nazis. Es más, es evidente que es un nazi borracho que se dedica a lanzar arengas propias de nazis. 

A este interés por desarmar al enemigo, que digo desarmarlo, hacerlo fosfatina, darle uno de esos hostiones de padre que lo haga desaparecer del mapa se une, claro está, que la batalla mediática no cesa y que evidentemente es muy goloso tener al protagonista de la campaña de El País siendo acusado de ser un negacionista del Holocausto. Acabáramos. Miel sobre hojuelas. 

Si Nacho ya disfrutaba de una abierta animadversión por parte de algún grupo de usuarios de la red a este se uno el desinteresado esfuerzo informativo de los medios de la otra trinchera para ir a echar una mano y sacar un poco de tajada del asunto. 

Eso es evidentemente lo que subyace a esta polémica: hay que hacer fuego rápidamente. Hay que hacer arder el bunker enemigo hasta los cimientos. 

Todo me hace pensar en algo mucho más revelador: Vigalondo no es tan listo. Lo digo con todo el cariño y la adoración que Nacho me produce. No es el sátrapa maligno, el Fumanchú de Cabezón de la Sal que quieren dibujar. Es más bien un tipo normal con una profesión difícil que tiene un twitter y que cree que puede hacer un uso normal del mismo sin tener en cuenta una serie de factores que, de ser ese cochino manipulador que algunos piensan, tendría muy en mente cada vez que se sienta detrás de un teclado. 

Lo que me sorprende del #Holocaustovigalondo es que se produzca en un país donde, sinceramente, podríamos exportar mala baba y donde los chistes de mal gusto y las "sobradas" dialécticas se emiten a diario en nuestros medios de comunicación sin que a nadie le tiemble ni un pelo del bigote. Vivimos en un océano inabarcable de mal gusto, de mal gusto real y viscoso en el que se mezclan el racismo, el analfabetismo, cierto punto paleto y muchos prejuicios y, sin embargo, no escucho a nadie levantarse en armas, ni afilar el cuchillo contra esa otra mala hostia emitida de manera diáfana por nazis reales. Me sorprende que en un país donde proliferan todavía los chistes sobre Irene Villa, sobre gitanos, inmigrantes o tontos de pueblo alguien se vaya a creer que un chiste emitido (por otro lado bastante gracioso) por un director de cine es, en realidad, motivo para rellenar ni media línea en un medio nacional. 

La doble moral en la que vivimos instalados es, cuanto menos, demencial. ¿Chistes de mal gusto? ¿De verdad que alguien se atreve aquí a calibrar lo que tiene o no tiene gusto? ¿De verdad que a alguien, en este país, le ha molestado el tema del Holocausto? ¿De verdad que hemos criado una sensibilidad tan grande hacia ese tema como para que no podamos ni mencionar el asunto? ¿Es que somos un país tan sensible? 

En realidad, como todo se mezcla, no me extrañaría que hubiera un porcentaje mínimo de personas que, en realidad, se creyeran que Nacho Vigalondo es un revisionista. Un porcentaje nimio, claro está, pero lo que me preocupa con todo este asunto es que seamos capaces de digerir y hacer nuestra cualquier mierda con tal de que, finalmente, nuestro pensamiento primero ("Vigalondo es malo") siga siendo correcto. 

Hacen mal los que intentan hacer arsenal con la munición ajena. Estaría bien que, de cuando en cuando, antes de meter la bala en la recámara echáramos un vistazo a quien es el fabricante del proyectil. Nos íbamos a llevar más de una sorpresa. 

Volviendo al principio del post: ¿Cuanto tiempo es necesario para que un tema pueda ser objeto de una broma? La muchachada de "South Park" llegaba a una interesante y cómica conclusión pero yo tengo la mía propia: Todo tiene que ver con el emisor de la misma y las ganas que haya de montar escándalo. Si algo es más sospechoso que la indignación (la real) es esa indignación fingida que, la mayoría de las veces, utilizan los que quieren cargarse de razones que no tienen y generar conflictos que no existen por el simple placer de creer que tienen razón. 

No hay nada más gañán que pretender hacer causa con algo que nos la refanfinfla ya sea el Holocausto, el Sahara o la descristianización de España por querer tumbar al enemigo. Seamos serios y pongamos las cartas ideológicas sobre la mesa y a ustedes, los que están ahí fuera, ya les aviso: lean y lean bien pero, por favor, no compren todo lo que se les ofrece. Un saludo. 

Nota del Insustancial: Canción de La Habitación Roja titulada Scandinavia...lugar ideal donde plantar el huerto. 

8 comentarios:

álex martí dijo...

"Ni por un momento cesaban los gritos de «muera Godoy»; y sin duda querían matarle a voces ya que de otra manera les fue imposible conseguirlo. Pero es de advertir que entre nosotros es muy común el intento de arreglar las más difíciles cuestiones mandando vivir o morir a quien se nos antoja, y somos tan dados a los gritos que repetidas veces hemos creído hacer con ellos alguna cosa".

"El favorito dirigió al pueblo una mirada que imploraba conmiseración; pero el pueblo que en tales momentos es siempre una fiera, más se irritaba cuanto más le veía; sin duda el mayor placer de esa bestia que se llama vulgo, consiste en ver descender hasta su nivel a los que por mucho tiempo vio a mayor altura".

Todo de Galdós, hace unos ciento treinta años. Odio ponerme tan Pedro Ruiz, pero es que justo me lo estaba leyendo ahora.

Señor Insustancial dijo...

Alex,

¡Qué grande Galdós! Sí, las cosas no tienen mejor aspecto 130 años después. Yo creo que España es muy dado al oprobio público y que, de no mediar más civilización, volveremos a instalar cepos en las plazas de los pueblos y pasearemos a los no adeptos de espaldas a la montura del burro vestidos con el sambenito y dándoles latigazos.

Abrazos.

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo contigo, Señor Insustancial.
Lo único: ¿Y si eso lo hubiera dicho en su twitter Pérez Reverte o Juan Manuel de Prada? ¿Hubiéramos pensado lo mismo?

Condemor dijo...

Yo creo que todo empezó como algo más o menos calculado, primero, para hacer ruido a favor de la campaña de El País y segundo, como pataleta ante la enorme repercusión del Twitter de Álex de la Iglesia tras la noticia de su dimisión.

Incluso puede que también tenga algo que ver la película que está preparando de título "Followers".

Pero está claro que se ha ido de madre debido, entre otras, a las causas que apuntas.

Lo que está claro es que se ha puesto el listón muy alto y para la próxima tendrá que currarse un día de quema del Corán o algo así. XD

Saludos.

Señor Insustancial dijo...

Hola a todos,

patri-cia,
hubiera dicho lo mismo: que es usar la misma munición dañina y fuera de contexto para beneficiar ciertos intereses.

En todo caso creo que lo que hizo Vigalondo fue una coña y no un intento de provocar nada. Los dos sujetos que dices juegan mucho a la provocación pero ya se cuidan ellos de que esos juegos florales no afecten a temas que, de verdad, crearían polémica y les perjudicaran la imagen.

Condemor
¿Ein?
La campaña de El País ya estaba finiquitada cuando Nacho, no creo que Nacho necesite competir con De la Iglesia en twitter y no, no tiene nada que ver con "followers" porque, que yo sepa, todavía anda terminando la última película.

¿Estamos de broma verdad?

Gracia a ambos y un saludo.

Morena dijo...

¿Cierto punto paleto?
En España, la envidia es el deporte nacional y la estupidez, en algunos casos, parece ser congénita.
Gracias por hacerme un resumen del caso Vigalondo, estaba algo perdida.
Me parece increible que, con la cantidad de cosas importantes que pululan por ahí haya alguien que se dedique a machacar así a una persona.

Condemor dijo...

Hola de nuevo,

A ver, no conozco personalmente a señor Vigalondo, pero sigo su blog, conozco su trabajo, he leido entrevistas, visto conferencias, etc. pero no con especial interés, sino como hago con tantos otros.

Mi opinión personal básandome en este material, es que es una persona que necesita notoriedad por el motivo que sea, y es un tanto ególatra.

Por esto último pienso que desde la noticia de la dimisión de Álex de la Iglesia y la repercusión que tuvo Twitter como "catalizador" de esta decisión, ha hecho que se sitúe en un primer plano, y lo de el Sr. Vigalondo me suena a algo como: "Eh! Que yo estaba primero y tenía Twitter desde mucho antes!"

Con referencia a la campaña de El País, si no me equivoco, el domingo era portada del suplemento semanal, y todo esto lo inició el sábado por la tarde.

Por otro lado, ya sé que está terminando su última pelicula "Extraterrestre" pero que el mismo la ha calificado como un proyecto menor por la mera necesidad de rodar algo antes de que acabara el año, pero el proyecto que le tiene más "entusiasmado" es Followers.

Pero esto es sólo mi punto de vista desde este lado del ciberespacio.

Saludos.

mentesestupidas dijo...

Estoy de acuerdo contigo.
Y la idea de que en España nos ha llegado la moda de la corrección política es una de las mentiras más descomunales que nos hemos tragado . Basta repasar los canales llenos de tertulianos borrachos y perdonavidas, gentuza que lo mismo te aparecen en todo el espectro televisivo de la TDT que hablando tan campante en 59 segundos, la emisora pública, como si no pasara nada.
Aquí la corrección politica es una arma que algunos se permiten utilizar según les venga.

Lo peor de todo es que en este caso Vigalondo se va por la interpretación falsa de sus tweets mientras que otros hacen de su falta de principios de ningún tipo, de respeto por nada ni nadie la bandera de la libertad de expresión.