domingo, 25 de noviembre de 2007

Domingo para el psichokiller.

Deberían de instaurar una especie de homenaje dominguero al asesino en serie. Día aburrido, normalmente dedicado al entretenimiento familiar donde las horas van cayendo como un mazazo. Domingos de fútbol, de paseos resacosos o domingos de "no hasta que no sea lunes todavía no está todo el pescado vendido".


Domingos. Como los odio, ni siquiera ahora que no trabajo el lunes les tengo el menor aprecio. Al loro de este poema de Roger Wolfe:



"Cualquiera al que le gusten los domingos podría poner una bomba en una
guardería y salir de allí sonriendo".





Roger, con su aspecto de impoluto inglés y su bolígrafo afilado metido en el bolsillo de la chaqueta siempre a punto de despedazar la realidad. En plan Jack The Ripper literario. No te lo pierdas único lector, que él también es único.

Los domingos son días para disfrutar de Miguel Ángel Martín, de su trazo de línea clara, de su frialdad espectacular, de sus muñequitos infernales...disidente cultural, requeteprohibido por esos que "ya piensan por tí". Que bueno conocer a gente tan interesante...¿Cómo pasará la gente normal los domingos? Yo siempre tengo un ratito para pensar en una masacre. No se, será que ya no voy a misa o que la programación es peor o que no encuentro con quien jugar.



Botulismo creativo


Hoy me voy a ver el último episodio de Dexter. Y en esa frase que dice él, esa de: "Hay veces que me gusta pensar que estoy solo en el universo, como si hubiera ocurrido un ataque nuclear, esa idea me reconforta". Si yo manejara también el bisturí o este teclado seguramente no me importaría.

Charcuterías Fernández les desea Felices Fiestas

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