jueves, 28 de octubre de 2010

Tea Party: Rednecks, pistolas y crucifijos.


Casi me caigo de culo leyendo ese pedazo de titular de EL PAÍS en el que un miembro del famoso Tea Party americano dice que quiere que los extranjeros les devuelvan los Estados Unidos.

Un guasón el cateto.

Imaginemos que sí, que los extranjeros les hacen caso y, de pronto, la China Popular (Donde Josep Lluis Carod Rovira sigue llamándose Josep Lluis Carod Rovira y no José Luis como se empeñan en decir los del Tintorro Party) decide arrancar las vías del tren que los inmigrantes chinos -en régimen de esclavitud-  pusieron allí por el siglo XIX. Imaginen, yo que se, que diversos países africanos comienzan a destripar los campos de algodón y tabaco de Virginia o que, digo yo, los europeos que trabajaron en el Proyecto Manhattan deciden desmontar las bombas atómicas. Ni que decir tiene que los del Tea Party mismo no tendrían más remedio que devolvernos Luisiana y que tendrían que renunciar a parte de Texas y de California para que fuera devuelta a sus legítimos dueños (mexicanos y españoles...entrarían en la zaga los franceses) porque si la cosa es que se les devuelva Estados Unidos como era Estados Unidos allá por la Guerra de la Independencia lo normal es que la cosa se circunscriba a los 13 estados fundacionales y que, incluso, Arizona o Hawaii fueran devueltos a sus legítimos dueños.

Ya llevando la cosa hasta su normal extremo (ya que hablamos de extremistas estúpidos) concluiríamos que, a lo mejor, los del Tea Party deberían de pensar en devolver esos territorios históricos a sus legítimos dueños que no son otros que los indios americanos y volverse a Europa de donde salieron una vez.

Quizás estos gañanes que orgullosamente llevan camisetas donde ponen "Educated by FOX" ("Educados por la FOX"...que es lo más cercano a decir que todo tu corpus intelectual lo aprendiste en la "Universidad de la calle") hayan sido adiestrados ("By Fox", claro) en la idea de que son la monda lironda, la pera limonera y que, claro está, han estado ahí siempre.

Lo cierto es que el Tea Party da bastante miedito. Estados Unidos es un país joven y en recesión económica lo que, evidentemente, es caldito de cultivo para este tipo de exabruptos nacionalistas. La Administración Bush (esa reunión de sátrapas) ha manejado el país como si de una manada de búfalos asustados se tratase haciéndolo correr por la verde campiña a su antojo azuzando el miedo al mundo exterior. Es fácil decirle a la gente: "Mirad como estábamos en 1950 y mirad como estamos ahora". Y cuando quieren decir "mirad como estábamos en 1950" quieren decir que vivían en un país donde existía la segregación racial, donde las rigurosas leyes "anticomunistas" pusieron al país patas arriba y donde una pacatería que parecía a simple vista inocente salvaguardaba a la clase media de la injerencia ideológica externa. Es fácil pensar, claro está, en que la América de postguerra era una potencia económica y que la actual navega en unas aguas mucho más inciertas que aquellas más que nada porque se enfrentaba con una competencia inexistente y destruída por la II Guerra Mundial.

Ponte tu a explicarle a estos tipos armados hasta los dientes que el sistema de impuestos de aquella época preveía unas retenciones de hasta el 90% para las empresas más grandes (sí, del 90%) lo que permitió el desarrollo de las economías medias y que todo el trabajo en política social se ha ido recortando debido, sobre todo, al trabajo de macarras como Nixon primero, Reagan después y, finalmente, por Bush Jr.

Se les podría explicar a los del Tea Party que viven en un país que, lejos de ser una unidad de destino en lo racial, se ha alimentado del talento mundial siendo lo suficientemente listo como para convertirse en el refugio de la clase intelectual perseguida por el nazismo o el comunismo; que sus logros deportivos se deben a la herencia esclavista y que su famosa Guerra de Secesión fue algo más que una lucha por la liberación de esclavos. Más bien fue una guerra por la cohesión de la Industria del Norte y la materia prima del Sur y que, nada de esto hubiera sido posible, si no hubiera sido por la feroz aunschluss encubierta que supuso no solo el arrebatamiento de tierras a sus dueños (los nativos), sino también a una contínua y perseverante campaña por la ampliación de fronteras de norte a sur finalizando, como ustedes saben, en la toma de control sobre el Caribe. Por si esto fuera poco los patriotas del Tea Party no entenderán jamás que el café, el azucar, el plátano o la piña que consumen (o el petroleo) es más barato allí que en su país de origen por el saqueo que su país ha hecho de ese amplio patio trasero llamado Hispanoamérica.

Cuando puedes coger todas estas explicaciones y reducirlas a una simple frase ("America es nuestra y nos la tienen que devolver") te ahorras un montón de problemas. Claro.

Hace unos pocos años las noticias sobre esta extrema derecha norteamericana se circunscribían a las milicias Blancas, a esos grupos supremacistas sureños, a ese remedo de Klu-Klux-Klan que parecía cosa del pasado. Esos desdentados agarrados a sus pistolas, encabronados con la idea tramontana de que había una conspiración a nivel mundial que ligaba al FBI con la Casa Blanca y, por ende, con los comunistas y los judíos nos parecían una guasa. Un "como te pasas, chaval" que de cuando en cuando salía de los pantanos para volver reptando a ellos en unos pocos meses que se está haciendo cada vez más visible y cada vez más fuerte. Sin cabeza conocida, excepto Sarah Palin y alguno más, esta ola de rednecks empobrecidos y asustados ha dado la cara por fin y, cuidadito, porque esta vez sí tienen quien les preste el dinero. Al parecer Karl Rove, antiguo advisor de Bush, es uno de los promotores del asunto; cuentan con una estupenda base mediática (Fox, curiosamente presidida por un australiano llamado Rupert Murdoch) y están despertando todos los fantasmas de la cara más asquerosa de la Metrópoli.

Esta América que no ha oído hablar de la HBO, que no sabe quién es Twain o que no vería con malos ojos que se colgara a todos esos liberales neoyorquinos que tanto adoramos por estos lares parece estar dispuesta a llegar hasta sus últimas consecuencias siguiendo los que, hasta la fecha, eran los chiflados idearios del conocido como Partido Libertariano fundado por Ron Paul. 

¿Y qué quiere Ron Paul? Pues básicamente que se vuelva a lo básico: una organización territorial con menos fuerza federal, la reducción total de los impuestos (esto es obsesivo) y, claro está, la "total libertad" para que cada estado, pueblo o individuo decida en plan "Far West" cómo quiere aplicar las leyes en su propiedad. 

¿Se acuerdan ustedes de aquella patraña-documental llamada Zeitgeist? Pues estaba patrocinada por el ala espiritual de los Libertarianos ¿Leen ustedes todas esas absurdeces sobre que el dinero es deuda y cosas semejantes? Pues sepan ustedes que son insidias lanzadas por los mismos libertarianos ¿Quieren ustedes saber quién opina que Dinosaurios, seres humanos y entidades interplanetarias coexistieron en un feliz pasado del que no distamos más de 2000 años? Pues estos mismos chiflados. 

Descontrol armamentístico, fervor religioso al más puro estilo talib, paletismo, nacionalismo feroz...¿Qué? ¿Acojona, verdad? 

Pues pónganse ustedes a explicarles a los del Tea Party que los mismos que los patrocinan son los que han llevado a su país a la ruina y que, paradójicamente, son más ricos ahora que cuando comenzó la crisis...ya verán lo que les contestan: "Que la culpa es tuya, tuya y nada más que tuya, extranjero de mierda". 

La verdad es que lo mejor es darles la razón y devolverles esa América que tanto anhelan, es posible que el 99% de ellos sean devorados por los osos y, el resto, masacrados en plan Little Big Horn. America Über Alles!.
Aunque, esperen porque, a lo mejor todo esto también podríamos aplicárnoslo a nosotros mismos. Sumen.

Nota del Insustancial: Dead Kennedys es uno de los grupos punks más importantes de los Estados Unidos. Su "California Über Alles", tema incluído en el LP "Fresh fruit for rotten vegetables" (1980), era una crítica al entonces Gobernador de California Jerry Brown pero también  al "californian way of life" que promovía ya por entonces una especie de dictadura de la estética, el ejercicio físico y la sonrisa permanente. Jello Biaffra, cantante de la banda, es un activista que emplea la maquinaria del absurdo para continuar una batalla absurda contra los poderes fácticos de su país. Actualmente sigue tocando con los Guantanamo School of medicine...ya pueden ustedes hacerse una idea.

3 comentarios:

Nany666 dijo...

Exacto, no solo hay que criticar esas posturas en los yanquis.
Yo aquí estoy hartito de oir despotricar de los inmigrantes no por miembros de algún grupo de presión en desayunos con té de por medio . Lo oigo de boca de gente que reparte su tiempo entre el gimnasio y la discoteca y que comparte sus reflexiones en un corrillo del parque fumando yerba.
A lo mejor por eso allí están legalizando la marihuana para sumar a su causa a los chonis de polígono.
También te digo una cosa, mientras ese país siga produciendo personajes como Omar little el de "The Wire" (ya que hablas de HBO)
me resisto a pensar que todos sean tan descerebrados.
Además tienen un presidnte negro, ¿te imaginas aquí un presidente gitano o simplemente una Presidenta?

Nova Persei dijo...

Hmm...yo sí que soy capaz de imaginarme una presidenta: Esperanza Aguirre.

Que utiliza los mísmos recursos que estos del Tea Party, bofetadas en forma de eslóganes populistas, gente que se siente orgullosa de su incultura y a la que le importa una mierda la sociedad, buscando un único beneficio, el suyo propio.

La gente no parece entender que los "ricos" los manipulan con el único objetivo de obtener poder. Gritar "Bajada de impuestos" en un barrio modesto es como lanzar pan a las palomas; la gente, falta de información e inquietudes, se queda con lo fácil y lo que suena bien. Nadie critíca nada, nadie se cuestiona nada.

En el fondo, en mi opinión, siempre el mismo problema: la ignorancia y la prepotencia.

Señor Insustancial dijo...

Hola muchachada,

Nany666,
Se trataba de contar algo sobre una parte de los Estados Unidos que siempre me ha acojonado y que, de pronto, se ha hecho visible.

Como bien apuntas nadie está libre de esas fiebres y aquí se escuchan cosas tan malas como esas y se adoptan posturas públicas igualmente infamantes.

Sólo hay que ver con qué admiración se habla en Intereconomía de Fox y del famoso Tea Party.

Me imagino a un presidente gitano y a una presidenta, incluso a una presidenta gitana pero no es este plano de realidad y sí en otros paralelos y, posiblemente, más agradables.

Nova Persei,
Creo que no te he visto nunca por aquí. Gracias por venir.

No concibo a una presidenta como Esperanza Aguirre, la verdad. Creo que, a nivel nacional, tiene menos tirón que en Madrid.

El nivel de la política española es tan bajo, está tan bajo mínimos, que ya es habitual que nos traten como verdaderos idiotas. El problema es que hay gente que se lo traga. El problema no es que nos lo traguemos aquí donde el personal no ha disfrutado de una democracia real más de 30 años seguidos, el problema es que en un país de tradición democrática esto ocurra.

Azuzar la ignorancia es algo tristemente habitual.

Un saludo a ambos y muchísimas gracias por pasaros. Estáis en vuestra casa.