Una noche estuve en casa de Mari Trini escuchándola cantar canciones de su repertorio con Manuel Alejandro al piano...muchas veces he pensado que todo aquello lo soñé pero, que va, mi madre y Mari Trini ("María para los amigos") se hicieron muy amigas por razones que se le escapan a todo el mundo porque, la verdad, eran dos personas completamente distintas. Aquella noche descubrí que la ginebra inglesa era majestuosa y que bullía en mí, por debajo de mi punkrockerismo, un incipiente flanboyant amante del rollo "Cantantes de casino" más viejuno. Sin duda ha sido la velada mas "Rhinestone" (una cosa entre la bisutería y el lujazo) que he vivido en toda mi vida incluída aquella noche en la que quedé atrapado por las anécdotas de una vieja gloria de la TVE en la barra de un after-after hour...y mira que aquella noche/mañana estuvo llena de anécdotas que valdrían para llenar un par de tomos de un libro que podría titularse "La verdadera historia de Prado del Rey (sexo, drogas y ondas catódicas)". Allí donde quiera que estés, querida, gracias por enriquecer mis conocimientos sobre los años del destape muchos años antes de que a todo el mundo le diera por preparar especiales.
Aquello noche no estaba de humor porque, como buen hijo y algo manitas con los cables, me había tocado ir a casa de Maritrini a instalar un vídeo, dos televisores y un ingenioso aparato llamado "Videosender" que permitía que el VHS o el dichoso canal plus se vieran en todas las televisiones de la casa sin necesidad de cables e, incluso, tal era su diabólica potencia en las casas cercanas. que podían disfrutar de la porno de los viernes (muy de moda en aquellos años en que sólo habíamos visto Internet en "Juegos de Guerra").
Puedo decir que ni siquiera sabía quién era Manuel Alejandro pese a que, poco a poco, me fueron informando de que había compuesto para casi todos los cantantes que yo, por hacer honor a mis Doc Martens (traídas desde Inglaterra por un alma cándida y que me sirvieron para hacerme el más famoso de mi pandilla a la hora de aplastar latas de cerveza y mobiliario urbano feo), jamás tenía en mis oraciones. Por aquel entonces creo que me alimentaba de una mezcla de ska, punk clásico, grunge, rock and roll cincuentero y un largo etcétera de grupos que intenté relatar al propio Manuel Alejandro ("¿Chavos que cantan como Onda vaselina?" dijo el tío sinvergüenza) y que le dejaron tan frío como a mi su curriculum encabezado por ser el compositor de cabecera de Raphael. ¿Qué hacía yo en aquella velada? Pues, después de un rato y tres gin tonics servidos de una jarra tamaño hooligan, emocionarme escuchando tocar el piano a aquel señor tan bien plantado dos o tres clasicotes mexicanos...emocionarme hasta el punto de querer haber llevado pajarita y esmoquin impecable a la cita pese a que me lo hubiera puesto perdido cableando aquella dichosa casa (hogar que luego pertenecería a Pedro Almodovar...esta noche estamos en plan ¡Hola!). Aquella noche descubrí algunas canciones que no había vuelto a escuchar en mi vida como esta:
Cantadas por Mari Trini, sin aderezo, con su aspecto de Edith Piaf, y ese desgarro de persona a la que siempre le falta el aire. Me pareció incluso "punk" la fiereza de la mujer, tan minúscula, cantando cosas que quizás sólo pueden cantarse cuando te han jodido muchas veces. Sin gota de eso que se llama "rock and roll attitude", sin atisbo de amaneramiento, cantando como te sale de las ingles...sin importarte un pijo.
Inevitablemente me he acordado de Mari Trini hoy durante todo el día, de su compañera Claudette la pianista, de esa casa grande y algo desangelada, de su caracter difícil, de ese rollo de que tenía que escapar y esconderse porque le faltaba el aire y no he entendido hasta que me he hecho un poco más mayor (que es cuando la vida deja de acariciarte para darte con un palo) de donde venía todo ese rollo de cantar agarrándose al piano. Algo hay de ella aquí...en esta canción que, durante mucho tiempo, sonó en los templos de "Chochi" patrio (cuando Chueca veneraba a Marisol, Encarnita Polo, Mari Trini y un largo etcétera de cantantes españoles) y en especial en el "Rick´s" que es y seguirá siendo el templo del "gay rhinestone" por excelencia.
El caso es que se ha marchado como se van muchos artistas en nuestro país, sin hacer ruido, despues de haberse pateado honradamente todos los escenarios posibles de nuestra música y nos hemos quedado un poco tristes escuchando el "¡No me jodas!" que mi padre dice cada vez que se entera de que alguien que conoce ha fallecido, con esas ansias suyas de no querer que nunca pase nada malo, como si el telediario se hubiera empeñado en gastarle una broma pesada. Ha sido entonces cuando él se ha acordado de esa noche en la que cantó en su casa y estabamos allí todos para verlo. Cochina nostalgia mezclada con cantantes de casino. Buen viaje.
Nota del Insustancial: Cerramos el chiringuito hasta el domingo o el lunes de esta semana porque allí donde vamos, Es Coria no Korea, no tenemos Internet. Mientras tanto pecad, comed, bebed, vivid, disfrutad no se me ocurre mejor manera que bendecir estas fechas tan señaladas y de molestar un poco a Rouco Varela. ¡Felices mini vacaciones! Y como decía Silvio Fernández (descubierto por la modernité desde J Planetas a Bunbury), cada vez que veía pasar un paso de una procesión de Sevilla: ¡Cuanto daño ha hecho el Imperio Romano! ¡Me cagüen tos los centuriones!". Os dejo uno de sus temazos de bonus track: Sureños.
Estimado Insustancial, envidia virulenta me dan las experiencias que tiene a sus garbosas espaldas: pensar que Vd., recién salido del casting de "Quadrophenia", le fuera a ejercer de instalador a la Bonnye Tyler patria no hace más que engrandecer su leyenda.
Disfrute en tierras extrem(eñ)as - que se lo merece - que los demás le guardamos el sitio con uñas y dientes.
3 comentarios:
Estimado Insustancial, envidia virulenta me dan las experiencias que tiene a sus garbosas espaldas: pensar que Vd., recién salido del casting de "Quadrophenia", le fuera a ejercer de instalador a la Bonnye Tyler patria no hace más que engrandecer su leyenda.
Disfrute en tierras extrem(eñ)as - que se lo merece - que los demás le guardamos el sitio con uñas y dientes.
Afectadísimos y exodianos saludos.
Una gran pérdida... esa voz nos acompañará siempre en la memoria.
¿Qué tú te vas a Extremadura, y yo salgo de ella? mmm...
¡Cachisssh...!
Bikos.
Hola a tutti,
Grom,
Una noche para recordar, como tantas...
Salondesol,
Cruzándonos por los caminos ¿Cómo es posible?
Un abrazo a los dos.
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