miércoles, 2 de abril de 2008

Azcona y su flaco favor al cine español...



Ultimamente dogmatizo porque no ando muy católico. La prédica parece ser el recurso del escritor pobre y poco inspirado...


Echo un vistazo a los medios de la reacción, ese totem, y encuentro esta puñalada trapera a la memoria de Azcona firmada por Juan Orellana, una suerte de Van Helsing neoliberal que, en este artículo, se encarga de clavarle la estaca de madera a la memoria del difunto por si a este se le ocurriera volver del otro mundo para seguir escribiendo.


A mi se me ha venido a la memoria ese título indispensable: "Nene, ese muerto no se toca".


Lo decía el guionista en una entrevista: "En España somos muy de acordarnos de los muertos pero cuando se acaban de morir, luego nos olvidamos de ellos". Añadiremos que lo malo no es que a uno no no olviden y que se dediquen a patear su memoria.



Dice Juan Orellana que Azcona es el responsable de que en el cine español se haya instalado un pensamiento único sobre la historia y la realidad española que ha impedido la aparición de otras voces. Es decir, los que hacen cine en España son, en general, una pandilla de rojos y Azcona una especie de "gota malaya" que, poco a poco, con constancia ha ido impregnando el tejido ideológico cultural con "pequeñas pinceladas" de su malvada ideología. Al parecer, que nadie se atreva valientemente a hacer una película sobre lo bien que lo hizo Franco y lo beneficioso de su régimen, es cosa de Azcona y de su abyecto plan para aniquilar a sus contrarios.


Y miren que el franquismo, visto en positivo, tendría todavía algunas películas buenas:




- "Los alegres chicos de Falange": Un musical sobre la fundación de Falange Española con divertidas canciones como "Primavera para José Antonio" y revisitaciones de El Cara al Sol en cha-cha-chá, Montañas Nevadas etc.


- "Salvad al General Moscardó": De Guerra. Un grupo de aguerridos patriotas intenta abrir una brecha en el asedio republicano para llevarle al General un escapulario y dos pistolas de pan.


- "El Dictador y yo": Romántica. Un joven y tranquilo (pero gallardo) militar llamado Franco llega a Oviedo donde conoce a una resuelta y expansiva (pero casta) muchachita llamada Carmen. Pese al caracter enfrentado de ambos acabarán enamorándose y fundando un Imperio donde, apenas, se ponía el sol.


- "Los enredos del Marqués": Comedia. El Marqués de Villaverde es un tarambana pero simpático noble venido a menos que, por un quítame allá esas concesiones, se ve metido en miles de enredos financieros, para escapar de sus acreedores se hace pasar por un famoso cardiólogo con divertidas consecuencias (incluso para el paciente).


-"Un Príncipe para Carmen": Comedia romántica. El heredero de un reino mítico llamado España llega a Francolandia para unos asuntillos y cae rendida por los valores familiares y la sinpar figura de una lugareña que él cree una discreta camarera. Ella, Carmen, resultará ser la heredera natural de Francolandia y serán superfelices.


- "Este Franco está muy vivo": Comedia fantástica. Muerto Franco todo es un dislate y este decide resucitar...¡Ah, no! Que esta ya la hizo Vizcaíno Casas. Se llamaba "Y al tercer año resucitó".


- "Franco sobre Tokyo": Ciencia ficción (propuesta por Alex de la Iglesia), un monstruo mítico como Godzilla, en realidad un Franco con gigantismo ataca la ciudad de Tokyo...


Y un largo etcétera de títulos que nos hemos perdido por culpa de Azcona. Lo cierto es que Orellana no es el único que piensa que sólo los rojos peligrosos y reincidentes se dedican a hacer cine o que, al menos, son los únicos a los que se promociona con todo tipo de subvenciones. Ya saben, gentuza paniaguada, una caterva de untados a sueldo del nuevo oro de Moscú. Los demás chitón. Es evidente: García Sánchez, Trueba, Bardem, Amenabar, Cuerda, Vicente Gómez, Ferreri...gente sin talento pero con mucha y peligrosa ideología y, sobre ellos, el peor de todos: Azcona.




¿Qué hará uno después de escribir un artículo así?


Lo curioso es que Orellana, que no se entera mucho, salva de la quema de los actuales directores a Gracia Querejeta e Isabel Coixet a las que aplaude el haberse alejado de lo que llama "el esclerótico prejuicio ideológico". Menos mal, porque la Coixet es la que ha rodado los spots del PSOE de estas pasadas elecciones...´


La idea de que el arte tiene que estar desidelogizado no es nueva, los conservadores abogan siempre por un cine que transmita valores y no ideas...¿Cuál es la diferencia? Ninguna.

Frente al siempre difuso discurso de las ideas está el de los valores universales, ya saben: la amistad, la fraternidad, la familia, la honra, la propiedad...


Es decir, se nos intenta convencer de que Paco Martínez Soria, en realidad, sólo quería divertir pese a que todas sus películas tenían, al menos, dos o tres escenas donde el abuelo maño, bastón en mano, reprendía a sus hijas por trabajar fuera de casa, pelaba al cero a un nieto ye-yé o encargaba a unos siniestros gorilas que le dieran una paliza a su hijo hippie para que volviera al redil y se olvidara de andar por ahí tirado como un gandul piojoso. ¿Ideología o valores? ¿Qué prefieren? ¿Azcona o Florián Rey? ¿Raza o El Pisito?

Ah, se me olvidaba, Juan Orellana es Director del departamento de Cine de la Conferencia Episcopal Española...una persona sin ideología, claro...

3 comentarios:

Angeles Jimenez dijo...

¡Qué culpa tendrá el pobre Azcona! Muy buen artículo señor insustancial.
Estos tipos con faldita deberían salir del armario y dejar que el coágulo seminal fluyera. Abrazo grande.

Anónimo dijo...

Se agradece Don Carlos,

¡Ya está bien!

p e p e l u x e dijo...

Bravo… plas, plas plas… bravo… plas plas, plas… BRAVOO… plas plas plas plas plas…

Fdo.: el sobrinísimo