A todos estos señores les ha parecido gracioso decir que el Consejo de ministros de la recién estrenada IX legislatura es una "reunión de modistillas". Eso ahora, porque, cuando se cumplan los teóricos 100 días de tregua que se le brindan a cualquier Ejecutivo ya se habrán convertido en unas salomés dispuestas a cortarle la cabeza al San Juan Bautista (neoliberal) de turno. Si no al tiempo...
En el fondo esta celtibérica demostración de machismo (rudo, seco y con olor a tabaco, sobaco y culo, si me permiten la asquerosa expresión) se reproduce con virulencia cada vez que una mujer es nombrada en cualquier cargo. Berlusconi, que para el PP es lo más de lo más, no tiene ese problema. Ya saben, después de echarle la regañina a ZP -que me pregunto yo que quién coño es Don Silvio para echarle la bronquita a nadie- añadió que en Italia atrevimientos como esos eran imposibles ya que en el país de los espaguetis no hay tantas mujeres preparadas para esos cargos de relevancia. Parecía que dejó caer que en España tampoco y sólo le faltó añadir que a las italianas, que no son unas cualquieras, las tienen a todas fregando, cocinando y haciendo las labores propias de su sexo. Eso lo dice un tío, un tío que se permite echar broncas, que ha nombrado a Umberto Bossi como hombre fuerte de su ejecutiva. Para los más despistados digamos que Bossi, aunque tiene nombre de diseñador de ropa de aventura, es en realidad la cara del neofascismo más despiadado: ese que se esconde detrás de ropa casual, viste melenita de guasón y esconde sus ojines detrás de unas gafas de elegante montura made in Italy. Un pájaro de cuenta, vaya.
A mi, el asunto, me ha traído a la memoria una anécdota protagonizada por mi señora madre.
Estábamos en uno de esos fenomenales atascos montados por Spectra en Madrid para sacar al ciudadano medio de quicio cuando, de pronto, se nos tercia una furgoneta con seis o siete señores dentro que decidieron hacerse hueco por huevos. Mi madre, que digamos cariñosamente se convertía en una especie de Hidra asalvajada cuando se ponía al volante, regaló los oídos de los furgoneteros con una sonora pitada que fue recibida con cinismo y jolgorio. Ya a la altura de los simpáticos ocupantes del otro automóvil, y ya recreados en la suerte, el elegante copiloto bajó la ventanilla y nos regaló con este delicioso y original discurso:
-"!Hijaputa, zorra, más que puta, jódete! ¡Tendrías que estar fregando y no conduciendo, guarra! ¡Y tú, mierda, calzonazos! ¡Dile a esa que se meta el pito en el coño que seguro que la gusta!"
Muchas risas, más jolgorio y yo, herido igualmente por los insultos y el laismo aguantando el tirón y, cuando estoy a punto de salir del vehículo, dispuesto a recibir cuatrocientos puñetazos mi madre me trinca de la mano y me dice:
-"Tu tranquilo, cállate que te matan".
Y se echó a reir. Y yo me eché a reir agradecido de que mi madre prefiriera aguantar el tirón que verme morir en el tumulto. Y ellos, ya a calzón quitado, diciendo:
-"¡Cerda, Gorrrrda, fea, malfollada! ¡Que sois todas iguales, puta! ¡Pobre tu marido!".
Y entonces la buena mujer, baja la ventanilla y dice:
- "¿Eso de las mujeres lo dices porque a tí te ha parido una vaca, verdad, guapo?".
Y se hizo el silencio, claro.
Para que ahora se hiciera también el necesario silencio este estúpido, irracional, grosero y absurdo ataque de topicazos debería de ser contestado por todas las mujeres que a izquierda y derecha son. Es posible que más de uno cayera en la cuenta de que no ha sido parido por una vaca.
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