martes, 29 de abril de 2008

Un hombre de palabra





¿Quién dudaba de que el destino de Zaplana sería la empresa privada? ¿Alguien? ¿Nadie?


Allá se nos va como un suspiro el último bucanero parlamentario, el adalid del obstruccionismo legal, el político que pensaba que, para construir España, ya estaba Paco "El Pocero" y que los políticos sólo estaban ahí para forrarse y para ayudar a otros a lo mismo. ¿No somos super liberales? ¿No comienza el estado del bienestar por el que uno puede proveerse? ¡Pues eso!


No lo decimos nosotros, lo dijo él mismo, cuando todavía era el alcalde de Benidorm, a un constructor amigo en medio de una reveladora conversación que se desarrolló en los siguientes términos: cuanta comisión quieres por aquellos terrenillos a lo que el todavía bisoño político contestó humildemente "lo que le des a todo el mundo". Un tío con valores.Ni más, ni menos. Él igual.


Después añadió la frase aquella de "yo estoy en política, como todo el mundo, para forrarme". Culmen de su pensamiento político.


Un hombre de palabra que ha conseguido, además de crear algunas de las algarabías parlamentarias más grandes de los últimos años así como algunas de las decisiones más estúpidas y las declaraciones más ridículas, lo que ya prometía en sus comienzos: Forrarse. Él lo ha conseguido pero ¿Y tú? ¿Qué has hecho por España y por tí mismo? podría ahora espetarnos con sinceridad. Mira, ya podemos decir que hay, al menos, un político que dice lo que promete.


Entre las muchas interpretaciones torticeras que las diferentes personalidades del partido preferido de la zona nacional suelen hacer según lean a Keynes, Smith, Jiménez Losantos o Esperanza Aguirre posiblemente la de Eduardo Zaplana sea la más simplista y la más querida: los liberales no tienen empacho en forrarse aunque sea valiéndose de un cargo público. No está mal, no está mal. Hubiera hecho buena carrera en Brasil donde decían que Colhor de Melo (uno de los peores presidentes en una lista de horribles presidentes) había sustituido el lema de la bandera -Ordem y Progresso- por el de "Robo má fago" o, sea, "voy robando mientras que me lo voy currando". También hubiera sobrevivido bien bajo el sol de justicia por el anaranjado aspecto de su piel de tonalidades establecidas entre la bombona de butano y el trinaranjus. No hay agujero de ozono que afecte al Agente Naranja. Tampoco escándalo político,la verdad. Se va de rositas.



El fichaje, de todas formas, nos da esperanzas a todos los que tenemos un deficiente curriculum: Si Telefónica ha sido capaz de buscarle acomodo a Zaplana que ha hundido a un Ayuntamiento millonario y ha liquidado un Parque Temático llamado Terra Mítica (por el que debe de pulular ahora Scooby Doo buscando al malvado dueño) seguramente cualquiera será capaz de encontrar un puesto como, yo que sé, Consejero delegado de FOX.

Don Eduardo se nos va y desde Génova ya se entona eso tan español que se suele decir cuando pasa el recién difunto: "Siempre se van los mejores". Y eso se ha escuchado igual al paso de prohombres como Ramón y Cajal, Durruti o Franco. Da igual, el español, y más los que se creen los topes en asuntos de españolidad, es generoso en el fallecimiento y perdona cualquier cosa. Desgraciadamente la justicia también.

Mi pregunta es: ¿Se habrá hecho la típica recogida de pasta, a tres euritos barba, para comprarle un regalo de despedida? Y si ha sido así, ¿Cuántas perras se han recogido y quienes han escurrido el bulto? Ahí es donde podríamos descubrir el sesgo real de los enemigos y amigos que deja Zaplana en ese mítico edificio, en ese "gobierno en la sombra manejado por Rajoy" del que hablaba hoy sin empacho los liberales digitales que, de tanto atacar a Rajoy, parecen recuperar las formas maoistas de la juventud de Pío Moa y Losantos.

Mi otra pregunta es: ¿Se habrá alegrado Gallardón? Bueno, es el que más motivos tiene. El Conde Lecquio del PP, o sea él, que tiene que esperar que se mueran (políticamente) 250 0 260 antes que él para acceder a la tan ansiada presidencia nacional ve que para 2020 podrá ser candidato con todas las garantías si es que Pizarro -que no ha pillado bola ni como portavoz económico- no se agencia un resistente pulmón de acero y está vivo para aquellas fechas.


Satisfechas las ambiciones terrenales, las de agenciarse los euros, a Zaplana le ha quedado el mal sabor de boca de no haber dejado un testamento político a la altura de sus ambiciones. Lo de Valencia le salió fatal y, al final, han sido sus cuervos los que han acabado por instalarse en las torres más altas del campanario del que han ido descendiendo de vez en cuando para arrancarle los ojos. La Alcaldesa, el Presidente y el Señor de la Diputación (lo más parecido que ha visto España a una triada china) han conseguido arrebatarle sus sueños de construirse un Imperio al lado del mar y han colmado los deseos de todos los constructores convirtiendo la finquita de Zaplana en el solar de un ferial donde igual se organiza una Copa América de Vela que una carrera de coches en plan Mónaco. Él, elegante siempre, chitón. A Europa, a ver si allí hay suerte y se puede montar un Lienchenstein con coches chocones y ligerezas fiscales. Todo es posible en este país llamado España donde los pajaritos disparan a las escopetas y los señores de la Guerra (política) se buscan las castañas en la empresa privada más monopolista.

Mi última pregunta es la siguiente: ¿Que va a hacer Zaplana cuando le pregunten sobre normativa europea y le falta a su derecha ese Pujalte que le sacaba de esos líos en plan Sancho Panza? Esto último sin rencor porque, no saben, lo poco que le gustan al hooligan de las Cortes las comparaciones cervantinas. A ver si hay suerte y se lo lleva de asesor legal.
Pues eso: ¡Tanta paz lleves como Paz dejas, Señor Naranja!

Yo me quedo con esa imagen suya de personaje del neorrealismo italiano que se gastó durante los días del 11-M. Aquellos trajes de luto que parecían sacados de Amici Miei, aquél gesto falsamente contenido, aquellas cosas que dijo...joder. Estamos de enhorabuena.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pastaca recaudaron fijo en su despedida. Apuesto a que le compraron un tarjetón de Snoopy con muchas dedicatorias y una sugerencia: "Queremos ADSL de 20 megas en Génova, que no tira el Emule".

Edu Galán

Anónimo dijo...

Eso y un buen paquete de crema solar...

Abrazakos.
Señor Insustancial