martes, 15 de abril de 2008

Paralelo 365

Hace un año y unas pocas horas acababa de besar por primera vez a una mujer...quiero decir a esa mujer, besé a otras antes...

He bailoteado freneticamente desde entonces el suave fandango, que decían los Procol Harum, de hecho he tenido que conocerla para entender el significado último de ese verso de A White shade of pale, ya saben, lo intrínsecamente unido que uno puede estar a algo sin entenderlo bien del todo...como la letra de la canción esa vaya, que no por ser menos inexplicable es menos intensa.


Las efemérides, las grandes ocasiones nunca se me han dado bien. Los que me conocen, que son una legión, saben que tenerme cerca es, en el fondo, sentirse muy irlandés, o sea, saber que tarde o temprano les acabaré partiendo el corazón. Tomen nota. Saben que, justo en el momento en el que el foco esté dirigido a mi persona acabaré rompiendo el encanto.

No tengo, entre las pocas virtudes que me adornan, la de la oportunidad. Pero no hablaré más de mi, ni de mis errores que por abultados son conocidos ya. Si es verdad eso de que una personalidad se define por sus defectos yo tengo que tener una de las personalidades más definidas de Eurasia. Es que me han dibujado así y los ansiolíticos no funcionan hoy a la velocidad esperada...Elevo un enésimo: "Lo siento".

365 días dan para mucho, claro, y ha habido de todo, más bueno que malo, más mejor que peor, más excelente que deficiente pese a que mi actual conspicuo ataque de celos, una especie de évola maligno que me devora las tripas, seguramente no me permita ver las cosas con claridad. Que sea Ronnie Wood el que hable por mí, a ese respecto y que sea el el que se disculpe...

Fue difícil encontrarla, fue divertido caminar junto a ella, es mejor encontrármela de vez en cuando por aquí y por allá y mucho más difícil es ir reconociendo que hay cosas que nunca se volverán a repetir porque, como dijo Tyler Durden "me has conocido en un momento muy extraño de mi vida". Efectivamente me he convertido en la psicósis romántica de Jack.

Al otro lado del paralelo 365 quedan días en los que fuimos héroes, en los que perdí mis prejuicios ante las personas a las que no les gusta Van y ante los caldos sudafricanos (que los hay, y buenísimos), en los que aprendimos a aguantarnos los ronquidos, en los que descubrí que era mejor estar despierto que estar dormido ahora que, si pudiera, me echaría a dormir en cualquier esquina, literalmente. Al otro lado quedan las conversaciones a media voz, rotas por una carcajada, eso de estar brillante, eso de estar mejor que brillante, eso de estar en tu sitio, eso de no querer moverte jamás.

Me quedo con todo, la verdad, me lo compro y lo empaqueto, me lo hecho a la mochila y pido, por lo menos, un paralelo 7.000 si es que todavía alguien se acuerda de nuestros nombres.

1 comentario:

F dijo...

Todavia tengo ese beso en los labios...solo quisiera volver a oir tu voz. Ah! y un paralelo 730.

Besos Amor