jueves, 17 de julio de 2008

Cines de Sesión contínua



Esta misma noche he caído en la cuenta de que han pasado 16 años desde el estreno de Reservoir Dogs. Me imagino que si el condensador de Fluzo funcionara y surgiera la posibilidad de cruzarme conmigo mismo mientras hacía cola para ver la película en Martín de los Heros (si no me equivoco) me costaría reconocerme porque pasaba por mi etapa "Quiero parecer terriblemente atormentado" que es una etapa tonta que tienes justo antes de que la vida comience a atormentarte de verdad. Un día te acuestas siendo Avril Lavigne y al día siguiente ya eres Courtney Love. Es mejor eso que despertarte todos los días siendo el cantante de Modestia Aparte que, la hostia, da miedo. Ese tío no ha envejecido, como el presentador de "Saber y Ganar" Jordi Hurtado...¿Cuántos años lleva ese hombre presentando concursos? ¿Por qué siempre va unido en los títulos de crédito a Sergi Schaaf y a Juanjo Cardenal? ¿Serán como los extraterrestres de Los Simpsons que tienen que ir de la mano para alimentarse?


Por cierto, también han pasado 18 años desde el estreno de Los Simpsons...y 30 desde que J. me llevara a ver La Montaña del Dios Canibal una chunga explotaition del cine del género canibal puesto de moda por "Apocalipsis Canibal" dirigida por Sergio Martino. Arf.


Dejaron a ese, por aquel entonces irresponsable persona, a mi cargo; pero la tentación de ver a Ursula Andress en bikini devorada por unos antropófagos era una oferta que no podía rechazar. ¿Qué hizo entonces? Llevarme al cine con él. Me sacó diciendo que íbamos a ver una película de piratas, me compró una considerable montaña de golosinas y me sentó a su lado.



En los primeros cinco minutos de película lloré y me aterroricé tanto que me dormí. Eso recuerda él todavía con su dulce sonrisa de torturador de la Gestapo yo creo que me mareé del shock. No quise volver al cine con él, claro, ni al cine ni a ningún sitio. Desde entonces mantenemos una extraña relación de amor-odio donde se mezclan ingredientes para hacer un culebrón. Como tres años después, y creo que todavía sin reponerme, me sacó una tarde de casa de una de mis tías para ver Superman II y me pasé todo el camino preguntándole: "¿Y muere mucha gente en esta?". Me llevó a un cine de sesión contínua. Sólo los más viejos del lugar se acordarán de aquellos cines donde la proyección comenzaba una y otra vez.


Los cines de sesión contínua, normalmente, estaban llenos de niños. Niños aparcados por unos padres, tutores, o familiares a su cargo con cosas más interesantes que hacer. El caso es que la mayoría de las veces entrabas cuando la película llevaba un rato. La veías hasta el final y luego veías el principio. Yo vi El Imperio Contraataca en un cine de Cuatro Caminos dos veces y media. Llegué después de la batalla famosa y después la vi completa otras dos veces. Mi padre prefirió irse al fútbol.





Me imagino que ahora alguien le quitaría mi custodia por hacer una cosa así, a nadie se le ocurriría dejar a sus hijos al cuidado de los acomodadores de un cine porque, quizás ahora, los acomodadores de los multiplex estos tengan pinta de ser carne de ETT pero, antes, eran unos tipos patibularios vestidos con un uniforme de botones lleno de mierda que portaban en una mano una linterna tamaño Faro de Vigo y en la otra un trujas a medio consumir. Digamos que aquellos señores tenían más que ver con El Jorobado de la Morgue de Paul Naschy que con el proyeccionista de Cinema Paradiso. ¿A qué venía semejante desmán? Seguramente que en la España de la Transición los niños salían a la calle y se convertían en los hijos de todo el mundo.



Ibas por la calle decías la palabra "gilipollas" y alguien te soltaba un sopapo diciendo "¡Niño, esa boca!". Corrías y alguien te soltaba "despacito, hombre, despacito" y los policías te contaban que te iban a llevar a un reformatorio si jugabas demasiado cerca de un señor mayor que estaba en el parque. Las cosas ahora, la verdad, molan más. Los cines proyectan mejor y se escuchan mejor, los niños pertenecen a ellos mismos y a sus progenitores que comparten la custodia con el psicólogo infantil de turno. Disculpen este momento Pedro Ruiz... La nostalgia da gases, que decía Alaska/Joaquín Reyes en Muchachada Nui.

Fui un niño feliz al que le regalaron una grúa Rico, un coche teledirigido y un ejército de Clicks de Famobil, que tenía unos padres hippiosos que lo llevaban de vacaciones a Marruecos y que se ha convertido en Courtney Love. Poco talento y pocas prespectivas de hacer algo medianamente interesante...
Es posible que los anuncios de Coca-Cola ("Ni consola, ni consolo") no cuenten que los treintañeros de ahora son los niños del parche en el ojo vago, de las gafas de culo de vaso, la generación que identificaba a los niños síndrome de Dawn como "mongolitos", de las botas ortopédicas, los babys a rayas con el nombre bordado, del Circo de Torrebruno (la de pasta que podría haber hecho este hombre ahora), los pantalones bombachos que picaban...


Bueno, eso sólo me pasó a mí una vez, a mi abuela materna no se le ocurrió otra cosa que disfrazarme un día de repartidor de periódicos delos años 20 y mandarme a la escuela con unos bombachos, unas kickers marrones y un jerseycito a juego de cuello alto...jamás me han dado más collejas en mi puta vida.

En cierto modo, ya digo, la vida es un cine de sesión contínua que tiene un aspecto un poco cutre, que se repite un poco, que si llegas tarde te cuesta coger el hilo y en el que, indefectiblemente, entras y sales solo...pero también es el mejor espectáculo del mundo y que, si tienes suerte, y enganchas una butaca en el gallinero, junto a un grupo de gamberros, te lo pasas teta, como el Antoine Doinel en Los 400 Golpes. Otra cosa es que venga el acomodador y te pegue de vez en cuando una colleja. Pero eso, insustanciales, es otra historia.

¿Qué? ¿Nos hacemos un cine de sesión contínua?

1 comentario:

Paria dijo...

La nostalgia ha hecho más daño que el SIDA y Stalin juntos, yo aun sigo en shock después de ver a Loquillo anunciando coca-cola y me vienea la cabeza una frase de un capítulo de los Simpson en el que parodian los mitos griegos y Barney le dice a Homer/zeus-Tio, tu antes molabas más.